jueves, 31 de julio de 2014

Capitulo 39




Estaba inclinada sobre el lavabo del baño, lavando mi rostro mientras Peter se desvestía. —Me encantó verte con Camden hoy, fue tan dulce y especial.

—Sí, bueno, es un chico muy especial.

Doblé la toalla y la puse sobre el lavabo. —Me hizo pensar sobre algunas cosas.

Salimos del baño y abrí el cajón para sacar mi camiseta para dormir.

—¿Qué cosas? —preguntó, vacilante.

—No lo sé, sólo en lo bueno que eres con él y...

Me cortó instantáneamente. —No puedo tener hijos, La. Me encargué de eso hace años.

Me giré hacia él y sus palabras hicieron trizas su camino a través de mi cuerpo. Tomé una respiración profunda y continué desnudándome y me metí en mi camiseta. El aire que nos rodeaba cambió.

—¿No vas a responder a eso? —preguntó.

Me di la vuelta. —De acuerdo, ¿por qué no me dijiste eso antes? — Me sentía un poco traicionada por el hecho de que no me habría dicho eso pronto en nuestra relación. Tal vez pensó que no era necesario porque yo iba a morir de todos modos.

—No lo sé, simplemente nunca pareció apropiado.

Luego llegaron, las palabras que sólo mi boca dirían. —¿Fue porque pensaste que iba a morir y no importaba si nunca lo sabía?

La expresión en su rostro se quebró y la angustia se apoderó de él. —¿Cómo puedes decir eso?

Me giré hacia la ventana. —Lo siento, no era mi intención, y de todos modos, no quiero hijos. Con los jodidos genes de mi familia, el niño no tendría oportunidad.

Se acercó a mí y puso sus brazos a mí alrededor y me atrajo hacia él.

—No digas cosas como esas.

—Es la verdad. Mi madre murió de cáncer, un padre alcohólico, yo con cáncer dos veces. Piénsalo, Peter, el niño estaría condenado en el momento en que fuera concebido. —Me mató decir esas palabras, pero era la verdad y estaba siendo honesta con él.

—Te equivocas y no quiero que hables así nunca más.

Me salí de su agarre. —Bueno, de todos modos no importa porque ninguno quiere niños, así que fin de la discusión. —Crucé la habitación hacia la cómoda y tomé la botella de loción.

—¿Te molesta que no pueda tener hijos?

—No. Como he dicho, es lo mejor de todos modos.

Estaba mintiendo, si me molestaba, y me molestó que no me lo dijera. Me preparé mientras hacía la siguiente pregunta. —¿Por qué lo hiciste, Peter?

Tomó una fuerte respiración. —¿Realmente quieres escuchar la respuesta a eso, La?

No, pero sí quería. Necesitaba oírlo de él. —Sí, ya que estamos siendo honestos y no guardamos secretos, dime.

Tragó saliva y no dijo nada, no creí que las palabras saldrían de su boca, pero mi boca no tenía ningún problema. —Ya que no puedes decir nada, déjame decirlo por ti. Nunca ibas a enamorarte y eso significaba no tener hijos, así que ¿por qué torturarte con sólo experimentar medio placer cada vez que tenías sexo con una mujer cuando podías experimentar todo el placer natural y no tener que preocuparte por nada en el mundo, a excepción de ignorar las enfermedades de transmisión sexual?

Su rostro se ensombreció y la ira creció en sus ojos. Estaba realmente enojado por lo que dije.

—Ni siquiera responderé a algo tan estúpido como eso —gritó.

Continuó vociferando—: Te enoja que no pueda tener hijos. ¿No eras tú quien dijo que no creía en el felices para siempre y el amor de cuentos de hadas?

Todo lo que podía pensar mientras me gritaba era cómo, desde que lo conocí, él cambió todo eso para mí, pero obviamente yo no había hecho lo mismo por él. Me incliné al suelo en donde dejé mis pantalones y me los puse.

—¿Qué demonios crees que estás haciendo? —gritó.

—No me quedaré aquí esta noche. Eres un idiota y no quiero estar cerca de ti en estos momentos.

—¿Soy un idiota? —Se echó a reír—. Tú eres la que está siendo una perra y exagerada acerca de que yo no pueda tener hijos.

¿Acababa de decirme perra? Me giré. —¿Soy una perra porque no me dijiste nada de esto antes?

La ira y la oscuridad consumían sus ojos. —Realmente quieres ir ahí, Lali, eso de no contarnos las cosas. —Ahora traía el cáncer y estaba golpeando debajo del cinturón.

—Me arrepentí de eso desde el primer día y lo sabes. —Mi voz estaba gritando—. ¿Cómo te atreves a tirarme eso en cara?

—Entonces, creo que estamos a mano —gritó. Oh, no debió haber dicho eso. Mi sangre hervía y mis venas palpitaban llenas de ira—. Tal vez lo mejor es que te quedes en la habitación de invitados esta noche, hasta que nos calmemos.

Me di la vuelta y lo señalé con el dedo. —No voy a quedarme en la habitación de invitados. Me voy a casa, a mi apartamento al que tan amablemente le llamas una caja.

—¿En serio, Lali? ¿Vas a correr? —Agitó su mano—. ¿Por qué no? Es lo que haces mejor, de todos modos.

Lágrimas llenaron mis ojos ante sus palabras frías mientras salía de la habitación y de su penthouse. No vino tras de mí, lo que me dijo que estaba realmente enojado.

El aire nocturno era frío mientras miraba alrededor de las concurridas calles de Nueva York. Me di cuenta de que no tenía mis llaves, así que ir de vuelta a mi apartamento no era una opción. Esperé un mensaje o una llamada o incluso por él para que me dijera que lo sentía y llevarme de regreso con él, pero no lo hizo. Llamé a un taxi e hice que me llevara al hotel más cercano. Estaba débil y exhausta mientras me recostaba en la cama. Observé mi teléfono esperando que si lo miraba lo suficiente, él me llamaría y me diría que lo lamentaba.

Me quedé dormida tendida sobre la cama y fui bruscamente despertada por un mensaje nuevo. “¿Dónde mierda estás? Fui a tu apartamento y no estabas ahí.”

Rodé mis ojos y rápidamente tecleé mi respuesta. “No es de tu incumbencia en donde estoy, recuerda que estoy haciendo lo que hago mejor.”

En cuestión de segundos, recibí otro mensaje. “Te estás comportando como una niña y no me gusta. Ahora, trae de vuelta tu trasero a mi penthouse.”

Mierda, hablas de echarle más leña al fuego, él definitivamente estaba haciendo un trabajo excelente en ello. “Creo que necesitamos tiempo separados para pensar acerca de lo que nos dijimos anoche.”

Una respuesta repentina que rompió mi corazón llegó. “También lo creo y, cuando dejes de comportarte como una niña egoísta, entonces llámame y podremos hablar.”

Hice la única cosa que normalmente hago, lancé mi teléfono contra la pared y se quebró. Suspiré y tomé un baño caliente, sollozando mientras el agua corría por mi cuerpo.


Me agaché para recoger los pedazos rotos de lo que una vez fue mi teléfono. Realmente tenía que controlar eso y dejar de lanzar cosas. Entré en la tienda de celulares y compré el mismo teléfono con el mismo número. Puedo decir que no me importaba mi teléfono, pero lo hice porque qué si Candela o Peter me necesitaban.

6 comentarios:

  1. +++++++++++++++++
    @x_ferreyra7

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  2. Ay nooo!!
    Me. Dio. Mucha tristeza!
    Que feo los dos!
    Por un lado Lali si era así me si menos lo que Peter pensaba pero tampoco para que el. Digas así de feo
    Y Peter que trae a colisión lo del pasado y le grita así
    Que mal. Que no fue a buscarla y lo. Que le contesto!!
    Ay noo me da cosa y si Peter la trata mal estoy segura que Lali se regresa

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  3. No me gusta que se peleen :(

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  4. no, porfavor esto es un sueño, ellos estan bien , estoy segura jjaja
    que no peleen!!! no ven que sufrimos JAJA
    seguila

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  5. Los dos saltan a la mínima.

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