martes, 24 de junio de 2014

Capitulo 9

Capitulo 9




Si Peter y Lali me desesperan y me fustran ¡No puede ser! Lali queremos que seas una Rochi jajajaja no es cierto ya seguiran leyendo y veran como va la nove. Perdon por abandonarlas por tres días, la verdad es que no tengo excusas. Pero aqui les dejo 4 capitulos.  Gracias a todos los que han estado comentando y los que no ver que saber que leen y que les gusta la adaptacion me hace feliz el día. No subire hasta mañana porque me agarraron ganas de ver casi angeles jajajajja y terminar un libro que tengo a la mitad. ¡Buenas Noches!
                                                                                                                               
Lali

No tengo idea de a dónde vamos, pero estoy haciendo mi mejor esfuerzo para aparecer comprometida. Estoy en el asiento trasero con Nico, y él me está hablando acerca de la banda, explicando su participación en la misma. Hago las preguntas adecuadas y asiento en los momentos correctos, pero mi mente no está aquí en absoluto.

Sé que no puedo esperar que el dolor y la angustia desaparezcan tan rápidamente, pero hoy ha sido el peor día desde mi cumpleaños. Me doy cuenta de que todo el dolor que he sentido no ha sido tan malo porque he tenido a Peter esta semana. No sé si es la forma en que trae alivio cómico cuando está cerca o si es porque realmente desarrollaba un enamoramiento, pero los momentos que pasé con él eran los únicos en que sentí remotamente feliz. Eran las únicas veces que no pensaba en lo que Benjamin y Rochi me hicieron.

Pero ahora, verlo en el asiento delantero con su mano apretando la de Martina... no me gusta. No me gusta la forma en que su pulgar de vez en cuando roza hacia atrás y adelante. No me gusta la forma en que ella lo mira. En especial no me gusta la forma en que él la mira. No me gustó la forma en que deslizó los dedos en los de ella cuando llegamos a la parte inferior de las escaleras del apartamento. No me gustó la forma en que abrió la puerta, y luego puso su mano en su espalda mientras ella se subía en el coche. No me gustó la forma en que tuvieron una conversación silenciosa mientras él ponía el coche en reversa. No me agrado cómo se río de lo que dijo y luego la atrajo hacia él para que pudiera besarla en la frente. No me gusta cómo todas estas cosas me hacen sentir como si los únicos buenos momentos que he tenido desde la semana pasada han acabado.

Nada ha cambiado. Nada importante sucedió entre nosotros dos, y sé que continuaremos de la manera en que había sido antes. Seguiremos escribiendo letras juntos. Aún podría escucharme cantar. Aún seguimos interactuando de la manera que hemos hecho desde que lo conocí, por lo que esta situación no debería estar molestándome.  

 Sé en mi corazón que no quería que pasara nada con él, sobre todo en este momento de mi vida. Sé que tengo que estar sola. Quiero estar sola. Pero también sé que la razón por la que me siento tan conflictiva por toda esta situación es que tuve un poco de esperanza. Aunque no estaba lista para nada en este momento, pensé que la posibilidad estaría allí. Supuse que tal vez algún día, cuando estuviera lista, las cosas se podrían haber desarrollado entre nosotros.

Sin embargo, ahora que Martina está en la foto, me doy cuenta de que no puede haber un tal vez algún día entre nosotros. Nunca habrá un tal vez algún día. Él la ama, y ella obviamente lo ama a él, y no puedo culparlos, porque lo que tienen es hermoso. La forma en que se miran entre sí, interactúan y obviamente se preocupan por el otro es algo que no me había dado cuenta de que faltaba entre Benjamin y yo.

Tal vez algún día voy a tener eso, pero no será con Peter, y saber eso disminuye cualquier rayo de esperanza que brilló a través de la tormenta de mi semana.

Jesús, soy tan deprimente.

Odio a Benjamin.

Realmente odio a Rochi.

Y en este momento, soy tan patéticamente miserable que incluso me odio a mí misma.

—¿Estás llorando? —pregunta Nico.

—No.

Él asiente. —Sí, lo estás. Estás llorando.

Niego con la cabeza. —No lo estoy.

—Estabas a punto de hacerlo —dice, mirándome con simpatía. Él pone su brazo alrededor de mi hombro y me tira contra él—. Ánimo, pequeña. Tal vez esta noche podemos encontrar a alguien que pueda quitar el pensamiento de ese ex novio idiota de esa linda cabecita tuya.

Me río y le doy una palmada en el pecho.

—Me gustaría ser voluntario para hacerlo, pero a Eugenia no le gusta compartir —dice—. Ella es un poco perra, por si no lo has notado.

Me río de nuevo, pero cuando mis ojos encuentran los de Peter en el espejo retrovisor, mi sonrisa se desvanece. Su mandíbula es firme, y sus ojos se traban con los míos por unos segundos antes de que se vuelva a centrar en la carretera frente a él.

Es ilegible la mayor parte del tiempo, pero juraría que vi un pequeño destello de celos detrás de esos ojos. Y no me gusta que verlo celoso porque me estoy inclinando contra Nico se sienta realmente bien.

Cumplir veintidós a podrido mi alma. ¿Quién soy, y por qué estoy teniendo estas reacciones horribles?

Nos detenemos en el estacionamiento de un club. He estado aquí un par de veces con Rochi, así que me siento aliviada de que no será completamente desconocido. Nico toma mi mano y me ayuda a salir del auto, luego pone un brazo alrededor de mis hombros y camina conmigo hacia la entrada.

—Te propondré un trato —dice—. Voy a mantener mis manos lejos de ti esta noche para que los chicos no asuman que estás locamente enamorada de mí. Odio a los chaperones, y me niego a ser uno. Pero si alguien te hace sentir incómoda, sólo mírame y dame una señal para que pueda lanzarme en picada y sacarte de la situación.

Asiento. —Suena como un plan. ¿Qué tipo de señal no te doy?

—No lo sé. Puedes lamerte los labios seductoramente. Tal vez apretar tus pechos.

Le doy un codazo en el costado. —¿O tal vez puedo simplemente rascarme la nariz?

Se encoge de hombros. —Eso también funciona, supongo. —Abre la puerta, y todos entramos. La música es abrumadora, y al segundo en que las puertas se cierran detrás de nosotros, Nico se inclina a gritar en mi oído—. Por lo general, las cabinas abren en el nivel del balcón. ¡Vayamos allí! —Aprieta su agarre en mi mano, y luego se vuelve hacia Peter y Martina y gesticula para que nos sigan.

No he tenido que usar el código secreto que Nico y yo acordamos, y hemos estado aquí por más de dos horas ahora. He bailado con varias personas, pero tan pronto como termina la canción, sonrió cortésmente y regresó a la cabina. Nico y Martina parecen haber impactado en el suministro de licor, pero Peter no ha bebido ni una gota. Además de un trago que Nico me convenció para tomar apenas llegamos, no he bebido nada, tampoco.

—Me duelen los pies —digo.

Martina y Peter han bailado un par de veces, pero eso fue en las canciones lentas, así que decidí no verlos.

—¡No! —dice Nico, tratando de tirar de levantarme—. ¡Quiero bailar!  

 Niego con la cabeza. Está borracho y ruidoso, y cada vez que intento bailar con él, termina masacrando mis pies casi tanto como masacra los movimientos.
—Yo bailaré contigo —le dice Martina. Pasa sobre Peter en la cabina, y Nico toma su mano. Se dirigen hacia el nivel inferior para bailar, y es la primera vez Peter y yo hemos estado solos en la cabina.

No me gusta.

Me gusta.

No.

Sí.

¿Lo ves? Alma podrida. Dañada, podrida alma.

Peter: ¿Te diviertes?

No realmente, pero asiento, porque no quiero ser esa chica molesta y con el corazón roto que quiere que todos a su alrededor sientan lo miserable que es.

Peter: Necesito decir algo, y podría estar fuera de lugar aquí, pero estoy tratando de mejorar en la forma no intencional que te omito cosas.

Levanto la vista hacia él y asiento con la cabeza de nuevo.

Peter: Nico está enamorado de Eugenia.

Leo su texto dos veces. ¿Por qué necesitaría decirme eso? A menos que piense que me gusta Nico.

Peter: Él siempre ha sido un ligón, así que sólo quería aclarar eso. No quiero que te hagan daño otra vez. Eso es todo.

Yo: Agradezco tu preocupación, pero es innecesaria. En serio. No tengo interés allí.

Sonríe.

Yo: Tenías razón. Me gusta Martina.

Peter: Sabía que lo harías. A todos les gusta Martina. Es muy agradable.

Levanto los ojos y miro alrededor cuando una canción de Sounds of Cedar comienza a sonar. Me muevo hacia la parte trasera de la cabina y miro por encima de la barandilla. Nico y Martina están de pie junto a la mesa del DJ, y Nico está interactuando con el DJ mientras Martina baila alrededor junto a él.

Yo: Están pasando una de tus canciones.

Peter: ¿Sí? Eso siempre sucede cuando Nico está alrededor. ¿Están pasando "Getaway"?

Yo: Sí. ¿Cómo lo supiste?

Peter presiona una palma sobre su pecho y sonríe.

Yo: Guau. ¿Puedes diferenciar tus canciones así?

Él asiente con la cabeza.

Yo: ¿Cuál es la historia de Martina? Ella se comunica muy bien. Parece bailar muy bien. ¿Tiene un nivel de pérdida de audición diferente al tuyo?

Peter: Sí, ella tiene pérdida de audición leve. Ella oye la mayoría de las cosas con los audífonos, que es por lo que también habla tan bien. Y ella sí baila bien. Yo me atengo a las canciones lentas cuando quiere que baile con ella, ya que no puedo escucharlas.

Yo: ¿Es por eso Martina habla en voz alta y tú no? ¿Debido a que ella puede oír?

Sus ojos se mueven hacia los míos por unos segundos, y luego vuelve a mirar su teléfono.

Peter: No, yo podría hablar si quisiera.

Debería detenerme. Sé que probablemente está molesto por estas preguntas, pero soy demasiado curiosa.

Yo: ¿Por qué no lo haces, entonces?

Se encoge de hombros, pero no me textea de nuevo.

Yo: No, quiero saber. Tiene que haber una razón. Parece como si eso fuera a hacer las cosas mucho más fáciles para ti.

Peter: Simplemente no lo hago. Me llevo muy bien con la forma en que hago las cosas ahora.

Yo: Sí, especialmente cuando Martina y Nico están alrededor. ¿Por qué necesitas hablar cuando ellos lo pueden hacer por ti?

Apreté enviar antes de darme cuenta que probablemente no debería haber dicho eso. Me he dado cuenta de que Martina y Nico hacen mucho de su conversación por él, sin embargo. Han ordenado por él cada vez que la camarera ha pasado por la cabina, y he notado a Nico hacerlo varias veces esta semana en diferentes situaciones.

Peter lee mi texto, luego me mira. Parece que lo hice sentir incómodo, y lamento de inmediato haber dicho lo que dije.

Yo: Lo siento. No quise que eso sonara en la manera en que probablemente sonó. Sólo quería decir que parece que les dejas hacer cosas por ti que no necesariamente tendrían que hacer si hablaras por ti mismo.

Mi explicación parece molestarlo incluso más que el texto inicial. Siento como si me estuviera enterrando en un agujero.

Yo: Lo siento. Voy a parar. No me corresponde a mí juzgar tu situación, porque obviamente no puedo ponerme en tus zapatos. Sólo trataba de entender.

Me mira y tira de la esquina de su labio inferior en su boca. Me he dado cuenta de que hace esto cuando está pensando mucho acerca de algo. La forma en que sigue mirándome hace que mi garganta se seque. Rompo su mirada, pongo la pajilla en mi boca, y tomo un sorbo de mi refresco. Cuando miro de nuevo hacia él, está enviando mensajes de texto nuevo.

Peter: Tenía nueve años cuando dejé de verbalizar.

Su texto hace más a mi estómago de lo que su mirada hizo. No sé por qué.

Yo: ¿Solías hablar? ¿Por qué dejaste de hacerlo?

Peter: Podría llevarme un rato escribir la explicación.

Yo: Está bien. Puedes decirme sobre ello en casa cuando tengamos nuestros ordenadores portátiles.

Él se escabulle hasta el borde de la cabina y observa sobre el balcón. Sigo su mirada hacia Martina y Nico, quienes aún merodean alrededor de la cabina del DJ. Cuando ve que todavía están ocupados, se aleja de la barandilla y se inclina sobre la mesa, apoyando los codos delante de él mientras comienza a textear.

Peter: No se ven como si estuvieran listos para irnos, así que supongo que tenemos tiempo ahora. Gaston y yo no tuvimos suerte en el departamento de padres. Ambos tenían problemas con la adicción. Puede que todavía los tengan, pero no sabríamos, porque no hemos hablado con ninguno de ellos en años. Mi madre pasó la mayor parte de nuestra infancia en la cama, dopada con pastillas para el dolor. Nuestro padre pasó la mayor parte de nuestra infancia en bares. Cuando tenía cinco años, me inscribí en una escuela para sordos. Ahí es donde aprendí el lenguaje de señas. Llegaba a casa y le enseñaba a Gaston, porque ninguno de mis padres sabía LAS. Le enseñé porque tenía cinco años y nunca había tenido una conversación con nadie antes. Estaba tan desesperado por comunicarme que obligaba a mi hermanito de dos años de edad a aprender señas como "galleta" y "ventana" para que yo tuviera a alguien con quien hablar.

Mi corazón se hunde en mi estómago. Levanto la vista hacia él, pero todavía está escribiendo.

Peter: Imagínate caminando a tu primer día de clases y darte cuenta de que en realidad hay una forma de comunicarse. Cuando vi a los niños tener conversaciones con sus manos, me quedé sorprendido. Viví los primeros cinco años de mi vida sin saber lo que era comunicarse. La escuela comenzó a enseñarme a formar palabras usando mi voz, cómo leer, cómo firmar. Pasé los próximos años practicando todo lo que aprendí en Gaston. Él se volvió tan fluido en LAS como yo. Quería que lo supiera, pero no quería usarlo a él como mi manera de comunicarme con mis padres. Para que cuando hablara con ellos, siempre hablara mis palabras. Yo no podía oír mi propia voz, por supuesto, y sé que suena diferente cuando las personas sordas hablan, pero quería una manera de comunicarme con ellos, ya que no sabían LAS.

»Un día, cuando hablaba con mi padre, le dijo a Gaston que me dijera que me callara, entonces hizo que Gaston hablara por mí. No entendí por qué, pero estaba enojado. Cada vez que intentara hablar con mi padre después de eso, la misma cosa ocurriría, y él le diría a Brennan que me dijera que dejara de hablar mis palabras. Gaston me traduciría lo que mi padre quería que dijera. Finalmente me di cuenta de que mi padre no quería que yo hablara, porque no le gustaba la forma en que mi voz sonaba. Le avergonzaba que no pudiera oír. No le gustaba que hablara cuando estábamos en público, porque las personas sabrían que era sordo, así que me decía que me callara cada vez que lo hacía.

Un día en casa, se enojó tanto porque todavía lo hacía que comenzó a gritarle a Gaston. Asumió que como yo continuaba hablando mis palabras, Gaston no estaba transmitiendo el mensaje de que él no quería que yo hablara. Estaba muy borracho ese día y llevó su ira demasiado lejos, lo que no era poco común. Pero golpeó Gaston tan fuerte en la cabeza que lo noqueó.

Las lágrimas comienzan a inundar mis ojos, y tengo que inhalar una respiración relajante.

Peter: Él tenía sólo seis años, Lali. Seis. Nunca quise darle a mi padre otra razón para golpearlo, por lo que fue el último día que hablé en voz alta. Supongo que se convirtió en un hábito después de eso.

Pone el teléfono sobre la mesa y se cruza de brazos frente a él. No parece esperar una respuesta de mi parte. Puede que ni siquiera quiera una. Me mira, y sé que ve las lágrimas cayendo por mis mejillas, pero no reacciona a ellas. Respiro profundamente, luego estiro la mano, tomo una servilleta y limpio mis ojos. Me gustaría que no me viera responder de esta manera, pero no puedo retenerlo. Sonríe suavemente y comienza a estirar la mano a través de la mesa hacia la mía, y luego Nico y Martina reaparecen en la cabina.

Peter aparta su mano y levanta la vista hacia ellos. Los brazos de Martina están cubiertos por los hombros de Nico, y se ríe de nada en particular. Nico sigue intentando apoderarse de la parte posterior de la cabina —también parece como si necesitara apoyo, pero no puede agarrar nada. Peter y yo nos ponemos de pie y le ayudamos. Peter aleja a Martina de Nico, y envuelvo el brazo de Nico alrededor de mis hombros. Él presiona su frente con la mía.

—La, estoy tan feliz de que hicieras trampa. Estoy tan feliz de que te mudaras.
Me río y empujo su cara lejos de la mía. Peter asiente en dirección a la entrada, y yo asiento en acuerdo. Otra bebida, y es probable que tengamos que sacar a estos dos.

—Me gusta ese vestido que tienes, La. ¿El azul? Pero por favor no te lo pongas otra vez. —Nico está inclinando su cabeza contra la mía mientras nos dirigimos hacia las escaleras—. No me gusta como se ve tu culo en él, porque creo que podría amar a Eugenia, y tu vestido me hace amar tu culo.

Guau. Está muy borracho si admite que puede ser que ame a Eugenia.

—Ya te dije que quemé ese vestido —le digo, riendo.

—Bien —dice con un suspiro.

Llegamos a la salida, y noto que Peter está llevando a Martina. Sus brazos están alrededor de su cuello y sus ojos están cerrados. Una vez que llegamos al coche, ella abre los ojos mientras Peter intenta ponerla de pie. Trata de dar un paso, pero termina en un tropiezo. Peter abre la puerta de atrás, y ella prácticamente cae dentro. Él le lleva hacia el otro lado del asiento, y cae frente a la puerta, cerrando los ojos de nuevo. Peter sale del camino y le hace señas a Nico para que suba. Nico se adelanta y extiende la mano hasta la cara de Peter. Le acaricia la mejilla y dice—: Me siento mal por ti, amigo. Apuesto a que es muy difícil no besar a Lali, porque es difícil para mí, y ni siquiera me gusta como a ti.

Nico se sube dentro del coche y cae frente a Martina. Estoy agradecida de que estuviera demasiado borracho como para hacer señas de nada de eso, porque sé que Peter no entendió lo que dijo. Puedo decirlo por la mirada confundida que me está dando. Se ríe y se inclina hacia abajo, levantando la pierna de Nico, que todavía está colgando fuera del coche. Lo empuja dentro y cierra la puerta, mi mente todavía está atascada en las palabras de Nico.

Peter se acerca a mí y jala la manilla de la puerta del acompañante, y luego la abre. Doy un paso hacia adelante, pero el segundo en que la mano de Peter se apoya contra mi espalda, me detengo.

Lo miro, y me está mirando directamente. Su mano se mantiene en mi espalda baja mientras me obligo a cerrar lentamente la brecha entre el coche y yo. El segundo en que empiezo a sentarme, su mano se desliza lejos, y espera hasta que estoy completamente dentro, y luego cierra la puerta.  

 Apoyo la cabeza en el asiento y cierro los ojos, aterrada por lo que ese simple gesto acaba de hacerme.

Le oigo tomar su posición detrás del volante, y el coche se mueve, pero sigo con los ojos cerrados. No quiero mirarlo. No quiero sentir lo que siento cuando lo miro. No me gusta cómo con cada minuto que paso con él, me siento más y más como una Rochi.

Mi teléfono suena con un mensaje, por lo que me veo obligada a abrir los ojos.
Peter está sosteniendo su teléfono, mirándome.

Peter: Ella no lo hace mucho. Probablemente ni siquiera tres veces al año. Ha estado bajo mucha presión últimamente, y le gusta salir. Eso ayuda.

Yo: No la estaba juzgando.

Peter: Lo sé. Sólo quería que supieras que no es una alcohólica furiosa como yo.

Me guiña un ojo, y me río. Echo un vistazo al asiento trasero, donde Nico está extendido a través de Martina. Los dos están inconscientes. Me vuelvo en mi asiento y le respondo el mensaje.

Yo: Gracias por decirme todo lo de antes. No tenías que hacerlo, y sé que probablemente no querías, pero gracias.

Me da una mirada de reojo, a continuación, vuelve su atención a su teléfono.

Peter: Nunca le he contado a nadie esa historia. Ni siquiera a Gaston. Probablemente era demasiado joven para siquiera recordarlo.

Deja abajo el teléfono y pone el auto en marcha atrás, luego comienza a retroceder.

¿Por qué la única pregunta que me gustaría hacerle en este momento es la más inapropiada? Quiero preguntarle si alguna vez le dijo a Martina, pero su respuesta no debería importarme. No debería importarme en absoluto, pero sí lo hace.

Comienza a conducir, se agacha y pone la radio, lo que me confunde. No puede oír, así que no entiendo por qué le importaría si estaba encendida o apagada.

Pero luego me doy cuenta de que no lo hizo por sí mismo.

La encendió para mí.  


Peter

Después de parar en un auto-servicio por comida, nos detenemos en el complejo de apartamentos. Estaciono el coche.

Yo: Toma la comida y abre la puerta mientras los despierto.

Agarra nuestras dos bebidas y la bolsa de comida. Se dirige al apartamento, yo camino a la puerta trasera y la abro. Sacudo a Nico hasta despertarlo y le ayudo salir del coche. Entonces despierto a Martina y la ayudo a salir. Todavía está demasiado desorientada para caminar, así que la recojo y cierro la puerta detrás de mí. Me aseguro de que Nico camina delante de mí por las escaleras, porque no estoy seguro de que no vaya a caerse.

Cuando entramos, Nico tropieza hasta su dormitorio, y yo acompaño a Martina a mi habitación. La tiendo en la cama y le quito los zapatos, luego las ropas. Pongo las sábanas sobre ella, luego regreso al comedor, donde Lali ha preparado nuestra comida. Es casi medianoche, y no hemos comido nada desde el almuerzo. Tomo asiento frente a ella.

Yo: Así que ahora que sabes uno de mis profundos y oscuros secretos, quiero conocer uno de los tuyos.

Los dos tenemos nuestros teléfonos en la mesa mientras comemos. Sonríe y comienza a responderme.

Lali: ¿Tienes más de un profundo y oscuro secreto?

Yo: Ahora estamos hablando de ti. Si vamos a trabajar juntos, tengo que saber en qué me estoy metiendo. Háblame de tu familia. ¿Algún alcohólico furioso?

Lali: No, sólo imbéciles. Mi padre es abogado, y odia que no vaya a la escuela de leyes. Mi madre es ama de casa. Nunca trabajó un día en su vida. Es una gran mamá, pero también es una de esas madres perfectas, ¿sabes? Piensa en Leave It to Beaver mezclado con Stepford Wives.

Yo: ¿Hermanos?

Lali: Nop. Hija única.

Yo: No te habría catalogado como hija única. Tampoco me hubiera imaginado que eras la hija de un abogado.

Lali: ¿Por qué? ¿Porque no soy pretenciosa y mimada?

Le sonrío y asiento.

Sydney: Bueno, gracias. Lo intento.  


Yo: No quiero que esto suene insensible, pero si tu padre es un abogado y todavía tienes una relación con tus padres, ¿por qué no les llamaste la semana pasada? ¿Cuándo no tenías a dónde ir?

Lali: Lo primero que mi madre me inculcó fue el hecho de que no quería que yo fuera ella. No tuvo educación y siempre ha sido completamente dependiente de mi padre. Me educó para que sea muy independiente y financieramente responsable, por lo que siempre he tenido el orgullo de no pedir su ayuda. A veces es difícil, especialmente cuando de verdad necesito su ayuda, pero siempre salgo adelante. Tampoco pido su ayuda porque mi padre me recordaría de una no tan buena forma que si estuviera en la escuela de derecho, él estaría pagando por ello.

Yo: Espera. ¿Estás pagando la escuela por tu cuenta? ¿Pero si cambiaras tu carrera a leyes, tu padre pagaría por ello?

Asiente.

Yo: Eso no es muy justo.

Lali: Como he dicho, mi padre es un idiota. Pero no voy por ahí culpando a mis padres por todo. Tengo mucho que agradecer. He crecido en un hogar relativamente normal, mis padres están vivos y bien, y me apoyan hasta cierto punto. Son mejores que la mayoría, sólo peores que otros. Odio cuando la gente pasa toda su vida culpando a sus padres por todo lo malo que les sucede.

Yo: Sí. Estoy totalmente de acuerdo, es por eso que me emancipé a los dieciséis. Decidí tomar mi vida en mis propias manos.

Lali: ¿En serio? ¿Qué hay de Gaston?

Yo: Me lo llevé conmigo. Los tribunales pensaban que él se quedó con mis padres, pero vino a vivir conmigo. Bueno, con Nico. Hemos sido amigos desde que teníamos catorce años. Sus padres son sordos, por eso él sabe el lenguaje de señas. Una vez que me emancipé, permitieron que Gaston y yo nos quedemos con ellos. Mis padres todavía tenían la tutela sobre Gaston, pero en lo que a ellos respecta, les hicieron un gran favor al retirarlo de sus manos.

Lali: Bueno, eso fue increíblemente considerado de los padres de Nico.

Yo: Sí, son grandes personas. Sin embargo no sé por qué Nico resultó como lo hizo.

Se ríe.

Lali: ¿Continuaron criando a Gaston después de que te fuiste a la universidad?

Yo: No, en realidad sólo nos quedamos con ellos durante siete meses. Cuando cumplí los diecisiete años nos mudamos a un apartamento. Salí de la escuela y conseguí un Título de Graduado Escolar para poder empezar la universidad antes.

Lali: Vaya. ¿Así que has criado a tu hermano?

Yo: No lo creo. Gaston vivió conmigo, pero nunca fue el tipo que podría ser criado. Tenía catorce años cuando llegamos a nuestra propia casa. Yo sólo tenía diecisiete años. Por mucho que me gustaría decir que era el adulto maduro y responsable, era todo lo contrario. Nuestro apartamento se convirtió en el lugar de reunión de todos los que nos conocían, y Gaston anduvo de fiesta tanto como yo.

Lali: Eso me sorprende. Pareces tan responsable.

Yo: No era tan salvaje como probablemente podría haber sido, estando solo a esa temprana edad. Por suerte, todo nuestro dinero fue a las facturas y el alquiler, así que nunca me metí en malos hábitos. Simplemente nos gustaba divertirnos. Nuestra banda se formó cuando Gaston tenía dieciséis años y yo tenía diecinueve, por lo que consumía una gran cantidad de nuestro tiempo. Ese es también el año en que empecé a salir con Martina, y me tranquilicé mucho después de eso.

Lali: ¿Has estado con Martina desde que tenías diecinueve años?

Asiento, pero no respondo el mensaje. Casi no he tocado mi comida por todos los mensajes de texto, así que recojo mi hamburguesa. Ella hace lo mismo, y comemos hasta que ambos acabamos. Nos ponemos de pie y limpiamos la mesa. Entonces me saluda y se dirige a su habitación. Me siento en el sofá y enciendo el televisor. Después de unos quince minutos de hacer zapping, finalmente me detengo en un canal de películas. Los subtítulos han estado desactivados del televisor, pero no me molesto en volver a ponerlos. De todos modos estoy muy cansado para leer y a la vez seguir la película.

La puerta del dormitorio de Lali se abre, y ella sale, viéndose un poco sorprendida al ver que todavía estoy despierto. Tiene una de sus camisas holgadas de nuevo, y su cabello está mojado. Regresa a su habitación, y luego sale con su teléfono y se sienta en el sofá conmigo.

Lali: No estoy cansada. ¿Qué estás viendo?

Yo: No sé, pero acaba de empezar.

Levanta los pies y descansa la cabeza sobre el brazo del sofá. Sus ojos están en el televisor, pero mis ojos están puestos en ella. Tengo que admitir, la Lali que salió esta noche es una Lali completamente diferente a la que está aquí acostada. Su maquillaje desapareció, su pelo ya no es perfecto, la ropa, incluso tiene agujeros en ella, y no puedo evitar reír con sólo mirarla. Si yo fuera Benjamin, ahora estaría golpeándome en la cara.  

Ella está comenzando a inclinarse hacia adelante para tomar su teléfono cuando mueve sus ojos en mi dirección. Quiero mirar otra vez el televisor y fingir que no me acaba de atrapar mirándola fijamente, pero eso complicaría aún más esto. Por suerte, no parece importarle que estuviera mirándola, porque le da su atención al teléfono.

Lali: ¿Cómo estás viendo esto sin subtítulos?

Yo: Estoy demasiado cansado para leer. A veces me gusta ver películas sin subtítulos y tratar de adivinar lo que dicen.

Lali: Quiero probarlo. Ponlo en silencio, y vamos a mirar-sordos juntos.

Me río. ¿Mirar-sordos? Eso es nuevo. Apunto el control remoto hacia el televisor y presiono el botón de silencio. Vuelve su atención al televisor, pero una vez más, no logro apartar la mirada de ella.

No entiendo mi repentina obsesión por mirarla, pero parece que no puedo detenerme. Está a varios centímetros de distancia. No nos tocamos. No hablamos. Ni siquiera me mira. Sin embargo, el simple hecho de que estoy mirándola me hace sentir muy culpable, como si estuviera haciendo algo mal.

Mirar es inofensivo, así que ¿por qué me siento tan culpable?

Intento olvidarme de los sentimientos de culpa, pero en el fondo, sé exactamente lo que está pasando.

No me siento culpable, simplemente porque estoy mirándola. Me siento culpable por la forma en que me hace sentir.

***

Esta es la segunda vez consecutiva que me han despertado así. Alejo la mano que me está golpeando y abro los ojos. Nico está de pie sobre mí. Deja un pedazo de papel en mi pecho, y luego golpea su mano contra el costado de mi cabeza. Camina hasta la puerta principal y agarra las llaves, entonces se va a trabajar.

¿Por qué se va a trabajar tan temprano?

Agarro el teléfono, y dice 6:00. Supongo que no se está yendo temprano.

Me siento en el sofá y veo a Lali todavía acurrucada en el otro extremo, profundamente dormida. Agarro el papel de Nico de mi pecho y lo miro. ¡¿Y si vas a tu habitación a dormir en la cama con tu novia?!

Enrollo la nota y me pongo de pie, luego la llevo al bote de basura y la entierro. Vuelvo al sofá, pongo la mano sobre el hombro de Lali, y la sacudo hasta despertarla. Rueda sobre su espalda y se frota los ojos, luego me mira.

Sonríe cuando me ve. Eso es todo. Todo lo que hizo fue sonreír, pero, de repente, mi pecho está en llamas, y se siente como si una ola de calor acabara de rodar por todo mi cuerpo. Reconozco este sentimiento, y no es bueno. No es bueno en absoluto. No me he sentido así desde que tenía diecinueve años.
Desde que comencé a desarrollar sentimientos por Martina.

Señalo a la habitación de Lali para hacerle saber que debe ir a la cama, luego giro rápidamente y me dirijo a mi dormitorio. Me quito mis jeans y camiseta y suavemente me deslizo en la cama junto a Martina. Envuelvo los brazos alrededor de ella, la jalo contra mi pecho, y paso la siguiente media hora tratando de dormir con un disco rayado de recordatorios.

Estás enamorado de Martina.

Martina es perfecta para ti.

Eres perfecto para ella.

Te necesita.

Eres feliz cuando estás con ella.

Estás con la única chica con la que estás destinado a estar.  

3 comentarios:

  1. Ay como me tiene atrapada está nove!!!!
    Jajajaja Peter tiene celos de Nico !!!
    Ay no pobre Lali sufre y no le gusta porque se enamoró de Peter !!!
    Ahhh Peter confío en ella y le contó sobre porque no habla!!
    Ay llore junto con Lali esa historia es muy triste! Pobre Peter todo lo que tuvo que pasar !!
    Aaaahh la ve y se siente te culpable porque se está empezando a enamorar de Lali !!!!
    Se quedaron dormidos de nuevo! Ahhhhh ya se dio cuenta ta de que se esta enamorando de ella!!!
    Lo último no me gustó es lo que necesita con quien esta destinado estar?!
    Solo porque ella también es sorda tiene que estar con ella?!!!
    Más me gusta mucho!!!
    P.D creo leer que dijiste que eras de México yo también lo soy

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  2. Maass nove, me encanta.

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  3. Lo mismo k Angie d nuevo .Pero yo soy d España,jajaj

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