miércoles, 28 de mayo de 2014

Capitulo 29

Capitulo 29


 Hoy no podre subir otro capitulo porque ya faltan 9 capitulos para que la adaptacion termine, son muy largos y tengo examenes mañana, gracias por sus comentarios y por leer. Se que soy completamente mala por dejarlas así, ¿Que opinan Lali, esta bien en aceptar a Peter asi de rapido?
                                                                                                                                                    


―¿Nos dirigimos a Chicago para pasar el fin de semana comprando vestidos? Probablemente ya estamos retrasadas. A este punto las posibles elecciones apestan ―dijo Cande mientras la llevaba a su casa luego de la tarde del viernes escolar. Ella iba ir a las carreras esta noche, y aunque Agustin me había invitado para ser su copiloto yo tenía otros planes.

―Tengo esa reunión mañana en la mañana pero es local, ¿puedes venir? Podemos tener un desayuno tardío e irnos a la ciudad. ―Cambié la marcha a segunda mientras desaceleraba y le daba vuelta a la esquina de su casa, noté el auto de Vico estacionado frente a su casa de dos plantas con ladrillo rojo tipo colonial.

―Eso suena bien. Mándame por mensaje la hora, y estaré ahí. Y te compraras un vestido rojo, Lali. ―Apuntó su dedo con la uña pintada de un azul eléctrico hacia mí y sonrió. Esta era una vieja discusión. Ella pensaba que las rubias se veían grandiosas en rojo mientras que yo pensaba que me miraba mejor de negro.

―Oh, ¿sí? ―la reté.

―Ya verás ―dijo en un tono como si ya hubiese ganado el argumento que se aproximaba.

Cambiando la marcha a neutra, y halando el freno de emergencia, le bajé el volumen a Five Finger Death Punch que sonaba en la radio.

―¿Sabías que Vico iba a estar aquí?

Ella miró hacia adelante por la ventada a su Camaro.

―Sí. Fue invitado a la cena esta noche antes de irnos a la carrera. Mis padres realmente no saben lo que sucedió entre nosotros. Solo que discutimos y nos separamos por un tiempo. Si ellos supieran…

―Sí ―la corté. Solo podía imaginarme la reacción del sargento Vetrano.

―De acuerdo. ―Abrió la puerta y salió―. Mándame un mensaje después.

―Seguro. Te veré después ―dije mientras ella cerraba de golpe la puerta del Bronco de papá.

El camino de vuelta a casa me tomó menos de dos minutos. Unas cuantas vueltas y cruces y me encontraba en mi propia entrada hacia el garaje. Noté que el auto de Peter estaba estacionado dentro de su garaje antes de notarlo a él y a otros dos tipos bajo la capota.

Ignorando la sensación que comenzó en mi estómago y se deslizaba hacia abajo, entré pisoteando en la casa con un pesado suspiro.

Pasando el resto de la tarde atada a cualquier actividad insignificante en la que pude pensar, pasé el tiempo esperando escuchar el ruido del motor de Peter mientras éste se iba a la granja de Benson. Ya había trapeado y aspirado, terminé de lavar, y cené. Iba a desfragmentar mi disco duro cuando las vibraciones del auto de Peter me hicieron saltar.

¡Finalmente!

Mis pies descalzos se quemaron en la alfombra mientras subía saltando las escaleras. Miré por las puertas francesas para ver su auto salir de la entrada. La máquina negra corrió bajo la calle, y mi corazón comenzó a palpitar por lo que estaba a punto de hacer…

Su casa estaba oscura, así que asumí que su madre ya se encontraba con su novio para pasar el fin de semana.

Salí por la puerta y atravesé el árbol, usando mis pies descalzos para agarrarme de las ramas. Me tambaleé con la sensación de Dé javù. Había pasado un largo tiempo desde la última vez que había hecho esto.

El peso de mi cuerpo había aumentado estos pasados tres años. Las ramas crujían y me apresuré a su ventana ya que no había tanta densidad en las hojas. La mayoría de ellas había caído en espera del invierno y era seguro que sería vista desde la calle si me tardaba mucho.

Agarré el marco de su ventana con mis dedos, mis uñas descascararon la pintura blanca en lo que mis músculos se esforzaron en abrir la venta.

¡Sí! No tiene puesto el seguro.

Usé mis brazos para empujarme hacia arriba, moví una pierna sobre el marco y gateé a través de la ventana. Parándome, dejé que mis ojos se ajustaran a la casi completa oscuridad de la habitación. Mi pulso golpeó tan duro en mis oídos que pensé que sangrarían y estaba temblando por los nervios. Dejé la ventana abierta en caso que necesitara un escape rápido.

Dando una mirada a la habitación, noté que él había cambiado los muebles desde la última vez que estuve aquí. El cuarto parecía limpio, pero estaba desordenado. La ropa estaba tirada a través del piso y sobre la cama. La parte de arriba de su vestidor estaba sumergida en dos metros de distintos tipos de basura, dinero, y recibos. Las paredes aún estaban pintadas de un azul media noche.

Cuando él era más joven, su madre había decorado la habitación con un tema acuático. Por lo visto, él había tirado la decoración del bote y el faro. Ahora las paredes mostraban algunos poster de bandas y anuncios de eventos por darse en el área.

Comencé a andar de puntadillas pero me detuve. ¿Por qué estoy siendo silenciosa? No hay nadie en casa. Tal vez me estaba sintiendo culpable. El pequeño ángel en mi cabeza susurró su desaprobación a mi indagación deshonesta. Pero el pequeño demonio gritaba la urgencia de ello.

¡Continúa!

Caminé hasta su closet, y abrí las puertas de madera. Cualquier cosa de interés probablemente estaría escondida ahí. Aún no estaba segura de qué es lo que buscaba pero en este punto estaba interesada en cualquier cosa que me diera un deslumbre de lo que era su vida ahora.

Cerré mis ojos ante el súbito aroma de Peter. Viento, lluvia y hombre. Brevemente recorrí mis dedos sobre las mangas de sus camisas, y sus sudaderas antes de inclinarme para buscar cualquier cosa de importancia en el piso.

El fondo del closet se encontraba abarrotado de zapatos y un par de cajas de zapatos llenas con fotografías. En lo que revisaba las cajas topándome con fotos de Peter de niño, comprendí que no había ninguna fotografía mía entre ellas. Eso no estaba bien. Peter y yo estábamos unidos a la carrera durante los cuatro años antes de separarnos. Y había fotografías. Muchas de ellas. Yo aún tenía algunas. ¿Se había desecho de las suyas?

Poniendo de vuelta todo tal y como lo encontré, cerré el closet con más fuerza de la necesaria y me di la vuelta. La cómoda de Peter se encontraba al otro lado de la habitación y empecé a revisar los recibos de gasolina apiñados encima. Noté que varios eran de Crest Hill, como a una hora de nuestro suburbio en Chicago. ¿Crest Hill? ¿Qué estaría haciendo ahí?

Una búsqueda en los cajones no reveló nada. Así que caminé hacia su cama y me arrodillé para mirar debajo.

¡El premio gordo! Saqué una caja sin tapa que estaba metida con carpetas y papeles. Alzándola en mis brazos la coloqué sobre mi regazo mientras me sentaba en su cama.

Su cama.

Hace tiempo, no era tan extraño estar en la habitación de Peter, pero era como estar en un parque de diversiones, después de cerrar: malo pero excitante. Dentro de la caja, revisé varias cosas, cada una más interesante que la última. Había un documento legal del abuelo de Peter. Él le dejó una casa del lago en Wisconsin, un pedazo de mierda por lo que se veía en las fotografías. Pero el terreno era hermoso. Varios recibos más revelaron meses en Crest Hill sucediendo el año pasado. Una orden judicial para que Peter apareciera en la corte municipal por asalto estaba fechada poco después de que me fuera a Francia. Más recibos de comidas y cuartos de hotel habían sido aventados dentro de la caja, al azar, y mientras que escavaba más profundo, mi mano tomó una lisa y gruesa carpeta al final de la caja.

Pero la solté y dejé de respirar cuando escuché la puerta del pasillo abrirse.

¡Oh, Mierda!

Metí la caja de papales de vuelta bajo la cama y salté a un espacio pequeño escondido entre el armario y la cama de Peter. No podía oír nada ahora por la forma en que mi corazón latía en mis oídos, pero estaba fuera de vista justo a tiempo. Peter entró a la habitación llevando una toalla alrededor de su cintura y secando su cabello con otra.

¡¿Porque está en casa?! Vi su auto irse, y no lo había escuchado volver. Así que, ¿qué está pasando aquí?

Él encendió una lámpara en la mesa, creando una suave luz en la habitación, y continúo secándose el cabello. Su largo cuerpo se movió hacia la ventana, donde colocó una mano sobre el marco y miró hacia afuera. Lo observaba, preguntándome qué diablos iba hacer. En cualquier minuto se daría la vuelta y me descubriría.

Su toalla estaba envuelta alrededor de su cintura y le cubría hasta las rodillas. Mi estómago se sentía como si estuviera en una montaña rusa, y mi boca se secó como el desierto de Mojave. La suave luz bañaba su piel que tenía gotas esporádicas por todo su resplandeciente pecho. Tuve que alejar el deseo de sentarme aquí y esperar que cayera la toalla.

No había forma de salir de aquí sin que él me notara. Estaba a punto de ser capturada y acorralada o salir con alguna historia. Antes de que él se diera la vuelta, me levanté de la esquina y di una respiración dolorosa.

―Peter. ―Mi voz era baja.

Se dio la vuelta, y su mirada se estrechó al verme.

―¿Lali? ―Hizo una pausa por un momento―. ¿Qué diablos estás haciendo en mi habitación?

Me temblaron las manos, así que las puse detrás de mi espalda mientras me acercaba.

―Bien, pensé en lo que me dijiste acerca de tratar de ser amigos y quería empezar deseándote un feliz cumpleaños.

Tranquila, Lali. En serio tranquila.

Sus ojos se dirigieron hacia la derecha mientras se volvía por lo que dije, y sabía que no me creyó. Ni yo me lo creí tampoco. Era una excusa poco convincente.

―¿Así que entraste a mi habitación para decirme “Feliz cumpleaños” una semana después de mi cumpleaños? ―Su sarcasmo no podía faltar. Me estaba ahogando y no podía respirar.

Mierda.

―Subí a través del árbol como solíamos hacerlo ―señalé, pero mi cara estaba sonrojada. Solo podía imaginar lo roja que estaba.

―Y mañana es tu cumpleaños. ¿Puedo trepar a tu habitación? ―preguntó condescendientemente―. ¿Qué estás haciendo realmente aquí? ―Me mantuve firme mientras se acercaba, sus severos ojos perforaban un agujero dentro de mí.

Mierda, mierda, mierda.

―Yo… um… ―Luché por hablar, pero le mantuve la mirada. ¿Cómo hacer para que se calle?
Su cabello recién lavado estaba todo parado, y el desafío en sus ojos le daba un aspecto increíblemente sexy. Estaba en su habitación. Él estaba medio desnudo. Haciéndome preguntas que no puedo responderle. Necesitaba usar las únicas dos cosas que tenía para librarme: el elemento sorpresa y… mi cuerpo.

―Tengo algo para ti, realmente. Considéralo tu regalo también.

Él me observó receloso cuando me incliné para besarlo. El hormigueo comenzó cuando toqué sus suaves labios y se extendió a través de mi mejilla. Me presioné en él, y cuando sentí su boca moverse con la mía, envolví mis brazos alrededor de su cuello. Mis labios se abrieron, y me burlaba de él con mi lengua, enviándome a lamer su labio superior. Cuando agarré con los dientes su labio inferior, también él me tomó en sus brazos.

Por una vez, nosotros íbamos despacio. Las otras veces que nos habíamos besado, habían sido más como un ataque. Pero ahora, cada toque era como leña para el fuego.

Me abrazó, sus fuertes brazos alrededor de mi espalda y nuestros labios consumidos por besos hambrientos. La necesidad de salir de su habitación se me olvidó sin que averiguara por qué realmente estaba aquí. Todo lo que vi y sentí fue a Peter ahora. Olía abrumadoramente bien y anhelaba ver si olía bien por todas partes. Lo atraje hacia mí enterrando mi cabeza en su cuello, besándolo y mordiéndolo.

―Jesús, Lali ―dijo Peter con voz entrecortada.

La fogata en mi vientre se había convertido en una hoguera en mi interior. Mis manos se deslizaban por su espalda, registrando toda su piel llena de cicatrices, y deslicé mi mano dentro de la toalla. Mis dedos se erizaron ante la sensación de su piel suave, y mi estómago dolía hambriento. Le di besos desde su oreja hasta la clavícula, mi lengua se deslizaba afuera cada cierto tiempo para saborearlo.

Él respiró entre dientes y me apretó, mientras frotaba suavemente mis caderas con las suyas.

Más.

Sus brazos aún me rodeaban, pero mis manos corrían por su espalda y por su duro estómago. No podía tener suficiente de él, y ya no me importaba por qué estaba aquí. Lo necesitaba más allá de la razón.

―No voy a parar ―le susurré y luego reclamé su boca de nuevo.

Él me tomó al agacharse y me levantó del suelo. Envolví mis piernas alrededor de su cintura mientras me llevaba a la cama. Nos bajó, y lo halé conmigo.

Debo parar. Solo un minuto más y me detendré.

Levantó mi camiseta hasta encima de mi sujetador y sus dedos rozaban mi piel mientras me observaba.

―Eres tan hermosa. ―La esquina de su boca se convirtió en una pequeña sonrisa. Mi corazón latía más rápido cuando sus labios bajaron a mi estómago.

Dejé escapar un gemido y me arqueé hacia él.

―Peter ―dije con voz ahogada.

Su boca quemó la piel de mi caja torácica hasta el hueso de mi cadera, y sentí un latido en mi centro. Siguió besándome mientras desabrochaba mis jeans. Podía sentir que estaba listo a través de la toalla.

¿Lo estaba yo? Deseaba demasiado a Peter. Solo quería ceder y dejar que sucediera.

Di un grito ahogado por el toque de su boca encima de mi ropa interior. Su lengua se deslizó por mi piel mientras sentí salir mi ropa interior. Apenas lo registré porque su boca estaba por todo mi estómago y mis muslos. El pulso entre mis piernas empezaba a doler y necesitaba aliviarlo.

―Peter ―susurré tratando de controlarme a mí misma.

―No me detengas, Lali. Por favor, nena, no me detengas.

Cerré mis ojos. Había tratado de dar batalla, ¿no es cierto? Estaba bien rendirse ahora. Tiré mi camiseta sobre mi cabeza, y Peter bajó los tirantes de mi sujetador para liberar mis pechos.

Sus labios eran un torrente por todo mi cuerpo. Un rastro húmedo de su boca era como una mecha de un cartucho de dinamita. Y la dinamita estaba entre mis muslos.

―¡Oh! ―Mis ojos se abrieron de golpe, y mi cuerpo se sacudió cuando sentí su lengua correr a lo largo de mi sexo―. ¿Qué estás haciendo? ―Oh, mi Dios. Eso se sentía increíble. Si no estuviera tan avergonzada, lo agarraría por el cabello para mantenerlo ahí.

Inclinó la cabeza hacia un lado, indagando algo en su cabeza.

―Eres virgen ―afirmó en voz baja.

Síp, creo que lo hice bastante evidente ahora.

Pero antes de que pudiera sentirme acomplejada por mi falta de experiencia, besó mis muslos, haciéndome tambalear de nuevo
.
―No tienes ni idea de lo feliz que me hace. ―Y movió su boca de nuevo hacia mi clítoris.

Oh. Mi Dios. Todo se sentía tan bien. Casi no podía soportarlo. Su lengua lamía todo de mí, y chupaba mi clítoris. Cada gramo de energía y deseo de mi cuerpo se agrupó entre mis piernas, y sabía que algo se estaba construyendo dentro de mí. Mis pezones estaban duros y Peter amasaba un pecho cada vez mientras trabajaba entre mis piernas.

―Jesucristo, si pudieras verte como te veo. Jodidamente hermosa. ―Sopló en mi centro.

Hizo girar su lengua alrededor de mí, y sentí la repentina necesidad de contener la respiración. Sentía que al privarme de aire aumentaría mi necesidad. Y tenía razón. Eso me permitió concentrarme en todo lo que me hacía. Las sensaciones golpeaban dentro de mí, y estaba increíblemente mojada.

Peter me penetró con su lengua, y eché mi cabeza hacia atrás, arqueándome más hacia él. Me corrí, conteniendo la respiración mientras olas de éxtasis calentaron mi cuerpo y me hacían llorar por él. Peter continuaba trabajándome hasta que salieron los últimos estremecimientos de mi cuerpo.

―Maldición, Lali. ―Peter avanzó de nuevo para mirarme a los ojos, su excitación empujándome―. Tu belleza no es nada comparada como luces cuando te corres.

―Eso fue... ―No podía pensar. Mi cuerpo nunca había sentido algo tan maravilloso, y quería que él se sintiera igual.

Se acercó hasta que nuestros ojos se encontraron y apretó sus caderas contra las mías. Mis muslos se tensaron y yo estaba agonizando con sus movimientos lentos. Él estaba listo.

Tomó mi mejilla.

―Te he deseado por un largo tiempo.

Me levanté y capturé su boca con la mía. Mi mano bajó hacia abajo entre nuestras piernas y agarré su dureza con mi mano. El tamaño de su lengua y lo que acababa de hacerme no era nada en comparación con su erección. Me asustó un poco y me emocionó.

Solté el broche de mi sujetador, y él lanzó la última pieza de ropa y llevó sus labios hacia mis pezones. Escalofríos corrieron por mi piel y el placer rodó fuera de mis poros, y agarré su cabeza hacia mí, saboreando su boca caliente. Cambió de un pecho a otro, y envolví mis piernas alrededor de él, necesitándolo lo más cerca posible. Quería más.

Peter y yo saltamos al oír que tocaban la puerta de su habitación.

―Peter, ¿ya estás listo? ―preguntó una voz de hombre.

¿Qué? ¿Quién era?

―Voy a matarlo ―gruñó Peter en voz baja―. ¡Ve abajo! ―gritó a la puerta, pero se quedó ahí.
―Vamos tarde hombre. El auto ya está lleno de gasolina. ¡Vámonos!

Y entonces me di cuenta. Por qué no había visto a Peter salir. Uno de sus amigos había tomado el auto para llenarlo de gasolina y Peter se quedó para bañarse.

―¡Dije que esperes abajo, Nico! ―gritó Peter, apretando la toalla alrededor de su cadera mientras se levantaba de la cama.

―¡Está bien! ―Nico debe haber entendido la indirecta, porque oí sus pasos a lo lejos.

Agarré mi camiseta y me tapé, el zumbido del deseo desintegrándose lentamente.

―No, no te vistas ―ordenó Peter―. Voy a ir a deshacerme de él y vamos a terminar esto. ―Se inclinó para besarme y el calor inundó mi cara de nuevo.

―¿Vas a correr esta noche?

―Ya no más. ―Se puso sus jeans por debajo de su toalla.

Me deslicé la parte superior del top por la cabeza y me levanté para ponerme mis bragas y jeans.

―Peter, ve. Está bien. ―Mi trabajo de investigación de esta noche dio un giro inesperado y su “beso de cumpleaños” se volvió algo mucho más de lo que esperaba. Necesitaba reagruparme, a pesar de que me sentía culpable por dejarlo colgado.

Peter no estaba tomando el “no” por respuesta, sin embargo. Me levantó de mis pies de nuevo y me puso en el borde de la cómoda y tomó mi boca con la suya. Su cuerpo metiéndose entre mis piernas, me atrajo hacia él en un lento y profundo beso.

―Las carreras no importan, Lali ―dijo contra mis labios―. No hay otro lugar donde quiera estar que contigo.

Creo que mi corazón dio un vuelco, y se formó un nudo en mi garganta. Me sentía de la misma manera.
Pero necesitaba refrescarme. Las cosas se movieron demasiado rápido, y todavía no confiaba en él.

―Llévame contigo entonces ―sugerí. Me encanta la emoción de las carreras, y podríamos aparecer juntos en público, asegurarnos de patear alguno que otro. El único inconveniente era que no iba a ser capaz de buscar en su habitación si estaba con él, pero no me sentía bien por ello.

―¿Llevarte conmigo? ―Me miró con escepticismo, pero luego se volvió muy serio―. Está bien, ve a ponerte algo más caliente, y voy a irte a buscar cuando estemos listos. ―Se dirigió hacia la puerta, pero se detuvo―. Y después de la carrera, vamos a volver aquí y terminar esto. ―Su promesa me hizo sonreír a pesar de mí misma.

Salté de la cómoda después de que él se fue, decidiendo que sería más fácil para mí volver a subir por el árbol que enfrentar la caminata de la vergüenza enfrente de su amigo, pero me detuve en seco cuando me di cuenta que había algo en el suelo. Me incliné para recoger una fotografía cerca de la cama, y mi corazón se aceleró cuando me di cuenta que debía haberla dejado caer cuando devolví la caja.

¡Mierda!

Mientras le daba un rápido vistazo, la bilis se elevó a mi garganta. La imagen era del torso de un niño o un joven, pero la piel estaba ensangrentada y magullada.

Marcas azules y moretones cubrían el pecho y las costillas, mientas había cortes por todo el área del estómago y cuello.

Oh, Dios mío.


Alguien no solo hirió a este chico. Trataron de matarlo.

7 comentarios:

  1. flnpgn mmassss
    @x_ferreyra07

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  2. pobre peter !
    lolazh_

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  3. haaa me muerooo!!
    NECESTITO MAS! jajaja
    maass

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  4. holiiis
    me encanta la novee
    buenisimaaa
    subi maaaaaas xfaaaaaaaas
    besooos

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  5. Ahhhh Para todo lo que paso en el cap !!!
    Y Lali se arriesgó ! Jajajjajaja nada que mejor que besarlo y distraerlo !
    Ahhhh Casi hubo #RockLaliter !!
    Ah la va a llevar a las carreras con el como su acompañante !!
    Ay nooo ! Ese niño era Peter y eso a pues to a que Todo eso se lo hizo el Papa el verano que se fue con el !!!!
    Ahhh más me encanta ya falta poco para el final !! Ay noo

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  6. Maas pr fa! Esto esta buenísimo!

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  7. Durísimo x lo k tuvo k pasar Peter también

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