viernes, 25 de julio de 2014

Capitulo 21





Me desperté la mañana siguiente acurrucada en los brazos de Peter. Me sostenía firmemente mientras mi cabeza descansaba en su pecho. Abrí los ojos, y por primera vez en mi vida, sentí paz y serenidad. Él me hacía sentir entera y segura como jamás me había sentido. Hicimos el amor tres veces anoche, y fue la experiencia más hermosa que jamás he tenido, nada que ver con Benjamin. Sentía pasión y amor con Peter; era como si no pudiéramos tener suficiente del otro.

Finalmente tuvimos nuestro momento, y ahora me enfrentaba a un nuevo problema. Tenía un secreto que podría destruir a este hombre que finalmente se había entregado a mí.

—Buen día, nena —dijo Peter mientras me besaba en la cabeza.

Levanté la mirada y le sonreí.

—Buen día, ¿dormiste bien?

—Dormí genial, ¿qué tal tú? —preguntó.

Pasé mi dedo suavemente alrededor de su musculoso pecho.

—Sí, también; alguien me dejó exhausta. —Sonrió mientras yo me movía más cerca de su rostro, cubriendo mi boca con la mano—. Tengo mal aliento en la mañana.

Rió, y antes de saberlo, estaba acostada de espaldas con él encima de mí.

—No me importa, no me molesta ni un poco.

Le eché un vistazo al reloj.

—Mira la hora; tenemos que salir de aquí, o jamás vamos a llegar a tiempo al funeral.

Peter se deslizó fuera de mí, salió de la cama, y sostuvo su mano hacia mí.

—Parece que tendremos que ducharnos juntos para ahorrar tiempo.

—Me mordí el labio inferior mientras tomaba su mano y caminamos al baño.

Habría preferido el agua un poco más caliente, pero con lo que estábamos haciendo, ya estaba lo suficientemente cálida. Él sujetó mis brazos contra la pared de la ducha y me tomó desde atrás, besándome el cuello mientras se movía dentro y fuera de mí. Dejó ir mis brazos mientras agarraba un pecho con cada mano, frotándolos y sintiéndolos mientras que profundos gemidos salían de la parte trasera de su garganta. Se movía perfectamente y ya me tenía lista para venirme en el minuto en que me tocaba.

—¿Estás lista, La? —jadeó.

Gemí con cada empuje profundo.

—Sí, córrete conmigo, Peter —rogué.

Las palabras fueron suficientes para él mientras sus sexys gemidos se hacían más fuertes. Se empujó más fuerte dentro de mí, y sentí su calidez llenar mis adentros. Me sostuvo fuerte mientras ambos nos hundíamos en el suelo de la ducha, y nos sentamos allí con pura dicha.

Una vez que fuimos capaces de salir de la ducha, nos vestimos, y me senté en la cama un momento mientras comenzaba a sentirme un poco débil y cansada.

—¿Qué va mal, nena? —preguntó Peter mientras se paraba a mi lado.

Sonreí para esconder lo que sentía en realidad.

—Nada, sólo estoy sentada mirando alrededor y deseando que pudiéramos pasar otra noche aquí; es tan hermoso.

Tomó mi mano y me ayudó a levantarme.

—Habrá cientos de hoteles en nuestro futuro, no te preocupes. — Sonreí cuando usó la palabra futuro, lo que significaba una relación.

¿Qué he hecho? Necesito decirle algo, pero no puedo, no ahora. Una vez que volvamos a Nueva York, le diré todo y observaré su perfecto corazón roto. Las lágrimas comenzaron a llenar mis ojos mientras me miraba.

—¿Lali qué pasa contigo? ¿Por qué luces como si fueras a llorar?  

Envolvió sus brazos alrededor mío.

—Simplemente estoy tan feliz, eso es todo; me has hecho tan feliz.

—Tú también me has hecho feliz, nena; ni siquiera puedo decirte cuánto.

Me besó y agarró nuestros equipajes mientras nos dirigíamos de vuelta por la carretera hacia Michigan. Lo seguí por detrás intentando luchar contra las lágrimas.

Estábamos manejando y decidiendo la música de quién escucharíamos. A él le gustaba más que nada el rock clásico, y yo era más una chica del tipo pop contemporáneo, así que nos pusimos de acuerdo y escuchamos un poco de cada uno. Eventualmente iba a lograr que pasara a mi lado de la música, pero eso iba a necesitar un poco más de trabajo.

Su teléfono estaba entre nosotros en la consola, y sonó. Le eché un vistazo y vi aparecer el nombre de Martina. De repente, mi estómago se contrajo en puños; me sentía enferma y comencé a sudar. De ninguna manera en el jodido infierno él iba a seguir hablándole o viéndola. Presionó ignorar y mantuvo la cabeza observando firme hacia el frente en el camino. Ella era alguien de quien necesitaba saber, e iba a ser doloroso, pero Peter ahora es mío y me va a tener que decir la verdad.

Respiré profundamente.

—¿Quién es ella, Peter? —Levanté la mano y apagué la radio.

Suspiró fuertemente. —Sabía que me ibas a preguntar.

—De acuerdo, entonces necesitas contarme sobre ella si vamos a seguir adelante.

Tomó mi mano y la levantó hacia sus labios.

—No quiero hablar de ella ahora, Lali, el auto no es el lugar.

—Bien. Esperaré, y discutiremos sobre ella más tarde. Pero sea lo que sea que me digas estará bien porque las cosas con nosotros son diferentes ahora, y vamos a poner todo nuestra carga emocional en el pasado, ¿de acuerdo?

Me echó un vistazo y sonrió.

—Puedes apostar a que lo haremos.

—Tengo una pregunta para ti —dije mientras tomaba el envoltorio de mi barra de chocolate Twix—. Nico me dijo que has sido diferente desde que me conociste.

Rodó sus ojos.

—Nico no debería decirte cosas como esa, pero es verdad. Me intrigaste en el momento en que te vi en mi cocina. Cuando me desperté y escuché a alguien en la cocina, bajé las escaleras para gritarle a quien sea que fuera por hacer tanto ruido. Imagina mi sorpresa cuando vi a esta hermosa extraña parada allí haciendo café.

—Sí, pero me gritaste sobre tus reglas.

Se encogió de hombros.

—Bueno, creí que te había traído a casa desde el club; perdón por eso. —Le di una bofetada a su brazo. Sonrió mientras miraba la carretera en frente—. Cuando me dijiste lo que habías hecho por mí y me demostraste tal actitud, fue en ese momento que supe que no podría dejarte salir de mi vida. Nico lo sabía porque seguía hablando acerca de ti y no me daba cuenta. —Reí y me estiré para besarle la mejilla, pero en su lugar metí la barra Twix en su boca.

Llegamos a Michigan cuando me comenzaba a poner más nerviosa de estar de vuelta en un lugar que albergaba tantos malos recuerdos. Peter debió haberlo sentido por mi reacción. Cuando vi el cartel de Bienvenidos a Michigan, agarró mi mano y la sostuvo con fuerza. Mi teléfono sonó y era Candela llamando.

—Hola, Candela —respondí.

—Oh por Dios, La, tengo que contarte sobre mi fantástica cita con el Doctor Ardiente anoche.

Comencé a reír.

—Entonces, ¿te las arreglaste para que te invitara a salir? —La pongo en altavoz para que Peter pueda oír.

—No, yo lo invité, y fuimos a cenar, luego a un club y de vuelta a su casa. La, fue fenomenal. Folla como nadie jamás lo ha hecho. —Peter me miró y comenzó a reír.

—Guau, Candela, eso es genial. —Rodé los ojos.

—En serio, La, me hizo hacer cosas que jamás pensé que haría antes y mierda que es grande. Estaba preocupada cuando lo vi de que no entrara dentro de mí. La, me puse tan nerviosa de que no iba a ser capaz
de disfrutar a este hombre ardiente.

La boca de Peter cayó ante la sorpresa de que Candela sea tan abierta. Yo ya estaba acostumbrada a eso, así que no me perturbaba.

—Candela, cariño, te tengo en altavoz y Peter escuchó cada palabra que acabas de decir.

—¿Y? No tengo nada que ocultar, tal vez ustedes dos deberían intentarlo. Vive un poco, Peter, lleva a esa chica a la cama y demuéstrale tu sensualidad. —Quería morir justo allí, en el asiento de cuero del Range Rover de Peter.

Él gritó inesperadamente—: Ya lo hice y ella estuvo increíble, me hizo hacerle cosas que incluso me sorprendieron. —Lo golpeé en el brazo y le dirigí una mirada.

—Vaya, bien hecho, chica, intercambiaremos notas cuando regreses. Tengo que irme, el Doctor Ardiente está citándome de vuelta en la cama —rió.

Colgué y sacudí la cabeza hacia él.

—¿Cómo pudiste decirle eso?

—Oh, por favor, amor, como si no me hubieras avergonzado antes.

No podía discutir eso, especialmente con el barista en el restaurante y luego el botones. Me reí y observé por la ventana al lugar demasiado familiar al que me dirigía.

Aparcamos dentro de la casa funeraria e instantáneamente, mi estómago se sintió enfermo. Salí del auto y respiré hondo.

—Esta es la misma casa funeraria que tuvimos para mi mamá y mi papá —dije mientras me detenía en frente de ella.

Peter pasó un brazo alrededor de mí.

—No tienes que hacer esto; puedes llamar a tu prima y decirle que te enfermaste o algo.

—No, esa es la manera cobarde de salir de ésta. No puedo escapar de la realidad. Además, te tengo conmigo.

Caminamos a través de las puertas. Mi prima Debbie me vio y rápidamente caminó hacia mí mientras nos abrazábamos fuertemente.

—Lamento tanto tu pérdida, Debbie.

Comenzó a llorar en mi hombro.

—Lo sé y lo siento por ti también; sé que fueron como tus padres sustitutos cuando crecías. ¿Qué pasó? —preguntó mientras apuntaba a mis puntos.

—Nada grave; sólo me caí y me golpeé la cabeza.

Levanté la mirada hacia Peter.

—Debbie, este es mi amigo, Peter.

Se dieron la mano y ella luego me susurró—: Escuché que tú y Benjamin rompieron, lo siento.

Sonreí. —Yo no, pero gracias de todas formas.

Nos dirigió hacia la habitación donde mis tíos yacían en sus hermosos ataúdes de madera. Caminé hacia allí y me arrodillé en frente de ellos, rezándole a Dios que los mantuviera a salvo. Peter se paró detrás de mí con sus manos aferradas a mis hombros. Me levanté y caminé a través de la multitud, saludando a los viejos amigos y manteniendo conversaciones simples con la familia distante. Podía oír los susurros de la gente hablando sobre mi intento de asesinato hacía siete años. Podía oír la lástima en sus voces. Los susurros siguieron acerca de mi padre; sobre cómo era un alcohólico y no podía dejar de beber lo suficiente como para criar a su única hija. Siguieron para hablar de que si mi madre hubiera estado viva si yo no habría intentando sacarme la vida. Me había vuelto el centro de atención en el funeral de alguien más, y comenzaba a enojarme. Peter escuchó por encima las charlas suaves y pasó un brazo alrededor mío.

—No los escuches; no saben de lo que hablan.

Respiré hondo, pero no pude controlarme más cuando escuché a una mujer decir—: Ella es la que intentó cometer suicidio para salvarse de su padre alcohólico. Él estaba demasiado envuelto alrededor de la muerte de su madre para siquiera darse cuenta de que ella existía. Ella debería habérsela sacado a él y luego no debería haber intentado...

Antes de que pudiera terminar su oración, interrumpí rudamente—: ¿Quién demonios te crees para hablar de mi padre y mi familia de esa manera?

Puse mi muñeca en su rostro.

—Aquí, mira las cicatrices. Eso es, míralas bien, no hubiera importado si me sacaban de allí o no, porque todavía estarían allí.

La habitación entera estaba parada en silencio observándome.

Peter me agarró la mano.

—Vamos, nena, vámonos. No lo vale. —Me di la vuelta mientras me sacaba de la casa funeraria. El aire enfrió mi piel ardiendo.

—Debo decir, que realmente puedes hacer una escena. —Peter me sonrió para suavizar mi humor.

—Lo siento, simplemente no pude soportarlo más; sabía que esto iba a pasar si volvía aquí.

Me abrazó y susurró—: Está bien, te has despedido de tu tía y de tu tío, le echaste la bronca a un par de personas, y ahora nos podemos ir; ¿a menos que quieras quedarte?

Sacudí la cabeza. —No, salgamos de aquí.

11 comentarios:

  1. Lali esta enferma seguro......ese es el secreto

    ResponderEliminar
  2. Leiste el segundo libro?? esta genial!!
    Me encanto
    Besos♥

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. alguien me pasa el nombre del o los libros?

      Eliminar
  3. Ayy no, segyro q esta enferma pero no quierooo :'(
    Maass

    ResponderEliminar
  4. Según recuerdo Lali tiene cáncer no?!!
    Hajajabjskakakai ayayaya no quiero que se enferme!!!
    Que pasará cuando le diga la vdd a Peter!!!?
    Ay que gente como pueden hablar estando ella ahí!

    ResponderEliminar
  5. Ay seguila por fa!. Me encanta esta nove!,
    Jenny

    ResponderEliminar
  6. Espero subas mas pronto!
    Esta muy buena la nove!
    Flor..

    ResponderEliminar
  7. si lali esta enferma ojala no muera. seria muy feo
    excelente la nove. amor por ellos

    ResponderEliminar
  8. lali esta enferma seguro. no quiero que se muera, tengo miedo. me gusta mucho el amor que se tienen

    ResponderEliminar
  9. con dos amiga necesitamos seguir leyendo, hace maraton por favor.
    excelente como cada una de tus adaptaciones.
    Cande, Flor y Cami

    ResponderEliminar
  10. K cotilla la gente.
    Buenísima noche d pasión la k pasaron.
    Jajjajajaja,Cande es única

    ResponderEliminar