martes, 24 de junio de 2014

Capitulo 7

Capitulo 7



Lali

Peter deja su guitarra por primera vez en más de una hora. No nos hemos enviado ni un solo mensaje, ya que tuvimos una buena racha. Es bastante genial lo bien que parecemos poder trabajar juntos. Toca una canción, una y otra vez, mientras me tumbo sobre su cama con un anotador frente a mí.

Escribo las letras a medida que aparecen en mi mente, la mayoría de las veces arrugando el papel, arrojándolo a través del cuarto, y empezando de nuevo. Pero ya tengo lista la letra de casi toda una canción, y él sólo ha tachado dos líneas que no le gustaban. Yo diría que eso es progreso.

Hay algo en estos momentos, en los que escribimos música, que me encanta. Todas mis preocupaciones y pensamientos acerca de todo lo malo en mi vida parecen desaparecer durante los cortos tiempos que escribimos juntos. Es bonito.

Peter: Vamos a hacer toda la canción ahora. Siéntate para que pueda verte cantar. Quiero asegurarme de que quede perfecta antes de enviársela a Gaston.

Empieza a tocar la canción, así que comienzo a cantarla. Me está mirando de cerca, y la forma en que sus ojos parecen leer cada movimiento, me hace sentir incómoda. Tal vez es porque no puede expresar palabras a través del habla, pero todo lo demás a su alrededor parece compensarlo.

Tan fácil como él es de leer, es sólo de esa manera cuando él quiere ser leído. La mayor parte del tiempo, es capaz de contener sus expresiones, y no sé qué demonios está pensando. Él sostiene la corona en el departamento no verbal. Estoy bastante segura, por cómo se ve, de que si pudiera hablar, ni siquiera lo necesitaría.

Me siento incómoda al verlo observarme cantar, así que cierro los ojos y trato de recordar las letras a medida que él continúa tocando la canción. Es incómodo cantarlas con él a tan sólo a unos metros de distancia. Cuando escribí esta letra la primera vez, él tocaba su guitarra,  pero se encontraba a un buen par de cientos de metros, en su balcón. Aún así, por mucho que traté de fingir que escribía acerca de Benjamin en ese momento, sabía que me imaginaba a Peter cantándolas.

A LITTLE BIT MORE
(UN POCO MÁS)

Why don’t you let me
(Por qué no me dejas)

Take you away
(Llevarte lejos)

We can live like you wanted
(Podemos vivir como querías)

From place to place
(De sitio en sitio)

I’ll be your home
(Seré tu hogar)

We can make our own
(Podemos vivir por nuestra cuenta)

Cuz together makes it pretty hard to be alone
(Porque juntos se nos hace bastante difícil estar solos)

We can have everything you ever wanted
(Podemos tener todo lo que siempre quisiste)

And maybe just a little bit more
(Y quizás sólo un poco más)

Just a little bit more
(Sólo un poco más)

Su guitarra se detiene, lo que, naturalmente, también hace que me detenga. Abro los ojos, y él me está observando con una de sus miradas inexpresivas.  

Retiro lo dicho. Esta mirada no es inexpresiva en absoluto. Está pensando. Puedo decir por la desviación de sus ojos que ya tiene una idea.

Aleja la mirada para recoger su teléfono.

Peter: ¿Te importa si intento algo?

Yo: Mientras prometas nunca volver a proponer algo preguntando si me importa que lo intentes.

Peter: Buen intento, pero eso no tiene sentido.

Me río, y luego lo miro. Asiento suavemente, con miedo de lo que está a punto de “probar”. Se sienta sobre sus rodillas y se inclina hacia adelante, colocando ambas manos sobre mis hombros. Trato de mantener mi grito de asombro, pero es un intento fallido. No sé lo que está haciendo o por qué lo está haciendo tan cerca de mí, pero santa mierda.

Santa mierda.

¿Por qué mi corazón se está volviendo loco en este momento?

Peter me empuja hasta que estoy recostada en su colchón. Estira la mano tras él, toma su guitarra, y luego la pone al otro lado de mí. Se recuesta a mi lado.

Cálmate, corazón. Por favor. Peter tiene sentidos supersónicos, y podrá escucharte a través de las vibraciones del colchón.

Se arrastra más cerca de mí, y por la forma en que está dudando, creo que no está seguro de si voy a permitirle acercarse más.

Lo haré. Estoy totalmente a su voluntad.

Ahora me está mirando, contemplando su próximo movimiento. Puedo decir que no está tratando de pasarme. Lo que está a punto de probar lo está haciendo verse más aprensivo, como si estuviera simplemente planeando besarme. Está mirando mi cuello y mi pecho, como si estuviera buscando una determinada parte de mí. Sus ojos se detienen en mi abdomen, una pausa, y luego vuelve a su teléfono.

Oh, Señor. ¿Qué está a punto de hacer? ¿Poner sus manos en mí? ¿Quiere sentirme cantar esta canción? Sentir requiere tocar, y tocar requiere manos. Sus manos. Sintiéndome.

Peter: ¿Confías en mí?

Yo: No confío en nadie. Mi confianza se ha agotado por completo esta semana.

Peter: ¿Puedes reponer tu confianza durante unos cinco minutos? Quiero sentir tu voz.

Aspiro, entonces lo miro, recostado junto a mí, y asiento. Deja su teléfono sin romper mi mirada. Me observa como si me estuviera advirtiendo que debo mantener la calma, pero está teniendo el efecto contrario. Siento una especie de pánico en estos momentos.

Se acerca y desliza su brazo bajo la parte trasera de mi cuello.

Oh.

Ahora está aún más cerca.

Su rostro se mueve sobre el mío. Pasa la mano a través de mi cuerpo y jala la guitarra contra mi lado, acercándola a nosotros. Todavía me está observando con esa mirada que parece destinada a producir un efecto calmante.

No lo hace. No me calma en absoluto.

Baja la cabeza contra mi pecho, y luego aprieta su mejilla contra mi camisa.
Oh, esto es genial. Ahora definitivamente puede sentir cómo de espástico está latiendo mi corazón. Cierro los ojos y quiero morir de vergüenza, pero no tengo tiempo para eso, porque él comienza a rasguear las cuerdas de la guitarra a mi lado. Me doy cuenta de que está tocando con las dos manos, una desde debajo de mi cuello y la otra por encima de mí. Su cabeza está en mi pecho, y puedo sentir su pelo rozando mi cuello. Está más o menos tendido sobre mí con el fin de llegar a su guitarra con ambos brazos.

Oh, mi querido dulce niño Jesús en una cesta de mimbre.

¿Cómo espera que cante?

Trato de calmarme, regulando mi respiración, pero es difícil cuando estamos posicionados de esta forma. Como siempre, cuando olvido una introducción, él comienza perfectamente de nuevo, desde el principio. Cuando llega al punto donde yo entro, empiezo a cantar. Más o menos. Bastante bajo, porque todavía estoy esperando que el aire encuentre su camino de regreso a mis pulmones.

Después de las primeras líneas, encuentro la firmeza de mi voz. Cierro los ojos y hago mi mejor esfuerzo por imaginar que simplemente estoy sentada en la cama, como lo estuve durante la última hora.

I’ll bring my suitcase
(Traeré mi maleta)

You bring that old map
(Tú trae ese viejo mapa)

We can live by the book
(Podemos hacer nuestras propias reglas)  


But we can never go back
(Pero nunca volver)

Feeling the breeze
(Sentir la brisa)

Never felt so right
(Nunca se sintió tan bien)

We’ll watch the stars until they turn into light
(Veremos las estrellas hasta que se vuelvan luz)

We can have everything you’ve ever wanted
(Podemos tener lo que siempre quisiste)

And maybe just a little bit more
(Y quizás sólo un poco más)

Just a little bit more
(Sólo un poco más)

Termina el último acorde, pero no se mueve. Sus manos permanecen fijas en la guitarra. Su oído se mantiene firmemente presionado contra mi pecho. Mis respiraciones son más pesadas ahora que acabo de cantar una canción entera, y su cabeza se eleva con cada entrada de aire.

Suspira profundo, luego levanta la cabeza y rueda sobre su espalda sin hacer contacto visual conmigo. Nos quedamos en silencio durante unos minutos. No estoy segura de por qué es tan serio, pero estoy demasiado nerviosa para hacer movimientos bruscos. Su brazo todavía está por debajo de mí, y no hace ningún esfuerzo para quitarlo, así que no estoy segura de si ha terminado con este pequeño experimento.

Tampoco creo ser capaz de moverme.

Lali, Lali, Lali. ¿Qué estás haciendo?

Absolutamente, positivamente, no quiero tener esta reacción ahora. Ha pasado una semana desde que rompí con Benjamin. Lo último que quiero, o incluso necesito, es enamorarme de este chico.

Sin embargo estoy pensando que eso puede haber ocurrido antes de esta semana.

Mierda.  


Inclino mi cabeza y lo miro. Me está observando, pero no puedo decir lo que su rostro está tratando de transmitir. Si tuviera que adivinar, diría que está pensando: Oh, oye, Lali. Nuestras bocas están muy juntas. Vamos a hacerles un favor y cerrar esta brecha.

Sus ojos caen a mi boca, y estoy muy impresionada con mis habilidades telepáticas. Sus labios carnosos se separan ligeramente mientras tranquilamente toma varias respiraciones lentas y profundas.

De hecho, puedo oír su respiración, lo que me sorprende, porque ese es otro de los sonidos sobre los que mantiene un completo y total control. Me gusta que parezca no poder controlarse. Por mucho que diga querer estar desapegada de los chicos, y ser independiente y fuerte, lo único que estoy pensando es en lo mucho que me gustaría que tomara completo y total control sobre mí. Quiero que domine esta situación rodando sobre de mí y juntando esa increíble boca con la mía, dejándome completamente dependiente de él, necesitando recuperar el aliento.

Mi teléfono recibe un texto, interrumpiendo mi imaginación hiperactiva. Peter cierra los ojos y se vuelve hacia la dirección opuesta. Suspiro, sabiendo que ni siquiera oyó el texto, sino que se alejó por su propia voluntad. Lo que significa que me siento muy incómoda ahora por sólo haber tenido esa rica conversación interna en mi mente. Llevo la mano detrás de mi cabeza y tanteo hasta que encuentro el teléfono.

Benjamin: ¿Ya estás lista para hablar?

Ruedo los ojos. Linda forma de arruinar el momento, Benjamin. Tenía la esperanza de que después de días de evitar sus textos y llamadas, por fin iba a darse cuenta. Niego con la cabeza y le respondo.

Yo: Tu comportamiento está al borde de acoso. Deja de querer contactarme. Hemos terminado.

Peter

Detente con el viaje de culpa, Peter. No has hecho nada malo. No estás haciendo nada malo. Tú corazón está latiendo de esta forma simplemente porque nunca has sentido a nadie cantar así. Fue abrumador. Tuviste una reacción normal ante un acontecimiento abrumador. Eso es todo.

Mis ojos siguen cerrados, y mi brazo todavía está debajo de ella. Debería moverlo, pero todavía estoy tratando de recuperarme.

Y realmente quiero escuchar otra canción.

Esto podría estar haciéndola sentir incómoda, pero tengo que ayudarla a que no se sienta incómoda, porque no puedo pensar en ninguna otra situación en la que voy a ser capaz de hacer esto.

Yo: ¿Puedo tocar otra?

Sostiene su teléfono, mandándose mensajes con alguien que no soy yo. Me pregunto si le está enviando mensajes a Benjamin, pero no me asomo a su teléfono, por más que quiera.

Lali: Muy bien. ¿La primera no hizo nada por ti?

Me río. Creo que hizo un poco demasiado, en más sentidos de los que me gustaría admitir. Estoy casi seguro de que también era obvio para ella por el final de la canción, por la forma en que me apreté contra ella. Pero sentir su voz y lo que le hacía a todas las otras partes de mí, era de alguna manera más importante que lo que ella me estaba haciendo.

Yo: Nunca "escuché" a nadie así. Fue increíble. Ni siquiera sé como describirlo. Quiero decir, estabas aquí, y fuiste quien cantó, así que supongo que no necesitas que te lo describa. Me gustaría que pudieras haber sentido eso.

Lali: De nada, supongo. No estoy haciendo nada profundo.

Yo: Siempre he querido sentir a alguien cantar una de mis canciones, pero sería un poco incómodo hacer esto con uno de los chicos de la banda. ¿Sabes lo que quiero decir?

Se ríe, luego asiente.

Yo: Voy a tocar la que practicamos anoche, y luego quiero tocar esta última de nuevo. ¿Estás bien? Si estás cansada de cantar, me lo dices.

Lali: Estoy bien.

Deja abajo su teléfono, y me reacomodo contra su pecho. Todo mi cuerpo está luchando contra sí mismo. La parte izquierda de mi cerebro me está diciendo que esto está mal de alguna manera, la parte derecha está esperando escucharla cantar otra vez, mi estómago está en ninguna parte para ser encontrado, y mi corazón está golpeándose la cara con un brazo y abrazándose a sí mismo con el otro.

Nunca podría tener esta oportunidad otra vez, así que envuelvo mi brazo sobre ella y comienzo a tocar. Cierro los ojos y busco los latidos de su corazón, que se han calmado un poco desde la primer canción. La vibración de su voz se encuentra con mi mejilla, y juro que mi corazón se estremece.

Ella se siente como imaginaba que su voz se sentiría durante una canción, pero multiplicado por mil. Me centro en como su voz se mezcla con la vibración de la guitarra, y estoy completamente asombrado.

Quiero “escuchar” el registro de su voz, pero es difícil sin usar mis manos para sentir. Alejo mi mano de la guitarra y dejo de tocar. Así de sencillo, ella deja de cantar. Niego con la cabeza y hago el movimiento de en círculo con el dedo en el aire, queriendo que siga cantando a pesar de que ya no estoy tocando los acordes.

Su voz se eleva de nuevo, y sigo presionando firmemente mi oído contra su pecho mientras pongo la palma de mi mano contra su estómago. Sus músculos se aprietan bajo mi mano, pero no deja de cantar. Puedo sentir su voz en todas partes. Lo puedo sentir en mi cabeza, en mi pecho, contra mi mano.

Me relajo contra ella y escucho el sonido de una voz por primera vez.

***

Envuelvo mi brazo alrededor de la cintura de Martina y la jalo más cerca.

Puedo sentirla luchando debajo de mí, así que la aprieto con más fuerza. No estoy preparado para que se vaya a casa. Se golpea la frente con la mano, y me está levantando de su pecho mientras intenta zafarse de debajo de mí.

Ruedo sobre mi espalda para dejarla salir de la cama, pero en cambio, ella golpea mis mejillas. Abro los ojos y miro hacia arriba para ver a Lali cernirse sobre mí. Su boca se mueve, pero mi visión está demasiado empañada como para ver lo que está tratando de decir. Por no hablar de la luz estroboscopia que no está ayudando.

Espera. No tengo una luz estroboscopia.

Me siento hacia arriba en la cama. Lali me da mi teléfono y comienza a escribirme un mensaje, pero mi teléfono está muerto. ¿Nos quedamos dormidos?

Las luces. Las luces se prenden y apagan.  


Agarro el teléfono de la mano de Lali para comprobar la hora: 8:15 a.m. También leo el mensaje que trató de enviarme.

Lali: Hay alguien en la puerta de tu dormitorio.

Nico no estaría tan temprano un viernes. Es su día libre.

Viernes.

Martina.

¡MIERDA!

Me apresuro a saltar de la cama y agarro a Lali por las muñecas, luego la ayudo a ponerse de pie. Se ve sorprendida porque estoy entrando en pánico, pero tiene que regresar rápidamente a su habitación. Abro la puerta del baño y le señalo que tome esa ruta. Ella camina hacia el baño, y luego se da la vuelta y regresa a mi habitación. La agarro por los hombros y la fuerzo de nuevo al cuarto de baño. Aleja mis manos y señala a mi dormitorio.

—¡Quiero mi teléfono! —dice, señalando hacia mi cama. Recupero su teléfono, pero antes de entregárselo, escribo un texto sobre el mismo.

Yo: Lo siento, pero creo que esa es Martina. No puedes estar aquí, o ella tendrá una idea equivocada.

Le entrego el teléfono, y lee el mensaje, luego me mira. —¿Quién es Martina?
¿Quién es Martina? ¿Cómo demonios no puede recordar...?

Oh.

Es imposible, ¿nunca le mencioné a Martina?

Tomo su teléfono nuevamente.

Yo: Es mi novia.

Mira el mensaje, y su mandíbula se tensa. Poco a poco lleva sus ojos a los míos nuevamente, y arrebata su teléfono de mi mano, agarra el pomo de la puerta y camina de regreso al cuarto de baño. La puerta se cierra en mi cara.
Esa no era la reacción esperada.

Pero no tengo tiempo para responder, porque mi luz sigue parpadeando. Me dirijo directamente a la puerta del dormitorio y la desbloqueo, luego la abro.

Nico está de pie en la puerta, con el brazo presionado contra el marco. No hay señales de Martina.

Mi pánico se calma al instante mientras camino hacia atrás y caigo sobre mi cama. Eso podría haberse puesto feo. Miro hacia Nico, porque obviamente está aquí por algo.
  
—¿Por qué no contestas mis mensajes? —Indica desde la puerta.

—Mi teléfono murió. —Agarro mi teléfono y lo coloco sobre la base del cargador en la mesa de noche.

—Pero nunca dejas tu teléfono sin batería.

—Hay una primera vez para todo —señalo.

Asiente, pero de un modo molesto y sospechoso, como queriendo decir: escondes algo.

O tal vez sólo estoy siendo paranoico.

—Estás escondiendo algo —hace señas.

O tal vez no estoy siendo paranoico.

—Y acabo de revisar la habitación de Lali. —Arquea una ceja sospechosa—. Ella no estaba allí.

Echo un vistazo al cuarto de baño, y luego miro de regreso a Nico, preguntándome si debería mentir al respecto. Todo lo que hicimos fue dormir. —Lo sé. Estuvo aquí.

Mantiene su expresión severa. —¿Durante toda la noche?

Asiento casualmente. —Trabajábamos en las canciones. Supongo que nos quedamos dormidos.

Está actuando extraño. Si no lo supiera, pensaría que estaba celoso. Espera. Lo sé. Está celoso.

—¿Esto te molesta, Nico?

Se encoge de hombros y responde con señas. —Sí. Un poco.

—¿Por qué? Pasas casi todas las noches en la cama de Eugenia.

Niega con la cabeza. —No es eso.

—¿Qué es, entonces?

Aleja la mirada, y puedo ver la incomodidad cruzar su cara antes de que exhale. Hace la señal que indica el nombre de Martina. Trae sus ojos hacia los míos. —No puedes hacer esto, Peter. Has hecho esta elección hace años, y entonces traté de decirte lo que pensaba de ello. Pero seguiste adelante con eso, y si tengo que ser el amigo molesto para recordártelo, que así sea.

Me estremezo, porque me molesta como se está refiriendo a mí y a mi relación con Martina. —No te refieras a mi relación con Martina como “eso” nunca más.

Su expresión es de disculpa. —Sabes lo que quiero decir, Peter.

Me paro y camino hacia él. —¿Cuánto tiempo hemos sido mejores amigos?  


Se encoge de hombros. —¿Eso es todo lo que soy para ti? ¿Un mejor amigo? Peter, pensé que éramos mucho más que eso. —Sonríe como si estuviera tratando de ser gracioso, pero no me río. Cuando ve lo mucho que sus palabras me han molestado, su expresión se vuelve seria rápidamente—. Diez años.

—Diez. Diez años. Me conoces mejor que eso, Nico.

Asiente, pero su rostro sigue lleno de dudas.

—Adiós —señalo—. Cierra la puerta al salir. —Me doy vuelta y camino de regreso a mi cama, y cuando me enfrento a la puerta de nuevo, se ha ido.

5 comentarios:

  1. Hola soy nueva, me lei todas tus noves me encantan! Espero el prox genia!! Besos

    Belu

    ResponderEliminar
  2. a Lali no le va gustar ni un poco ....
    como se llama el libro??
    massss @x_ferreyra07

    ResponderEliminar
  3. Ahhh para como de linda era la situación !!!
    Nah a mi no LANZANI te encanto estar así con Lali!!!!
    Uhhhhh se quedaron dormidos !!!
    Nah todos los puntos que llevabas ganados se fueron al carajo!!!
    Y a Nico no le gusta la relación de Peter y Martina porque será?!!
    Que para con Lali y Peter ahora más me gusta mucho

    ResponderEliminar