Capitulo 9
Si Peter y Lali me desesperan y me fustran ¡No puede ser! Lali queremos que seas una Rochi jajajaja no es cierto ya seguiran leyendo y veran como va la nove. Perdon por abandonarlas por tres días, la verdad es que no tengo excusas. Pero aqui les dejo 4 capitulos. Gracias a todos los que han estado comentando y los que no ver que saber que leen y que les gusta la adaptacion me hace feliz el día. No subire hasta mañana porque me agarraron ganas de ver casi angeles jajajajja y terminar un libro que tengo a la mitad. ¡Buenas Noches!
Lali
No tengo idea de a
dónde vamos, pero estoy haciendo mi mejor esfuerzo para aparecer comprometida.
Estoy en el asiento trasero con Nico, y él me está hablando acerca de la banda,
explicando su participación en la misma. Hago las preguntas adecuadas y asiento
en los momentos correctos, pero mi mente no está aquí en absoluto.
Sé que no puedo
esperar que el dolor y la angustia desaparezcan tan rápidamente, pero hoy ha
sido el peor día desde mi cumpleaños. Me doy cuenta de que todo el dolor que he
sentido no ha sido tan malo porque he tenido a Peter esta semana. No sé si es
la forma en que trae alivio cómico cuando está cerca o si es porque realmente
desarrollaba un enamoramiento, pero los momentos que pasé con él eran los
únicos en que sentí remotamente feliz. Eran las únicas veces que no pensaba en
lo que Benjamin y Rochi me hicieron.
Pero ahora, verlo en
el asiento delantero con su mano apretando la de Martina... no me gusta. No me
gusta la forma en que su pulgar de vez en cuando roza hacia atrás y adelante.
No me gusta la forma en que ella lo mira. En especial no me gusta la forma en
que él la mira. No me gustó la forma en que deslizó los dedos en los de ella
cuando llegamos a la parte inferior de las escaleras del apartamento. No me
gustó la forma en que abrió la puerta, y luego puso su mano en su espalda
mientras ella se subía en el coche. No me gustó la forma en que tuvieron una
conversación silenciosa mientras él ponía el coche en reversa. No me agrado
cómo se río de lo que dijo y luego la atrajo hacia él para que pudiera besarla
en la frente. No me gusta cómo todas estas cosas me hacen sentir como si los
únicos buenos momentos que he tenido desde la semana pasada han acabado.
Nada ha cambiado.
Nada importante sucedió entre nosotros dos, y sé que continuaremos de la manera
en que había sido antes. Seguiremos escribiendo letras juntos. Aún podría
escucharme cantar. Aún seguimos interactuando de la manera que hemos hecho
desde que lo conocí, por lo que esta situación no debería estar molestándome.
Sé en mi corazón que no quería que pasara nada con él, sobre
todo en este momento de mi vida. Sé que tengo que estar sola. Quiero estar
sola. Pero también sé que la razón por la que me siento tan conflictiva por
toda esta situación es que tuve un poco de esperanza. Aunque no estaba lista
para nada en este momento, pensé que la posibilidad estaría allí. Supuse que
tal vez algún día, cuando estuviera lista, las cosas se podrían haber
desarrollado entre nosotros.
Sin embargo, ahora
que Martina está en la foto, me doy cuenta de que no puede haber un tal vez
algún día entre nosotros. Nunca habrá un tal vez algún día. Él la
ama, y ella obviamente lo ama a él, y no puedo culparlos, porque lo que tienen
es hermoso. La forma en que se miran entre sí, interactúan y obviamente se
preocupan por el otro es algo que no me había dado cuenta de que faltaba entre
Benjamin y yo.
Tal vez algún día
voy a tener eso, pero no será con Peter, y saber eso disminuye cualquier rayo
de esperanza que brilló a través de la tormenta de mi semana.
Jesús, soy tan
deprimente.
Odio a Benjamin.
Realmente odio a
Rochi.
Y en este momento,
soy tan patéticamente miserable que incluso me odio a mí misma.
—¿Estás llorando? —pregunta
Nico.
—No.
Él asiente. —Sí, lo
estás. Estás llorando.
Niego con la cabeza.
—No lo estoy.
—Estabas a punto de
hacerlo —dice, mirándome con simpatía. Él pone su brazo alrededor de mi hombro
y me tira contra él—. Ánimo, pequeña. Tal vez esta noche podemos encontrar a
alguien que pueda quitar el pensamiento de ese ex novio idiota de esa linda
cabecita tuya.
Me río y le doy una
palmada en el pecho.
—Me gustaría ser
voluntario para hacerlo, pero a Eugenia no le gusta compartir —dice—. Ella es
un poco perra, por si no lo has notado.
Me río de nuevo,
pero cuando mis ojos encuentran los de Peter en el espejo retrovisor, mi
sonrisa se desvanece. Su mandíbula es firme, y sus ojos se traban con los míos
por unos segundos antes de que se vuelva a centrar en la carretera frente a él.
Es ilegible la mayor
parte del tiempo, pero juraría que vi un pequeño destello de celos detrás de
esos ojos. Y no me gusta que verlo celoso porque me estoy inclinando contra
Nico se sienta realmente bien.
Cumplir veintidós a podrido mi alma. ¿Quién soy, y por qué
estoy teniendo estas reacciones horribles?
Nos detenemos en el
estacionamiento de un club. He estado aquí un par de veces con Rochi, así que
me siento aliviada de que no será completamente desconocido. Nico toma mi mano
y me ayuda a salir del auto, luego pone un brazo alrededor de mis hombros y
camina conmigo hacia la entrada.
—Te propondré un
trato —dice—. Voy a mantener mis manos lejos de ti esta noche para que los
chicos no asuman que estás locamente enamorada de mí. Odio a los chaperones, y
me niego a ser uno. Pero si alguien te hace sentir incómoda, sólo mírame y dame
una señal para que pueda lanzarme en picada y sacarte de la situación.
Asiento. —Suena como
un plan. ¿Qué tipo de señal no te doy?
—No lo sé. Puedes
lamerte los labios seductoramente. Tal vez apretar tus pechos.
Le doy un codazo en
el costado. —¿O tal vez puedo simplemente rascarme la nariz?
Se encoge de
hombros. —Eso también funciona, supongo. —Abre la puerta, y todos entramos. La
música es abrumadora, y al segundo en que las puertas se cierran detrás de
nosotros, Nico se inclina a gritar en mi oído—. Por lo general, las cabinas
abren en el nivel del balcón. ¡Vayamos allí! —Aprieta su agarre en mi mano, y
luego se vuelve hacia Peter y Martina y gesticula para que nos sigan.
No he tenido que usar
el código secreto que Nico y yo acordamos, y hemos estado aquí por más de dos
horas ahora. He bailado con varias personas, pero tan pronto como termina la
canción, sonrió cortésmente y regresó a la cabina. Nico y Martina parecen haber
impactado en el suministro de licor, pero Peter no ha bebido ni una gota. Además
de un trago que Nico me convenció para tomar apenas llegamos, no he bebido
nada, tampoco.
—Me duelen los pies
—digo.
Martina y Peter han
bailado un par de veces, pero eso fue en las canciones lentas, así que decidí
no verlos.
—¡No! —dice Nico,
tratando de tirar de levantarme—. ¡Quiero bailar!
Niego con la cabeza. Está borracho y ruidoso, y cada vez que
intento bailar con él, termina masacrando mis pies casi tanto como masacra los
movimientos.
—Yo bailaré contigo
—le dice Martina. Pasa sobre Peter en la cabina, y Nico toma su mano. Se
dirigen hacia el nivel inferior para bailar, y es la primera vez Peter y yo
hemos estado solos en la cabina.
No me gusta.
Me gusta.
No.
Sí.
¿Lo ves? Alma
podrida. Dañada, podrida alma.
Peter: ¿Te diviertes?
No realmente, pero
asiento, porque no quiero ser esa chica molesta y con el corazón roto que
quiere que todos a su alrededor sientan lo miserable que es.
Peter: Necesito decir algo, y podría estar fuera
de lugar aquí, pero estoy tratando de mejorar en la forma no intencional que te
omito cosas.
Levanto la vista
hacia él y asiento con la cabeza de nuevo.
Peter: Nico está enamorado de Eugenia.
Leo su texto dos
veces. ¿Por qué necesitaría decirme eso? A menos que piense que me gusta Nico.
Peter: Él siempre ha sido un ligón, así que sólo
quería aclarar eso. No quiero que te hagan daño otra vez. Eso es todo.
Yo: Agradezco tu preocupación, pero es
innecesaria. En serio. No tengo interés allí.
Sonríe.
Yo: Tenías razón. Me gusta Martina.
Peter: Sabía que lo harías. A todos les gusta
Martina. Es muy agradable.
Levanto los ojos y
miro alrededor cuando una canción de Sounds of Cedar comienza a sonar.
Me muevo hacia la parte trasera de la cabina y miro por encima de la barandilla.
Nico y Martina están de pie junto a la mesa del DJ, y Nico está interactuando
con el DJ mientras Martina baila alrededor junto a él.
Yo: Están pasando una de tus canciones.
Peter: ¿Sí? Eso siempre sucede cuando Nico está
alrededor. ¿Están pasando "Getaway"?
Yo: Sí. ¿Cómo lo supiste?
Peter presiona una
palma sobre su pecho y sonríe.
Yo: Guau. ¿Puedes diferenciar tus canciones
así?
Él asiente con la
cabeza.
Yo: ¿Cuál es la historia de Martina? Ella se
comunica muy bien. Parece bailar muy bien. ¿Tiene un nivel de pérdida de
audición diferente al tuyo?
Peter: Sí, ella tiene pérdida de audición leve.
Ella oye la mayoría de las cosas con los audífonos, que es por lo que también
habla tan bien. Y ella sí baila bien. Yo me atengo a las canciones lentas
cuando quiere que baile con ella, ya que no puedo escucharlas.
Yo: ¿Es por eso Martina habla en voz alta y
tú no? ¿Debido a que ella puede oír?
Sus ojos se mueven
hacia los míos por unos segundos, y luego vuelve a mirar su teléfono.
Peter: No, yo podría hablar si quisiera.
Debería detenerme.
Sé que probablemente está molesto por estas preguntas, pero soy demasiado
curiosa.
Yo: ¿Por qué no lo haces, entonces?
Se encoge de
hombros, pero no me textea de nuevo.
Yo: No, quiero saber. Tiene que haber una
razón. Parece como si eso fuera a hacer las cosas mucho más fáciles para ti.
Peter: Simplemente no lo hago. Me llevo muy bien
con la forma en que hago las cosas ahora.
Yo: Sí, especialmente cuando Martina y Nico
están alrededor. ¿Por qué necesitas hablar cuando ellos lo pueden hacer por ti?
Apreté enviar antes
de darme cuenta que probablemente no debería haber dicho eso. Me he dado cuenta
de que Martina y Nico hacen mucho de su conversación por él, sin embargo. Han
ordenado por él cada vez que la camarera ha pasado por la cabina, y he notado a
Nico hacerlo varias veces esta semana en diferentes situaciones.
Peter lee mi texto,
luego me mira. Parece que lo hice sentir incómodo, y lamento de inmediato haber
dicho lo que dije.
Yo: Lo siento. No quise que eso sonara en la
manera en que probablemente sonó. Sólo quería decir que parece que les dejas
hacer cosas por ti que no necesariamente tendrían que hacer si hablaras por ti
mismo.
Mi explicación
parece molestarlo incluso más que el texto inicial. Siento como si me estuviera
enterrando en un agujero.
Yo: Lo siento. Voy a parar. No me corresponde a mí juzgar tu
situación, porque obviamente no puedo ponerme en tus zapatos. Sólo trataba de
entender.
Me mira y tira de la
esquina de su labio inferior en su boca. Me he dado cuenta de que hace esto
cuando está pensando mucho acerca de algo. La forma en que sigue mirándome hace
que mi garganta se seque. Rompo su mirada, pongo la pajilla en mi boca, y tomo
un sorbo de mi refresco. Cuando miro de nuevo hacia él, está enviando mensajes
de texto nuevo.
Peter: Tenía nueve años cuando dejé de
verbalizar.
Su texto hace más a
mi estómago de lo que su mirada hizo. No sé por qué.
Yo: ¿Solías hablar? ¿Por qué dejaste de
hacerlo?
Peter: Podría llevarme un rato escribir la
explicación.
Yo: Está bien. Puedes decirme sobre ello en
casa cuando tengamos nuestros ordenadores portátiles.
Él se escabulle
hasta el borde de la cabina y observa sobre el balcón. Sigo su mirada hacia
Martina y Nico, quienes aún merodean alrededor de la cabina del DJ. Cuando ve
que todavía están ocupados, se aleja de la barandilla y se inclina sobre la
mesa, apoyando los codos delante de él mientras comienza a textear.
Peter: No se ven como si estuvieran listos para
irnos, así que supongo que tenemos tiempo ahora. Gaston y yo no tuvimos suerte
en el departamento de padres. Ambos tenían problemas con la adicción. Puede que
todavía los tengan, pero no sabríamos, porque no hemos hablado con ninguno de
ellos en años. Mi madre pasó la mayor parte de nuestra infancia en la cama,
dopada con pastillas para el dolor. Nuestro padre pasó la mayor parte de
nuestra infancia en bares. Cuando tenía cinco años, me inscribí en una escuela
para sordos. Ahí es donde aprendí el lenguaje de señas. Llegaba a casa y le
enseñaba a Gaston, porque ninguno de mis padres sabía LAS. Le enseñé porque
tenía cinco años y nunca había tenido una conversación con nadie antes. Estaba
tan desesperado por comunicarme que obligaba a mi hermanito de dos años de edad
a aprender señas como "galleta" y "ventana" para que yo tuviera
a alguien con quien hablar.
Mi corazón se hunde
en mi estómago. Levanto la vista hacia él, pero todavía está escribiendo.
Peter: Imagínate caminando a tu primer día de
clases y darte cuenta de que en realidad hay una forma de comunicarse. Cuando
vi a los niños tener conversaciones con sus manos, me quedé sorprendido.
Viví los primeros cinco años de mi vida sin saber lo que era comunicarse. La
escuela comenzó a enseñarme a formar palabras usando mi voz, cómo leer, cómo
firmar. Pasé los próximos años practicando todo lo que aprendí en Gaston. Él se
volvió tan fluido en LAS como yo. Quería que lo supiera, pero no quería usarlo
a él como mi manera de comunicarme con mis padres. Para que cuando hablara con
ellos, siempre hablara mis palabras. Yo no podía oír mi propia voz, por
supuesto, y sé que suena diferente cuando las personas sordas hablan, pero
quería una manera de comunicarme con ellos, ya que no sabían LAS.
»Un día, cuando
hablaba con mi padre, le dijo a Gaston que me dijera que me callara, entonces
hizo que Gaston hablara por mí. No entendí por qué, pero estaba enojado. Cada
vez que intentara hablar con mi padre después de eso, la misma cosa ocurriría, y
él le diría a Brennan que me dijera que dejara de hablar mis palabras. Gaston
me traduciría lo que mi padre quería que dijera. Finalmente me di
cuenta de que mi padre no quería que yo hablara, porque no le gustaba la forma
en que mi voz sonaba. Le avergonzaba que no pudiera oír. No le gustaba que
hablara cuando estábamos en público, porque las personas sabrían que era sordo,
así que me decía que me callara cada vez que lo hacía.
Un día en casa, se
enojó tanto porque todavía lo hacía que comenzó a gritarle a Gaston. Asumió que
como yo continuaba hablando mis palabras, Gaston no estaba transmitiendo el
mensaje de que él no quería que yo hablara. Estaba muy borracho ese día y llevó
su ira demasiado lejos, lo que no era poco común. Pero golpeó Gaston tan fuerte
en la cabeza que lo noqueó.
Las lágrimas
comienzan a inundar mis ojos, y tengo que inhalar una respiración relajante.
Peter: Él tenía sólo seis años, Lali. Seis.
Nunca quise darle a mi padre otra razón para golpearlo, por lo que fue el
último día que hablé en voz alta. Supongo que se convirtió en un hábito después
de eso.
Pone el teléfono
sobre la mesa y se cruza de brazos frente a él. No parece esperar una respuesta
de mi parte. Puede que ni siquiera quiera una. Me mira, y sé que ve las
lágrimas cayendo por mis mejillas, pero no reacciona a ellas. Respiro
profundamente, luego estiro la mano, tomo una servilleta y limpio mis ojos. Me
gustaría que no me viera responder de esta manera, pero no puedo retenerlo.
Sonríe suavemente y comienza a estirar la mano a través de la mesa hacia la
mía, y luego Nico y Martina reaparecen en la cabina.
Peter aparta su mano
y levanta la vista hacia ellos. Los brazos de Martina están cubiertos por los
hombros de Nico, y se ríe de nada en particular. Nico sigue intentando
apoderarse de la parte posterior de la cabina —también parece como si
necesitara apoyo, pero no puede agarrar nada. Peter y yo nos ponemos de pie y le
ayudamos. Peter aleja a Martina de Nico, y envuelvo el brazo de Nico alrededor de mis
hombros. Él presiona su frente con la mía.
—La, estoy tan feliz
de que hicieras trampa. Estoy tan feliz de que te mudaras.
Me río y empujo su
cara lejos de la mía. Peter asiente en dirección a la entrada, y yo asiento en
acuerdo. Otra bebida, y es probable que tengamos que sacar a estos dos.
—Me gusta ese
vestido que tienes, La. ¿El azul? Pero por favor no te lo pongas otra vez.
—Nico está inclinando su cabeza contra la mía mientras nos dirigimos hacia las
escaleras—. No me gusta como se ve tu culo en él, porque creo que podría amar a
Eugenia, y tu vestido me hace amar tu culo.
Guau. Está muy
borracho si admite que puede ser que ame a Eugenia.
—Ya te dije que
quemé ese vestido —le digo, riendo.
—Bien —dice con un
suspiro.
Llegamos a la
salida, y noto que Peter está llevando a Martina. Sus brazos están alrededor de
su cuello y sus ojos están cerrados. Una vez que llegamos al coche, ella abre
los ojos mientras Peter intenta ponerla de pie. Trata de dar un paso, pero
termina en un tropiezo. Peter abre la puerta de atrás, y ella prácticamente cae
dentro. Él le lleva hacia el otro lado del asiento, y cae frente a la puerta, cerrando
los ojos de nuevo. Peter sale del camino y le hace señas a Nico para que suba.
Nico se adelanta y extiende la mano hasta la cara de Peter. Le acaricia la
mejilla y dice—: Me siento mal por ti, amigo. Apuesto a que es muy difícil no
besar a Lali, porque es difícil para mí, y ni siquiera me gusta como a ti.
Nico se sube dentro
del coche y cae frente a Martina. Estoy agradecida de que estuviera demasiado
borracho como para hacer señas de nada de eso, porque sé que Peter no entendió
lo que dijo. Puedo decirlo por la mirada confundida que me está dando. Se ríe y
se inclina hacia abajo, levantando la pierna de Nico, que todavía está colgando
fuera del coche. Lo empuja dentro y cierra la puerta, mi mente todavía está atascada
en las palabras de Nico.
Peter se acerca a mí
y jala la manilla de la puerta del acompañante, y luego la abre. Doy un paso
hacia adelante, pero el segundo en que la mano de Peter se apoya contra mi
espalda, me detengo.
Lo miro, y me está
mirando directamente. Su mano se mantiene en mi espalda baja mientras me obligo
a cerrar lentamente la brecha entre el coche y yo. El segundo en que empiezo a
sentarme, su mano se desliza lejos, y espera hasta que estoy completamente
dentro, y luego cierra la puerta.
Apoyo la cabeza en el asiento y cierro los ojos, aterrada por
lo que ese simple gesto acaba de hacerme.
Le oigo tomar su
posición detrás del volante, y el coche se mueve, pero sigo con los ojos
cerrados. No quiero mirarlo. No quiero sentir lo que siento cuando lo miro. No
me gusta cómo con cada minuto que paso con él, me siento más y más como una
Rochi.
Mi teléfono suena
con un mensaje, por lo que me veo obligada a abrir los ojos.
Peter está
sosteniendo su teléfono, mirándome.
Peter: Ella no lo hace mucho. Probablemente ni
siquiera tres veces al año. Ha estado bajo mucha presión últimamente, y le
gusta salir. Eso ayuda.
Yo: No la estaba juzgando.
Peter: Lo sé. Sólo quería que supieras que no es
una alcohólica furiosa como yo.
Me guiña un ojo, y
me río. Echo un vistazo al asiento trasero, donde Nico está extendido a través
de Martina. Los dos están inconscientes. Me vuelvo en mi asiento y le respondo
el mensaje.
Yo: Gracias por decirme todo lo de antes. No
tenías que hacerlo, y sé que probablemente no querías, pero gracias.
Me da una mirada de
reojo, a continuación, vuelve su atención a su teléfono.
Peter: Nunca le he contado a nadie esa historia.
Ni siquiera a Gaston. Probablemente era demasiado joven para siquiera
recordarlo.
Deja abajo el
teléfono y pone el auto en marcha atrás, luego comienza a retroceder.
¿Por qué la única
pregunta que me gustaría hacerle en este momento es la más inapropiada? Quiero
preguntarle si alguna vez le dijo a Martina, pero su respuesta no debería
importarme. No debería importarme en absoluto, pero sí lo hace.
Comienza a conducir,
se agacha y pone la radio, lo que me confunde. No puede oír, así que no
entiendo por qué le importaría si estaba encendida o apagada.
Pero luego me doy
cuenta de que no lo hizo por sí mismo.
La encendió para mí.
Peter
Después de parar en
un auto-servicio por comida, nos detenemos en el complejo de apartamentos.
Estaciono el coche.
Yo: Toma la comida y abre la puerta mientras
los despierto.
Agarra nuestras dos
bebidas y la bolsa de comida. Se dirige al apartamento, yo camino a la puerta
trasera y la abro. Sacudo a Nico hasta despertarlo y le ayudo salir del coche.
Entonces despierto a Martina y la ayudo a salir. Todavía está demasiado
desorientada para caminar, así que la recojo y cierro la puerta detrás de mí.
Me aseguro de que Nico camina delante de mí por las escaleras, porque no estoy
seguro de que no vaya a caerse.
Cuando entramos,
Nico tropieza hasta su dormitorio, y yo acompaño a Martina a mi habitación. La
tiendo en la cama y le quito los zapatos, luego las ropas. Pongo las sábanas
sobre ella, luego regreso al comedor, donde Lali ha preparado nuestra comida.
Es casi medianoche, y no hemos comido nada desde el almuerzo. Tomo asiento
frente a ella.
Yo: Así que ahora que sabes uno de mis
profundos y oscuros secretos, quiero conocer uno de los tuyos.
Los dos tenemos
nuestros teléfonos en la mesa mientras comemos. Sonríe y comienza a
responderme.
Lali: ¿Tienes más de un profundo y oscuro
secreto?
Yo: Ahora estamos hablando de ti. Si vamos a
trabajar juntos, tengo que saber en qué me estoy metiendo. Háblame de tu
familia. ¿Algún alcohólico furioso?
Lali: No, sólo imbéciles. Mi padre es abogado,
y odia que no vaya a la escuela de leyes. Mi madre es ama de casa. Nunca
trabajó un día en su vida. Es una gran mamá, pero también es una de esas madres
perfectas, ¿sabes? Piensa en Leave It to Beaver mezclado
con Stepford Wives.
Yo: ¿Hermanos?
Lali: Nop. Hija única.
Yo: No te habría catalogado como hija única.
Tampoco me hubiera imaginado que eras la hija de un abogado.
Lali: ¿Por qué? ¿Porque no soy pretenciosa y
mimada?
Le sonrío y asiento.
Sydney: Bueno, gracias. Lo intento.
Yo: No quiero que esto suene insensible, pero si tu padre es un
abogado y todavía tienes una relación con tus padres, ¿por qué no les llamaste
la semana pasada? ¿Cuándo no tenías a dónde ir?
Lali: Lo primero que mi madre me inculcó fue el
hecho de que no quería que yo fuera ella. No tuvo educación y siempre ha sido
completamente dependiente de mi padre. Me educó para que sea muy independiente
y financieramente responsable, por lo que siempre he tenido el orgullo de no
pedir su ayuda. A veces es difícil, especialmente cuando de verdad necesito su
ayuda, pero siempre salgo adelante. Tampoco pido su ayuda porque mi padre me
recordaría de una no tan buena forma que si estuviera en la escuela de derecho,
él estaría pagando por ello.
Yo: Espera. ¿Estás pagando la escuela por tu
cuenta? ¿Pero si cambiaras tu carrera a leyes, tu padre pagaría por ello?
Asiente.
Yo: Eso no es muy justo.
Lali: Como he dicho, mi padre es un idiota.
Pero no voy por ahí culpando a mis padres por todo. Tengo mucho que agradecer.
He crecido en un hogar relativamente normal, mis padres están vivos y bien, y
me apoyan hasta cierto punto. Son mejores que la mayoría, sólo peores que
otros. Odio cuando la gente pasa toda su vida culpando a sus padres por todo lo
malo que les sucede.
Yo: Sí. Estoy totalmente de acuerdo, es por
eso que me emancipé a los dieciséis. Decidí tomar mi vida en mis propias manos.
Lali: ¿En serio? ¿Qué hay de Gaston?
Yo: Me lo llevé conmigo. Los tribunales
pensaban que él se quedó con mis padres, pero vino a vivir conmigo. Bueno, con
Nico. Hemos sido amigos desde que teníamos catorce años. Sus padres son sordos,
por eso él sabe el lenguaje de señas. Una vez que me emancipé, permitieron que
Gaston y yo nos quedemos con ellos. Mis padres todavía tenían la tutela sobre
Gaston, pero en lo que a ellos respecta, les hicieron un gran favor al
retirarlo de sus manos.
Lali: Bueno, eso fue increíblemente considerado
de los padres de Nico.
Yo: Sí, son grandes personas. Sin embargo no
sé por qué Nico resultó como lo hizo.
Se ríe.
Lali: ¿Continuaron criando a Gaston después de
que te fuiste a la universidad?
Yo: No, en realidad sólo nos quedamos con
ellos durante siete meses. Cuando cumplí los diecisiete años nos mudamos a un
apartamento. Salí de la escuela y conseguí un Título de Graduado Escolar para
poder empezar la universidad antes.
Lali: Vaya. ¿Así que has criado a tu hermano?
Yo: No lo creo. Gaston vivió conmigo, pero
nunca fue el tipo que podría ser criado. Tenía catorce años cuando llegamos a
nuestra propia casa. Yo sólo tenía diecisiete años. Por mucho que me gustaría
decir que era el adulto maduro y responsable, era todo lo contrario. Nuestro
apartamento se convirtió en el lugar de reunión de todos los que nos conocían,
y Gaston anduvo de fiesta tanto como yo.
Lali: Eso me sorprende. Pareces tan
responsable.
Yo: No era tan salvaje como probablemente
podría haber sido, estando solo a esa temprana edad. Por suerte, todo nuestro
dinero fue a las facturas y el alquiler, así que nunca me metí en malos
hábitos. Simplemente nos gustaba divertirnos. Nuestra banda se formó cuando
Gaston tenía dieciséis años y yo tenía diecinueve, por lo que consumía una gran
cantidad de nuestro tiempo. Ese es también el año en que empecé a salir con
Martina, y me tranquilicé mucho después de eso.
Lali: ¿Has estado con Martina desde que tenías
diecinueve años?
Asiento, pero no
respondo el mensaje. Casi no he tocado mi comida por todos los mensajes de
texto, así que recojo mi hamburguesa. Ella hace lo mismo, y comemos hasta que
ambos acabamos. Nos ponemos de pie y limpiamos la mesa. Entonces me saluda y se
dirige a su habitación. Me siento en el sofá y enciendo el televisor. Después
de unos quince minutos de hacer zapping, finalmente me detengo en un canal de
películas. Los subtítulos han estado desactivados del televisor, pero no me
molesto en volver a ponerlos. De todos modos estoy muy cansado para leer y a la
vez seguir la película.
La puerta del
dormitorio de Lali se abre, y ella sale, viéndose un poco sorprendida al ver
que todavía estoy despierto. Tiene una de sus camisas holgadas de nuevo, y su
cabello está mojado. Regresa a su habitación, y luego sale con su teléfono y se
sienta en el sofá conmigo.
Lali: No estoy cansada. ¿Qué estás viendo?
Yo: No sé, pero acaba de empezar.
Levanta los pies y
descansa la cabeza sobre el brazo del sofá. Sus ojos están en el televisor,
pero mis ojos están puestos en ella. Tengo que admitir, la Lali que salió esta
noche es una Lali completamente diferente a la que está aquí acostada. Su maquillaje
desapareció, su pelo ya no es perfecto, la ropa, incluso tiene agujeros en
ella, y no puedo evitar reír con sólo mirarla. Si yo fuera Benjamin, ahora
estaría golpeándome en la cara.
Ella está comenzando a inclinarse hacia adelante para tomar
su teléfono cuando mueve sus ojos en mi dirección. Quiero mirar otra vez el
televisor y fingir que no me acaba de atrapar mirándola fijamente, pero eso
complicaría aún más esto. Por suerte, no parece importarle que estuviera
mirándola, porque le da su atención al teléfono.
Lali: ¿Cómo estás viendo esto sin subtítulos?
Yo: Estoy demasiado cansado para leer. A
veces me gusta ver películas sin subtítulos y tratar de adivinar lo que dicen.
Lali: Quiero probarlo. Ponlo en silencio, y
vamos a mirar-sordos juntos.
Me río.
¿Mirar-sordos? Eso es nuevo. Apunto el control remoto hacia el televisor y
presiono el botón de silencio. Vuelve su atención al televisor, pero una vez
más, no logro apartar la mirada de ella.
No entiendo mi
repentina obsesión por mirarla, pero parece que no puedo detenerme. Está a
varios centímetros de distancia. No nos tocamos. No hablamos. Ni siquiera me
mira. Sin embargo, el simple hecho de que estoy mirándola me hace sentir muy
culpable, como si estuviera haciendo algo mal.
Mirar es inofensivo,
así que ¿por qué me siento tan culpable?
Intento olvidarme de
los sentimientos de culpa, pero en el fondo, sé exactamente lo que está
pasando.
No me siento
culpable, simplemente porque estoy mirándola. Me siento culpable por la forma
en que me hace sentir.
***
Esta es la segunda
vez consecutiva que me han despertado así. Alejo la mano que me está golpeando
y abro los ojos. Nico está de pie sobre mí. Deja un pedazo de papel en mi
pecho, y luego golpea su mano contra el costado de mi cabeza. Camina hasta la
puerta principal y agarra las llaves, entonces se va a trabajar.
¿Por qué se va a
trabajar tan temprano?
Agarro el teléfono,
y dice 6:00. Supongo que no se está yendo temprano.
Me siento en el sofá
y veo a Lali todavía acurrucada en el otro extremo, profundamente dormida.
Agarro el papel de Nico de mi pecho y lo miro. ¡¿Y si vas a tu
habitación a dormir en la cama con tu novia?!
Enrollo la nota y me pongo de pie, luego la llevo al bote de
basura y la entierro. Vuelvo al sofá, pongo la mano sobre el hombro de Lali, y
la sacudo hasta despertarla. Rueda sobre su espalda y se frota los ojos, luego
me mira.
Sonríe cuando me ve.
Eso es todo. Todo lo que hizo fue sonreír, pero, de repente, mi pecho está en
llamas, y se siente como si una ola de calor acabara de rodar por todo mi
cuerpo. Reconozco este sentimiento, y no es bueno. No es bueno en absoluto. No
me he sentido así desde que tenía diecinueve años.
Desde que comencé a
desarrollar sentimientos por Martina.
Señalo a la
habitación de Lali para hacerle saber que debe ir a la cama, luego giro
rápidamente y me dirijo a mi dormitorio. Me quito mis jeans y camiseta y
suavemente me deslizo en la cama junto a Martina. Envuelvo los brazos alrededor
de ella, la jalo contra mi pecho, y paso la siguiente media hora tratando de
dormir con un disco rayado de recordatorios.
Estás enamorado de
Martina.
Martina es perfecta
para ti.
Eres perfecto para
ella.
Te necesita.
Eres feliz cuando
estás con ella.
Estás con la única
chica con la que estás destinado a estar.
Ay como me tiene atrapada está nove!!!!
ResponderEliminarJajajaja Peter tiene celos de Nico !!!
Ay no pobre Lali sufre y no le gusta porque se enamoró de Peter !!!
Ahhh Peter confío en ella y le contó sobre porque no habla!!
Ay llore junto con Lali esa historia es muy triste! Pobre Peter todo lo que tuvo que pasar !!
Aaaahh la ve y se siente te culpable porque se está empezando a enamorar de Lali !!!!
Se quedaron dormidos de nuevo! Ahhhhh ya se dio cuenta ta de que se esta enamorando de ella!!!
Lo último no me gustó es lo que necesita con quien esta destinado estar?!
Solo porque ella también es sorda tiene que estar con ella?!!!
Más me gusta mucho!!!
P.D creo leer que dijiste que eras de México yo también lo soy
Maass nove, me encanta.
ResponderEliminarLo mismo k Angie d nuevo .Pero yo soy d España,jajaj
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