Capitulo 10
La mañana siguiente me desperté con un
mensaje de Candela diciendo que estaba en camino con café y bagels. Me levanté
de la cama tan pronto como ella estuvo lista para romper la puerta.
—Que mal amiga eres —soltó mientras
pasaba por delante de mí para dejar el café y los bagels en la mesa.
—¿Qué hice? —Bostecé.
—Esperé toda la noche a que me llamaras
y me contaras sobre tu día con Peter, pero nunca lo hiciste. —Hizo un puchero.
Candela amaba eso, y le era algo natural. Una vez me contó que podría hacer que
un chico haga lo que sea sólo haciendo esa cara.
—¿Cómo sabrías sobre lo de ayer?
Bajó la mirada y tomó un sorbo de su
café. —Benjamin me contó —dijo como si no fuera la gran cosa.
—¿QUÉ? —grité. Candela sacó un bagel de
la bolsa y me lo tendió.
—Me llamó y me dijo que los vio en
Central Park; quiso saber desde hacía cuánto tiempo se estaban viendo… Podría
decir que estaba celoso.
—¿Quién diablos se piensa Benjamin que
es? ¿Olvidó que es él quien me dejó y comenzó a salir con una perra de
plástico?
Se inclinó sobre la mesa. —Le conté que
Peter era tu jodido compañero y tenía que superarlo.
Me agarré suavemente de su brazo. —No lo
hiciste.
Candela levantó dos dedos. —Juro por
Dios que lo hice.
Rodé los ojos mientras sostenía el café
en mis manos. —¿Quién se cree que es?
Me miró en lo que se levantaba para
tomar un cuchillo del cajón. — Es un idiota La, nada más.
Reí y me sobresalté por un golpe en la
puerta. Miré extrañada a Candela y me levanté para ver quién era. Observé por
la mirilla y vi a una alta y atractiva mujer parada del otro lado. Abrí la
puerta aún con el pijama puesto.
—¿Señorita Lali Esposito? —preguntó la
mujer.
—Sí, soy Lali Esposito. —Ella se abrió
paso a través de la puerta.
—Muy bien —dijo mientras le hacía señas
a las otras tres mujeres con bolsas de ropa para que la siguieran por detrás.
—Ummm, ¿qué está sucediendo? —Miré en
dirección de Candela cuando se sentó en la mesa con la boca abierta.
—Señorita Esposito, soy Camille, y
nosotras somos de Sacks Fifth Avenue. El Señor Lanzani nos envió para que
usted elija un vestido para el evento de esta noche. Él la describió, así que
nosotras elegimos aquellos vestidos que sentimos que le convenían.
—Santa mierda, La —dijo Candela.
Me quedé allí mientras las mujeres
desempacaban el contenido de las bolsas, sacando los más hermosos y caros
vestidos que había visto. Me probé cada uno sintiéndome como
Cenicienta. Candela alzaba los pulgares con aquellos que le gustaban y la mujer
alta aplaudía. El último que me puse era un Badgley Mishka negro, sin tirantes
y de encaje. Jadeé cuando me miré en el espejo porque nunca había usado nada
más hermoso. Candela tenía una lágrima en su ojo en lo que tomaba mis manos y
me miraba.
—Luces absolutamente impresionante, La.
—Es demasiado, no puedo aceptar esto o
dejar que Peter lo haga por mí.
Camille se acercó y me dio un par de
tacos a tiras de Jimmy Choo.
—Ponte estos, querida, y deja que el
hombre te compre un nuevo vestido; confía en mí, si él no pensase que valieras
la pena, no habría hecho esto.—Miré a Candela y tomé los zapatos de
Camille.
—Peter no es un idiota, déjalo comprarte
un vestido y definitivamente esos zapatos —sonrió Candela.
Rodé lo ojos mientras me ponía de pie
con el vestido de diseñador y los Jimmy Choos. Me sentí increíble. Tomé mi
teléfono y le envié a Peter un rápido mensaje.
“Hola, soy yo, Lali… gracias por
el hermoso vestido pero es demasiado y no me siento bien aceptándolo”.
Segundos después él respondió:
“Por nada y no es demasiado, te
veo lista a las seis en punto.”
Le sonreí a Camille. —Me gusta este
—dije mientras pasaba las manos por mi cuerpo. Ella le chaqueó los dedos a las
otras mujeres para que guarden los otros vestidos.
—El Sr. Lanzani estará inmensamente
contento de que usted haya escogido su favorito. —Sonrió mientas salía por la
puerta. Me quedé parada en el medio de la habitación intentando averiguar qué
quiso decir Camille con su vestido favorito. ¿Fue a la tienda por cuenta propia
y escogió algunos para darme? Luego me pregunté si era un habito suyo para
todas sus mujeres.
—Estás pensando demasiado, La—dijo
Candela en lo que abría la cremallera trasera de mi vestido—. Ve a ponerte tus
otras ropas de vuelta; no quieres arruinar esto antes de lo previsto. Llamaré a
Roger y veré si está disponible para arreglarte el pelo y maquillaje, me debe
un gran favor.
Fui al baño y me puse un par de jean y
una musculosa con un sentimiento enfermo en mi estómago. El teléfono sonó, y
ese familiar número llamaba de nuevo, lo ignoré y fue al buzón de voz.
Candela y yo tomamos un taxi a Color me Beautiful,
una peluquería de nuestro amigo Roger. Entramos por las puertas del salón de
lujo a tiempo en el que él nos veía. Se acercó y me abrazó con fuerza.
—Ay niña, escuché lo de Benjamin y creo
que es un idiota.
—Gracias Roger, supongo que sí. —Sonreí
ligeramente. Se giró hacia Candela y le dio un cálido abrazo.
—Ahora, dime dónde vas esta noche y con
quién.
Candela saltó. —Va a un evento de
caridad con Peter Lanzani.
—¿El
Peter
Lanzani? ¿El ardiente y millonario Peter Lanzani?
Rodé los ojos. —Sí Roger, ese. —Me miró
seriamente.
—La, conoces su reputación, ¿no es así?
—Me quedé en blanco porque no sabía nada de Peter excepto su única regla sobre
dormir con alguien y que no le gustaban las relaciones.
—Somos amigos, nada más.
Roger sacudió las manos frente a su
rostro. —Chica, Peter Lanzani no tiene amigas; tiene esclavas sexuales, no
amigas. —Tragué saliva y no quise escuchar más. Candela podría decir que
me sentía incómoda.
—Vamos Roger, haz tu magia y arregla a
nuestra chica para que cada chico en el evento ruegue por ser
el que la llevará a casa. —Golpeé su brazo mientras seguíamos a Roger a su
puesto.
Conocí a Roger por Candela. Él solía
trabajar en la galería de arte a tiempo parcial mientras trataba de lanzar su
salón. Era un hombre guapo con pelo de punta marrón y la cantidad justa de
vello facial delineando su rostro ovalado. Cortaba el pelo y
maquillaba como nadie más en el negocio. Una vez trabajó como estilista de Miranda Lambert,
pero renunció para asentarse en un lugar y construir una vida con su compañero
George. Me senté en la silla mientras él hacía su magia en mi cabello y rostro.
Nunca me sentí más hermosa que ese día.
Entré en mi vestido de diseñador, los
Jimmy Choos, y miré en el espejo mi cara ligeramente maquillada y los elegantes
rizos. Por primera vez, en un terrible y largo tempo, olvidé todo lo malo en mi
vida. Miré el reloj y vi que eran las 6:00 pm. Rodé mis ojos en lo que alguien
tocaba la puerta. Como prometió, él llegaría a las seis en punto. Abrí la
puerta en mientras Peter se quedaba parado allí, mirándome e inhalando profundamente.
Las mariposas en mi estómago comenzaron a revolotear y mi corazón empezó a
latir al momento en que lo vi en su smoking negro.
—¿Tenías miedo de que me asaltaran entre
la puerta y tu coche? — Sonreí.
—Muy graciosa Lali —dijo.
Estaba sorprendida de que él mismo
viniera a la puerta en lugar de enviar a Nico. Golpeé mi hombro contra el suyo,
y esbozó una pequeña sonrisa. Nos metimos en la parte posterior de la limusina
y Peter nos sirvió una copa de champagne.
—Gracias Peter, tenía la esperanza de
que te gustara esto. —Le guiñé el ojo en lo que él sonreía y nosotros
manteníamos nuestras copas alzadas.
Maaass
ResponderEliminarme encanta me encanta +++++
ResponderEliminar@x_ferreyra7
poooooooooooooooooooooooooooorfiiiiiiiiiiiiiiiissss maaaaaaaaaaaaaassssssssssss
ResponderEliminarAhhhhhhhhhhh !!!! Si estoy gritando literalmente!!!!
ResponderEliminarLe compro un vestido y ella eligió su favorito!!!
El suspiro y estoy segura de que por dentro le encantó!!!!
Aghh y Benjamin quien se cree que es?!!
Que bueno que Cande le dijera eso!!!
Ahhh ellos se coquetean !!!
Skksksksks ya quiero saber más sobre esa cena!!!
Una pregunta toda la historia la cuenta Lali?!!!
Porfavoroor continuala me encantaaaaaaaa
ResponderEliminarJajjajajajja .¿Tenías miedo k me asaltaran entre mi puerta y tu coche?,es única!!!!
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