Capitulo 34
No saben lo que se viene después de este capitulo, 4 Capitulooos y esto terminaa. Mas al rato subo los demaas.
El baile fue más agradable de lo que esperábamos, incluso
con la música diluida y tratando de hacer malabares con dos citas. Nueva York,
Nueva York era el tema de la fiesta de Bienvenida, y el gimnasio estaba
impresionantemente decorado con recortes del perfil de la ciudad de Nueva York
y luces centelleantes.
Agustin y Peter estaban como yin y yang. Agustin amaba a
todos y todo. Peter ―lo amo― apenas toleraba nada. Agustin consiguió grandes
fotos de él y yo apoyados contra un taxi retro de la ciudad de Nueva York para
nuestra foto de la fiesta de Bienvenida. Le seguí el juego, aun cuando él
siguiera tratando de posar como un mafioso. Peter tenía que ser obligado
delante de la cámara, pero estoy segura que solamente lo hizo por mí.
Después de la rareza inicial de tratar de estar juntos en
una cita real, Peter y yo nos relajamos y tuvimos un poco de diversión. Conocí
a algunos de sus amigos, y superamos la incomodidad de estar alrededor de Cande
creo que ella estaba más cómoda con Peter de lo que Vico lo estaba. Pero al
cabo de un rato, todo estaba bien.
―Muy bien, vamos a emborracharnos. ―Agustin lideró el camino
hacia la casa de Chavanne en busca del licor. Llegamos a la fiesta de Belen al
igual que la mayoría de personas estaba llegando, y me detuve en cuanto di un
paso dentro. El recuerdo de la última vez que estuve aquí hace más de un año
puso mi corazón acelerado.
Maldición.
Peter se detuvo delante de mí, probablemente porque vacilé.
Mi respiración se aceleró, y apreté su mano. Incluso en mi cabeza, no podía
descifrar por qué reaccionaba de esta manera. No tenía miedo. Sabía que nada
iba a pasar esta noche.
―¿Lali, estás bien? ―Los ojos de Peter lucían afectados.
―Sí, necesito un trago. ―Estaría condenada si fuera a ser
atrapada por mi pasado. Mi cuerpo estaba en DEFCON ahora mismo, y solamente
quería disfrutar de esta fiesta.
Una vez que llegamos a la cocina, completa con un bar
improvisado justo como la última vez, Agustin se puso a trabajar preparando los
tragos. Peter declinó, ya que él conducía, y yo estaba orgullosa de él por ser
responsable. Agustin estaba simplemente feliz de que tenía un conductor
designado.
Arrebatando la copa roja de la mano de Agustin, tragué el
ardiente líquido mezclado con Cola tan rápido como pude. Con cada trago, el
alcohol picaba peor y el gusto amargo me tenía deseando una galleta o un Jolly
Rancher o algo dulce. Consumiendo con éxito hasta la última gota, balanceé la
copa en el fregadero y tosí en mi mano mientras Agustin se reía de mí.
―Ah, ella está casi tan roja como un tomate ―bromeó a Peter.
―Vete a la mierda ―murmuré. Peter envolvió una mano
alrededor de mi cintura y me atrajo cerca,
besando mi cabello. Cerrando mis
ojos, dejé que el alcohol calentara mi sangre, relajando mis músculos.
―Hey, chicos. ―Cande se abalanzó en la cocina, tirando a
Vico detrás de ella. Él asintió a Agustin y Peter, claramente no contento con
Peter y Cande y su breve cita. Vico la había engañado, pero estaba actuando
enfadado porque Cande pasó un par de citas con otro tipo.
Supéralo.
―¿Qué estamos bebiendo? ―preguntó ella.
―Bueno, acabo de tomar un poco de coraje líquido, entonces
estoy bien por ahora. ―Mi voz era todavía áspera por las acometidas del licor.
Mientras ella y los demás se pusieron a elaborar la
preparación de sus mezclas, Peter se inclinó hacia a mi oreja:
―Ven conmigo.
Escalofríos se extendieron a través de mis brazos cuando su
aliento cosquilleó en mi oreja. Tomó mi mano, y dejé que me guiara fuera de la
cocina y por las escaleras al segundo piso de la casa.
La casa de Chavanne era enorme, por eso las fiestas aquí
eran tan populares. La casa de Peter y la mía eran término medio, pero Belen y
Bryan Chavanne disfrutaban de una casa lujosa y espaciosa de dos niveles con un
sótano terminado y un patio totalmente embellecido con jardines que era lo suficientemente
grande para una modesta cancha de golf. Esta casa probablemente contaba con
siete u ocho dormitorios.
Y parecía que Peter me estaba llevando a una.
Oh, Dios mío.
Tocó a una puerta para asegurarse de que la habitación
estaba vacía y luego nos condujo dentro.
En cuanto la puerta se cerró detrás de nosotros, me sostuvo
contra ella, haciéndome agarrar sus brazos en apoyo. Jadeé por la sorpresa y
encontré su beso cuando sus labios se aplastaron sobre los míos. Su mano bajó a
mi trasero, y me acercó hasta encontrar sus caderas. Arrastré mi boca lejos de
él para recuperar el aliento mientras él bajaba su cabeza hacia mi cuello.
―Dios, Lali. Tu vestido debería ser quemado. ―Su boca estaba
caliente sobre mi oreja cuando comenzó a succionar el lóbulo.
―¿Por qué? ―pregunté, el deseo quemando por debajo haciendo
muy difícil concentrarme.
Él se rió contra mi cuello.
―Cada tipo de mierda ha estado mirándote esta noche. Voy a
ser arrestado.
Tomando su cabeza en mis manos, fuerzo sus ojos a encontrar
los míos mientras nuestras narices se tocan.
―Soy tuya. Siempre he sido tuya. ―Mi promesa colgando en el
aire mientras él mira hacia mí, sus ojos color chocolate llenos de deseo.
―Ven aquí. ―Me conduce al centro del gran dormitorio, que
parecía ser una habitación de huéspedes por la ausencia de fotografías y otras
cosas personales.
Peter sacó su teléfono y presionó algunos botones antes de
que Broken de Seether comenzara a tocar. Colocó el teléfono sobre la cómoda,
sosteniéndose en su pie de apoyo, caminó de regreso y me tomó en sus brazos
mientras yo envolvía los míos alrededor de su cuello. Lentamente comenzamos a
movernos junto a la música en nuestro primer baile lento juntos.
―Lo siento, no bailé contigo esta noche. ―Sus ojos no se
encontraron con los míos, y había pesar en su voz―. No me gusta hacer cosas así
en público. Se siente demasiado personal, supongo.
―No quiero cambiar quién eres ―le dije―. Pero me gustaría
bailar contigo alguna vez o sostener tu mano.
Él me atrajo más cerca en un abrazo y envolvió sus brazos
alrededor de mi espalda como una cinta de acero.
―Lo intentaré, Lali. El pasado se ha ido. Lo sé. Quiero que
la comodidad que solíamos tener regrese.
Incliné mi cabeza más para encontrar sus ojos mientras
seguíamos balanceándonos con la música.
―Tu tatuaje “El pasado dura para siempre. El mañana nunca
llega” eso es lo que dice. ¿Qué significa eso? ―Finalmente había sido capaz de
leer la escritura sobre el lado de su torso una mañana de esta semana mientras
él estaba durmiendo.
Su mano se deslizó a lo largo de mi cabello.
―Solamente que estaba viviendo en el pasado. Lo que pasó con
mi padre, lo que pasó contigo, nunca podría superar la cólera. El pasado me
perseguía. Y el mañana, el nuevo día, nunca parecía llegar.
Hasta mí, él había escrito en la nota.
―¿Y la linterna en tu brazo?
―Oh, haces demasiadas preguntas ―se quejó Peter
juguetonamente, y podría decir que estaba avergonzado.
Pero esperaba no dejarlo en aprietos.
Él me fijó con una sonrisa resignada.
―La linterna eres tú, Lali. La luz. La conseguí después de
que entré en problemas el año pasado. Tenía que comportarme de una manera más
aceptable, y mi mamá decidió hacer lo mismo con la bebida. Ambos escogimos un
pensamiento que nos llevaría a través del día. Un sueño o un deseo… ―Sacudió su
cabeza y su voz se fue desvaneciendo.
Su confesión me dejó sin aliento. ¿Él había pensado en mí cada día?
―¿Yo? ―pregunté.
Él bajó su mirada hacía mí y acarició mi mejilla con su
pulgar.
―Siempre has sido tú. ―Él usó mis palabras, y yo no podía
tragar el nudo en mi garganta―. Te amo, Lali. ―Peter me miró como si fuera la
cosa más importante en su mundo.
Cerré los ojos y toqué sus labios con los míos.
―Te amo, también ―susurré contra su boca antes de sellarla
con un beso.
Nuestros cuerpos se fundieron juntos, y sus dedos se
enroscaron a través de mi cabello mientras nos devoramos el uno al otro. Sus
labios eran suaves, pero fuertes contra los míos, y mis dedos se clavaron en su
espalda mientras sus manos reclamaron mi cuerpo. Lo quería por todas partes.
Yo era insaciable, y la culpa mostró el lado oscuro de mí.
Lo quería aquí y ahora, pero el sexo con alguien en esta habitación mientras
una fiesta ocurría abajo no era algo que una buena chica hacía.
Presioné mis caderas contra las suyas, y ambos estábamos sin
aliento entre besos.
Seguí un camino hacia su mandíbula, y mis dientes raspando
ligeramente su barbilla.
―Bájame el cierre ―jadeé.
Él gimió.
―Vámonos de aquí. Estoy de humor para más que un
"rapidito".
―Bueno, nunca he tenido un rapidito ―indiqué―. Bájame el
cierre.
Él obedeció, pero las esquinas de su boca se levantaron en
una sonrisa sexy.
―¿A dónde se iría mi chica buena? ―La pregunta era retórica.
Sabía que amaba la manera en que lo deseaba.
Sentí la corriente de aire cuando la mano de Peter llegó
detrás de mí para desabrochar mi vestido, y gemí cuando sus manos se deslizaron
hacia abajo y acariciaron mi espalda. Sus manos eran como una droga, casi tan
adictiva como su boca. Le quité su chaqueta, mientras dejaba caer mi vestido
hasta mi cintura.
La boca de Peter quemaba mi cuello en besos suaves, y abrí
los botones de su camisa. Aspiré una bocanada de aire cuando sus manos fueron a
mis pechos. Estremecimientos se propagaron a través de mi piel, ansiando más de
él.
―Peter ―susurré y envolví un brazo alrededor de su cuello,
colocando mis labios en los suyos―. Realmente soy una chica buena. Pero esta
noche quiero ser muy, muy mala.
Su respiración se agitó contra mi boca, y capturó mis labios
en un beso feroz. Dios, él me deseaba. Y estaba emocionada, porque no quería
esperar hasta que llegáramos a casa.
Peter abrió el resto de su camisa, enviando los botones
dispersos al piso de madera dura. Dejé a mi vestido desparramarse a mis pies y
luego me quité mis bragas, dejando mis tacones altos.
―Joder, Lali. ―Peter apretó su mandíbula, tomando la vista
delante de él. Y atrajo mis labios a los suyos otra vez, devorando casi cada
parte de mí con su boca y manos―. Lo siento. Quiero ir despacio contigo.
Solamente es tan difícil. ¿Crees que en diez años finalmente llegaré a donde
realmente necesitaré
preliminares para conseguir una erección contigo?
Sus ojos me preguntaron, pero yo sólo podía sonreír. Había
algo en la manera en que me deseaba, la forma en que sus ojos ahogaron
cualquier duda, que me hizo sentir poderosa.
Peter, por lo que yo había visto, era la clase de chico de
una noche. Él no dormía fuera de casa, y no tomaba números de teléfono. Me preocupaba
que perdiera el interés o lo considerara una misión cumplida cuando dormimos
juntos por primera vez, pero en cambio, se volvió aún más hambriento.
Cada caricia de la semana pasada, cada beso, cada vez que
nos habíamos amado, actuaba como que todo lo que nosotros hacíamos fuera nuevo.
Ridículo, lo sé. Él tenía más experiencia que yo, así que ¿por qué algo sería
diferente a lo que ya había experimentado antes?
A no ser que me amara. Eso era algo que estaba segura que él
no había tenido con ninguna otra chica.
Espero, de todos modos.
Quería ser valiente, aun cuando mis nervios quisieran que
corriera hacia las colinas. Quería experimentar todo con Peter. Sin huir, sin
miedo. Iba a pedir todo lo que deseaba, y ser valiente al respecto. Para
siempre o nunca.
Su camisa cayó al piso, seguido por sus pantalones.
Sé valiente.
Puse mi mano sobre la prueba hinchada de que me deseaba. Él
se estremeció y aspiró una bocanada de aire mientras envolvía mi mano alrededor
de él y lo acaricié. Esperé que él cerrara sus ojos. ¿No se suponía, que
hiciera eso? ¿Concentrarse más en la sensación? Pero en cambio, solamente me
observó tocándolo. Se puso más duro en mi mano, y apreté mis muslos, encendida
por la longitud lisa que había estado dentro de mí y estaría dentro de mí otra
vez.
Me miró con sus ojos oscuros y calientes. Me vio tocarlo, y
pensé que me vendría solamente con lo que le estaba haciendo. La manera que sus
manos se apretaban en puños, su erección cuando lo froté de cierta manera y la
forma en que su respiración se hizo más pesada, todo me hizo palpitar al punto
donde no podía soportar más.
Rasgó la envoltura del condón que había puesto sobre la mesa
de noche cuando tomó sus pantalones y se lo puso.
¡Gracias a Dios!
Fundiendo mi cuerpo en el suyo, mis pechos rozando contra la
piel lisa de su pecho, lo besé mucho tiempo y profundamente, corriendo mis
manos por toda su espalda.
Sé valiente.
―Mi turno ―susurré en su oreja.
Los ojos de Peter se ampliaron cuando se dio cuenta de lo
que quería decir.
Ligeramente lo empujé sobre la cama y me deslicé encima de
él. Perfecto. Un disparo de adrenalina corría por mí cuando sentí sus manos
sobre mis caderas y su sexo presionado contra mí.
―Tú eres perfecta. Perfecta para mí. ―Pasó sus manos arriba
y abajo de mis muslos.
Me moví, deslizando su punta a lo largo de mi hendidura,
burlándome de él. Cuando bajé sobre él, poniéndolo dentro de mí, mis dedos del
pie se curvaron con la increíble sensación. Parecía más grande, y me incliné un
poco hacia atrás para ser capaz de absorber cada centímetro. Estaba llena y
extendida, y quería que él se sintiera tan completo como yo lo hacía.
Peter puso una mano sobre mi pecho y usó su otra mano para
dirigir mis caderas mientras se movía despacio.
―Dime que te gusta esto, Lali.
―Yo… ―Apreté mis muslos más fuerte a sus lados y me desplacé
en un movimiento adelante y atrás contra él en lugar del arriba y abajo que
había estado haciendo.
Oh. Mi. Dios.
Él golpeó el lugar profundo dentro de mí, y mi cabeza fue
hacia atrás mientras gemía. ¡Maldición!
No había nada mejor que tenerlo dentro de mí.
Me gustaba que todavía podía sentir donde estaba él al día
siguiente. Y quería sentirlo mañana, también.
Empujó sus caderas con fuerza contra mí, enviando
estremecimientos por mi cuerpo.
―Dilo.
―Me gusta esto. ―Mi cuerpo había perdido el control. La onda
dentro de mí se convirtió en una ola, y me presioné contra él más rápido y más fuerte―.
Me gusta esto contigo.
Después, nos recostamos colapsados en la cama, demasiado
cansada para moverme, y sólo quería meterme en la cama con él. No podía creer
que acabara de hacer esto en una casa extraña. Teníamos que salir de aquí antes
de que todos descubrieran lo que estábamos haciendo. Tenía que comenzar a ser
más cuidadosa. Mi papá confiaba en mí, pero esto no duraría si seguía tomando
decisiones irresponsables.
Desde luego, le gustaba Peter. Yo tenía dieciocho años. Mi
papá sabía que tener una vida sexual estaba destinado a suceder tarde o
temprano. Sin embargo, este año escolar estuvo lleno de contratiempos
conductuales de mi parte, y tener relaciones sexuales en una casa extraña en
una fiesta no estaba en mi lista de grandes ideas. Esto fue divertido una vez,
pero recordaré no intentar esto otra vez.
Besé a Peter, y ambos sonreímos y reímos mientras nos
ayudábamos a vestirnos.
―Tengo una pregunta. ―Finalmente rompí el maravilloso
silencio mientras alisaba su cabello. Esta era la misma pregunta que había
tratado de hacerle antes. Había sólo una pieza más del rompecabezas de Peter
que necesitaba
.
―Dispara.
―No querías contarme sobre tu papá o tu hermano. Pero
Martina sabía a dónde ibas los fines de semana. ¿Por qué ella podía saberlo y
no yo? ―La idea de Peter lo suficientemente cerca de esa chica para confiar en
ella me molestó.
―Lali, no le dije nada a Martina. Su papá es un policía. El
policía que me arrestó el año pasado por atacar al padre adoptivo de Bauti.
Ella se enteró a través de él. ―Él rodeó sus brazos alrededor de mi cintura y
me sostuvo cerca.
―¿Entonces solamente por lo ocurrido estabas saliendo con la
hija del policía que te arrestó? ―Sabía que era más que una coincidencia sin
que él dijera nada. Él había buscado a Martina por alguna venganza tonta.
Engancharse con la hija del policía era un “jódete” para su padre.
Él se encogió de hombros.
―Sí, no estoy orgulloso de eso, ¿pero te haría sentir mejor
si realmente me gustara ella?
Aparté la mirada. No.
No, lo haría.
Maass me encantaaa
ResponderEliminarmasssssssssssss
ResponderEliminar@x_ferreya07
Bien x ellos!!!
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