Capitulo 2
Lali
Golpeteo mi pie distraídamente y canto las letras que
inventé junto con su música, cuando de pronto, él deja de tocar a mitad de la
canción. Nunca se detiene a mitad de una canción, así que naturalmente, miro en
su dirección. Se inclina hacia adelante, mirándome. Tiene su dedo índice
levantado, como si dijera, Espera, deja la guitarra a su lado y corre a su
apartamento.
¿Qué diablos está haciendo?
Y oh, Dios mío, ¿por qué el hecho de que me reconoció me
pone tan nerviosa?
Regresa con un papel y un marcador en las manos.
Está escribiendo. ¿Qué diablos está escribiendo?
Sostiene dos hojas de papel, y entrecierro los ojos para
tener un buen vistazo de lo que está escrito.
Un número de teléfono.
Mierda. ¿Su número de teléfono?
Cuando no me muevo por varios segundos, sacude los papeles y
los señala, luego me apunta a mí.
Está loco. No lo llamaré. No puedo llamarlo. No puedo
hacerle eso a Benjamin.
El tipo sacude la cabeza, luego agarra una hoja en blanco de
papel y escribe algo más en ella, luego la levanta.
Escríbeme.
Cuando todavía no me muevo, da vuelta el papel y vuelve a
escribir.
Tengo una pregunta.
Una pregunta. Un texto. Parece bastante inofensivo. Cuando
levanta los papeles con su número de teléfono de nuevo, saco el mío e introduzco
su número. Miro fijamente la pantalla por unos segundos, sin saber realmente
qué decir en el texto, así voy con:
Yo: ¿Cuál es tu pregunta?
Baja la mirada a su teléfono, y puedo verlo sonreír cuando
recibe mi texto. Suelta los papeles y se inclina en la silla, escribiendo.
Cuando mi teléfono vibra, dudo un segundo antes de mirarlo.
Él: ¿Cantas en la ducha?
Sacudo la cabeza, confirmando mi sospecha inicial. Está
coqueteando. Por supuesto que lo está, es músico.
Yo: No sé qué clase de pregunta es esa, pero
si este es tu intento de coqueteo, tengo novio. No pierdas el tiempo.
Presiono enviar y lo observo leer el mensaje. Se ríe, y eso
me molesta. Mayormente porque su sonrisa es tan… sonriente. ¿Eso siquiera es
una palabra? No sé de qué otra forma describirla. Es como si toda su cara
sonriera junto con su boca. Me pregunto cómo luce esa sonrisa de cerca.
Él: Créeme, sé que tienes novio, y esto
definitivamente no es coqueteo. Solo quiero saber si cantas en la ducha. Sucede
que pienso muy bien de la gente que canta en la ducha y necesito saber la
respuesta a esa pregunta con el fin de decidir si quiero hacerte mi siguiente
pregunta.
Leo la extensión del texto, admirando lo rápido que escribe.
Los chicos normalmente no son tan habilidosos como las chicas en lo que a
rapidez de escritura respecta, pero sus respuestas son casi instantáneas.
Yo: Sí, canto en la ducha. ¿Tú cantas en la
ducha?
Él: No, no lo hago.
Yo: ¿Cómo puedes pensar muy bien de la gente que
canta en la ducha si tú no lo haces?
Él: Quizás el hecho de que no cante en la ducha
es la razón por la que pienso muy bien de la gente que lo hace.
Esta conversación no está yendo a ningún lado.
Yo: ¿Por qué necesitas esta pieza vital de
información?
Estira las piernas y apoya los pies sobre el borde del patio
luego me mira fijamente durante unos segundos antes de volver su atención a su
teléfono.
Él: Quiero saber cómo es que estás cantando las
letras de mis canciones cuando ni siquiera les he agregado la letra aún.
Mis mejillas se calientan instantáneamente por la vergüenza.
Atrapada.
Miro fijamente su mensaje, luego levanto la mirada hacia él.
Me está observando, inexpresivo.
¿Por qué diablos no pensé que podía verme sentada aquí
afuera? Nunca creí que me notaría cantando junto con su música. Demonios, hasta
la noche anterior, nunca creí que me notara. Inhalé, deseando nunca haber hecho
contacto visual con él, para empezar. No sé por qué encuentro esto embarazoso,
pero lo hago. Parece como si hubiera invadido su privacidad de alguna forma, y
odio eso.
Yo: Estoy a favor de las canciones con letras, y
estaba cansada de preguntarme cuáles eran las letras de tus canciones, así que
supongo que me inventé algunas de las mías.
Lee el mensaje, luego levanta la mirada hacia mí sin una
pizca de su contagiosa sonrisa. No me gusta su mirada seria. No me gusta lo que
hace en mi estómago. Tampoco me gusta lo que su sonriente sonrisa hace en mi
estómago. Me gustaría que apegara una expresión simple, poco atractiva y sin
emoción, pero no estoy segura de que sea capaz de eso.
Él: ¿Me las enviarías?
Oh, Dios. Demonios, no.
Yo: Ni lo pienses.
Él: ¿Por favor?
Yo: No.
Él: ¿Por fis, por fis?
Yo: No, gracias.
Él: ¿Cuál es tu nombre?
Yo: Lali. ¿El tuyo?
Él: Peter.
Peter. Le queda. Del tipo artista-musical-temperamental.
Yo: Bueno, Peter, lo siento, pero no escribo
canciones que nadie quiere oír. ¿No escribes las letras de tus propias
canciones?
Comienza a escribir, y es un texto verdaderamente largo. Sus
dedos se mueven velozmente por el teléfono mientras escribe. Tengo miedo de que
esté por recibir una novela entera de su parte. Levanta la mirada justo cuando
mi teléfono vibra.
Peter: Supongo que podrías decir que estoy pasando
por un caso serio de bloqueo de escritor. Lo cual es el por qué de verdad, de
verdad deseo que pudieras enviarme las letras que cantaste mientras tocaba.
Incluso si crees que son estúpidas, quiero leerlas. De alguna forma conoces cada
canción que toco, incluso aunque nunca las toqué para nadie excepto cuando
estuve practicando aquí fuera.
¿Cómo sabe que sé todas sus canciones? Llevo una mano hacia
mi mejilla cuando la siento ruborizarse, sabiendo que me ha estado viendo mucho
más de lo que inicialmente pensaba. Lo juro, tengo que ser la persona más
intuitiva en el mundo entero. Levanto la mirada y él continúa con otro texto,
así que vuelvo a mirar mi teléfono y espero.
Peter: Lo puedo ver en la forma en que tu cuerpo
responde a la guitarra. Golpeteas con el pie, mueves la cabeza. E incluso
intenté probarte al bajar el ritmo de la canción de vez en cuando para ver si
lo notabas, y siempre lo haces. Tu cuerpo deja de responder cuando cambio algo.
Así que con solo observarte, puedo decir que tienes oído para la música. Y
siendo que cantas en la ducha, seguramente significa que eres una buena
cantante. Lo que también quiere decir que quizás hay alguna oportunidad de que
tengas talento para escribir. Entonces, Lali, quiero conocer tus letras.
Sigo leyendo cuando otro mensaje entra.
Peter: Por favor. Estoy desesperado.
Inhalo profundo, deseando más que nada que esta conversación
nunca hubiese comenzado. No sé cómo diablos pudo llegar a esas conclusiones sin
haberlo notado observándome. De cierta forma, alivia mi vergüenza por el hecho
de que me vio observándolo a él. Pero ahora que quiere conocer las letras que
inventé, me siento avergonzada por una razón completamente diferente. Sí canto,
pero no lo suficientemente bien para hacer nada profesionalmente. Mi pasión es
mayormente por la música en sí, no en presentarla. Y tanto como amo escribir
letras, nunca compartí nada de lo que escribí. Parece demasiado íntimo. Casi
preferiría que hubiera coqueteado de forma vulgar.
Salto cuando mi teléfono vibra de nuevo.
Peter: De acuerdo, haremos un trato. Escoge una
canción de las mías, y envíame la letra de esa canción solamente. Luego te
dejaré en paz. Especialmente si son estúpidas.
Me río. Y me encojo. No lo dejará pasar. Voy a tener que
cambiar mi número.
Peter: Ahora sé tu número de teléfono, Lali. No me
rendiré hasta que me envíes la letra de al menos una canción.
Jesús. No va a desaparecer.
Peter: Y también sé dónde vives. Y no sería incapaz
de rogar de rodillas frente a tu puerta.
¡Ugh!
Yo: Está bien. Detén las amenazas tenebrosas.
Una canción. Pero tendré que escribir la letra mientras tú la tocas primero,
porque nunca las he escrito antes.
Peter: Hecho. ¿Qué canción? La tocaré justo ahora.
Yo: ¿Cómo haré para decirte que canción tocar,
Peter? No sé el nombre de ninguna de ellas.
Peter: Sí, yo tampoco. Levanta la mano cuando
llegue a la que quieres que toque.
Baja el teléfono y levanta la guitarra, luego comienza a
tocar una de las canciones. Sin embargo, no es la que quiero que toque, por lo
que sacudo la cabeza. Cambia a otra canción y continúo sacudiendo la cabeza
hasta que los acordes familiares de una de mis canciones favoritas encuentran
mis oídos.
Levanto la mano, y sonríe, luego comienza la canción desde el
principio, pongo el cuaderno frente a mí y levanto mi lápiz, luego comienzo a
escribir las letras que le estuve poniendo.
Tiene que tocar la canción tres veces antes de que
finalmente la escriba completa. Está casi oscuro ahora, y es difícil ver, así
que levanto mi teléfono.
Yo: Está demasiado oscuro como para leer.
Entraré y te las enviaré en un texto. Pero tienes que prometerme que no me
volverás a pedir esto.
La luz de su teléfono ilumina su sonrisa, y asiente hacia
mí, luego levanta la guitarra y vuelve a entrar en su apartamento.
Voy a mi habitación y me siento en la cama, preguntándome si
es demasiado tarde para cambiar de opinión. Siento como si toda esta
conversación acabara de arruinar mi momento en el patio a las ocho en punto. No
puedo volver a salir y escucharlo. Me gustaba más cuando creía que él no sabía
que me encontraba ahí. Era como mi propio espacio personal con mi propio
concierto. Ahora estaré demasiado consciente de él para disfrutar en verdad escucharlo,
y lo maldigo por arruinarme eso.
Con tristeza le envié en un mensaje la letra, luego puse el
teléfono en silencio y lo dejé en mi cama mientras iba a la sala de estar e
intentaba olvidar que esto ocurrió.
Peter
Santa mierda. Es Buena. Realmente Buena. Gaston va a amar
esto. Sé que si acepta usarla, vamos a necesitar que ella firme un documento, y
tendremos que pagarle algo. Pero lo vale, especialmente si el resto de sus
letras son tan buenas como esta.
Pero la pregunta es, ¿estará dispuesta a ayudar? Obviamente
no tiene mucha confianza en su talento, pero esa es la última de mis
preocupaciones. La mayor preocupación es cómo la voy a persuadir de que me
envíe más letras. O como hago para que las escriba conmigo. Dudo que su novio
esté de acuerdo con eso. Tiene que ser el idiota más grande que he visto. No
puedo Lali, abrazándola como el novio más atento en el mundo. Luego, en el
segundo que ella se voltea, está en el patio con otra chica. Lali debe haber
estado en la ducha, porque los dos salieron rápido como si tuvieran un
cronómetro, y la chica tenía las piernas envueltas en su cintura y la boca en
la suya más rápido que en un parpadeo. Y no era la primera vez que esto
ocurría. Lo he visto pasar tantas veces que he perdido la cuenta.
Realmente no me corresponde a mí informarle a Lali que ese
tipo con el que sale la engaña con su compañera. Especialmente no se lo puedo
decir en un mensaje de texto. Pero si Martina me estuviera engañando, seguro
como el infierno que querría saberlo. No conozco a Lali lo suficientemente bien
como para decirle algo como eso. De todas formas, la persona que cuenta la
noticia normalmente es la que recibe toda la culpa. Especialmente si la persona
engañada no quiere creerlo. Podría enviarle una nota anónima, pero es más que
probable que el idiota del novio sea capaz de convencerla de lo contrario.
No haré nada por ahora. No me corresponde, y hasta que
llegue a conocerla mejor, no estoy en posición de que confíe en mí. Mi teléfono
vibra en mi bolsillo, y lo saco, esperando que Lali haya decidido enviarme más
letras, pero el mensaje es de Martina.
Martina: Casi en casa. Te veo en dos semanas.
Yo: No te dije que me enviaras un mensaje cuando
estuvieras casi en casa. Te dije que lo hicieras cuando estuvieras en casa.
Ahora, deja de escribir y conduce.
Martina: De acuerdo.
Yo: ¡Basta!
Martina: ¡Está bien!
Lanzo el teléfono en la cama y me niego a devolverle el
texto. No le daré una razón para volver a escribirme de nuevo hasta que llegue
a casa.
Voy a la cocina por una cerveza, luego me siento junto a un
Nico desmayado en el sofá. Agarro el control remoto y golpeo info para ver lo
que está viendo.
Porno.
No me extraña. Parece que el tipo no puede ver nada sin
desnudismo. Comienzo a cambiar de canal, pero arrebata el control de mis manos.
—Es mi noche.
No sé si fue Nico o
Eugenia quien decidió que deberíamos dividir la televisión, pero era la peor
idea de todas. Especialmente siento que todavía no estoy seguro de qué noche es
la mía, incluso aunque técnicamente, este es mi apartamento. Tengo suerte si
alguno de ellos paga la renta trimestralmente.
Estuve de acuerdo porque Nico ha
sido mi mejor amigo desde la secundaria, y Eugenia es… bueno, es demasiado
insoportable como para querer entablar una conversación con ella. Las he
evitado desde que Gaston la dejó mudarse hace seis meses. Realmente no tengo
que preocuparme por el dinero en este momento, gracias a mi trabajo y la parte que
Gaston me da, así que puedo dejarlos en paz. Todavía no sé cómo Gaston conoció
a Euge o de qué forma están involucrados, pero incluso si su relación no es
sexual, obviamente se preocupa por ella. No tengo idea cómo o por qué, siendo
que ella no tiene ningún otro punto a favor que la forma que luce en su
uniforme de Hooters.
Y por supuesto, en el segundo en que ese pensamiento cruza
por mi cabeza, también lo hacen las palabras que dijo Martina cuando se enteró
que Eugenia se mudaba con nosotros.
—No me importa si se muda. Lo peor que podría pasar sería
que me engañes. Entonces tendría que romper contigo, luego tu corazón se
rompería y ambos seríamos miserables de por vida, y tú estarás tan deprimido
que nunca serás capaz de levantarte de nuevo. Así que asegúrate de que si me
engañas, sea el mejor sexo que puedas tener, porque también será el último en
tu vida.
Ella no tiene que preocuparse de que la engañe, pero la escena
que pintó fue suficiente para asegurar que ni siquiera mire a Eugenia en su
uniforme.
¿Cómo diablos hicieron mis pensamientos para vagar así?
Es por esto que tengo el bloqueo de escritor; parece que no
puedo enfocarme en nada importante últimamente. Regreso a mi habitación para
pasar la letra de Lali a un papel, y comienzo a trabajar en cómo agregarles música.
Quiero escribirle a Lali para decirle lo que pienso de ellas, pero no lo hago.
Debería dejarla esperando un poco más de tiempo. Sé cuán estresante es enviarle
a alguien un pedazo de ti mismo y luego tener que sentarse y esperar que sea
juzgado. Si la hago esperar lo suficiente, quizás una vez que le diga cuán
brillante es, desarrollará un deseo de enviarme más.
Puede ser un poco cruel, pero no tiene idea de lo mucho que
la necesito. Ahora que estoy bastante seguro que encontré a mi musa, tengo que
trabajar de forma correcta para que no se me escape.
Buenísimo sorpresón.
ResponderEliminarCaminito a convencerla .
ResponderEliminarSIIIIIIIIIIIIIIIIII ,la encontró
me encanta
ResponderEliminarmaaaaassssss
@x_ferreyra07
Ahh lo dijo el ya encontró a su musa!!!
ResponderEliminarAy no que feo que le pongas los cuernos su novio y su amiga!!
Ayy Lali pensaba que no la veía y resulta que si!!
Más me gusta mucho
holiiis
ResponderEliminarme encanta la novee
subi maaaas
Besooos
Me encantaaa maass
ResponderEliminar