Capitulo 14
Lali
No me está mirando.
Ni siquiera sabe que no estoy cantando la letra. No puedo cantarla. Lo he
escuchado tocar esta canción desde su balcón decenas de veces, y aún así, hasta
este momento, nunca tuvieron tanta emoción o significado.
El hecho de que ni
siquiera pueda mirarme hace que la canción se sienta demasiado personal. Como
si esta canción, de alguna manera, se acabara de convertir en su canción para
mí. Volteo el cuaderno, sin ganas de seguir leyendo las palabras. Es sólo otra
cosa más que nunca debió haber sucedido, incluso aunque estoy segura de que es
mi nueva favorita.
Yo: ¿Crees que Gaston pueda hacer un corte
preliminar de ésta? Quiero escucharla.
Lo golpeo con mi pie
luego de enviar el mensaje, asintiendo hacia su teléfono cuando me mira. Lo
toma para leer el texto y asiente, aunque no contesta ni hace contacto visual
conmigo. Vuelvo la mirada hacia mi teléfono mientras la habitación queda en
silencio por la ausencia del sonido de su guitarra. No me gusta lo incómodas
que se volvieron las cosas entre nosotros, así que intento iniciar algo de
conversación para llenar el vacío. Me giro sobre mi espalda y para romper la
tranquilidad a nuestro alrededor, escribo una pregunta que ha estado en mi
mente durante un tiempo.
Yo: ¿Por qué ya no prácticas en tu balcón
como solías hacerlo antes?
La pregunta hace que
inmediatamente me mire, pero no dura mucho. Su mirada se posa sobre mi rostro,
luego baja por mi cuerpo, para finalmente volver a su teléfono.
Peter: ¿Por qué habría de hacerlo? Ya nunca
estás ahí afuera.
Y justo así, mis
defensas descienden, y mi fuerza de voluntad es lanzada al infierno con su
respuesta tan honesta. Nerviosamente, jalo mi labio y lo muerdo, luego vuelvo a
levantar la mirada hasta él. Se encuentra
mirándome como si deseara ser un chico como Benjamin, quién
sólo se preocupa por sí mismo.
No es el único
deseando eso.
En este momento,
tengo tantas ganas de ser Rochi que duele. Quiero ser igual a ella y que no me
importe una mierda mi auto respeto, o Martina, por tan sólo unos minutos. Lo
suficiente para permitirle hacer todo lo que su letra deja en claro que quiere
hacer.
Sus ojos caen sobre
mis labios, y mi boca se seca.
Después viajan hacia
mi pecho, y éste comienza a palpitar con más fuerza que antes.
Sus ojos caen sobre
mis piernas, y debo cruzarlas, ya que la manera en que su mirada penetra mi
cuerpo me hace sentir como si pudiese ver directamente a través del vestido que
estoy usando. Luego se cierran con fuerza, y saber el efecto que estoy teniendo
sobre él, me hace sentir como si hubiese mucha más verdad en la letra de su
canción de la que a él le gustaría que tuviera.
Me hace sentir como
si quisiera ser el único hombre al que verás alguna vez.
Peter se pone de pie
de repente y deja caer el teléfono en la cama, luego camina directamente hacia
el baño y cierra la puerta de golpe.
Ruedo sobre mi
espalda y suelto todas mis respiraciones contenidas. Estoy nerviosa, confusa y
enojada. No me gusta la situación en la que nos metimos, y sé que es un hecho
que, incluso aunque no reaccionamos, nada de esto es inocente.
Me siento en la
cama, y rápidamente me pongo de pie. Necesito salir de su habitación antes de
que me asfixie. Justo mientras salgo de la habitación, el teléfono de Peter
vibra en el colchón. Bajo la mirada hacia él.
Martina: Te extraño mucho más hoy. Cuando termines
de escribir con Lali, ¿hacemos una vídeo llamada? Necesito verte ;)
Miro su mensaje.
Odio su mensaje.
Odio que ella sepa
que estábamos escribiendo juntos.
Odio que él le
cuente todo.
Quiero que esos
momentos me pertenezcan a mí y a Peter, y a nadie más.
***
Han pasado dos horas desde que salió de la ducha, y no puedo
obligarme a dejar mi habitación. Me estoy muriendo de hambre, y de verdad
quiero ir a la cocina. Sólo que no quiero verlo, porque odio la forma en que
dejamos las cosas. No me gusta que ambos sepamos que casi cruzamos una línea
esta noche.
No me gusta que de
hecho cruzamos una línea esta noche. Sin embargo, no verbalizamos lo que
pensamos y sentimos, y escribir canciones no es menos dañino.
Hay un golpe en mi
puerta, y saber que es probable que sea Peter causa que mi corazón me
traicione, danzando en mi pecho. No me molesto en ir a abrir la puerta, porque
la abre de un empujón después de golpear. Sostiene un par de auriculares y su
teléfono, indicando que tiene algo que quiere que escuche.
Asiento, camina
hacia la cama y me los alcanza. Presiona reproducir pero se sienta en el suelo
mientras regreso a la cama. La canción comienza a sonar, y paso los siguientes
tres minutos apenas respirando. Peter y yo jamás rompemos el contacto visual
durante la canción.
Peter
Martina: ¿Adivina quién me verá mañana?
Yo: ¿Kurt Vonnegut?
Martina: Adivina de nuevo.
Yo: ¿Anderson Cooper?
Martina: No, pero cerca.
Yo: ¿Amanda Bynes?
Martina: Eres tan inesperado. TÚ me verás mañana,
y pasarás dos días completos conmigo, y sé que estoy intentando ahorrar dinero,
pero te compré dos sostenes nuevos.
Yo: ¿Cómo es que fui tan afortunado como para
encontrar a la única chica que me apoya y me anima en mis tendencias
transexuales?
Martina: Me hago la misma pregunta a diario.
Yo: ¿A qué hora te veré?
Martina: Bueno, todo depende de la temida palabra
T de nuevo.
Yo: Ah, sí. Bueno no vamos a hablar de ello.
Intenta estar aquí a las seis, al menos. La fiesta de cumpleaños de Nico es
mañana en la noche, y quiero pasar tiempo contigo antes de que sus locos amigos
lleguen.
Martina: ¡Gracias por el recordatorio! ¿Qué
debería comprarle?
Yo: Nada, Lali y yo le vamos a jugar una
broma. Le dijimos a todos que donen a la caridad en lugar comprar regalos.
Estará enojado cuando la gente comience a darle todas tarjetas de donaciones en
su nombre.
Martina: Ustedes dos son malvados. ¿Debería llevar
algo? ¿Un pastel, quizás?
Yo: Nop, ya nos encargamos. Nos sentimos mal
por la broma “sin regalos”, así que estamos por hornearle cinco tipos de pasteles
de distintos sabores para
compensarlo.
Martina: Asegúrate de que ninguno sea de chocolate
alemán.
Yo: Ya tenemos eso cubierto, nena. Te amo.
Martina: También te amo.
Cierro nuestros
mensajes y abro uno sin leer de Lali.
Lali: Te olvidaste del extracto de vainilla, tonto.
Estaba en la lista. Ítem 5. Ahora tienes que regresar a la tienda.
Yo: Quizás la próxima vez debas escribir más legible y devolver
mis mensajes cuando estoy en la tienda de comestibles, intentando descifrar el
ítem 5. Regreso en veinte minutos. Precalienta el horno y escríbeme si se te
ocurre algo más.
Me río, pongo el
teléfono en mi bolsillo, agarro las llaves y me dirijo a la tienda. De nuevo.
Vamos por el pastel
número tres. Comienzo a creer que esos que son musicalmente dotados carecen
seriamente de talento en las habilidades culinarias. Lali y yo trabajamos
verdaderamente bien juntos cuando se refiere a escribir música, pero nuestra
falta de finura y conocimiento cuando se trata de mezclar algunos ingredientes
es un poco patética.
Ella insistió en que
horneemos los pasteles desde cero, mientras que yo hubiera agarrado las mezclas
en caja. Pero ha sido algo divertido, así que no me quejo.
Coloca el tercer
pastel en el horno y programa el temporizador. Se da la vuelta y modula
“treinta minutos”, luego se inclina sobre el mostrador.
Lali: ¿Tu hermano menor viene mañana?
Yo: Van a intentarlo. Abren mañana para una
banda en San Antonio, a las siete de la noche, así que en tanto carguen las
cosas a tiempo, deben estar aquí a eso de las diez.
Lali: ¿La banda entera? ¿Voy a conocer a la
banda entera?
Yo: Síp. Y apuesto a que incluso van a firmar
tus pechos.
Lali: ¡IPPPPP!
Yo: Si esas letras de verdad forman una
palabra, estoy muy, muy agradecido de no poder oírla.
Se ríe.
Lali: ¿Cómo fue que decidieron nombrar la banda
Sounds of Cedar?
Cada vez que alguien
pregunta cómo se me ocurrió el nombre de la banda, solo digo que pienso que
suena genial. Pero no le puedo mentir a Lali. Hay algo en ella que saca
historias de mi infancia que nunca le he contado a nadie. Ni siquiera a Martina.
Martina preguntó en el pasado por qué nunca hablé en voz alta
y de dónde saqué el nombre de la banda, pero no me gusta traer nada negativo
que podría causarle incluso la más mínima preocupación. Ella tiene suficiente
con lo que lidiar en su propia vida. No necesita agregar mis problemas de la
infancia a eso. Están en el pasado y no hay necesidad de traerlos al presente.
Sin embargo, Lali es
otra historia. Parece tan curiosa sobre mí, sobre mi vida, sobre la gente en
general. Es fácil contarle cosas.
Lali: Diablos. Parece que necesito prepararme
para una buena historia, porque luces como si no quisieras responder eso.
Me doy la vuelta
hasta que mi espalda se presiona contra el borde del mostrador en el que ella
se encuentra, y me apoyo en él.
Yo: Te encantan las cosas desgarradoras, ¿eh?
Lali: Sip. Dámelo.
Martina, Martina,
Martina.
A menudo me
encuentro a mí mismo repitiendo el nombre de Martina cuando estoy con Lali.
Especialmente cuando Lali dice cosas como “dámelo”.
El último par de
semanas desde nuestra charla han estado bien. Definitivamente tenemos nuestros
momentos, pero uno de nosotros es normalmente el que comienza a señalar
defectos y rasgos de personalidad repulsivos para reencaminarnos.
Dejando a un lado el
episodio de hace un par de semanas, cuando nuestra sesión de escritura terminó
en que tuviera que tomar una ducha fría, hace dos noches fue probablemente el
momento más difícil de todos para mí. No sé qué hay en la forma en que canta.
Simplemente puedo observarla, y tener los mismos sentimientos que tengo cuando
presiono mi oído en su pecho o descanso mi mano en su garganta. Cierra los ojos
y comienza a cantar las palabras, y la pasión y sentimiento que fluyen de ella
son tan poderosos que a veces olvido que no puedo oírla.
Esa noche en
particular, estábamos escribiendo una canción desde cero, y no podíamos
comunicarnos lo suficientemente bien como para entenderla. Necesitaba
escucharla, y aunque ambos nos sentíamos renuentes, terminó con mi cabeza
presionada en su pecho y mi mano descansando en su garganta. Mientras ella
cantaba, casualmente llevó la mano a mi cabello y lo retorció entre sus dedos.
Podría haberme
quedado en esa posición con ella toda la noche.
Lo hubiera hecho, si
cada toque de su mano no me hiciera ansiar un poquito más. Finalmente tuve que
alejarme de ella, pero sólo estar en el suelo no era suficiente separación. La
deseaba demasiado; era todo en lo que podía pensar. Terminé pidiéndole que me dijera uno de sus
defectos, y en lugar de darme uno, se puso de pie y dejó mi habitación.
La forma en la que
había tocado mi cabello era algo natural para ella, considerando la posición en
la que nos encontrábamos. Es lo que un chico le haría a su novia si la
sostuviera contra su pecho, y es lo que una chica le haría a su novio si se
encontrara a su alrededor. Pero no éramos eso.
La relación que
tenemos es diferente a cualquier otra que haya experimentado. Mayormente porque
tenemos un montón de acercamiento físico basado en la naturaleza de escribir
música juntos y el hecho de que tengo que usar mi sentido del tacto para
reemplazar el auditivo en algunas situaciones. Así que mientras estamos en esas
situaciones, las líneas se vuelven borrosas, y las reacciones se vuelven
accidentales.
Tanto como deseo
poder admitir que pasamos de la atracción por el otro, no puedo negar que
siento la mía crecer cada día que pasa. Sin embargo, estar a su alrededor no es
necesariamente duro todo el tiempo. Solo la mayoría.
Lo que sea que pasa
entre nosotros, sé que Martina no lo aprobaría, e intento hacer lo correcto por
mi relación con ella. Aún así, siendo que no puedo realmente definir dónde
están dibujadas las líneas entre lo inapropiado y lo apropiado, se me hace
difícil permanecer en el lado correcto, a veces.
Como ahora.
Estoy mirando mi
teléfono, a punto de escribirle, y se está inclinando detrás de mí, las dos
manos masajeando la tensión de mis hombros. Con todo lo que estuvimos
escribiendo y el hecho de que ahora me siento en el suelo en lugar de la cama,
he tenido algunos problemas con mi espalda. Se volvió natural para ella frotarla
cuando sabe que duele.
¿La dejaré hacerlo
cuando Martina esté en la habitación? Infiernos, no. ¿La detengo? No. ¿Debería?
Absolutamente.
Sé sin lugar a dudas
que no quiero engañar a Martina. Nunca fui esa clase de chico, y nunca quiero
serlo. El problema es que no pienso en Martina cuando estoy con Lali. Los
momentos con Lali son sólo con Lali, y nada más cruza por mi mente. Pero
los momentos que paso con Martina, los paso con Martina. Y no pienso en Lali.
Es como si los
momentos con Martina y los momentos con Lali ocurrieran en dos planetas
distintos. Planetas que no se intersectan, y en zonas horarias que no se
sobreponen.
Hasta mañana, de
todos modos.
Hemos pasado tiempo
juntos antes, pero no desde que fui honesto conmigo mismo sobre cómo me siento
por Lali. Y aunque nunca querría que Martina supiera que desarrollé sentimientos por
alguien más, me preocupa que sea capaz de darse cuenta.
Me digo
que, con el esfuerzo suficiente, puedo aprender a controlar mis sentimientos.
Pero entonces Lali hará o dirá algo, o me mirará, y literalmente podré sentir
cómo la parte de mi corazón que le pertenece se completa. Tanto como quiero que
se vacíe, me preocupa que los sentimientos sean algo en nuestras vidas que
absolutamente no podamos controlar.
Histeriqueo va histeriqueo viene van a terminar ya sabemos como.. mas
ResponderEliminarMás
ResponderEliminarOtro xfi :)
ResponderEliminarSube otro por favor.
ResponderEliminar15 15 15
ResponderEliminarJaja pobre nico.. más
ResponderEliminarotroooooo
ResponderEliminar@x_ferreyra07
Espero otro cap!
ResponderEliminarFlor..
massssssssssssssssssssssssssss
ResponderEliminaresta buenisimo
Ahhh estos dos me dan ganas de ir y encerrarlos ju tos hasta que no se besen y se digan te amo!!!
ResponderEliminarPeter es un histérico mal!
Porque "ama a Martina" pero "su atracción por Lali es muy fuerte"
Hsbsjsjsksks la única que sufre es Lali eso no me gusta!!
OK Peter se siente culpable y todo pero esta con Martina y Lali sufre!!
Le dice algo o hace algo mal y Lali sufre!
Que pasará en es fiesta?