viernes, 20 de junio de 2014

Capitulo 5

Capitulo 5


Como empieza su fin de semana? que la pasen bien el fin, gracias por comentar y la buena onda, me encantaron los comentarios de ayer, yo también tenia la cabeza hecha un lio pero ya se se va a ir aclarando todo Otra cosa de donde son? Yo soy de México.
                                                                                                                                              
Lali
No interactuamos mientras comemos. Ambos estamos sentados en la cabina con nuestras espaldas hacia la pared y nuestras piernas estiradas delante de los asientos. Estamos viendo tranquilamente la multitud del restaurante, y no puedo dejar de preguntarme cómo es esto para él, sin ser capaz de escuchar nada de lo que pasa a nuestro alrededor. Probablemente soy demasiado franca para mi propio bien, pero tengo que preguntarle lo que está en mi mente.

Yo: ¿Qué es ser sordo? ¿Te sientes como si estuvieras en un secreto que nadie más conoce? ¿Semejante a tener una ventaja en todo, porque el hecho de que no puedes escuchar, magnifica todos tus otros sentidos, consigues poderes súper humanos y nadie puede decirlo sólo por mirarte?

Casi escupe su bebida mientras lee mi texto. Se ríe y me doy cuenta que su risa es el único sonido que le he escuchado hacer. Sé que algunas personas que no pueden oír pueden hablar, pero no lo he escuchado decir una sola palabra en toda la noche. Ni a la camarera. Tampoco señala lo que quiere en el menú o lo escribe.

Peter: Puedo honestamente decir que nunca he pensado sobre esto. Sin embargo me gusta que lo pienses de esa manera. Para ser honesto, no pienso en ello en absoluto. Es normal para mí. No tengo nada para compararlo, porque es lo único que he conocido.

Yo: Lo siento. Estoy siendo de esas personas de nuevo, ¿no? Supuse que pidiéndote comparar ser sordo o no ser sordo es como preguntarte que compares ser una chica o ser un chico.

Peter: No te disculpes. Me gusta que te interese bastante para preguntarme. Mucha gente es un poco extraña sobre esto, así que no dicen nada en absoluto. Me he dado cuenta que es difícil hacer amigos, pero también es algo bueno. Los pocos amigos que tengo son auténticos, así que lo veo como una forma fácil de eliminar a todos los idiotas superficiales e ignorantes.

Yo: Me alegra saber que no soy una idiota superficial e ignorante.


Peter: Deseo poder decir lo mismo de tu ex.

Suspiro. Peter tiene razón, pero maldita sea si no duele saber que no pude ver a través de las estupideces de Benjamin.

Dejo mi teléfono y como lo último de mi pastel. —Gracias —digo mientras bajo el tenedor. Sinceramente, por un momento, me olvidé que hoy era mi cumpleaños hasta que él se ofreció a salir por pastel.

Se encoge de hombros como si no fuera gran cosa, pero sí lo es. No puedo creer que después del día que he tenido, esté de un humor semi-decente. Peter puede tomar crédito por eso, porque si no fuera por él, no sé dónde estaría o en qué tipo de estado emocional me encontraría.

Toma un trago de su refresco, luego se sienta erguido en la cabina. Asiente en dirección a la puerta y concuerdo en que estoy lista para salir.

El zumbido del alcohol ha desaparecido, y mientras hacemos nuestro camino fuera del restaurante y volvemos a la oscuridad, puedo sentirme empezar a sucumbir a la angustia otra vez. Supongo que Peter ve la mirada en mi cara porque pone su brazo alrededor de mí y aprieta brevemente mis hombros.

Deja caer su brazo y saca su teléfono.

Peter: Por si sirve de algo, él no te merece.

Yo: Lo sé. Pero todavía me duele haber pensado que me merecía. Y honestamente, estoy más herida por Rochi de lo que estoy por lo que pasó con Benjamin. Sólo estoy enojada con Benjamin.

Peter: Seeh, ni siquiera conozco al tipo, y estoy muy enojado con él. No puedo imaginar cómo te debes sentir. Estoy sorprendido que todavía no tomaras represalias con algún maligno plan de venganza.

Yo: No soy tan ingeniosa. Desearía serlo, porque ahora estaría toda concentrada en la venganza.

Peter deja de caminar y gira para darme la cara. Alza una ceja, y aparece ligeramente una sonrisa malvada. Esto me hace reír, porque puedo decir por su sonrisa que está tramando un plan.

—De acuerdo —digo, asintiendo sin siquiera saber lo que está a punto de proponer—. Siempre y cuando esto no nos haga ir a la cárcel.

Peter: ¿Sabes si deja su auto sin seguro?

***

—¿Pescado? —pregunto, arrugando mi nariz con asco. Hemos hecho una parada en el supermercado al lado del complejo de apartamentos, y está comprando un pescado entero, enorme y escamoso. Estoy asumiendo que esto tiene que ser parte de su elaborado plan de venganza, pero podría estar sólo hambriento.

Peter: Necesitamos cinta adhesiva.

Lo sigo hacia el pasillo de las herramientas, donde agarra un rollo de cinta adhesiva extra resistente.

Pescado fresco y cinta adhesiva.

Todavía no estoy segura de qué ha planeado, pero tengo una pequeña idea de hacia dónde se dirige.

***

Cuando volvemos al apartamento, señalo el auto de Benjamin. Corro rápidamente hacia el apartamento para agarrar su llave de repuesto del auto en mi bolso, donde todavía la tengo, mientras Peter envuelve el pescado con cinta adhesiva. Vuelvo abajo y le tiendo la llave.

Yo: Así que, ¿exactamente qué vamos a hacer con este pescado?

Peter: Mira y aprende, Lali.

Caminamos hacia el auto de Benjamin, y Peter desbloquea la puerta del pasajero. Me hace arrancar varios pedazos de cinta adhesiva mientras alcanza la parte baja del asiento del pasajero. Estoy viendo muy de cerca —en caso de que necesite buscar venganza contra alguien más en el futuro— y él la presiona debajo del asiento. Le entrego varios pedazos de cinta adhesiva tratando de contener mi risa mientras asegura el pescado crudo con ella.

Después de que está seguro de que no se aflojará, se desliza fuera del coche y cierra la puerta, mirando a su alrededor inocentemente. Mi mano está sobre mi boca, sofocando mi risa y él está tan sereno como puede estar.

Casualmente nos alejamos del auto, y una vez que estamos en las escaleras del apartamento, comenzamos a reír.

Peter: Su auto va a oler a muerte en cuestión de veinticuatro horas. Nunca lo encontrará.

Yo: Eres algo diabólico. Si no te conociera mejor, pensaría que lo has hecho antes.

Se ríe mientras nos dirigimos al interior. Quitamos nuestros zapatos en la puerta, y lanza la cinta adhesiva sobre el mostrador. Uso el baño y me aseguro de desbloquear la puerta del dormitorio antes de volver a salir.

*** 

En la sala, todas las luces están apagadas, excepto por la lámpara en el sofá.
Me acuesto y reviso mi celular una última vez antes de ponerlo en silencio.

Peter: Buenas noches. Siento que tu cumpleaños apestara.

Yo: Gracias a ti, fue mejor de lo que pudo haber sido.

Coloco mi teléfono bajo mi almohada y me arropo. Cierro mis ojos, y mi sonrisa inmediatamente se desvanece cuando el silencio se apodera. Puedo sentir las lágrimas viniendo, así que cubro mi cabeza con la sábana y me preparo para una noche llena de angustia. El respiro con Peter fue agradable, pero no tengo nada que me distraiga del hecho que estoy teniendo el peor día de mi vida. No entiendo como Rochi pudo hacerme algo así. Hemos sido mejores amigas desde hace casi tres años. Le conté todo. Confié en ella con todo. Le dije cosas que ni en sueños le diría a Benjamin.

¿Por qué arriesgaría nuestra amistad por sexo?

Nunca me sentí así de herida. Tiro la sábana sobre mis ojos y empiezo a sollozar.

Feliz cumpleaños para mí.
 ***
Tengo la almohada firmemente sobre mi cabeza, pero no ahoga el sonido de la grava crujiendo bajo los zapatos. ¿Por qué alguien camina sobre un camino tan ruidosamente? ¿Y, por qué puedo incluso escuchar esto?

Espera. ¿Dónde estoy?

¿Lo de ayer ocurrió de verdad?

A regañadientes abro mis ojos, y me encuentro con la luz del sol, así que aprieto la almohada sobre mi rostro y me doy un minuto para adaptarme. El sonido parece más fuerte, así que levanto la almohada de mi rostro y me asomo con un ojo abierto. Lo primero que veo es una cocina que no es mía.

Oh, seeh. Es cierto. Estoy en el sofá de Peter y veintidós es la peor edad.
Levanto la almohada todo el camino sobre mi cabeza y gimo mientras aprieto los ojos otra vez.

—¿Quién eres y por qué estas durmiendo en mi sofá?


Mi cuerpo salta, y mis ojos parpadean hacia la profunda voz que no puede estar a más de un metro de distancia. Dos ojos se asoman hacia mí. Estiro mi cabeza contra el sofá para poner más distancia entre los ojos curiosos y yo, para obtener una mejor imagen de a quién están unidos.
Es un tipo. Un tipo a quien nunca había visto. Está sentado en el piso, directamente en frente del sofá y sostiene un tazón. Sumerge una cuchara en el tazón y la mete a su boca, luego comienza el crujido fuerte otra vez. Supongo que no es grava lo que está comiendo.

—¿Eres la nueva compañera de cuarto? —dice con la boca llena.

Sacudo la cabeza. —No —murmuro—. Soy una amiga de Peter.

Inclina la cabeza y me mira sospechosamente. —Peter sólo tiene un amigo —dice el tipo—. Yo. —Mete otra cuchara llena de cereal en su boca y es incapaz de salir de mi espacio personal.

Empujo mis palmas en el sofá y me siento, así no está directamente en mi rostro. —¿Celoso? —pregunto.

El tipo continúa mirándome fijamente. —¿Cuál es su apellido?

—¿El apellido de quien?

—De tu buen amigo, Peter —dice petulante.

Ruedo mis ojos y dejo caer mi cabeza contra el respaldo del sofá. No sé quién demonios es este tipo, pero no me importa competir por nuestros niveles de amistad con Peter. —No sé cuál es el apellido de Peter. No sé cuál es su segundo nombre. Lo único que sé sobre él es que tiene un buen gancho derecho. Y sólo estoy durmiendo en el sofá porque mi novio de dos años decidió que sería divertido follarse a mi compañera de cuarto y no quise quedarme a ver.

Asiente, luego traga. —Es Lanzani. Y no tiene un segundo nombre.

Como si la mañana pudiera ser peor, Eugenia aparece desde el pasillo y entra en la cocina.

El tipo en el piso toma otra cucharada llena de cereal y mira a Eugenia, finalmente rompiendo su mirada incomoda sobre mí. —Buenos días, Euge —dice con un extraño tono sarcástico—. ¿Dormiste bien?

Lo mira brevemente y rueda los ojos. —Jodete, Nico —espeta.

Vuelve su mirada hacia mí con una sonrisa traviesa. —Esa es Eugenia —susurra—. Pretende odiarme durante el día, pero en la noche, me ama.

Me río, desconfiando realmente que Eugenia sea capaz de amar a alguien.

—¡Mierda! —grita, agarrándose de la barra después de tropezar—. ¡Jesucristo! —Patea una de mis maletas, aún en el piso junto a la barra—. ¡Dile a tu pequeña amiga que si se queda aquí, necesita llevar su mierda a su cuarto!

Nico hace una mueca como si temiera por mí, luego gira su cabeza hacia Eugenia. —¿Qué soy, tu perra? Díselo tú.

Eugenia señala hacia las maletas donde casi tropezó. —¡SACA… TU… MIERDA… DE… LA… COCINA! —dice, antes de marchar de vuelta a su dormitorio.

Nico lentamente vuelve su cabeza para enfrentarme y se ríe. —¿Por qué piensa que eres sorda?

Me encojo de hombros. —No tengo ni idea. Llegó a esa conclusión anoche y no he podido corregirla.

Se ríe de nuevo, mucho más fuerte. —Oh, esto es típico —dice—. ¿Tienes alguna mascota?

Niego con la cabeza.

—¿Te opones al porno?

No sé como empezamos a jugar a las veinte preguntas pero le respondo de todos modos—: No me opongo al porno, pero me opongo a protagonizar uno.

Asiente, contemplando mi respuesta por un tiempo demasiado largo. —¿Tienes amigos molestos?

Sacudo la cabeza. —Mi mejor amiga es una perra que apuñala por la espalda y ya no le hablo.

—¿Cuáles son tus hábitos de baño?

Me río. —Una vez al día, con un día que se pase de vez en cuando. No más de quince minutes.

—¿Cocinas?

—Sólo cuando tengo hambre.

—¿Limpias después de hacerlo?

—Probablemente mejor que tú —digo, tomando en cuenta que ha utilizado su camiseta como servilleta al menos tres veces durante nuestra conversación.

—¿Escuchas música disco?

—Prefiero comer alambre de púas.

Estiro mis pies y me siento con las piernas cruzadas. —No me había dado cuenta que estoy siendo entrevistada.

Mira fijamente mis maletas, luego regresa hacia mí. —Es obvio que necesitas un lugar donde quedarte, y tenemos una habitación vacía. Si no la tomas, Eugenia quiere mudar a su hermana el próximo mes, y eso es lo último que Peter y yo necesitamos.

—No me puedo quedar aquí —digo.

—¿Por qué no? Como suena esto, vas a pasar el día buscando por un apartamento de todas formas. ¿Qué está mal con este? No tienes que caminar mucho para llegar aquí.

Quiero decir que Peter es el problema. Ha sido agradable, pero creo que eso puede ser un problema. He estado sola por menos de veinticuatro horas, y no me gusta el hecho de que, aunque debería haberme consumido con pesadillas de Benjamin y Rochi toda la noche, en su lugar, tenía un sueño un poco inquietante que implica a un Peter muy complaciente.

Sin embargo no le puedo decir a Nico que Peter es el por qué no me puedo quedar aquí. En parte porque eso daría a Nico más municiones para preguntas y en parte porque Peter entró a la cocina y está mirándonos.

Nico me guiña un ojo, luego se levanta y camina con el tazón hacia el fregadero. Mira a Peter. —¿Conoces a nuestra nueva compañera de cuarto? —pregunta Nico.

Peter hace señas de algo hacia él. Nico sacude su cabeza y hace señas de vuelta. Me siento en el sofá y veo la silenciosa conversación, ligeramente asombrada de que Nico conoce el lenguaje de señas. Me pregunto si ha aprendido esto para el beneficio de Peter. ¿Quizás son hermanos? Nico se ríe y Peter mira en mi dirección antes de caminar de regreso a su habitación.

—¿Qué fue lo dijo? —pregunto, de repente preocupada de que Peter ya no me quiera aquí.

Nico se encoge de hombros y comienza a caminar de vuelta a su habitación.

—Exactamente lo que pensé que diría. —Entra en su habitación, luego vuelve con una gorra y llaves en su mano—. Dijo que ustedes dos ya hicieron un trato. —Se pone un par de zapatos de la puerta—. Me voy al trabajo. Esa es tu habitación si quieres colocar tus cosas en ella. Sin embargo tendrás que tirar toda la mierda de Gaston en la esquina. —Abre la puerta y da unos pasos afuera, luego gira de vuelta—. Oh, ¿cuál es tu nombre?

—Lali.

—Bueno, Lali. Bienvenida al lugar más extraño donde alguna vez vivirás. — Cierra la puerta detrás de sí.

No estoy segura de que me sienta cómoda con esto, pero, ¿qué otra opción tengo? Saco mi teléfono de debajo de mi almohada. Empiezo un texto para Peter, porque no recuerdo cerrar un acuerdo anoche con respecto a mis arreglos de vivienda. Antes de terminar el texto, me envía uno primero.

Peter: ¿Estás bien con esto?

Yo: ¿Lo estás tú?

Peter: Pregunté primero.

Yo: Supongo. Pero sólo si tú lo estás.

Peter: Bueno, entonces, supongo que eso significa que somos compañeros de piso.

Yo: ¿Si somos compañeros de piso, puedes hacerme un favor?

Peter: ¿Cuál?

Yo: Si alguna vez comienzo a salir de nuevo, no seas como Rochi y duermas con mi novio, ¿de acuerdo?

Peter: No puedo hacer ninguna promesa.

Unos segundos más tarde, sale de su habitación y va directamente hacia mis maletas. Las recoge y las lleva por otra puerta del apartamento. La abre y asiente en dirección a la habitación, indicándome que debería ir con él. Me levanto y lo sigo hasta el dormitorio. Pone las maletas en la cama, luego saca su teléfono otra vez.

Peter: Gaston todavía tiene un montón de cosas aquí. Voy por una caja arriba y las voy a poner en la esquina hasta que él pueda recoger todo. Aparte de eso, es posible que desees cambiar las sábanas.

Me lanza una mirada cautelosa en cuanto al estado de las sábanas, y me río.

Señala el cuarto de baño.

Peter: Compartimos el baño. Sólo cierra la puerta principal que da al pasillo y las dos puertas a las habitaciones cuando estés allí. Obviamente no sabré cuando estás en la ducha, así que si no quieres que te interrumpa, asegúrate de echar seguro.

Camina al baño y acciona un interruptor fuera de la puerta, que controla el encendido y apagado de las luces en el interior del cuarto de baño, luego vuelve su atención de nuevo al teléfono.

Peter: Añadí interruptores en el exterior porque es la manera fácil para que alguien llame mi atención, desde que no puedo oír un golpe. Sólo deslizas el interruptor si necesitas entrar al baño, así lo sabré. Todo el apartamento está construido de esta manera. Hay un interruptor junto a la puerta de mi dormitorio que controla mis luces, prendes y apagas si me necesitas. Pero normalmente tengo mi teléfono conmigo, así que siempre puedes enviarme un texto.

Me muestra dónde están las sabanas limpias y luego recoge lo que queda en la cómoda mientras pongo las sábanas nuevas en la cama.


—¿Necesito muebles?

Peter niega con la cabeza.

Peter: Él los va a dejar. Puedes utilizar los que hay aquí.

Asiento, tomando el dormitorio que inesperadamente acaba de convertirse en mi nuevo hogar. Le sonrió a Peter para hacerle saber que aprecio su ayuda. —Gracias.

Me devuelve la sonrisa.

Peter: Voy a estar en mi habitación trabajando durante las próximas horas si necesitas algo. Tengo que ir a la tienda esta tarde. Puedes ir conmigo y conseguir lo que necesitas para el apartamento.

Se retira de la habitación y me da un saludo. Me siento en el borde de la cama, saludando su espalda mientras cierra la puerta. Caigo sobre la cama y dejo escapar un gran suspiro de alivio.

Ahora que tengo un lugar para vivir, todo lo que necesito es un trabajo. Y tal vez un coche, ya que Rochi y yo en general compartíamos el suyo. Entonces, tal vez voy a llamar a mis padres y les diré que me mudé.

O tal vez no. Voy a darle a este lugar un par de semanas con el fin de ver cómo salen las cosas.

Peter: Ah, y por cierto, yo no escribí eso en tu frente.

¿Qué?

Corro hacia la cómoda y me miro en el espejo por primera vez hoy. Escrito en mi frente con tinta negra, dice: alguien escribió en tu frente.

Peter

Yo: Buenos días. ¿Cómo va tu tesis?

Martina: ¿Me quieres endulzar, o sinceramente estás dándome una oportunidad para descargarme?

Yo: Completamente expuesto. Descárgate.

Martina: Estoy triste, Peter. Lo odio. Trabajo en ella durante horas todos los días, y sólo quiero golpear con un bate mi ordenador y todo el espacio de la oficina. Si esta tesis fuera un niño, lo pondría en adopción y ni siquiera lo pensaría dos veces. Si esta tesis fuera un cachorro lindo y cariñoso, lo dejaría en medio de un cruce muy concurrido y me marcharía lejos.

Yo: Y luego darías media vuelta, volverías a recogerlo y jugarías con él toda la noche.

Martina: Lo digo en serio, Peter. Creo que me estoy volviendo loca.

Yo: Bueno, ya sabes lo que pienso.

Martina: Sí, sé lo que piensas. No vamos a entrar en eso ahora mismo.

Yo: Tú eres la que quería desahogarse. No necesitas este tipo de estrés.

Martina: Detente.

Yo: No puedo, Martina. Sabes cómo me siento, y no voy a guardar mi opinión para mí cuando ambos sabemos que tengo razón.

Martina: Esto es exactamente por lo que nunca me quejo contigo sobre esto, porque siempre volvemos a lo mismo. Te pedí que te detuvieras. Por favor, Peter. Para.

Yo: Bueno.

Yo: Lo siento.

Yo: Ahora es cuando me envías un texto que dice: “Esta bien, Peter. Te amo…”

Yo: ¿Hola?

Yo: No hagas esto, Martina.

Martina: ¡Dale a una chica un minuto para hacer pis! Caray. No estoy enojada. Es sólo que no quiero hablar más de eso. ¿Cómo estás?

Yo: ¡Uf! Bueno. Tenemos una nueva compañera de piso.

Martina: Pensaba que no se mudaría hasta el próximo mes.


Yo: No, no es la hermana de Eugenia. Es Lali. ¿De la que te hablé hace unos días? Después de que me decidí a darle la noticia acerca de su novio, se quedó sin un lugar a donde ir. Nico y yo estamos dejando que se quede aquí hasta que encuentre su propio lugar. Te gustará.

Martina: ¿Así que supongo que te cree respecto a lo de su novio?

Yo: Sí. Se enojó mucho al principio porque no le dije antes, pero ha tenido un par de días para superarlo, así que creo que lo consiguió. Así que, ¿a qué hora vas a estar aquí el viernes?

Martina: No estoy segura. Diría que depende de si tengo suficiente trabajo hecho de mi tesis, pero no voy a hablar de mi tesis contigo nunca más. Supongo que voy a llegar cuando llegue.

Yo: Bueno, entonces, supongo que te veré cuando te vea. Te amo. Avísame cuando estés en camino.

Martina: También te amo. Y sé que sólo estás preocupado. No espero que estés de acuerdo con mis decisiones, pero quiero que las entiendas.

Yo: Lo entiendo, nena. De verdad. Te amo.

Martina: También te amo.

Dejo caer mi cabeza con fuerza contra la cabecera y froto mis manos de arriba a abajo por mi cara por pura frustración. Por supuesto, entiendo su decisión, pero nunca voy a sentirme bien sobre ésta. Es tan determinadamente frustrante, en serio, no veo cómo voy a llegar a ella.

Me levanto y pongo mi teléfono en mi bolsillo trasero, luego camino a la puerta de mi dormitorio. Cuando la oscilo para abrirla, me encuentro con un olor que estoy seguro de que es exactamente igual a como huele el cielo.

Tocino.

Nico me mira desde la mesa del comedor y sonríe, señalando su plato lleno de comida. —Ella es un tesoro. —Indica con gestos—. Sin embargo los huevos son una mierda. Sólo voy a comérmelos porque no quiero quejarme, o podría nunca cocinar para nosotros de nuevo. Todo lo demás está muy bien. —Hace señas con todo lo que está diciendo, sin verbalizarlo. Nico generalmente expresa verbalmente todo lo que está comunicando con señas, por respeto a los que nos rodean. Cuando no lo verbaliza, sé que quiere que nuestra conversación permanezca entre nosotros dos.

Me gusta el silencio que tenemos en estos momentos mientras Lali está en la cocina.

—E Incluso preguntó cómo nos gusta nuestro café. —Indica con gestos.  

Echo un vistazo a la cocina. Lali sonríe, así que regreso la sonrisa. Estoy sorprendido de verla en un buen humor hoy. Después de regresar de nuestro viaje a la tienda hace unos días, ha estado pasando la mayor parte del tiempo en su habitación. En algún momento de ayer, Nico fue a preguntarle si quería algo de cenar, y él dijo que se encontraba en su cama llorando, así que dio marcha atrás y la dejó sola. He querido ver cómo estaba, pero en realidad no hay nada que pueda hacer para que se sienta mejor. Lo único que puedo hacer es darle tiempo, así que me alegro de que hoy esté al menos fuera de la cama.

—Y no mires ahora, Peter. Pero, ¿has visto lo que lleva puesto? ¿Has visto ese vestido? —Se muerde los nudillos de su puño y hace una mueca, como si simplemente mirarla le estuviera causando dolor físico.

Niego con la cabeza y tomo asiento frente a él. —Voy a mirar después.

Sonríe. —Estoy tan contento de que su novio la engañó. De lo contrario, estaría comiendo sobrantes de pasta de dientes llena de Oreos para el desayuno.

Me río. —Por lo menos no tendrías que lavarte los dientes.

—Esta fue la mejor decisión que hemos tomado —dice—. Tal vez más tarde podamos convencerla de pasar la aspiradora con ese vestido mientras nos sentamos en el sofá y vemos.

Nico se ríe de su propio comentario, pero no esbozo una sonrisa. Creo que no se da cuenta de que lo indicó con gestos y habló en esa última frase. Antes de que pueda decirle, una galleta viene a toda velocidad por delante de mi cabeza y lo golpea en la cara. Retrocede en estado de shock y mira a Lali. Está caminando hacia la mesa con una mirada de “no te metas conmigo”. Me entrega un plato de comida, luego pone su propio plato delante de ella y se sienta.

—Dije eso en voz alta, ¿no? —pregunta Nico. Asiento. Mira a Lali, que sigue mirándolo—. Al menos te halagaba —dice encogiéndose de hombros.

Ella se ríe y asiente una vez, como si acabara de hacer un buen punto. Agarra su teléfono y empieza un mensaje. Me mira brevemente, dando a su cabeza una leve sacudida cuando mi teléfono vibra en mi bolsillo. Me envió un mensaje, pero al parecer no quiere que lo haga obvio. Casualmente deslizo mi mano en mi bolsillo y saco mi teléfono, luego leo su mensaje de texto debajo de la mesa.

Lali: No te comas los huevos.

La miro y arqueo una ceja, preguntándome qué diablos está mal con los huevos. Casualmente envía otro texto mientras mantiene una conversación con Nico.


Lali: Les eché jabón para lavar platos y polvo para bebés. Voy a enseñarle a no escribir sobre mi frente otra vez.

Yo: ¿Qué demonios? ¿Cuándo vas a decirle?

Lali: No lo sé.

Nico: ¿Sobre qué se están enviando mensajes de texto tú y Lali?

Levanto la vista para ver a Nico sosteniendo su teléfono, mirándome. Agarra el tenedor y toma otro bocado de los huevos, la vista me hace reír. Se lanza encima de la mesa y toma el teléfono de mis manos, entonces comienza a desplazarse a través de los textos. Trato de agarrarlo de nuevo, pero mueve su brazo fuera de mi alcance. Hace una pausa durante unos segundos mientras lee, luego escupe inmediatamente de su boca llena a su plato. Me arroja de nuevo mi teléfono y alcanza su vaso. Tranquilamente toma un trago, lo pone de nuevo sobre la mesa, luego empuja su silla hacia atrás y se pone de pie.

Señala a Lali. —Acabas de empeorarlo, niña —dice—. Esto significa guerra.

Lali está sonriéndole con un brillo desafiante en los ojos. Una vez que Nico camina de vuelta a su habitación y cierra la puerta, pierde la sonrisa confiada y se vuelve hacia mí, con los ojos abiertos.

Lali: ¡Ayúdame! Necesito ideas. Soy muy mala haciendo travesuras.

Yo: Sí, lo eres. ¿Jabón para lavar platos y polvos para bebé? Necesitas ayuda. Lo bueno es que tienes al maestro de tu lado.

Sonríe y luego comienza a comer su desayuno.

Ni siquiera consigo tragar mi primer bocado antes de que Eugenia salga de su cuarto, sin sonreír. Camina directamente a la cocina y procede a hacerse un plato de comida. Nico regresa de su habitación y se vuelve a sentar en la mesa.

—Me fui para el efecto dramático —dice—. Todavía no había terminado de comer.

Eugenia se sienta, toma un bocado de tocino, luego mira a Lali. —¿HAZ… HECHO… ESTO? —dice señalando a la comida de forma dramática. Ladeo mi cabeza, porque le está hablando a Lali de la misma forma en que me habla a mí. Como si fuera sorda.

Miro a Lali, que asiente en respuesta a Eugenia. Miro de nuevo a Eugenia, y dice—: GRACIAS… —Toma un bocado de los huevos.

Y los escupe enseguida en su plato.


Tose y se apresura a tomar una bebida, luego se empuja fuera de la mesa.
Mira hacia atrás a Lali. —¡NO… PUEDO… COMER… ESTA… MIERDA! —Camina de regreso a la cocina, dejando caer su comida en la basura, y se dirige de nuevo a su habitación.

Los tres rompemos en carcajadas después de que cierra su puerta. Cuando la risa se calma, me dirijo a Nico.

—¿Por qué Eugenia piensa que Lali es sorda?

Nico se ríe. —No lo sabemos —dice—, pero por el momento no sentimos ganas de corregirla.

Me río por fuera, pero por dentro estoy un poco confundido. No sé cuándo Nico comenzó a referirse a sí mismo y a Lali como nosotros, pero no estoy seguro de que me guste.

La luz de mi habitación se enciende y apaga rápidamente, así que cierro mi portátil y camino hacia la puerta. La abro y Lali está de pie en el pasillo, sosteniendo su portátil. Me entrega un trozo de papel.

Ya terminé mi tarea para el resto de la semana. Incluso limpié todo el apartamento, excluyendo la habitación de Eugenia, por supuesto. Nico no me permite ver la televisión porque no es mi noche, lo que sea que eso signifique. ¿Así que esperaba poder pasar tiempo contigo por un ratito? Tengo que mantener mi mente ocupada, o empezaré a pensar en Benjamin de nuevo, y empezaré a sentir lástima por mí, y entonces querré Pine-Sol, y realmente no quiero probar nada de Pine-Sol, porque no quiero convertirme en una alcohólica furiosa como tú.

Sonrío, me hago a un lado, y le hago señas para que entre al dormitorio. Mira alrededor. El único lugar para sentarse es mi cama, por lo que la señalo, luego tomo asiento y pongo mi portátil en mi regazo. Se sienta al otro lado de la cama y hace lo mismo.

—Gracias —dice con una sonrisa. Abre su computadora y baja la vista a la pantalla.

Traté de no seguir el consejo de Nico esta mañana sobre admirar el vestido que usaba hoy, pero era difícil no mirarla, sobre todo cuando lo señaló tan descaradamente. No estoy seguro de qué tipo de cosa extraña hayan tenido él y Eugenia, pero me molesta que Lali y él parezcan haber congeniado tan bien.


Y me molesta mucho que me moleste. No la veo de esa manera, así que no entiendo por qué estoy aquí sentado pensando en eso. Y si estuviera de pie junto a Martina, no habría duda en mi mente que Martina es físicamente más mi tipo. Martina es pequeña, de ojos oscuros y pelo negro y lacio. Lali es todo lo contrario. Es más alta que Martina —de altura promedio—, pero su cuerpo es mucho más definido y voluptuoso que el de Martina. Lali definitivamente rellena el vestido muy bien, por eso le gustó a Nico. Al menos se cambió a pantalones cortos antes de presentarse en la puerta de mi dormitorio. Eso ayuda un poco. Los top que usa son por lo general demasiado grandes para ella, y cuelgan de sus hombros, lo que me hace pensar que tomó una gran cantidad de camisetas de Benjamin cuando empacó sus maletas.

El cabello de Martina está siempre lacio, mientras que el de Lali es difícil de definir. Parece que cambia con el clima, pero eso no es necesariamente algo malo. La primera vez que la vi sentada en su balcón, pensé que tenía el pelo castaño, pero resulta que su pelo estaba mojado. Después de tocar la guitarra por aproximadamente una hora esa noche, la vi mientras caminaba de regreso a su apartamento, y su pelo, que se había secado por completo, estaba en olas rubias que caían sobre sus hombros. Hoy está rizado y lo arregló en un moño desordenado en la cima de su cabeza.

Lali: Deja de mirarme.

Mierda.

Me río y trato de alejar cualquiera que sea ese desvío interno que acabo de tomar.

Yo: Te ves triste.

La primera noche que apareció por aquí, parecía más feliz que ahora. Tal vez simplemente ya pasó el tiempo para que la realidad se hundiera.

Lali: ¿Hay alguna forma de que podamos charlar en la computadora? Es mucho más fácil para mí que los mensajes de texto.

Yo: Claro. ¿Cuál es tu apellido? Me haré tu amigo en Facebook.

Lali: Esposito.

Abro mi portátil y busco su nombre. Cuando encuentro su perfil, le envío una solicitud de amistad. La acepta casi al instante, y luego me envía un mensaje.

Lali: Hola, Peter Lanzani.

 Yo: Hola, Lali Esposito. ¿Mejor?

Asiente.

Lali: ¿Eres un programador de computadoras?


Yo: ¿Acechando mi perfil ya? Y sí. Trabajo desde casa. Me gradué hace dos años con un título en ingeniería informática.

Lali: ¿Cuántos años tienes?

Yo: Veinticuatro.

Lali: Por favor dime que veinticuatro es mucho mejor que veintidós.

Yo: Veintidós será bueno para ti. Tal vez no ésta o la próxima semana, pero mejorará.

 Suspira, pone una de sus manos en la nuca y lo frota, luego, comienza a escribir de nuevo.

Lali: Lo extraño. ¿No es una locura? También extraño a Rochi. Todavía los odio y quiero verlos sufrir, pero echo de menos lo que tenía con él. Está empezando a doler. Cuando sucedió por primera vez, pensé que tal vez iba a estar mejor sin él, pero ahora me siento perdida.

No quiero ser duro en mi respuesta, pero al mismo tiempo, no soy una chica, así que no voy a decirle que lo que siente es normal. Porque para mí, no es normal.

Yo: Sólo extrañas la idea de él. No eras feliz con él, incluso antes de que te enteraras que te engañaba. Sólo seguías con él porque era cómodo. Sólo extrañas la relación, pero no extrañas a Benjamin.

Me mira y ladea la cabeza, entrecerrando los ojos en mi dirección durante unos segundos antes de dejarlos caer de nuevo a la computadora.

Lali: ¿Cómo puedes decir que no era feliz con él? Lo era. Hasta que me enteré de lo que hacía, honestamente pensé que era el indicado.

Yo: No, no es así. Querías que lo fuera, pero en realidad no es así como te sentías.

Lali: Estás siendo una especie de idiota en este momento, ¿lo sabías?

Pongo mi portátil a un lado y camino a mi escritorio. Tomo mi cuaderno y un bolígrafo, vuelvo a la cama y me siento junto a ella. Abro mi cuaderno en el primer grupo de letras que me envió.

Lee estos, escribo en la parte superior de la página. Pongo el cuaderno en su regazo.

Baja la vista hacia las letras, luego toma el bolígrafo. No necesito leerlas, escribe. Yo las escribí.

Me acerco a ella y pongo el cuaderno en mi regazo, luego encierro en un círculo unas pocas líneas de su coro. Señalo de nuevo. Lee estos como si no fueras quien los escribió.


A regañadientes baja la vista al bloc de notas y lee el estribillo.

You don’t know me like you think you do
(No me conoces como crees)

I pour me one, when I really want two
(Me sirvo uno, cuando realmente quiero dos)

Oh, you’re living a lie
(Oh, estás viviendo una mentira)

Living a lie
(Viviendo una mentira)

You think we’re good, but we’re really not
(Crees que estamos bien, pero en realidad no es así)

You could a fixed things, but you missed your shot
(Pudiste arreglar las cosas, pero perdiste tu oportunidad)

You’re living a lie
(Estás viviendo una mentira)

Living a lie
(Viviendo una mentira)

Cuando estoy seguro de que ha tenido tiempo de leerlos, tomo el bolígrafo y escribo: Estas palabras vinieron de algún lugar dentro de ti, Lali. Puedes decirte que estabas mejor con él, pero lee la letra que escribiste. Vuelve a lo que sentías cuando las escribiste. Encierro varias líneas, luego leo sus palabras con ella.

With a right turn, the tires start to burn
(Con un giro a la derecha, los neumáticos empiezan a arder)

I see your smile, it’s been hiding for a while
(Veo tu sonrisa, que has estado escondiendo por un tiempo)

For a while  


(Por un tiempo)

Your foot pushes down against the ground
(Tu pie se presiona contra el suelo)

Your world starts to blur, can’t remember who you were
(Tu mundo comienza a desdibujarse, no puedo recordar quién eras)

Who you were
(Quién eras)

La miro, y todavía está viendo el papel. Una lágrima resbala por su mejilla, y rápidamente la limpia.

Toma el bolígrafo y comienza a escribir. Son sólo palabras, Peter.

Le respondo: Son tus palabras, Lali. Las palabras que salieron de ti. Dices que te sientes perdida sin él, pero te sentías perdida, incluso cuando estabas con él. Lee el resto.

Inhala una respiración profunda, y luego baja la vista al papel de nuevo.

I yell, slow down, we’re almost out of time
(Grito, más despacio, ya casi estamos fuera de tiempo)

The road gets rough, have you had enough
El camino se pone difícil, has tenido suficiente

Enough
(Suficiente)

You look at me, start heading for a tree
(Me miras, empiezas a dirigirte a un árbol)

I open up the door, can’t take any more
(Abro la puerta, no puedo aguantar más)

Any more
(Nada más)

Then I say,  
(Entonces digo)

You don’t know me like you think you do
(No me conoces como crees)

I pour me one, when I really want two
(Me sirvo uno, cuando realmente quiero dos)

Oh, you’re living a lie
(Oh, estás viviendo una mentira)

Living a lie
(Viviendo una mentira)

You think we’re good, but we’re really not
(Crees que estamos bien, pero en realidad no es así)

You could a fixed things, but you missed your shot
(Pudiste arreglaste las cosas, pero perdiste tu oportunidad)

You’re living a lie
(Estás viviendo una mentira)

Living a lie
(Viviendo una mentira)

8 comentarios:

  1. buenisimo!!!!!!!!!!!!!
    seguilaa
    y soy de argentina

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  2. me encanta esta nove! jamas imagine a peter sordo
    muy buena!
    lolaz_

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  3. Muy buen cap amo que sean largos jajajja
    Amm ay me encanta la reacción que están teniendo Lali y Peter !!
    Jajajajajjaja nahh Nico es todo creo que me reiré de el en los demás cap!!
    Y empezó la guerra con Lali jajajaja
    No me mato de risa CON Euge que piensas que Lali es sorda jajajaja como le habla!!
    Ahhh a Peter no le gusta que Nico y Lali se lleven taan bien! TIENE CELOS!!!!!
    Ahh no quiero que Peter este con Martina lo quiero solo para que pueda estar con Lali!
    Más me encanta la nove!!!!

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  4. holiiis
    me encanta la nove
    me encanto que lali y nico ya se lleven bien
    aaah me encanto la parte del final re tiernoos ellos
    subi maas noveee
    besooos

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  5. K fuerte la conexión k tuvieron Lali y Nico.
    Peter celosín ,aunque no quiera admitirlo.

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