viernes, 30 de mayo de 2014

Capitulo 34

Capitulo 34


No saben lo que se viene después de este capitulo, 4 Capitulooos y esto terminaa. Mas al rato subo los demaas.
                                                                                                                                                    
El baile fue más agradable de lo que esperábamos, incluso con la música diluida y tratando de hacer malabares con dos citas. Nueva York, Nueva York era el tema de la fiesta de Bienvenida, y el gimnasio estaba impresionantemente decorado con recortes del perfil de la ciudad de Nueva York y luces centelleantes.

Agustin y Peter estaban como yin y yang. Agustin amaba a todos y todo. Peter ―lo amo― apenas toleraba nada. Agustin consiguió grandes fotos de él y yo apoyados contra un taxi retro de la ciudad de Nueva York para nuestra foto de la fiesta de Bienvenida. Le seguí el juego, aun cuando él siguiera tratando de posar como un mafioso. Peter tenía que ser obligado delante de la cámara, pero estoy segura que solamente lo hizo por mí.

Después de la rareza inicial de tratar de estar juntos en una cita real, Peter y yo nos relajamos y tuvimos un poco de diversión. Conocí a algunos de sus amigos, y superamos la incomodidad de estar alrededor de Cande creo que ella estaba más cómoda con Peter de lo que Vico lo estaba. Pero al cabo de un rato, todo estaba bien.

―Muy bien, vamos a emborracharnos. ―Agustin lideró el camino hacia la casa de Chavanne en busca del licor. Llegamos a la fiesta de Belen al igual que la mayoría de personas estaba llegando, y me detuve en cuanto di un paso dentro. El recuerdo de la última vez que estuve aquí hace más de un año puso mi corazón acelerado.

Maldición.

Peter se detuvo delante de mí, probablemente porque vacilé. Mi respiración se aceleró, y apreté su mano. Incluso en mi cabeza, no podía descifrar por qué reaccionaba de esta manera. No tenía miedo. Sabía que nada iba a pasar esta noche.

―¿Lali, estás bien? ―Los ojos de Peter lucían afectados.

―Sí, necesito un trago. ―Estaría condenada si fuera a ser atrapada por mi pasado. Mi cuerpo estaba en DEFCON ahora mismo, y solamente quería disfrutar de esta fiesta.

Una vez que llegamos a la cocina, completa con un bar improvisado justo como la última vez, Agustin se puso a trabajar preparando los tragos. Peter declinó, ya que él conducía, y yo estaba orgullosa de él por ser responsable. Agustin estaba simplemente feliz de que tenía un conductor designado.

Arrebatando la copa roja de la mano de Agustin, tragué el ardiente líquido mezclado con Cola tan rápido como pude. Con cada trago, el alcohol picaba peor y el gusto amargo me tenía deseando una galleta o un Jolly Rancher o algo dulce. Consumiendo con éxito hasta la última gota, balanceé la copa en el fregadero y tosí en mi mano mientras Agustin se reía de mí.

―Ah, ella está casi tan roja como un tomate ―bromeó a Peter.

―Vete a la mierda ―murmuré. Peter envolvió una mano alrededor de mi cintura y me atrajo cerca, 
besando mi cabello. Cerrando mis ojos, dejé que el alcohol calentara mi sangre, relajando mis músculos.

―Hey, chicos. ―Cande se abalanzó en la cocina, tirando a Vico detrás de ella. Él asintió a Agustin y Peter, claramente no contento con Peter y Cande y su breve cita. Vico la había engañado, pero estaba actuando enfadado porque Cande pasó un par de citas con otro tipo.

Supéralo.

―¿Qué estamos bebiendo? ―preguntó ella.

―Bueno, acabo de tomar un poco de coraje líquido, entonces estoy bien por ahora. ―Mi voz era todavía áspera por las acometidas del licor.

Mientras ella y los demás se pusieron a elaborar la preparación de sus mezclas, Peter se inclinó hacia a mi oreja:

―Ven conmigo.

Escalofríos se extendieron a través de mis brazos cuando su aliento cosquilleó en mi oreja. Tomó mi mano, y dejé que me guiara fuera de la cocina y por las escaleras al segundo piso de la casa.

La casa de Chavanne era enorme, por eso las fiestas aquí eran tan populares. La casa de Peter y la mía eran término medio, pero Belen y Bryan Chavanne disfrutaban de una casa lujosa y espaciosa de dos niveles con un sótano terminado y un patio totalmente embellecido con jardines que era lo suficientemente grande para una modesta cancha de golf. Esta casa probablemente contaba con siete u ocho dormitorios.

Y parecía que Peter me estaba llevando a una.

Oh, Dios mío.

Tocó a una puerta para asegurarse de que la habitación estaba vacía y luego nos condujo dentro.

En cuanto la puerta se cerró detrás de nosotros, me sostuvo contra ella, haciéndome agarrar sus brazos en apoyo. Jadeé por la sorpresa y encontré su beso cuando sus labios se aplastaron sobre los míos. Su mano bajó a mi trasero, y me acercó hasta encontrar sus caderas. Arrastré mi boca lejos de él para recuperar el aliento mientras él bajaba su cabeza hacia mi cuello.

―Dios, Lali. Tu vestido debería ser quemado. ―Su boca estaba caliente sobre mi oreja cuando comenzó a succionar el lóbulo.

―¿Por qué? ―pregunté, el deseo quemando por debajo haciendo muy difícil concentrarme.

Él se rió contra mi cuello.

―Cada tipo de mierda ha estado mirándote esta noche. Voy a ser arrestado.

Tomando su cabeza en mis manos, fuerzo sus ojos a encontrar los míos mientras nuestras narices se tocan.

―Soy tuya. Siempre he sido tuya. ―Mi promesa colgando en el aire mientras él mira hacia mí, sus ojos color chocolate llenos de deseo.

―Ven aquí. ―Me conduce al centro del gran dormitorio, que parecía ser una habitación de huéspedes por la ausencia de fotografías y otras cosas personales.

Peter sacó su teléfono y presionó algunos botones antes de que Broken de Seether comenzara a tocar. Colocó el teléfono sobre la cómoda, sosteniéndose en su pie de apoyo, caminó de regreso y me tomó en sus brazos mientras yo envolvía los míos alrededor de su cuello. Lentamente comenzamos a movernos junto a la música en nuestro primer baile lento juntos.

―Lo siento, no bailé contigo esta noche. ―Sus ojos no se encontraron con los míos, y había pesar en su voz―. No me gusta hacer cosas así en público. Se siente demasiado personal, supongo.

―No quiero cambiar quién eres ―le dije―. Pero me gustaría bailar contigo alguna vez o sostener tu mano.

Él me atrajo más cerca en un abrazo y envolvió sus brazos alrededor de mi espalda como una cinta de acero.

―Lo intentaré, Lali. El pasado se ha ido. Lo sé. Quiero que la comodidad que solíamos tener regrese.

Incliné mi cabeza más para encontrar sus ojos mientras seguíamos balanceándonos con la música.

―Tu tatuaje “El pasado dura para siempre. El mañana nunca llega” eso es lo que dice. ¿Qué significa eso? ―Finalmente había sido capaz de leer la escritura sobre el lado de su torso una mañana de esta semana mientras él estaba durmiendo.

Su mano se deslizó a lo largo de mi cabello.

―Solamente que estaba viviendo en el pasado. Lo que pasó con mi padre, lo que pasó contigo, nunca podría superar la cólera. El pasado me perseguía. Y el mañana, el nuevo día, nunca parecía llegar.

Hasta mí, él había escrito en la nota.

―¿Y la linterna en tu brazo?

―Oh, haces demasiadas preguntas ―se quejó Peter juguetonamente, y podría decir que estaba avergonzado.

Pero esperaba no dejarlo en aprietos.

Él me fijó con una sonrisa resignada.

―La linterna eres tú, Lali. La luz. La conseguí después de que entré en problemas el año pasado. Tenía que comportarme de una manera más aceptable, y mi mamá decidió hacer lo mismo con la bebida. Ambos escogimos un pensamiento que nos llevaría a través del día. Un sueño o un deseo… ―Sacudió su cabeza y su voz se fue desvaneciendo.

Su confesión me dejó sin aliento. ¿Él había pensado en mí cada día?

―¿Yo? ―pregunté.

Él bajó su mirada hacía mí y acarició mi mejilla con su pulgar.

―Siempre has sido tú. ―Él usó mis palabras, y yo no podía tragar el nudo en mi garganta―. Te amo, Lali. ―Peter me miró como si fuera la cosa más importante en su mundo.

Cerré los ojos y toqué sus labios con los míos.

―Te amo, también ―susurré contra su boca antes de sellarla con un beso.

Nuestros cuerpos se fundieron juntos, y sus dedos se enroscaron a través de mi cabello mientras nos devoramos el uno al otro. Sus labios eran suaves, pero fuertes contra los míos, y mis dedos se clavaron en su espalda mientras sus manos reclamaron mi cuerpo. Lo quería por todas partes.

Yo era insaciable, y la culpa mostró el lado oscuro de mí. Lo quería aquí y ahora, pero el sexo con alguien en esta habitación mientras una fiesta ocurría abajo no era algo que una buena chica hacía.

Presioné mis caderas contra las suyas, y ambos estábamos sin aliento entre besos.

Seguí un camino hacia su mandíbula, y mis dientes raspando ligeramente su barbilla.

―Bájame el cierre ―jadeé.

Él gimió.

―Vámonos de aquí. Estoy de humor para más que un "rapidito".

―Bueno, nunca he tenido un rapidito ―indiqué―. Bájame el cierre.

Él obedeció, pero las esquinas de su boca se levantaron en una sonrisa sexy.

―¿A dónde se iría mi chica buena? ―La pregunta era retórica. Sabía que amaba la manera en que lo deseaba.

Sentí la corriente de aire cuando la mano de Peter llegó detrás de mí para desabrochar mi vestido, y gemí cuando sus manos se deslizaron hacia abajo y acariciaron mi espalda. Sus manos eran como una droga, casi tan adictiva como su boca. Le quité su chaqueta, mientras dejaba caer mi vestido hasta mi cintura.

La boca de Peter quemaba mi cuello en besos suaves, y abrí los botones de su camisa. Aspiré una bocanada de aire cuando sus manos fueron a mis pechos. Estremecimientos se propagaron a través de mi piel, ansiando más de él.

―Peter ―susurré y envolví un brazo alrededor de su cuello, colocando mis labios en los suyos―. Realmente soy una chica buena. Pero esta noche quiero ser muy, muy mala.

Su respiración se agitó contra mi boca, y capturó mis labios en un beso feroz. Dios, él me deseaba. Y estaba emocionada, porque no quería esperar hasta que llegáramos a casa.

Peter abrió el resto de su camisa, enviando los botones dispersos al piso de madera dura. Dejé a mi vestido desparramarse a mis pies y luego me quité mis bragas, dejando mis tacones altos.

―Joder, Lali. ―Peter apretó su mandíbula, tomando la vista delante de él. Y atrajo mis labios a los suyos otra vez, devorando casi cada parte de mí con su boca y manos―. Lo siento. Quiero ir despacio contigo. Solamente es tan difícil. ¿Crees que en diez años finalmente llegaré a donde realmente necesitaré 
preliminares para conseguir una erección contigo?

Sus ojos me preguntaron, pero yo sólo podía sonreír. Había algo en la manera en que me deseaba, la forma en que sus ojos ahogaron cualquier duda, que me hizo sentir poderosa.

Peter, por lo que yo había visto, era la clase de chico de una noche. Él no dormía fuera de casa, y no tomaba números de teléfono. Me preocupaba que perdiera el interés o lo considerara una misión cumplida cuando dormimos juntos por primera vez, pero en cambio, se volvió aún más hambriento.

Cada caricia de la semana pasada, cada beso, cada vez que nos habíamos amado, actuaba como que todo lo que nosotros hacíamos fuera nuevo. Ridículo, lo sé. Él tenía más experiencia que yo, así que ¿por qué algo sería diferente a lo que ya había experimentado antes?

A no ser que me amara. Eso era algo que estaba segura que él no había tenido con ninguna otra chica. 

Espero, de todos modos.

Quería ser valiente, aun cuando mis nervios quisieran que corriera hacia las colinas. Quería experimentar todo con Peter. Sin huir, sin miedo. Iba a pedir todo lo que deseaba, y ser valiente al respecto. Para siempre o nunca.

Su camisa cayó al piso, seguido por sus pantalones.

Sé valiente.

Puse mi mano sobre la prueba hinchada de que me deseaba. Él se estremeció y aspiró una bocanada de aire mientras envolvía mi mano alrededor de él y lo acaricié. Esperé que él cerrara sus ojos. ¿No se suponía, que hiciera eso? ¿Concentrarse más en la sensación? Pero en cambio, solamente me observó tocándolo. Se puso más duro en mi mano, y apreté mis muslos, encendida por la longitud lisa que había estado dentro de mí y estaría dentro de mí otra vez.

Me miró con sus ojos oscuros y calientes. Me vio tocarlo, y pensé que me vendría solamente con lo que le estaba haciendo. La manera que sus manos se apretaban en puños, su erección cuando lo froté de cierta manera y la forma en que su respiración se hizo más pesada, todo me hizo palpitar al punto donde no podía soportar más.

Rasgó la envoltura del condón que había puesto sobre la mesa de noche cuando tomó sus pantalones y se lo puso.

¡Gracias a Dios!

Fundiendo mi cuerpo en el suyo, mis pechos rozando contra la piel lisa de su pecho, lo besé mucho tiempo y profundamente, corriendo mis manos por toda su espalda.

Sé valiente.

―Mi turno ―susurré en su oreja.

Los ojos de Peter se ampliaron cuando se dio cuenta de lo que quería decir.

Ligeramente lo empujé sobre la cama y me deslicé encima de él. Perfecto. Un disparo de adrenalina corría por mí cuando sentí sus manos sobre mis caderas y su sexo presionado contra mí.

―Tú eres perfecta. Perfecta para mí. ―Pasó sus manos arriba y abajo de mis muslos.

Me moví, deslizando su punta a lo largo de mi hendidura, burlándome de él. Cuando bajé sobre él, poniéndolo dentro de mí, mis dedos del pie se curvaron con la increíble sensación. Parecía más grande, y me incliné un poco hacia atrás para ser capaz de absorber cada centímetro. Estaba llena y extendida, y quería que él se sintiera tan completo como yo lo hacía.

Peter puso una mano sobre mi pecho y usó su otra mano para dirigir mis caderas mientras se movía despacio.

―Dime que te gusta esto, Lali.

―Yo… ―Apreté mis muslos más fuerte a sus lados y me desplacé en un movimiento adelante y atrás contra él en lugar del arriba y abajo que había estado haciendo.

Oh. Mi. Dios.

Él golpeó el lugar profundo dentro de mí, y mi cabeza fue hacia atrás mientras gemía. ¡Maldición! No había nada mejor que tenerlo dentro de mí.

Me gustaba que todavía podía sentir donde estaba él al día siguiente. Y quería sentirlo mañana, también.
Empujó sus caderas con fuerza contra mí, enviando estremecimientos por mi cuerpo.

―Dilo.

―Me gusta esto. ―Mi cuerpo había perdido el control. La onda dentro de mí se convirtió en una ola, y me presioné contra él más rápido y más fuerte―. Me gusta esto contigo.

Después, nos recostamos colapsados en la cama, demasiado cansada para moverme, y sólo quería meterme en la cama con él. No podía creer que acabara de hacer esto en una casa extraña. Teníamos que salir de aquí antes de que todos descubrieran lo que estábamos haciendo. Tenía que comenzar a ser más cuidadosa. Mi papá confiaba en mí, pero esto no duraría si seguía tomando decisiones irresponsables.

Desde luego, le gustaba Peter. Yo tenía dieciocho años. Mi papá sabía que tener una vida sexual estaba destinado a suceder tarde o temprano. Sin embargo, este año escolar estuvo lleno de contratiempos conductuales de mi parte, y tener relaciones sexuales en una casa extraña en una fiesta no estaba en mi lista de grandes ideas. Esto fue divertido una vez, pero recordaré no intentar esto otra vez.

Besé a Peter, y ambos sonreímos y reímos mientras nos ayudábamos a vestirnos.

―Tengo una pregunta. ―Finalmente rompí el maravilloso silencio mientras alisaba su cabello. Esta era la misma pregunta que había tratado de hacerle antes. Había sólo una pieza más del rompecabezas de Peter que necesitaba
.
―Dispara.

―No querías contarme sobre tu papá o tu hermano. Pero Martina sabía a dónde ibas los fines de semana. ¿Por qué ella podía saberlo y no yo? ―La idea de Peter lo suficientemente cerca de esa chica para confiar en ella me molestó.

―Lali, no le dije nada a Martina. Su papá es un policía. El policía que me arrestó el año pasado por atacar al padre adoptivo de Bauti. Ella se enteró a través de él. ―Él rodeó sus brazos alrededor de mi cintura y me sostuvo cerca.

―¿Entonces solamente por lo ocurrido estabas saliendo con la hija del policía que te arrestó? ―Sabía que era más que una coincidencia sin que él dijera nada. Él había buscado a Martina por alguna venganza tonta. Engancharse con la hija del policía era un “jódete” para su padre.

Él se encogió de hombros.

―Sí, no estoy orgulloso de eso, ¿pero te haría sentir mejor si realmente me gustara ella?


Aparté la mirada. No. No, lo haría.

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