jueves, 15 de mayo de 2014

Capitulo 3

Capitulo 3


Perdón por no subir ayer, estuve ocupada y no me dio tiempo para subir, les prometo que mañana subiré dos capítulos. Gracias a todas por su apoyo con las configuraciones de el blog y las recomendaciones enserio me sirven de mucho. 
                                                                                                                                                      


Entonces, ¿ya lo has visto? ―Cande se apoyó en el marco de mis puertas dobles mirando hacia la casa de Peter. No tenía que preguntar a quién se refería.

―No... bueno, sí. Más o menos. Vi un Boss de apariencia bastante severa entrando en su garaje anoche. ¿Sería él? ―No quería decirle a Cande sobre haberlo visto por la ventana. Con la esperanza de tener un par de días de respiro antes de enfrentarnos cara a cara, estaba tratando de aferrarme a la calma que había logrado durante mi año de distancia.

Seguí ordenando la ropa de la maleta, sacando lo que necesitaba ser colgado y lo que tenía que ser lavado.
―Síp. Cambió al GT poco después de que te fuiste y compró ese. Supongo que ha estado haciéndose conocido al correr en el Loop.

Mis dedos se apretaron en la percha ante sus palabras. La decepción me recorrió cuando me di cuenta que las cosas habían cambiado en el año que me había ido. Cuando éramos más jóvenes, Peter y yo habíamos soñado con poner un auto juntos en el Loop.

―Es un coche caliente. ―Odiaba admitirlo.

Peter solía trabajar con mi padre y conmigo en nuestro garaje arreglando el viejo Chevy Nova de mi padre. Los dos éramos ansiosos estudiantes y apreciábamos la maestría que tomaba conseguir montar un coche en las mejores condiciones.

―En cualquier caso ―continué―, con las carreras y su trabajo, sólo espero que esté demasiado ocupado para cruzarse por mi cara este año. ―Circulé por la habitación guardando cosas, pero mi cerebro latía con fastidio.
Cande se apartó del marco de la puerta y se dejó caer boca abajo sobre la cama.

―Bueno, yo, por mi parte, estoy muy emocionada de ver la expresión de su cara cuando te vea. ―Apoyó la cabeza en su mano, y me dio una sonrisa burlona.

―¿Y eso por qué? ―murmuré mientras caminaba a mi mesilla de noche para colocar mi reloj.

―Porque te ves muy bien. No tengo idea de lo que pasó entre ustedes dos, pero no va a ser capaz de ignorarte. Ningún rumor o broma mantendrá a los chicos alejados, y Peter probablemente se enfurruñará por haberte tratado tan mal. ―Cande movió las cejas.

No sé lo que quería decir sobre “te ves muy bien”. Por lo que yo sabía, lucía igual que siempre. Me quedé en 1.74, cabello rubio cayendo a la mitad de la espalda, y ojos de color azul oscuro. Los entrenamientos de gimnasio me daban ganas de vomitar, pero había seguido corriendo para mantenerme en forma para las carreras a campo traviesa. La única diferencia era el tono de mi piel. Después de viajar este verano y estar mucho en el sol, estaba muy bronceada. Con el tiempo, sin embargo, eso desaparecería, y estaría pálida de nuevo.
―Oh, nunca tuvo problema en ignorarme. Me gustaría que lo hubiera hecho. ―Aspiré una bocanada de aire a través de mis dientes y le sonreí―. Tuve un año tan increíble. ¡La gente que conocí y los lugares que vi! Todo esto me dio mucha perspectiva. Tengo un plan, y no voy a dejar que Peter Lanzani se interponga en mi camino.

Me senté en la cama y dejé escapar un suspiro.

Cande me agarró la mano.

―No te preocupes, cariño. Esta mierda tiene que llegar a un punto final. Después de todo, nos graduamos en nueve meses.
―¿De qué estás hablando?
―Estoy hablando del juego previo entre tú y Peter ―pió Cande, con cara seria mientras saltaba de la cama y entraba en mi armario―. Esto no puede seguir así para siempre ―dijo en voz alta.

¿Juego previo?

―¿Perdón? ―Juego previo era una palabra sexual, y mi estómago dio un vuelco ante la idea de “Peter” y “sexo” en la misma frase.

―Srta. Esposito, no me digas que esto no ha pasado por su cabeza. ―Cande asomó la cabeza fuera del armario, usando un acento sureño mientras juntaba sus cejas y ponía su mano sobre su corazón. Sostenía uno de mis vestidos sobre su figura mientras se veía en el espejo de tamaño completo que colgaba de la parte posterior de la puerta de mi armario.

¿Juegos previos? Giré la palabra en mi cabeza tratando de averiguar lo que estaba diciendo hasta que finalmente hizo clic.

―¿Crees que su trato hacia mí es juego previo? ―casi le grité―. Sí. Fue juego previo cuando le dijo a toda la escuela que tenía el Síndrome del Intestino Irritable y todo el mundo hizo ruidos de pedos mientras caminaba por el pasillo de primer año. ―Mi tono sarcástico no pudo disimular mi rabia. ¿Cómo podía pensar que todo esto era juego previo?―. Y sí, fue completamente erótico como hizo que la tienda de comestibles entregara una caja de crema contra la infección por hongos en la clase de matemáticas en segundo año. Pero lo que realmente me puso caliente y lista para lanzarme sobre él fue cuando pegó folletos para tratamientos de verrugas genitales en mi casillero, ¡lo que es completamente hilarante que alguien tenga una ETS sin tener relaciones sexuales! ―Todo el resentimiento que había dejado de lado este año ahora estaba de vuelta con venganza. No había perdonado ni olvidado nada.

Parpadeando largo y duro, me tomé unas vacaciones mentales de nuevo a Francia. Queso Port Salut, pan francés, bombones... solté un bufido cuando me di cuenta de que tal vez no era Francia, sino la comida lo que realmente había amado.

Cande me miró fijamente, con los ojos muy abiertos.
―Uh, no, Lali. No creo que él esté interesado en el juego previo sexual. Creo que realmente te odia. Lo que estoy diciendo es, ¿no es hora de que te defiendas? ¿Qué juegues el juego? Si él te empuja, empújalo tú a él. ―Traté de dejar que sus palabras se entendieran, pero ella continuó―: Lali, los chicos no son malos con las chicas atractivas sin ninguna razón en absoluto. De hecho, la energía de la mayoría de los chicos adolescentes es con el único propósito de echar un polvo. Ellos no quieren disminuir sus opciones, por lo que rara vez son malos con cualquier chica… a menos que ella lo hubiera traicionado, por supuesto ―reflexionó.

Sabía que Cande tenía razón hasta cierto punto. Tenía que haber una razón de por qué Peter actuó como lo hizo. Había roto mi cerebro una y mil veces tratando de averiguarlo. Él era frío con la mayoría de la gente, pero era francamente cruel conmigo.

¿Por qué yo?

Me puse de pie y continué con la tarea de colgar la ropa, con mis bufandas por encima de mi hombro.
―Bueno, no he traicionado a Peter. Te lo he dicho cien veces, fuimos amigos por años, él se fue por unas semanas el verano antes de primer año, y cuando regresó, era diferente. No quería tener nada que ver conmigo.
―Bueno, no sabrás nada hasta que te enfrentes. Como antes de ir a Francia. Te defendiste esa noche, y eso es lo que tienes que seguir haciendo. ―Disparó Cande como consejo como si yo no hubiera pensado en ello durante el año pasado. Mi ira se escapó de mí la noche de la fiesta de Belen Chavanne , pero nada bueno iba a salir de mí hundiéndome hasta el nivel de Peter de nuevo.

―Mira. ―Igualé mi voz en un esfuerzo por aparentar calma. No había manera de que fuera a tragarme más drama de este chico, maldita sea―. Vamos a tener un año increíble. Espero que Peter se haya olvidado de mí. Si lo ha hecho, entonces ambos podemos ignorarnos tranquilamente hasta la graduación. Si no lo ha hecho, entonces voy a hacer lo que creo que es mejor. Tengo cosas más importantes en mi mente de todos modos. Él y ese idiota de Agustin pueden empujar y pinchar todo lo que quieran. Ya no les daré atención. Ellos no tomarán mi último año. ―Me detuve a mirarla.

Cande se quedó pensativa.

―Está bien ―ofreció complaciente.

―¿Está bien?

―Sí, dije “está bien”. ―Abandonó la discusión. Mis hombros se relajaron. Ella quería que fuera David para el Goliat de Peter, y yo sólo quería centrarme en entrar en Columbia y ganar la Feria de Ciencias en primavera.

―Está bien ―le imité y cambié rápidamente de tema―. Así que mi papá no estará en casa por tres meses más. ¿En qué problemas crees que debería meterme? ¿Crees que realmente debería romper el toque de queda, mientras no esté? ―Seguí ordenando mi ropa.

―Todavía no puedo creer que tu padre te deje sola durante tres meses.

―Él sabe que es ridículo hacer que me quede con mi abuela, empezar una nueva escuela y luego volverme a mudar aquí cuando él llegará a casa en Navidad. Es mi último año. Es importante. Él entiende. ―Mi abuela siempre se quedaba conmigo mientras mi padre estaba ausente, pero su hermana no estaba bien y necesitaba ayuda constante. Yo estaba sola esta vez.

―Sí, bueno tu abuela sólo está como a dos horas de distancia de todos modos, así que estoy segura de que va a entrar aquí y allá ―señaló Cande.―. ¿Deberíamos arriesgarnos a tener una fiesta?

Sabía que yo era una preocupona, por lo que su tono era prudente. Mis padres me criaron para pensar por mí misma, y usar el sentido común. Con demasiada frecuencia decepcionaba a Cande por mi falta de actitud de “a quién diablos le importa”.

―De esa manera, ¡no estarías violando el toque de queda! Porque tú... estarías... en casa ―razonó rápidamente.

Mi pecho se tensó ante la idea de una fiesta no autorizada, pero tenía que admitir que aun así era algo que quería hacer en algún momento.

―Creo que es un rito de paso para todos los adolescentes, tener una fiesta mientras los padres están fuera ―admití, pero tragué saliva cuando me acordé de que tenía sólo un padre. Aunque mi madre había fallecido hacía ocho años, todavía dolía todos los días. Eché un vistazo a la última imagen de toda la familia apoyada en mi mesa de noche. Estábamos en un juego de los White Sox, y mis padres estaban besando cada una de mis mejillas, mis labios arrugados como los de un pez.

Cande me dio unas palmaditas en la espalda.

―Vamos a ir poco a poco contigo. Podemos empezar estirando las reglas antes de romperlas. ¿Qué hay de invitar a un chico antes de tener una gran multitud? ―Ella agarró una blusa de seda negra que había comprado en París y la sostuvo en alto.

―Sí, de alguna manera creo que mi padre encontraría a un chico más amenazante que una casa llena de adolescentes de fiesta. Y rompo algunas reglas a veces. Soy culpable de exceso de velocidad y cruzar la calle imprudentemente y... ―Mi voz se apagó mientras mis labios se detuvieron en una sonrisa. Cande y yo podríamos ser aventureras, pero nunca era de mucho interés para mí perder la confianza de mi padre. Normalmente, ni siquiera doblaba las reglas. Lo respetaba mucho.

―Sí, está bien, Madre Teresa ―murmuró Cande con desdén cuando empezó a hojear algunas fotos que había tomado durante mi año lejos―. ¿Así que puedes hablar francés con fluidez ahora?

―Sé algunas palabras útiles para ti ―dije sin expresión. Ella agarró una almohada de mi cama y la lanzó hacia mí, sin apartar la vista de las fotos en su mano. Después de tres años de fiel amistad, podríamos intercambiar insultos inofensivos tan fácilmente como ropa.

Entrando en mi cuarto de baño privado, grité:

―Entonces, ¿puedes quedarte a cenar? Podemos hacer pizza.

―Esta noche tengo que estar en casa, de hecho ― gritó en respuesta―. Vico viene a cenar. Mi mamá está un poco preocupada por nuestra relación y quiere verlo más. ―Enunció “relación” como si allí hubiera un doble significado.

Vico y Cande habían estado saliendo por dos años, y habían estado teniendo relaciones sexuales por un tiempo. Su madre sin duda sospechaba que su “relación” había progresado.

―Uh oh, ¿está el sargento Vetrano encima de ustedes dos? ―gruñí mientras empujaba la maleta ahora vacía debajo de mi cama. Llamaba “sargento Vetrano” a la mamá de Cande debido a su autoritario cuidado maternal. Cande tenía poca privacidad y se esperaba que informara sobre todo. Sin embargo, eso sólo hacía que quisiera ocultar más sus secretos.

―Estoy segura. Encontró mi camisón y se puso loca. ―Cande se puso de pie y agarró su bolso de la cama.

―Me hubiera gustado ver tu forma de salir de esa. ―Apagué la luz de mi habitación y la seguí por las escaleras.

―Si mis padres fueran como tu padre, entonces tal vez no estaría tan nerviosa de decirles las cosas ―murmuró Cande.

Estaba bastante segura de que nunca le diría a mi padre sobre mi primera vez, cuando quiera que sucediera.

―Bueno, podemos conectar mañana o cuando sea. Siempre y cuando sea antes de que empiecen las clases.
―Absolutamente, mañana. ―Me dio un fuerte abrazo―. Tengo que ir a ducharme antes de la cena. Te veré más tarde. ―Y corrió hacia la puerta.

―Hasta más tarde.

5 comentarios:

  1. dnfg0iw solo 3 cap y ya me encanta.. quiero saber que paso entre ella y Peter

    masssssssssss quiero que hagas alguna maraton cuando puedas :D

    @x_ferreyra07

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  2. quiero másssss!!!
    sorry pero me perdí el otro (te dije que me iba a atrasar, igual siempre vuelvo =3)
    ay por que la odia???
    no se como quedaron con los caps, pero me gusta que sean largos, ¿porfis?
    mássss noveee
    besos

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  3. Se me hace cortito.
    K tendrá Peter en contra d Lali.....Para mi k Cande tiene razón.

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  4. MAS!!! me encanta la nove!! Que onda con Peter?!
    Besos y maaaaaaaaaaaaaaaaas!

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  5. holiiis
    me encanta la noveee esta buenisima
    aaah ya quiero saver que le paso a peter ese tiempo que se fue de vacaciones por que volvi asi tan cambiado
    subi maaas novee
    besooos

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