sábado, 28 de junio de 2014

Capitulo 15

Capitulo 15



Lali

Yo: ¿Qué te está tomando tanto tiempo? ¿Estás escribiendo un maldito libro?

No sé si el estar frotando sus hombros lo está haciendo dormir, pero ha estado mirando su teléfono por unos sólidos cinco minutos.

Peter: Lo siento. Me perdí en mis pensamientos.

Yo: Puedo verlo. Así que, ¿Sounds of Cedar?

Peter: Es una larga historia. Permíteme buscar mi portátil.

Abro nuestros mensajes de Facebook en mi teléfono. Cuando se gira, se recuesta contra un mostrador a varios metros de distancia. Soy consciente del hecho de que ha puesto espacio entre nosotros, y me hace sentir incómoda de algún modo, porque sé que no debería haber estado frotando sus hombros. Es demasiado, considerando lo que sucedió entre nosotros en el pasado, pero me siento como si fuera mi culpa que sus hombros dolieran en primer lugar.

Realmente no se queja acerca de lo que tocar en el suelo está haciéndole, pero puedo decir que duele algunas veces. Especialmente después de noches como la de ayer, cuando escribimos por tres horas seguidas. Le pedí que comenzara a tocar en el suelo porque las cosas parecen ser más difíciles cuando está en la cama. Si todavía no tuviera semejante atracción por la forma en que toca la guitarra, eso podría no ser un gran problema.

Pero todavía tengo una atracción evidente por la forma que toca la guitarra. Y diría que tengo una evidente atracción hacia él, aunque atracción ni siquiera comienza a definirlo. Ni siquiera voy a tratar de definir cómo me siento por él, me niego a permitirle a mis pensamientos llegar hasta allí. Ni ahora, ni nunca.

Peter: Todos habíamos estado tocando por diversión durante seis meses antes de que consiguiéramos nuestro primer concierto real en un restaurante local. Necesitaban que les diéramos el nombre de nuestra banda para que pudieran colocarnos en el programa. En realidad, nunca nos habíamos considerado una banda real antes de eso, ya que todo era diversión, pero esa noche, acordamos que tal vez para las cosas locales, como el restaurante, sería bueno tener un nombre. Todos nos turnamos haciendo sugerencias, pero parecíamos no poder estar de acuerdo en nada. En un punto, Gaston sugirió que nos llamáramos Freak Frogs. Me reí. Le dije que sonaba como una banda punk, que necesitábamos un nombre con un sonido acústico. Se molestó y dijo que yo realmente no debería tener permitido comentar sobre cómo sonaba la música o los títulos, ya que, bueno, sí, aburridas bromas sobre sordos de mi hermano pequeño de dieciséis años.

De cualquier modo, a Nico no le gustaba cuan imbécil era Gaston en ese entonces, así que dijo que yo debería escoger el nombre de la banda y todos tuvieron que estar de acuerdo con eso. Gaston se enojó y salió hecho una furia, dijo que no quería estar en la banda de todas maneras. Sabía que sólo estaba haciendo una rabieta. No las tenía con frecuencia, pero las tenía, y lo entendía. Quiero decir, el chico prácticamente no tenía padres, y estaba criándose solo, así que pensaba que era malditamente maduro a pesar de las rabietas esporádicas. Les dije a los chicos que quería pensarlo por un momento. Traté de inventar nombres que creía que significarían algo para todos, pero mayormente para Gaston. Pensé en lo que me había hecho escuchar música en primer lugar.

Gaston tenía más o menos dos años de edad, y yo tenía cinco. Ya he compartido contigo todas las cualidades que mis padres poseían, así que no regresaré a eso. Pero además de todas sus adicciones, también les gustaba festejar. Nos enviaban a nuestras habitaciones por la noche, una vez que todos sus amigos llegaban. Me di cuenta de que Gaston siempre usaba los mismos pañales cuando se despertaba que cuando iba a la cama. Nunca lo comprobaban. Nunca lo alimentaban en la noche o lo cambiaban, o siquiera lo revisaban para ver si respiraba. Eso era algo que ocurría probablemente desde que era un bebé, pero realmente nunca lo noté hasta que comencé la escuela, porque creo que era simplemente demasiado joven. No teníamos permitido dejar nuestras habitaciones en la noche. No recuerdo por qué tenía tanto miedo de abandonar mi habitación, pero estoy seguro que había sido castigado por ello antes, o no me habría molestado. Esperaba hasta que las fiestas acabaran y mis padres se fueran a dormir antes de poder dejar mi habitación e ir a comprobar a Gaston. El problema con eso era que no podía escuchar, así que nunca sabía cuándo la música se detenía, y nunca sabía si se habían ido a su habitación, porque no tenía permitido abrir mi puerta. En lugar de arriesgarme a ser atrapado, sólo presionaba mí oído contra el suelo y sentía las vibraciones de la música. Cada noche, me tendía ahí sin saber por cuanto tiempo, esperando a que la música se detuviera. 

Comencé a reconocer las canciones basándome en cómo se sentían a través de suelo, y aprendí a predecir qué canciones iban después, porque reproducían los mismos álbumes noche tras noche. Incluso comencé a aprender cómo tamborilear al compás del ritmo. Después de que música se detuviera finalmente, mantenía mi oído presionado contra el suelo y esperaba a que las pisadas de mis padres me indicaran que se habían marchado a su habitación.

Una vez que sabía que no había moros en la costa, iba a la habitación de Gaston y lo llevaba de regreso a la cama conmigo. De esa manera, cuando se despertara llorando, podría ayudarlo. Lo que me trae de regreso al punto de esta historia, como llegué al nombre de la banda. Aprendí como diferenciar acordes y sonidos durante todas esas noches, con mi cuerpo y mis oídos presionados contra el piso de cedro. Así que… Sounds Of Cedar.

Inhala, exhala.

Latido, latido, pausa.

Contrae, expande.

Ni siquiera me doy cuenta de que estoy tan nerviosa hasta que veo la blancura en mis nudillos mientras sujeto el teléfono. Ambos permanecemos quietos por varios minutos mientras estoy intentando sacar la imagen de un Peter de cinco años de mi cabeza.

Es desgarrador.

Yo: Supongo que eso explica cómo puedes diferenciar tan bien las vibraciones. Y supongo que Gaston estuvo de acuerdo una vez que le dijiste el nombre, porque, ¿cómo podría no apreciar eso?

Peter: Gaston no conoce la historia. Una vez más, eres la primera persona con la que alguna vez la he compartido.

Levanto la mirada de regreso a la suya e inhalo, pero por mucho que lo intento, no puedo recordar cómo exhalar. Está a unos buenos tres metros de distancia, pero me siento como si cada parte de mí que sus ojos miran, estuviera siendo directamente tocada por él. Por primera vez en mucho tiempo, temor se graba de nuevo en mi corazón. Temor de que en uno de estos momentos, será uno que ninguno de los dos podrá resistir.

Deja su portátil en el mostrador y cruza los brazos sobre su pecho. Antes de que sus ojos encuentren los míos, su mirada cae en mis piernas, y luego lentamente recorre toda la extensión de mi cuerpo. Sus ojos están estrechos y concentrados. El modo en que me mira me hace querer arrojarme contra el congelador y hacerme un ovillo dentro.

Sus ojos están centrados en mi boca, y silenciosamente traga. Busca a su lado y recoge su teléfono.

Peter: Date prisa, La. Necesito un defecto enorme, y lo necesito ahora.

Fuerzo una sonrisa, a pesar de que mis entrañas están gritando que no le escriba un defecto como respuesta. Es como si mis dedos estuvieran luchando contra ellos mismos mientras vuelvan sobre la pantalla frente a mí.

Yo: Algunas veces cuando estoy frustrada contigo, espero hasta que alejes la mirada, y luego te grito cosas malas.

Se ríe, luego me mira nuevamente. —Gracias —gesticula en silencio.

Es la primera vez que ha gesticulado palabras, y si no estuviera alejándose de mí ahora, estaría rogándole que lo hiciera de nuevo.

Corazón 1.

Lali 0.

Es después de medianoche, pero finalmente terminamos añadiendo glaseado al quinto y último pastel. Él limpia el restante de los ingredientes de la encimera mientras aseguro el plástico transparente alrededor del molde para pastel y lo deslizo hacia los otros cuatro moldes.

Peter: ¿Finalmente llegaré a conocer tu violento lado alcohólico mañana en la noche?

Yo: Creo que podrías hacerlo.

Sonríe y apaga la luz de la cocina. Camino hacia la sala de estar para apagar el televisor. Nico y Eugenia deberían venir a casa en algún momento de la próxima hora, así que dejo la lámpara encendida en la sala de estar.

Peter: ¿Será raro para ti?

Yo: ¿Estar ebria? No. Soy bastante buena en ello.

Peter: No. Me refiero a Martina.

Levanto la mirada hacia él. Está de pie frente a la puerta de su habitación, observando el teléfono, sin hacer contacto visual conmigo. Parece nervioso por siquiera hacer la pregunta.

Yo: No te preocupes por mí, Peter.

Peter: No puedo evitarlo. Siento como si te he puesto en una situación incómoda.

Yo: No lo has hecho. Quiero decir, no me mal entiendas. Ayudaría si no fueras tan atractivo, pero espero que Gaston se parezca mucho a ti. De ese modo, cuando estés divirtiéndote con Martina mañana en la noche, puedo tener un trago y diversión salvaje con tu hermano pequeño.

Presiono enviar, luego inmediatamente jadeo. ¿Qué demonios estaba pensando? Eso no fue gracioso. Se suponía que fuese gracioso, pero es después de medianoche, y nunca soy graciosa después de medianoche.

Mierda.

Peter todavía está mirando la pantalla en su teléfono. Su mandíbula se mueve y niega con la cabeza ligeramente, luego me mira como si acabase de dispararle en el corazón. Deja caer su brazo y pasa su mano libre a través de su cabello, luego se gira y camina hasta su habitación.

Apesto.

Me apresuro en su dirección y pongo mi mano en su hombro, pidiéndole que se gire. Rueda su hombro para quitar mi mano pero se detiene, sólo girándose para enfrentarme parcialmente con una expresión cautelosa. Lo rodeo para estar delante de él, de modo que está obligado a mirarme.

—Estaba bromeando —digo, lentamente y con mucha seriedad—. Lo siento.
Sus rostro todavía está tenso y rígido, e incluso un poco decepcionado, pero levanta su teléfono y comienza a escribir de nuevo.

Peter: Y ahí está el problema, Lali. Deberías poder estar con quien quieras estar, y no debería importarme una mierda.

Inhalo una bocanada de aire. En el principio me enoja, pero luego me concentro en esas dos palabras que revelan toda la verdad detrás de su declaración.

No debería.

No dijo “no me importa una mierda” dijo “no debería importarme una mierda”.
Levanto la mirada hacia él, y su rostro está tan lleno de dolor que es desgarrador.

No quiere sentirse de este modo. No quiero que se sienta de este modo.

¿Qué demonios estoy haciéndole?

Pasa ambas manos por su cabello, levanta la mirada hacia el cielo raso, y frota sus ojos cerrados. Permanece de pie de ese modo por un rato, luego exhala y deja caer la mano hasta sus caderas, bajando sus ojos hasta el piso.

Se siente tan culpable que ni siquiera puede mirarme.

Sin hacer contacto visual, levanta un brazo y agarra mi muñeca, luego tira de mí hacia él. Me aplasta contra su pecho, envuelve un brazo alrededor de mi espalda y curva su otra mano en la parte posterior de mi cabeza. Mis brazos están cruzados y atrapados entre nosotros mientras su mejilla descansa contra la parte superior de mi cabeza. Suspira pesadamente.

No me alejo de él para de escribirle un defecto, porque no creo que necesite hacer eso ahora mismo. La manera en que está sosteniéndome es diferente, no como todas las veces en las pasadas semanas cuando hemos tenido que separarnos para respirar.

Me sostiene como si fuera una parte de él, una parte herida de su corazón, y está dándose cuenta de cuanto esa extensión necesita ser acabada.

Estamos de pie de ese modo por varios minutos, y comienzo a perderme en el modo que está envuelto a mi alrededor. La manera en que me sostiene me da un vistazo de cómo podrían ser las cosas entre nosotros. Trato de enviar esas cuatro pequeñas palabras al fondo de mi cabeza, las cuatro palabras que siempre consiguen aparecer cuando estamos juntos.

Tal vez algún día.

El sonido de las llaves golpeando la encimera detrás de mí me devuelve a la realidad. Me alejo y Peter hace lo mismo tan pronto como siente mi cuerpo encogiéndose contra el suyo. Mira sobre mi hombro hacia la cocina, así que me giro. Nico acaba de entrar por la puerta principal. Su espalada está hacia nosotros, y está quitándose los zapatos.

—Solo voy a decir esto una vez, y necesito que me escuches —dice Nico
. Todavía no está mirándonos, pero soy la única en el apartamento que puede escucharlo, así que sé que dirige su comentario hacia mí—. Él nunca la dejará, Lali.

Camina hacia su habitación sin una mirada sobre su hombro, dejándole creer a Peter que ni siquiera nos vio. Sus ojos todavía están en la puerta de Nico.

Cuando regresan a los míos, están llenos de tantas cosas que sé que desea poder decir.

Pero no lo hace. Sólo se gira y camina hacia su habitación, cerrando la puerta detrás de él.

Permanezco completamente inmóvil mientras dos enormes lágrimas caen de mis ojos, marcando en mis mejillas un camino de vergüenza.

Peter

Gaston: De verdad amo la lluvia. Parece que estaré allí temprano. Sin embargo, voy solo. Los chicos no pueden.

Yo: Te veo cuando llegues aquí. Oh, y antes que te vayas mañana, asegúrate de sacar toda tu mierda de la habitación de Lali.

Gaston: ¿Estará ahí? ¿Finalmente conseguiré conocer a la chica que fue traída a la tierra para nosotros?

Yo: Si, estará aquí.

Gaston: No puedo creer que nunca he preguntado esto, pero ¿es sexy?

Oh, no.

Yo: Ni siquiera lo pienses. Ha pasado por mucha mierda como para ser agregada a tu lista de rollos de una noche.

Gaston: Estamos territoriales, ¿no es así?

Lanzo mi teléfono a la cama y ni siquiera me molesto en responder. Ponerla fuera de sus límites, sólo hará que intente más fuerte.

Cuando ella hizo la broma sobre follar con él anoche, sólo intentaba añadir un poco de humor a la seriedad de la situación, pero me aterrorizó la manera en que su texto me hizo sentir.

No era porque envió un mensaje sobre estar con alguien. Lo que me asustó fue mi reacción involuntaria. Quería estrellar el teléfono contra la pared y destrozarlo en millones de pedazos, y luego arrinconarla contra la pared y mostrarle en todas las maneras que podría asegurarme de que nunca pensara nuevamente en otro hombre.

No me gustó sentirme de esa manera. Probablemente debería animar a Gaston. Tal vez si Lali en realidad comenzara a salir con alguien más, eso sería lo mejor para mi relación con Martina.

Guau.

La ola de celos que me invadió se sintió más como un tsunami.

Salgo de la habitación y me dirijo a la cocina para ayudar a Lali a juntar las cosas de la cena antes de que todos lleguen. Me detengo cuando la veo inclinada, hurgando entre las cosas del refrigerador. Está usando el vestido azul de nuevo.

Odio cuando Nico tiene razón. Mis ojos lentamente bajan por el vestido, por sus bronceadas piernas y suben otra vez. Exhalo y pienso en pedirle que se cambie. No estoy seguro de poder lidiar con esto, especialmente cuando Martina llegue.

Lali se endereza, alejándose del refrigerador, y va hacia la encimera. Me doy cuenta que está hablando, pero no me habla a mí. Saca un bol del refrigerador, y su boca sigue moviéndose, tan naturalmente. Echo un vistazo al resto del apartamento para ver con quién habla.

Y ahí es cuando ambas mitades de mi corazón, las cuales siguen, de alguna manera, unidas por una fibra invisible, se quiebran y se separan completamente.

Martina está de pie frente a la puerta del baño, mirándome fijamente. No puedo leer su expresión, porque no es una a la que he estado expuesto antes. La mitad de mi corazón, la que le pertenece a ella, comienza a entrar en pánico.

Luce inocente, Peter. Luce inocente. Todo lo que hiciste fue mirarla.

Sonrío. —Ahí está mi chica —indico mientras camino hacia ella. El hecho de que soy capaz de esconder mi culpa parece alejar su preocupación. Me sonríe y envuelve sus brazos en mi cuello cuando llego a ella. Deslizo mis brazos alrededor de su cintura y la beso por primera vez en dos semanas.

Dios, la he extrañado. Se siente tan bien. Tan familiar.

Huele bien, sabe bien, y es buena. La he extrañado tan malditamente demasiado. Beso su mejilla, su barbilla y su frente, y amo estar tan aliviado de tenerla aquí. En los días pasados, había empezado a temer no tener esta reacción la próxima vez que la viera.

—Realmente tengo que ir. Largo viaje. —Hace un gesto de dolor, apunta a la puerta detrás de ella, y le doy otro beso rápido. Una vez que está dentro del baño, lentamente me volteo para observar la reacción de Lali.

He sido lo más franco y honesto con Lali como posiblemente puedo ser sobre mis sentimientos por Martina, pero sé que no es fácil para ella vernos juntos. No hay manera de evitarlo. ¿Acepto mi relación con Martina para evitar los sentimientos de Lali? ¿O acepto mis sentimientos hacia Lali para evitar la relación con Martina? Desafortunadamente, no hay punto medio. No hay elección correcta. Mis acciones están comenzando a partirse directamente por la mitad, justo como mi corazón.

La enfrento, y nuestros ojos se encuentran brevemente. Se centra nuevamente en el pastel frente a ella e inserta las velas. Cuando termina, sonríe y vuelve a mirarme. Ve la preocupación en mi rostro, entonces da una palmada en su pecho y hace la señal “está bien” con su mano.

Me asegura que está bien. Prácticamente tengo que obligarme a alejarme cada noche, luego actúo como neandertal con mi novia en frente de ella… ¿y me tranquiliza?

Su paciencia y entendimiento con toda esta jodida situación debería alegrarme, pero tienen el efecto contrario. Me decepciona porque hace que me guste mucho más.

No puedo ganar sin perder.

***

Peculiarmente, Martina y Lali parecen divertirse juntas en la cocina preparando los ingredientes para un chili. No pude soportarlo, así que volví a mi habitación y me di cuenta de todo el trabajo que tenía para ponerme al día.

Tan buena como Lali es con esto, yo no soy hábil. Era raro para mí cada vez que Martina me besaba, se sentaba en mi regazo o pasaba su dedo seductoramente por mi pecho. Lo cual, pensando un poco en ello, era un poco extraño. Francamente, nunca es tan íntima cuando salimos, entonces o bien se está sintiendo un poco territorial, o ella y Lali se han intoxicado con el limpiador.

Martina entra en mi habitación justo cuando cierro la portátil. Se arrodilla al final de la cama, se inclina y se dirige hacia mí. Me observa con una coqueta sonrisa, así que dejo la computadora a un lado y le sonrío de vuelta.

Gatea a mi cuerpo hasta que estamos cara a cara, y luego se sienta sobre sus talones, a horcajadas en mí. Levanta una ceja y ladea su cabeza. —Estabas mirándole el trasero.

Mierda.

Esperaba que ese momento llegara y se fuera.

Me río, ahueco mis manos en su culo y la acerco. Lo dejo ir, traigo mis manos de vuelta frente a ella y le respondo—: Salí de mi habitación para ver un trasero apuntando hacia aquí. Soy un chico. Los chicos se dan cuenta de esas cosas, desafortunadamente. —La beso y luego me retiro.

No está sonriendo. —Es realmente agradable —señala Martina—. Y bonita. Y divertida. Y talentosa. Y…

La inseguridad en sus palabras me hace sentir como un idiota, así que agarro sus manos y la interrumpo. —Ella no es tú —le digo—. Nadie nunca puede ser tú, Martina. Nunca.

Sonríe con poco entusiasmo, sitúa sus palmas a cada lado de mi rostro y lentamente las baja hasta mi cuello. Se inclina y presiona su boca con la mía con tanta fuerza que puedo sentir el miedo irradiando de ella.

Miedo que yo puse ahí.

Tomo su rostro y la beso con todo lo que tengo, haciendo lo que puedo para alejar sus preocupaciones. La última cosa que la chica necesita es algo más para estresarlas.

Cuando se aleja de mí, sus rasgos aún siguen repletos de cada emoción negativa que he pasado ayudándola a ahogar en los últimos cincos años.

—¿Peter? —se detiene, luego baja la mirada mientras deja salir un largo y controlado suspiro. El nerviosismo en su conducta envuelve mi corazón y lo estruja. Lleva sus ojos cautelosamente de vuelta a los míos—. ¿Le dijiste sobre mí? ¿Ella sabe? —Busca en mi mirada una respuesta a la pregunta que nunca debería haber sentido la necesitad de hacer.

¿No me conoce hasta ahora?

—No. Dios, no, Martina. ¿Por qué haría eso? Esa siempre ha sido tu historia para contar, no mía. Nunca haría eso.

Sus ojos se llenan de lágrimas, e intenta suprimirlas. Dejo que mi cabeza caiga contra la cabecera. Ella aún no tiene idea de cuán lejos iría por ella.

Alejo mi cabeza de la cabecera y la miro fijamente a los ojos. —Hasta el final de la tierra, Martina. —Señalo, repitiendo nuestra frase.

Ella fuerza una triste sonrisa. —Y de regreso.

5 comentarios:

  1. Oohh xq ek esta obligado con ella? Q tiene??? Masss

    ResponderEliminar
  2. Ahhhhhhhhhhh!!!
    Nskskskkskaka como Peter puede hacer eso delante de Lali !!?
    Si todo bien es tu novia pero estas coqueteando con Lali a diario y llega Martina y eres así!!
    Uhh Martina lo vio!! E imagino lo mucho que sufre Lali viéndolos!!
    QUE HISTORIA??? QUE LE DEBE PETER A MARTINA O PORQUE ESTÁN JUNTOS????

    ResponderEliminar
  3. Uhhhhh que cap!!
    El comentario de Nico mato a Lali!!
    Como puede Peter hacer eso enfrente de Lali osea si Martina es su novia pero coquetea con Lali siempre!!!
    Ay me imagino lo mucho que sufre Lali viéndolos!!
    QUE HISTORIA?!
    PORQUE PETER NUNCA DEJARA A MARTINA?!
    LE DEBE Algo o así?!

    ResponderEliminar