Capitulo 14
Después de quedarme sentada en el coche por más minutos de
lo que me gustaría admitir, me tranquilicé lo suficiente como para conducir.
Todo el tiempo que me tomó para llegar a casa y caminar
hacia el porche, me lo pasé manteniendo conversaciones imaginarias con Cande y
selectos monólogos dirigidos a Peter, incluyendo todos mis insultos favoritos.
Cuanto más me hablaba a mí misma, más enojada me ponía. Gritar, llorar,
patalear y aplastar envoltorios con burbujas, todo sonaba bien en este momento.
¿En qué estaba pensando? Aun si fue él quien la buscó,
¿valía la pena herir a su mejor amiga?
Ahora entendía cuál era el movimiento de Peter. Estaba
tratando de volver a mi amiga en mi contra. Cande era muy consciente de lo que
Peter me había hecho, pero había llegado a ella. Le prestó su atención cuando
su novio la estaba engañando y luego se precipitó a recoger los pedazos. ¿Cómo
podía ser tan débil de mente?
Tenía que saber que Peter estaba utilizándola. Pero, ¿cómo
diablos iba a decírselo?
Manteniéndome ocupada, para no hacer nada estúpido, terminé
mi tarea de cálculo, completé la lectura asignada por gobierno y limpié la
nevera y armarios de alimentos caducados. Después de que me agoté con
suficientes tareas hasta finalmente dejar de hablar conmigo misma, subí las
escaleras para tomar un baño.
Alrededor de una hora después de haber salido de la bañera,
el zumbido de la motocicleta de Peter sonó por nuestra calle. Salté de la cama para
espiar por la ventana. Noté que el reloj marcaba la medianoche y calculé que
había pasado tres horas desde que lo había visto con Cande
¡Tres putas horas! ¿Qué habían estado haciendo?
Iba a casa solo. Eso era bueno, por lo menos. Mientras se
ponía en su camino, noté los faros de otro vehículo que se detuvieron bruscamente
frente a su casa. Peter saltó de su motocicleta y se quitó el casco, pero lo
mantuvo sujeto en su mano. Trotó hacia la acera para encontrarse con los
ocupantes del coche. El conductor y su pasajero ya se habían bajado del coche y
se reunieron con Peter.
¿Qué es esto?
Peter se alzaba sobre
ellos, no sólo en altura sino en complexión. A los catorce años ya era alto, y
ahora tenía que estar por sobre el uno ochenta de estatura. A juzgar por la
expresión en sus rostros, estos chicos no eran sus amigos.
Abrí las persianas dobles para tener una mejor vista; Peter los señaló con su casco, entonces los otros
chicos comenzaron a gritar y avanzaron enfrentándolo. Pude oír las palabras
"jódete" y " supéralo". Siguieron ladrándose el uno al
otro, en voz alta y con énfasis.
De pronto no podía respirar. La discusión parecía estar
fuera de control. ¿Debía llamar a la policía? Por mucho que los tipos se acercaban,
Peter no retrocedía. Las probabilidades estaban en contra de él, sin embargo.
Mierda, Peter. Sólo sal de allí.
Uno de los hombres lo empujó y me estremecí. Reaccionando,
Peter le hizo frente y lo empujó con su cuerpo hasta que el hombre se vio
obligado a retroceder.
En ese momento, la GTO de Agustin aceleró por la calle. En
cuanto los extraños lo vieron saltar fuera de su coche y correr en dirección a
ellos, comenzaron a tirar golpes a Peter. Perdió el agarre de su casco, y se
estrelló contra el suelo.
Peter atacó a uno de los chicos, y se tiraron al suelo como
en una pelea de lucha libre. Todos rodaron por el césped, lanzando golpes y
gritando a todo pulmón.
Agarrando mi teléfono de la cama, corrí fuera de mi
habitación y bajé las escaleras. Abriendo el cajón de la mesa de entrada, tomé
la Glock -17 que mi padre me instruyó guardar allí cuando estaba sola en casa.
Agarré el pomo de la puerta. ¿Llamar a la policía o salir a
la calle? Para cuando llegaran ya sería demasiado tarde.
A la mierda.
Abrí la puerta y salí al porche. Los chicos estaban en el
jardín delantero de Peter, con Agustin y Peter sentados a horcajadas en sus oponentes,
dándoles puñetazos en la cara. Mi corazón latía con fuerza ante lo que estaba viendo,
pero no podía apartar la mirada. La sensación de urgencia que me hizo correr se
volvió disminuida cuando me di cuenta de que Peter estaba ganando.
Hipnotizada por la lucha sucediendo delante de mí, parpadeé
cuando oí gritar afligido a Peter. Su oponente, un hombre tatuado más viejo,
había sacado un cuchillo y lo deslizó en su brazo. Bajé corriendo las
escaleras, pistola en mano, a tiempo para ver a Peter buscar su casco y golpear al chico en la
cabeza con él. El otro hombre se desplomó en el suelo, gimiendo y la sangre
goteando de su frente.
El cuchillo estaba en la hierba a su lado. Peter se irguió
sobre el hombre semi-inconsciente.
Agustin lo golpeó con su puño una vez más el estómago de su
oponente, balanceándolo por encima de su hombro, dejándolo en el suelo cerca de
su Honda.
Peter dejó a su oponente sangrando, mientras él se apretaba
su bíceps izquierdo. La manga de su sudadera negra estaba empapada de sangre y
brillaba por donde había sido cortado. Mis ojos preocupados se dispararon a la
mano de ese brazo. Una fija corriente roja goteaba de sus dedos. Tuve un breve
impulso de ir a ayudarlo, pero resistí. La bondad sólo me sería arrojada a la
cara. Él y Agustin necesitarían ir la sala de emergencia pero, como era una
noche de escuela, la madre de Peter debía estar en casa.
Caminando hacia el Honda, Peter levantó su casco sobre su
cabeza y la dejó caer con un ensordecedor estrépito en el parabrisas. Una vez
más, repitió la acción, rompiendo el parabrisas una y otra vez hasta que se
rompió más allá de su utilidad.
Regresando hacia la casa, Peter se detuvo junto al hombre en
el suelo.
―Ya no eres bienvenido al Loop. ―Su voz fue baja y tensa. Su
tono era extrañamente tranquilo.
No pude hacer otra cosa más que quedarme allí, paralizada
por la sorpresa en la escena que acababa de presenciar. Mientras Agustin se
agachaba para levantar al segundo chico, se percató de mi presencia.
―Peter ―advirtió. Peter, siguiendo su mirada, volvió sus
ojos en mí.
Un poco tarde, me di cuenta de que estaba de pie con un
arma... al aire libre... en mi ropa interior. Mi camiseta y shorts rojos me
cubrían, pero eran ajustados. Mis pies estaban desnudos, y mi cabello colgaba
suelto por la espalda. La Glock asegurada firmemente en mi mano derecha colgaba
a mi lado con el seguro puesto.
¿Estaba puesto? Sí, el seguro estaba puesto...
creo.
Agustin estaba sangrando por la nariz, sin duda rota de
nuevo, pero me sonrió. Peter miró... peligroso. Me observó, sus ojos oscuros y
la frente severa haciéndome sentir más expuesta de lo que ya me sentía. Sus
manos se cerraron en puños, mientras su mirada viajaba con recelo por mi cuerpo
y luego a la pistola en mi mano. Podía sentir la energía que venía de él en
olas de calor.
Ugh, ¡soy una estúpida! ¿Realmente había querido ayudarlo?
Fruncí el ceño y apreté los labios, en un esfuerzo por
parecer molesta. ¡Que imbécil por traer este drama a nuestra calle! Volviendo,
caminé rápidamente los escalones del porche y cerré la puerta detrás de mí.
Llevándome la pistola a mi habitación esa noche, no estaba
segura de qué me estaba protegiendo. Una maldita arma no me iba a mantener a
salvo de los ojos marrones de mis sueños.
lali esta re celosa de Pit y de Can jajaj
ResponderEliminarmassssssssss
@x_ferreyra07
Odio a peter! Fin!
ResponderEliminarMasss
K Peter más violento
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