jueves, 19 de junio de 2014

Capitulo 3

Capitulo 3


Lali
Si él las odió, lo menos que podría haber hecho era enviarme un agradecimiento. Sé que no debería molestarme, pero lo hace. Sobre todo porque nunca quise enviárselas en primer lugar. No esperaba que me alabara, pero el hecho de que me suplicó tanto por eso y luego simplemente las ignoró como que me irrita.

Y no ha salido a su hora habitual en casi una semana. He querido mandarle un mensaje al respecto muchas veces, pero si lo hago, entonces parecerá como si me importara lo que piensa de las letras. No quiero que me importe. Pero puedo decir lo decepcionada que me siento porque sí me importa. No me gusta querer que a él le gusten mis letras. Pero la idea de ayudar de verdad en una canción es un poco emocionante.
                                                                                            
—La comida debería estar aquí en un rato. Voy a sacar la ropa de la secadora —dice Rochi. Abre la puerta, y me siento en el sofá cuando escucho el familiar sonido de la guitarra desde el exterior. Cierra la puerta detrás de ella, y por mucho que quiero ignorarlo, corro a mi habitación y en silencio me deslizo hacia el patio, libros en mano. Si me hundo lo suficiente en mi silla, podría no darse cuenta de que estoy aquí.

Pero está mirando directamente a mi balcón cuando salgo. No me reconoce con una sonrisa o incluso un movimiento de cabeza cuando me siento. Sólo sigue tocando, y tengo curiosidad por ver si simplemente va a pretender que nuestra conversación de la semana pasada nunca pasó. En cierto modo eso espero, porque me gustaría pretender que nunca sucedió.

Toca las canciones conocidas, y no me toma mucho tiempo dejar ir mi vergüenza por el hecho de que pensó que mis letras eran estúpidas. Traté de advertirle.

Termino mi tarea mientras él sigue tocando, cierro los libros, me recuesto y cierro los ojos. Está en silencio por un minuto, y luego comienza a tocar la letra de la canción que le envié. En mitad de la canción, la guitarra hace una pausa de varios segundos, pero me niego a abrir los ojos. Él sigue tocando justo cuando mi teléfono vibra con un mensaje entrante.  

Peter: No estás cantando.

Lo miro, y me está mirando con una sonrisa. Baja la mirada a su guitarra y mira sus manos mientras termina la canción. Luego agarra su teléfono y envía otro mensaje.

Peter: ¿No quieres saber lo que pensé de las letras?

Yo: No, estoy bastante segura de que sé lo que pensaste. Ha pasado una semana desde que te las envié. No hay problema. Te dije que eran estúpidas.

Peter: Sí, lo siento por el silencio. Tuve que dejar la ciudad por unos días. Emergencia familiar.

No sé si dice la verdad, pero el hecho de que afirma que ha estado fuera de la ciudad alivia mi temor de que no ha salido a su balcón por mi culpa.

Yo: ¿Está todo bien?

Peter: Síp.

Yo: Bien.

Peter: Sólo voy a decir esto una vez, Lali. ¿Estás lista?

Yo: Oh, Dios. No. Voy a apagar mi teléfono.

Peter: Sé dónde vives.

Yo: Bueno.

Peter: Eres increíble. Esas letras. Ni siquiera puedo describir lo perfectas que son para la canción. ¿Cómo demonios viene eso de ti? ¿Y por qué no puedes ver que necesitas DEJAR que salga de ti? No lo contengas. Le estás haciendo un gran mal al mundo con tu modestia. Sé que acepté no pedirte más, pero eso fue porque en realidad no esperaba conseguir lo que recibí. Necesito más. Dame, dame, dame.

Dejé escapar un enorme suspiro. Hasta este momento no me había dado cuenta exactamente de cuánto me importaba su opinión. No puedo mirarlo todavía. Sigo mirando mi teléfono por mucho más tiempo de lo que me lleva leer el mensaje. Ni siquiera le respondo, porque todavía estoy disfrutando del cumplido. Si hubiera dicho que le encantó, habría aceptado su opinión con alivio y habría seguido adelante. Pero las palabras que acababa de escribirme son como escaleras apiladas una encima de la otra, y cada cumplido son como yo subiendo cada paso hasta llegar a la cima del maldito mundo.

Santa mierda. Creo que este mensaje acaba de darme la confianza suficiente para mandarle otra canción. Nunca habría predicho esto. Nunca me imaginé que estaría emocionada.

—La comida llegó —dice Rochi—. ¿Quieres comer aquí?

Quito la mirada del teléfono y la miro. —Uh. Sí. Claro.

Rochi trae la comida al patio. —En verdad nunca he visto a ese chico antes, pero maldición —dice, mirando fijamente a Peter mientras toca su guitarra—. Es realmente caliente, y ni siquiera me gustan los rubios.

—Su pelo no es rubio. Es castaño.

—No, es rubio —dice ella—. Pero es rubio oscuro, así que está bien, supongo.
Casi castaño, tal vez. Me gusta el cabello desordenado, y ese cuerpo compensa el hecho de que su pelo no es negro. —Rochi toma un vaso y se inclina hacia atrás en su silla, sin dejar de mirarlo fijamente—. Tal vez estoy siendo demasiado exigente. ¿Qué me importa de qué color es su pelo? De todos modos estará oscuro cuando tenga mis manos sobre él.

Sacudo la cabeza. —Él es muy talentoso —le digo. Todavía no he respondido a su mensaje, pero él no parece estar esperándolo. Está mirando sus manos mientras toca, sin prestarnos ni un poco de atención a nosotras.

—Me pregunto si es el único —dice Rochi—. Me gustaría ver qué otros talentos tiene.

No tengo ni idea de si es soltero, pero la forma en que Rochi está pensando en él me revuelve el estómago. Rochi es increíblemente linda, y sé que ella podría saber si tiene otros talentos si realmente quisiera. Ella tiende a estar en el departamento del chico que quiera. En realidad nunca me ha importado hasta ahora.

—No quieres involucrarte con un músico —le digo, como si tuviera alguna experiencia que me calificara para darle un consejo—. Además, estoy bastante segura de que Peter tiene novia. Vi a una chica en su patio con él hace un par de semanas. —Eso técnicamente no es una mentira. La vi una vez.

Rochi me mira. —¿Sabes su nombre? ¿Cómo sabes su nombre?

Me encojo de hombros como si no fuera la gran cosa. Porque, honestamente, no es la gran cosa. —Necesitaba ayuda con las letras la semana pasada, así que le envié algunas.

Se sienta en su silla. —¿Sabes su número de teléfono?

De repente me pongo a la defensiva, no gustándome el tono acusatorio en su voz. —Cálmate, Rochi. Ni siquiera lo conozco. Todo lo que hice fue enviarle unas pocas letras.

Ella se ríe. —No te estoy juzgando, La —dice, levantando las manos en defensa—. No me importa lo mucho que amas a Benjamin, si tienes una oportunidad con eso —sacude su mano en dirección a Peter—, estaría furiosa si no tomaras ventaja.

Ruedo los ojos. —Sabes que nunca le haría eso a Benjamin.
  
Ella suspira y se inclina hacia atrás en su silla. —Sí. Lo sé.

Ambas estamos mirando a Peter cuando termina la canción. Agarra su teléfono y escribe algo, entonces coge su guitarra justo cuando mi teléfono vibra y empieza a tocar otra canción.

Rochi alcanza mi teléfono, pero lo agarro primero y lo mantengo fuera de su alcance. —Es de él, ¿no? —dice. Leo el mensaje.

Peter: Cuando Barbie se aleje, quiero más.

Me estremezco, porque no hay manera de que deje a Rochi leer este mensaje. Por un lado, la insultó. Además, la segunda parte de su mensaje tendría un significado completamente diferente si ella lo leyera. Golpeo borrar y pulso el botón de encendido para bloquear el teléfono en caso de que ella lo agarre.

—Estás coqueteando —dice ella, bromeando. Toma su plato vacío y se levanta—. Diviértete con tu sexting.

Ugh. No me gusta que piense que le haría eso a Benjamin. Me preocuparé por explicárselo todo después. Mientras tanto, saco mi cuaderno y encuentro la página con la letra que escribí para la canción que está tocando actualmente.
La transfiero a un mensaje, pulso enviar, y me apresuro a entrar.

—Eso estuvo muy bueno —le digo mientras pongo mi plato en el fregadero—. Ese es probablemente mi restaurante italiano favorito en todo Austin. —Camino hacia el sofá y me siento al lado de Rochi, tratando de parecer informal sobre el hecho de que cree que estoy engañando a Benjamin. Es lo más defensivo que consigo, al menos es probable que ella me crea cuando intente negarlo.

—Oh, Dios mío, eso me recuerda —dice—. Lo cosa más graciosa pasó hace un par de semanas en este restaurante italiano. Almorzaba con… mi mamá, y estábamos en el patio. Nuestro camarero nos hablaba sobre el postre, cuando de repente, un coche de policía apareció chillando a la vuelta de la esquina, con las sirenas a todo volumen…

Contengo la respiración, asustada de escuchar el resto de su historia.

¿Qué demonios? Benjamin me dijo que estaba con un compañero de trabajo. Las probabilidades de que ambos estuvieran en el mismo restaurante, sin estar allí juntos, es mucho más que una coincidencia.

¿Pero por qué me mentirían sobre estar juntos?

Mi corazón se está doblando. Creo que me voy a enfermar.

¿Cómo podrían…?

—¿La? ¿Estás bien? —Rochi me mira con genuina preocupación—. Parece que estuvieras a punto de vomitar.

Me pongo una mano en la boca porque tengo miedo de que pueda estar en lo cierto. No puedo responderle de inmediato. Ni siquiera puedo conseguir la fuerza para mirarla. Intento quitar la mano, pero puedo sentirla temblar contra mi boca.

¿Por qué estarían juntos y no me lo dirían? Nunca están juntos sin mí. No tendrían ninguna razón para estar juntos a menos que estuvieran planeando algo.

Planeando algo.

Oh.

Espera un segundo.

Presiono mi palma contra mi frente y sacudo la cabeza. Siento que estoy en medio del momento más estúpido en mis casi veintidós años de existencia.
Por supuesto que estaban juntos. Por supuesto que están ocultando algo. Mi cumpleaños es el próximo sábado.

No sólo me siento increíblemente estúpida por haber creído que me harían algo así, sino que imperdonablemente culpable.

—¿Estás bien? —dice Rochi con verdadera preocupación.

Asiento. —Sí. —Decido no mencionar el hecho de que sé que estaba con Benjamin. Me sentiría peor si arruinara su sorpresa—. Creo que la comida italiana sólo me da un poco de náuseas. Ya vuelvo. —Me levanto y camino hacia mi dormitorio, luego me siento en el borde de la cama para recuperar mis pensamientos. Estoy llena de una mezcla de duda y culpa. Duda, porque sé que ninguno de ellos me haría lo que brevemente pensé que habían hecho.

Culpa, porque por un breve momento, realmente creí que eran capaces de ello.

Peter

Esperaba que la primera serie de letras no fuera una casualidad, pero después de ver la segunda serie que me envió y agregarlas a la música, le escribo un mensaje a Gaston. No puedo no hablarle sobre ella por más tiempo.

Yo: Estoy a punto de enviarte dos canciones. Ni siquiera necesito que me digas lo que piensas de ellas, porque sé que te encantarán. Así que vamos a pasar más allá de eso, porque necesito que resolvamos un dilema.

Gaston: Oh, mierda. Sólo bromeaba sobre la cosa de Martina. En verdad no usaste su inspiración en lo que hiciste, ¿verdad?

Yo: Hablo en serio. Encontré a una chica que estoy seguro fue traída a esta tierra específicamente para nosotros.

Gaston: Lo siento, hombre. No estoy en esa mierda. Quiero decir, tal vez si no fueras mi hermano, pero aun así.

Yo: Detente con la mierda, Gaston. Sus letras. Son perfectas. Y le cuestan tan poco esfuerzo. Creo que la necesitamos. No he sido capaz de escribir canciones como estas desde… bueno, jamás. Sus letras son perfectas, y necesitas mirarlas, porque en cierto modo necesito que las ames y aceptes comprárselas.

Gaston: ¿Qué demonios, Peter? No podemos contratar a alguien para escribir letras para nosotros. Querrá un porcentaje de los derechos de autor, y entre los dos y los chicos de la banda no valdrá la pena.

Yo: Voy a ignorar eso hasta que revises el correo que te acabo de enviar.

Dejo mi teléfono y me paseo por la habitación, dándole tiempo para echarle un vistazo a lo que le acabo de enviar. Mi corazón late con fuerza, y estoy sudando a pesar de que en esta habitación no hace para nada calor.

Simplemente no puedo soportar que me diga que no, porque tengo miedo de que si no podemos usarla, estaré enfrentando otros seis meses de una pared de cemento.

Después de varios minutos, mi teléfono vibra. Me dejo caer en mi cama y lo recojo.

Gaston: De acuerdo. Mira a ver lo que está dispuesta a aceptar y déjamelo saber.

Sonrío, lanzo el teléfono en el aire y siento ganas de gritar. Después me calmo lo suficiente y le mando un mensaje, recojo mi teléfono y pienso. No quiero asustarla, porque sé que es completamente nueva en este tipo de cosas.  

Yo: Me preguntaba si podríamos hablar en algún momento. Tengo una propuesta para ti. Y no seas malpensada, es completamente relacionado con la música.

Lali: Muy bien. No puedo decir que este deseando que llegue, porque me pone nerviosa. ¿Quieres que te llame cuando llegue del trabajo?

Yo: ¿Trabajas?

Lali: Sí. En la biblioteca del campus. En la jornada matutina en su mayoría, a excepción de este fin de semana.

Yo: Oh. Supongo que es por eso que nunca me di cuenta. Normalmente no me levanto de la cama hasta después del almuerzo.

Lali: Entonces, ¿quieres que te llame después de llegar a casa?

Yo: Sólo mándame un mensaje. ¿Crees que podamos encontrarnos este fin de semana?

Lali: Probablemente, pero tendría que hablar con mi novio. No quiero que se entere y piense que estas utilizándome para algo más que mis letras.

Yo: De acuerdo. Suena bien.

Lali: Si quieres, puedes venir a mi fiesta de cumpleaños mañana por la noche. Podría ser más fácil, porque él estará aquí.

Yo: ¿Es tu cumpleaños mañana? Feliz cumpleaños adelantado. Y eso suena bien. ¿A qué hora?

Lali: No estoy segura. No se supone que sepa sobre ello. Sólo te mandaré un mensaje mañana por la noche cuando me entere de más.

Yo: De acuerdo.

Sinceramente, no me gusta el hecho de que su novio pueda estar allí. Quiero hablar con ella a solas sobre esto, porque todavía no he decidido qué hacer con lo que sé que está pasando entre ese idiota y su compañera de cuarto.

Pero necesito que esté de acuerdo con ayudarme antes de que su corazón se rompa, así que tal vez mi silencio ha sido un poco egoísta. Admiro el hecho de que quiera ser honesta con él, a pesar de que él no se lo merece. Lo que me hace pensar que tal vez esto es algo que debería traer a colación con Martina, a pesar de que nunca se me había ocurrido que pudiera ser ni remotamente un problema.

Yo: Hola. ¿Cómo está mi chica?

Martina: Ocupada. Esta tesis está pateándome el culo. ¿Cómo está mi chico?

Yo: Bien. Realmente bien. Creo que Gaston y yo encontramos a alguien que está dispuesta a escribir canciones con nosotros. Es realmente buena, y ya he terminado casi dos canciones desde que te fuiste el pasado fin de semana.

Martina: Peter, ¡eso es genial! No puedo esperar para leerlas. ¿Tal vez el próximo fin de semana?

Yo: ¿Vienes aquí, o voy yo?

Martina: Iré allí. Tengo que pasar algún tiempo en el hogar de ancianos. Te quiero.

Yo: Te quiero. No te olvides de nuestro video-chat esta noche.

Martina: Sabes que no lo haré. Ya tengo mi traje elegido.

Yo: Más vale que eso sea una broma cruel. Ya sabes que lo que quiero ver no es ropa.

Martina: ;)

Ocho horas más.

Tengo hambre.

Lanzo el teléfono a un lado. Abro la puerta de mi dormitorio y doy un paso atrás cuando la mierda que se ha amontonado en el otro lado comienza a caer sobre mí. Primero estaba la lámpara, luego el extremo de la mesa en la que se encontraba esta, luego el extremo de la mesa, la lámpara y el otro extremo de la mesa estaban apiladas sobre ello.

Maldita sea, Nico.

Estas bromas están empezando a irse de las manos. Presiono mi brazo contra el sofá que está contra la puerta de mi dormitorio. Lo empujo de nuevo hacía la sala de estar y salto sobre él, luego camino hacia la cocina.

Cuchareo cuidadosamente un poco de pasta de dientes sobre una Oreo, luego vuelva a colocar la parte superior de la galleta y aprieto despacio. La pongo de nuevo en el paquete con el resto de Oreos de Nico y sello el cierre del paquete, entonces mi teléfono vibra.

Lali: ¿Puedes hacerme un favor?

Ella no tiene ni idea de cuántos favores le haría en estos momentos. Estoy más o menos a su merced.

Yo: ¿Qué pasa?

Lali: ¿Puedes mirar por la puerta del balcón y decirme si ves algo sospechoso en mi apartamento?

Mierda. ¿Lo sabe? ¿Qué quiere que le diga? Sé que es egoísta, pero realmente no quiero decirle acerca de su novio hasta que tenga la oportunidad de hablar con ella sobre las letras.

Yo: Bueno. Espera.  


Camino hacia mi balcón y echo un vistazo a través del patio. No veo nada fuera de lo común. Sin embargo, es casi de noche, así que no puedo ver mucho. No estoy seguro de lo que quiere que encuentre, así que opto por no ser demasiado descriptivo cuando respondo.

Yo: Parece tranquilo.

Lali: ¿En serio? ¿Están abiertas las persianas? ¿Ves a alguien?

Miro de nuevo. Las persianas están abiertas, pero lo único que puedo ver desde aquí es el resplandor de la televisión.

Yo: No parece que haya nadie en casa. ¿No tienes una fiesta de cumpleaños esta noche?

Lali: Pensaba que sí. Estoy muy confundida.

Hay movimientos en una de las ventanas, y veo a su compañera de habitación entrar en la sala de estar. El novio de Lali la sigue de cerca y los dos se sientan en el sofá, pero todo lo que puedo ver son sus pies.

Yo: Espera. Tu novio y tu compañera de cuarto están sentados en el sofá.

Lali: Muy bien. Perdona que te moleste.

Yo: Espera. ¿Qué tal esta noche? ¿Sigues teniendo una fiesta de cumpleaños?

Lali: No sé. Benjamin dice que va a llevarme a comer tan pronto como llegue a casa del trabajo, pero en cierto modo me pareció que era mentira. Sé que él y Rochi almorzaron juntos hace un par de semanas, pero ellos no saben que lo sé. Era obvio que estaban planeando algo, y asumí que era una fiesta sorpresa, pero esta noche es la única noche que podría suceder.

Me estremezco. En realidad los atrapó en su mentira y pensó que estaban juntos porque planeaban algo bueno para ella. Cristo. Ni siquiera conozco al tipo y tengo un enorme deseo de caminar por allí y molerlo a palos.

Es su cumpleaños. No puedo decírselo en su cumpleaños. Inhalo, luego decido mandarle un mensaje a Martina en busca de consejo.

Yo: Pregunta. ¿Estás ocupada?

Martina: Nope. Dispara.

Yo: Si fuera tu cumpleaños y alguien a quien conoces se entera de que estoy engañándote, ¿te gustaría saberlo en ese momento? ¿O sería mejor que la persona esperara hasta que ya no fuera tu cumpleaños para decírtelo?

Martina: Si se trata de una pregunta hipotética, voy a matarte por este ataque al corazón. Si no es hipotética, voy a matarte por este ataque al  corazón.

Yo: Ya sabes que no soy yo. No es tu cumpleaños. ;)

Martina: ¿Quién está engañando a quién?

Yo: Hoy es el cumpleaños de Lali. La chica de la que te hablé, la que escribe canciones. Me enteré de que su novio la engaña y estoy en una posición en la que debo decírselo porque está empezando a sospechar.

Martina: Jesús. No me gustaría estar ahora mismo en tu lugar. Pero si ella sospecha y tú sabes que es un hecho que él la engaña, debes decírselo, Peter. Si no dices nada, estás indirectamente en la mentira.

Yo: ¡Uf! Eso es lo que pensé que ibas a decir.

Martina: Buena suerte. Todavía voy a matarte por el ataque al corazón el próximo fin de semana.

Me siento en la cama, y a continuación comienzo a escribirle un mensaje a Lali.

Yo: No estoy seguro de cómo decirte esto, Lali. No estás conduciendo ahora mismo, ¿verdad?

Lali: Oh, cielos. Hay gente allí, ¿no? ¿Mucha gente?

Yo: No, no hay nadie allí, solo dos personas. En primer lugar, tengo que pedirte disculpas por no decirte esto antes. No sabía cómo, porque no nos conocemos tan bien. En segundo lugar, lo siento por hacerlo en tu cumpleaños, de todos los días, pero me siento como un idiota por siquiera esperar tanto tiempo. Y en tercer lugar, siento que tengas que enterarte de esto a través de un mensaje, pero no quiero que tengas que volver a tu apartamento sin saber primero la verdad.

Lali: Me estás asustando, Peter.

Yo: Simplemente voy a tirar de la curita, ¿de acuerdo? Algo ha estado sucediendo entre tu compañera de cuarto y tu novio desde hace un tiempo.

Golpeo enviar y cierro los ojos, sabiendo que estoy arruinando completamente su cumpleaños. Si no es así, también casi todos los días a partir de hoy.

Lali: Peter, han sido amigos durante más tiempo de lo que yo he conocido a Benjamin. Creo que has malinterpretado todo.

Yo: Si meter la lengua en la garganta de alguien mientras estás a horcajadas sobre él es una amistad, entonces lo siento. Pero estoy seguro de que no he malinterpretado nada. Lleva ocurriendo varias semanas. Supongo que salen al patio mientras tú estás en la ducha, ya que nunca están ahí mucho tiempo. Pero sucede mucho.

Lali: Si estás siendo honesto, ¿por qué no me lo dijiste cuando empezamos a hablar?

Yo: ¿Cómo se puede decirle esto cómodamente a otra persona, Lali? ¿Cuándo hay un momento adecuado? Te lo digo ahora porque estás empezando a sospechar, y es el momento más apropiado.

Lali: Por favor, dime que tienes un retorcido sentido del humor, porque no tienes ni idea de lo que le estás haciendo a mi corazón ahora mismo.

Yo: Lo siento, Lali. En serio.

Espero pacientemente una respuesta. Ella no me escribe. Observo los mensajes de texto, pero sé que necesita tiempo para asimilar esto.

Maldita sea, soy un imbécil. Ahora probablemente estará enojada conmigo, pero no puedo culparla. Supongo que puedo despedirme de esas letras.

Mi puerta se abre y Nico irrumpe, entonces me arroja una galleta directamente. Me agacho y esta golpea la cabecera de la cama detrás de mí.

—¡Idiota! —grita Nico. Se gira, se marcha y cierra de un portazo.

4 comentarios:

  1. uhhhhhhhhhhh se calento nico jajajja
    seguila

    ResponderEliminar
  2. Jajaja me mori con la broma a nico jajja
    Mass otro cap porfaass

    ResponderEliminar
  3. Y se lo dijo....
    Jajajaja Nico donde las dan,las toman.

    ResponderEliminar
  4. Ahhh no se me da tanta bronca como Rochi puede estar ahí y ser su amiga cuando la engaño con el novio!!!
    Ahhh pobre Lali piensa que le van a hacer una fiesta !!
    Y peor momento para enterarse de algo así como su cumple!!!
    Ay Peter lo bueno que le dijo!!
    A jajajajajjaja me motín de la risa con las bromas de Peter y Nico!!

    ResponderEliminar