Capitulo 15
Di la vuelta y abrí los ojos
mientras la luz del sol asomaba entre las cortinas transparentes que colgaban
perfectamente de las ventanas. Me puse unos pantalones de yoga y una camiseta y
seguí el aroma que me llevó directamente a la cocina. Peter estaba sentado a la
mesa, escribiendo en su ordenador portátil.
—Buenos días, Lali, espero
que hayas dormido bien.
Sonreí y me dirigí al
armario por una taza para café. —Buenos días, dormí muy bien en esa enorme
cama.
Se rió ligeramente. Serví un
poco de café y me senté a la mesa, frente a él. —Hay panecillos por allí, por
favor, toma uno.
—Gracias, pero no tengo
hambre.
Me miró con sus ojos verdes
matutinos. —Tienes que comer, Lali.
Suspiré. —Nunca como apenas
despierto, pero no te preocupes papá, tomaré uno en un ratito.
Una sonrisa ligeramente
irritada apareció en su rostro. —Eres una sabelotodo, incluso a primera hora de
la mañana. —Levanté mi taza y sonreí.
—¿Qué estás haciendo? —Le
pregunté mientras apuntaba a su ordenador portátil.
—Sólo envió algunos correos
electrónicos y reorganizando algunas reuniones.
—¿Tienes demasiadas en la
agenda o algo así?
Me miró y ladeó la cabeza.
—Cuestionas todo, ¿no es así?
Miré hacia el techo.
—Supongo que sí —sonreí.
Me senté y lo miré fijamente
mientras veía la pantalla del ordenador. Estaba recién duchado, y su pelo aún
estaba húmedo y perfectamente sexy.
—¿Cuáles son tus planes para
hoy? —preguntó con curiosidad. Puse mi taza sobre la mesa y
envolví mis manos alrededor de ella.
—Tengo que llamar al trabajo
y decirle a mi jefe que no iré debido al funeral, luego creo que me detendré en
el comedor de beneficencia y haré voluntariado esta
tarde.
Peter levantó la mirada de
su computadora portátil. —Realmente disfrutar hacer
voluntariado, ¿verdad?
—Sí, me encanta. A pesar de
que no tienen hogar y de todos los problemas que puedan tener, son seres
humanos, y necesitan ayuda.
Me miró por un segundo y
luego siguió en su portátil. Di un sorbo a mi café y miré por la enorme ventana
la vista de la ciudad de Nueva York.
—La razón por la que estaba
reorganizando mis reuniones es porque te voy a llevar a Michigan.
—¿Qué? —Exclamé.
Se levantó de la mesa y dejó
la taza sobre el mostrador. —No está a discusión, La, nos vamos mañana por la
mañana, y conduciremos.
—¿Conduciendo? Son unas diez
horas en coche, Peter.
Se dio la vuelta y me miró.
—Sé cuánto tiempo de conducción es, considéralo un viaje de carretera.
Suspiré. —¿Un viaje de
carretera? Volando llegaríamos allí en una hora y media.
—¿Tienes un problema con
estar conmigo en un coche durante diez horas? —preguntó casualmente.
—No, pero...
Caminó hacia donde yo estaba
sentada y se detuvo sobre mí como si quisiera tocarme o besarme, pero no lo
hizo, se limitó a decir:
—No hay peros, iremos en
coche.
—No creo que Nico quiera
llevarnos hasta Michigan.
Se rió y se apartó. —Nico no
conducirá, lo haré yo.
Rodé los ojos y suspiré
pesadamente, ¿por qué iba él, de todos modos?
Soy más que capaz de volver
a casa por mi cuenta, y esa es la manera en que lo prefiero, bien, tal vez no,
la idea de estar en un coche con él durante diez horas era emocionante. Sonreí
y me levanté de la mesa.
Agarré mi bolso y entré en
el ascensor; Nico me estaba esperando afuera en la limusina.
—Buenos días, Nico, ¿dónde
está Peter? —Le pregunté, mientras miraba, y no estaba en la limusina.
—Buenos días, señorita
Esposito. El señor Lanzani llevó el Range Rover al trabajo hoy.
—¿Puedo hacerle una pregunta
Nico?
—Claro, señorita Esposito
—dijo mientras me miraba a través del espejo retrovisor.
—¿El señor Lanzani te dijo
por qué me llevara él a Michigan?
—No, señorita Esposito, no
lo hizo, sólo me dijo que tomara los próximos días libres, ya que se iba en un
viaje por carretera. Señorita Esposito, ¿puedo decirle algo?
Lo miré con curiosidad. —¿Qué
es?
—He trabajado para la
familia Lanzani durante los últimos diez años. Fui chofer de su padre, también.
Nunca he visto al señor Lanzani comportarse de la manera como lo ha
hecho desde que la conoció. Tal vez no debería estar diciéndole esto.
Sonreí. —No, está bien, Nico,
somos amigos, y tal vez todo lo que Peter necesita es un verdadero amigo. —Me
entristeció que esa es la única manera en que las cosas pueden ser.
Entré en mi apartamento y
dirigiéndome al cuarto de baño para tomar un baño caliente. Necesitaba pensar
en todo antes de ir de vuelta a Michigan. Me metí en la burbujeante agua
caliente y cerré los ojos disfrutando de las burbujas con aroma de lavanda. Mi
teléfono sonó justo cuando estaba empezando a relajarme.
—Hola, Candela —contesté. Hubo
un chillido del otro extremo.
—OMD La, tengo la mejor
noticia. —Aunque no podía verla, sabía que estaba saltando arriba y abajo.
—La, tus tres pinturas se
vendieron.
Me senté. —¿Qué? ¿Estás
bromeando?
—No, no bromearía acerca de
algo como esto, y la mejor parte es que la misma persona compró los tres y pagó
el triple del valor por ellos.
Dijeron que tus pinturas son
las más bonitas que han visto. La, Sal quiere hablar contigo acerca de
convertirte en una artista habitual de la galería, quiere contratarte por más
pinturas. Escucha, con el dinero que te llevas solo por aquellas tres, puedes
dejar tu trabajo para pintar a tiempo completo.
—¿Quién fue el comprador?
—Le pregunté.
—No lo sé, Sal dijo que era
una mujer. Tengo tu cheque; ¿más tarde podemos reunirnos para el almuerzo?
—Para el almuerzo suena
genial. Voy a ser voluntaria en el comedor por un par de horas, podemos
reunirnos después de eso, te mandaré un mensaje.
Colgué el teléfono y lo puse
contra la bañera disfrutando de mis buenas noticias. Nunca soñé que alguna de
mis pinturas se vendería, sobre todo tres. No podía esperar para decirle a Peter.
Quería enviarle un mensaje, pero él estaba en el trabajo y estoy segura de que
estaba ocupado, así que pensé que no debía molestarlo. Salí de la bañera, la
piel arrugada y todo, y me puse un par de vaqueros ajustados y un suéter largo.
Caminé por el pasillo cuando un mareo se apoderó de mí y de repente todo se
volvió negro.
Desperté tendida en el suelo
y con mi cabeza doliendo. Quedé allí aturdida y confusa tratando de
concentrarme y recordar lo que pasó.
Estaba bastante segura de
que me desmayé. Me senté al sentir algo gotear por mi cara. Llevé
mis dedos pasándolos a través de las gotas y miré con horror la sangre
cubriéndolos.
Tomé una respiración
profunda y me levanté para mirar en el espejo. Tenía un profundo corte
sobre el ojo, y estaba sangrando bastante. Abrí el botiquín, saqué un poco de
gasa y apliqué presión a la herida. Seguí pidiéndole a Dios hacer que se
detuviera y no tener que ir a buscar puntos de sutura. Alcancé de nuevo
el interior del botiquín. Saqué la caja de vendas de mariposa que había
quedado de cuando Benjamin se cortó el dedo con una navaja. Apliqué el vendaje
y esperé lo mejor.
¿Por qué ahora? ¿Por qué tiene que pasar esto ahora? Hace
apenas una hora, estaba disfrutando en la gloria de la venta de mis cuadros, y
ahora estoy de pie frente al espejo con un corte por encima de mi ojo que puede
o no requerir puntos de sutura.
Fui al armario y saqué la
botella de ibuprofeno. Tomaría dos cápsulas y me iría a la galería. Candela
tenía razón, si Sal quería contratarme, entonces la pintura se convertiría en
mi trabajo de tiempo completo. Sólo espero hacer el dinero suficiente para
vivir.
MASSSSSSSSS
ResponderEliminarmenos mal que esta cande
seguila
++++
ResponderEliminar@x_ferreyra7
Me encantaa maass
ResponderEliminarMe encanta esta novelaaaa continualaa
ResponderEliminarMe encanta tus noves son dif!!!
ResponderEliminarOK amm a ver!!
Que i da Peter a como la trata pienso que la quiere como algo más pero luego el mismo se frena o así!!!
Nskskskkskaka la va a llevar que pasará en ese viaje?!!!
Ahh se desmayo!!! Para para es por lo del cáncer vdd?!
Peter fue quien compro sus pinturas estoy segura!!!
K mala impresión me quedó d esa caída...cáncer d nuevo.Espero k no ,k solo sea una bajada d tensión.
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