miércoles, 23 de julio de 2014

Capitulo 15

Capitulo 15



Di la vuelta y abrí los ojos mientras la luz del sol asomaba entre las cortinas transparentes que colgaban perfectamente de las ventanas. Me puse unos pantalones de yoga y una camiseta y seguí el aroma que me llevó directamente a la cocina. Peter estaba sentado a la mesa, escribiendo en su ordenador portátil.

—Buenos días, Lali, espero que hayas dormido bien.

Sonreí y me dirigí al armario por una taza para café. —Buenos días, dormí muy bien en esa enorme cama.

Se rió ligeramente. Serví un poco de café y me senté a la mesa, frente a él. —Hay panecillos por allí, por favor, toma uno.

—Gracias, pero no tengo hambre.

Me miró con sus ojos verdes matutinos. —Tienes que comer, Lali.

Suspiré. —Nunca como apenas despierto, pero no te preocupes papá, tomaré uno en un ratito.

Una sonrisa ligeramente irritada apareció en su rostro. —Eres una sabelotodo, incluso a primera hora de la mañana. —Levanté mi taza y sonreí.

—¿Qué estás haciendo? —Le pregunté mientras apuntaba a su ordenador portátil.

—Sólo envió algunos correos electrónicos y reorganizando algunas reuniones.

—¿Tienes demasiadas en la agenda o algo así?

Me miró y ladeó la cabeza. —Cuestionas todo, ¿no es así?

Miré hacia el techo. —Supongo que sí —sonreí.

Me senté y lo miré fijamente mientras veía la pantalla del ordenador. Estaba recién duchado, y su pelo aún estaba húmedo y perfectamente sexy.

—¿Cuáles son tus planes para hoy? —preguntó con curiosidad. Puse mi taza sobre la mesa y envolví mis manos alrededor de ella.

—Tengo que llamar al trabajo y decirle a mi jefe que no iré debido al funeral, luego creo que me detendré en el comedor de beneficencia y haré voluntariado esta tarde.

Peter levantó la mirada de su computadora portátil. —Realmente disfrutar hacer voluntariado, ¿verdad?

—Sí, me encanta. A pesar de que no tienen hogar y de todos los problemas que puedan tener, son seres humanos, y necesitan ayuda.

Me miró por un segundo y luego siguió en su portátil. Di un sorbo a mi café y miré por la enorme ventana la vista de la ciudad de Nueva York.

—La razón por la que estaba reorganizando mis reuniones es porque te voy a llevar a Michigan.

—¿Qué? —Exclamé.

Se levantó de la mesa y dejó la taza sobre el mostrador. —No está a discusión, La, nos vamos mañana por la mañana, y conduciremos.

—¿Conduciendo? Son unas diez horas en coche, Peter.

Se dio la vuelta y me miró. —Sé cuánto tiempo de conducción es, considéralo un viaje de carretera.

Suspiré. —¿Un viaje de carretera? Volando llegaríamos allí en una hora y media.

—¿Tienes un problema con estar conmigo en un coche durante diez horas? —preguntó casualmente.

—No, pero...

Caminó hacia donde yo estaba sentada y se detuvo sobre mí como si quisiera tocarme o besarme, pero no lo hizo, se limitó a decir:

—No hay peros, iremos en coche.

—No creo que Nico quiera llevarnos hasta Michigan.

Se rió y se apartó. —Nico no conducirá, lo haré yo.

Rodé los ojos y suspiré pesadamente, ¿por qué iba él, de todos modos?
Soy más que capaz de volver a casa por mi cuenta, y esa es la manera en que lo prefiero, bien, tal vez no, la idea de estar en un coche con él durante diez horas era emocionante. Sonreí y me levanté de la mesa.

Agarré mi bolso y entré en el ascensor; Nico me estaba esperando afuera en la limusina.

—Buenos días, Nico, ¿dónde está Peter? —Le pregunté, mientras miraba, y no estaba en la limusina.

—Buenos días, señorita Esposito. El señor Lanzani llevó el Range Rover al trabajo hoy.

—¿Puedo hacerle una pregunta Nico?

—Claro, señorita Esposito —dijo mientras me miraba a través del espejo retrovisor.

—¿El señor Lanzani te dijo por qué me llevara él a Michigan?

—No, señorita Esposito, no lo hizo, sólo me dijo que tomara los próximos días libres, ya que se iba en un viaje por carretera. Señorita Esposito, ¿puedo decirle algo?

Lo miré con curiosidad. —¿Qué es?

—He trabajado para la familia Lanzani durante los últimos diez años. Fui chofer de su padre, también. Nunca he visto al señor Lanzani comportarse de la manera como lo ha hecho desde que la conoció. Tal vez no debería estar diciéndole esto.

Sonreí. —No, está bien, Nico, somos amigos, y tal vez todo lo que Peter necesita es un verdadero amigo. —Me entristeció que esa es la única manera en que las cosas pueden ser.

Entré en mi apartamento y dirigiéndome al cuarto de baño para tomar un baño caliente. Necesitaba pensar en todo antes de ir de vuelta a Michigan. Me metí en la burbujeante agua caliente y cerré los ojos disfrutando de las burbujas con aroma de lavanda. Mi teléfono sonó justo cuando estaba empezando a relajarme.

—Hola, Candela —contesté. Hubo un chillido del otro extremo.

—OMD La, tengo la mejor noticia. —Aunque no podía verla, sabía que estaba saltando arriba y abajo.

—La, tus tres pinturas se vendieron.

Me senté. —¿Qué? ¿Estás bromeando?

—No, no bromearía acerca de algo como esto, y la mejor parte es que la misma persona compró los tres y pagó el triple del valor por ellos.

Dijeron que tus pinturas son las más bonitas que han visto. La, Sal quiere hablar contigo acerca de convertirte en una artista habitual de la galería, quiere contratarte por más pinturas. Escucha, con el dinero que te llevas solo por aquellas tres, puedes dejar tu trabajo para pintar a tiempo completo.

—¿Quién fue el comprador? —Le pregunté.

—No lo sé, Sal dijo que era una mujer. Tengo tu cheque; ¿más tarde podemos reunirnos para el almuerzo?

—Para el almuerzo suena genial. Voy a ser voluntaria en el comedor por un par de horas, podemos reunirnos después de eso, te mandaré un mensaje.

Colgué el teléfono y lo puse contra la bañera disfrutando de mis buenas noticias. Nunca soñé que alguna de mis pinturas se vendería, sobre todo tres. No podía esperar para decirle a Peter. Quería enviarle un mensaje, pero él estaba en el trabajo y estoy segura de que estaba ocupado, así que pensé que no debía molestarlo. Salí de la bañera, la piel arrugada y todo, y me puse un par de vaqueros ajustados y un suéter largo. Caminé por el pasillo cuando un mareo se apoderó de mí y de repente todo se volvió negro.

Desperté tendida en el suelo y con mi cabeza doliendo. Quedé allí aturdida y confusa tratando de concentrarme y recordar lo que pasó.

Estaba bastante segura de que me desmayé. Me senté al sentir algo gotear por mi cara. Llevé mis dedos pasándolos a través de las gotas y miré con horror la sangre cubriéndolos.

Tomé una respiración profunda y me levanté para mirar en el espejo. Tenía un profundo corte sobre el ojo, y estaba sangrando bastante. Abrí el botiquín, saqué un poco de gasa y apliqué presión a la herida. Seguí pidiéndole a Dios hacer que se detuviera y no tener que ir a buscar puntos de sutura. Alcancé de nuevo el interior del botiquín. Saqué la caja de vendas de mariposa que había quedado de cuando Benjamin se cortó el dedo con una navaja. Apliqué el vendaje y esperé lo mejor. 

¿Por qué ahora? ¿Por qué tiene que pasar esto ahora? Hace apenas una hora, estaba disfrutando en la gloria de la venta de mis cuadros, y ahora estoy de pie frente al espejo con un corte por encima de mi ojo que puede o no requerir puntos de sutura.


Fui al armario y saqué la botella de ibuprofeno. Tomaría dos cápsulas y me iría a la galería. Candela tenía razón, si Sal quería contratarme, entonces la pintura se convertiría en mi trabajo de tiempo completo. Sólo espero hacer el dinero suficiente para vivir.

6 comentarios:

  1. MASSSSSSSSS
    menos mal que esta cande
    seguila

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  2. Me encanta esta novelaaaa continualaa

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  3. Me encanta tus noves son dif!!!
    OK amm a ver!!
    Que i da Peter a como la trata pienso que la quiere como algo más pero luego el mismo se frena o así!!!
    Nskskskkskaka la va a llevar que pasará en ese viaje?!!!
    Ahh se desmayo!!! Para para es por lo del cáncer vdd?!
    Peter fue quien compro sus pinturas estoy segura!!!

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  4. K mala impresión me quedó d esa caída...cáncer d nuevo.Espero k no ,k solo sea una bajada d tensión.

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