jueves, 3 de julio de 2014

Capitulo 21

Capitulo 21



Por este capitulo dude poner a Martina como la pareja de Peter, pero decidi ponerla porque pues la realidad es que estan juntos jajajajaja. Angie pienso igual que tu, que Peter esta siendo demasiado egoista y no piensa en Lali. Estamos a casi nada de terminar esta adaptación, tiene 25 capitulos. Sigan leyendo y gracias por sus comentarios los adoro enserio.
                                                                                                                                

Lali

—Déjame agarrarlas —dice Nico mientras se agacha para recoger mis maletas. Las lleva por las escaleras, y lo sigo. Una vez que subimos a su coche, me doy cuenta de que ni siquiera sé a dónde voy. No he pensado en esto con mucha antelación. Tan pronto como Peter me dijo que necesitaba que me fuera hoy, sólo empaqué mis cosas y me fui sin siquiera un plan para lo que voy a hacer por los próximos tres días. Mi nuevo apartamento no está listo, pero estoy deseando poder estar en él. Quiero estar lo más lejos que pueda de Peter y Martina, y Nico y Eugenia, y Benjaminy Rochi, y todo y todos.

—Peter quiere que te lleve a un hotel hasta que tu apartamento esté listo, pero ¿hay algún otro lugar que preferirías ir?

Nico está sentado en el asiento del conductor, y yo estoy en el asiento del pasajero. Ni me acuerdo de meternos en el auto. Doy vuelta y lo miro. Él sólo me observa. El auto todavía no ha arrancado.

Dios, me siento tan patética. Me siento como una carga.

—Es ridículo, ¿no? —le digo.

—¿Qué?

Hago un gesto a mí misma. —Esto. —Apoyo la cabeza contra el reposacabezas y cierro los ojos—. Debería ir a casa con mis padres. Obviamente, no estoy hecha para esto.

Nico suspira. —¿No estás hecha para qué? ¿La universidad? ¿La vida real?

Niego con la cabeza. —La independencia, en general, de verdad. Benjamin tenía razón cuando me dijo que estaría mejor viviendo con él que por mi cuenta. Tenía razón en eso, al menos. He estado en la vida de Peter menos de tres meses, y he arruinado con éxito toda su relación con Martina. —Miro por la ventana, al balcón vacío—. También he arruinado toda su amistad conmigo.

Nico arranca el coche, luego se acerca y me aprieta la mano. —Hoy es un día muy malo, La. Uno muy, muy malo. A veces en la vida, necesitamos un par de días malos con el fin de mantener los buenos en perspectiva. —Suelta mi mano y sale en reversa del estacionamiento—. Y lo has logrado todo este tiempo sin tener que regresar a tus padres. Lo puedes hacer tres días más.

—No puedo pagar un hotel, Nico. Gasté todos mis ahorros en los muebles y el depósito para el nuevo apartamento. Sólo llévame a la estación de autobuses. Iré a quedarme con mis padres durante unos días. —Agarro el teléfono para tragarme el orgullo y llamarlos, pero Nico lo saca de mis manos.

—En primer lugar, tienes que dejar de culparte por lo que está sucediendo con Peter y Martina. Peter es una persona grande, y sabe lo que es bueno y lo que es malo. Él era el que tenía una relación, no tú. En segundo lugar, tienes que dejar que Peter pague por este hotel, porque él es el que te ha dicho que te vayas sin previo aviso. Por mucho que amo al tipo, en cierto modo te lo debe a lo grande.

Miro el balcón vacío, mientras nos vamos. —¿Por qué me siento como si hubiese estado tomando limosnas de Peter desde el día en que lo conocí? —Aparto la mirada del balcón, sintiendo la ira construirse en mi pecho, pero ni siquiera sé con quién estoy enojada. ¿El amor, tal vez? Creo que estoy enojada con el amor.

—No sé por qué te sientes así —dice Nico—, pero tienes que parar. Nunca nos has pedido nada.

Asiento, tratando de estar de acuerdo con él.

Tal vez Nico tiene razón. Peter es tan culpable de esto como yo. Él es el que está en una relación. Debería haberme pedido que me fuera tan pronto como supo que desarrollaba sentimientos por mí. Debió también haberme dado más de cinco minutos para irme. Me hizo sentir más como un estorbo que como una persona por la que se supone que se preocupa.

—Tienes razón, Nico. ¿Y sabes qué? Si Peter va a pagar, quiero que me lleves a un hotel muy bonito. Uno con servicio de habitaciones, y minibar lleno de pequeñas botellas de Pine-Sol.

Nico se ríe. —Esa es mi chica.  


Peter

Han pasado setenta y dos horas.

Tres días.

Tiempo suficiente para que tenga incluso más cosas que decirle a Martina. Tiempo suficiente para que Nico me haga saber que Lali está, finalmente, en su propio apartamento. No me dirá cual, pero eso es probablemente lo mejor.

Setenta y dos horas también ha sido tiempo suficiente para darme cuenta de que echo de menos tener a Lali en mi vida, casi tanto como extraño a Martina. Y es tiempo suficiente para saber que no voy a pasar otro día sin hablar con Martina. Necesito saber que está bien. No he hecho nada más que caminar de un lado a otro de este apartamento desde el momento en que la perdí.

Desde el momento en que las perdí a ambas.

Agarro el teléfono y lo toco durante varios minutos, demasiado asustado de mandarle un mensaje. Tengo miedo de su respuesta. Cuando finalmente escribo un texto, cierro los ojos y presiono “enviar”.

Yo: ¿Estás lista para hablar de ello?

Me quedo mirando el teléfono, esperando que responda. Quiero saber si está bien. Quiero ser capaz de decirle mi posición. El hecho de que ella probablemente piense lo peor me está matando, y se siente como si no he sido capaz de respirar desde que se enteró de lo mío con Lali.

Martina: Nunca voy a estar lista, pero es necesario. Estoy en casa toda la noche.

Tan listo como estoy para verla, también estoy muerto de miedo. No quiero verla con el corazón roto.

Yo: Estaré allí en una hora.

Agarro mis cosas y me dirijo directamente hacia la puerta, directamente de vuelta a la mitad de mi corazón que más necesita reparación.

Tengo una llave de su casa. He tenido una por tres años, pero no he tocado su timbre en todo ese tiempo.  


Voy a tocar su timbre ahora mismo, y no se siente bien. Se siente como si estuviera pidiendo permiso para derrumbar una barrera invisible que ni siquiera debería estar aquí en primer lugar. Doy un paso lejos de la puerta y espero.

Después de varios segundos dolorosamente largos, ella abre y hace un breve contacto visual conmigo mientras se hace a un lado para dejarme entrar. En el camino me la imaginé con su pelo revuelto, maquillaje corrido por debajo de los ojos de todo el llanto, y luciendo un pijama de hace tres días. El típico atuendo de un “corazón roto” para una chica que acaba de perder toda la confianza en el hombre que ama.

Creo que prefiero el modo en que se veía cuando me la imaginé, que la forma en que se ve realmente. Está vestida con sus vaqueros típicos, y su cabello se encuentra perfectamente recogido. No hay una mancha de maquillaje en su cara ni una lágrima en sus ojos. Me da una leve sonrisa mientras cierra la puerta principal.

La miro de cerca, porque no estoy seguro de qué hacer. Por supuesto, mi primer instinto es jalarla hacia mí y besarla, pero eso probablemente no sea lo mejor. En su lugar, espero hasta que entra a su sala de estar. La sigo, deseando más que nada que diera la vuelta hacia mí y lanzara sus brazos a mí alrededor.

Da vuelta para mirarme antes de sentarse, pero no lanza sus brazos alrededor de mí.

—¿Y bien? —Hace una seña—. ¿Cómo hacemos esto? —Su expresión es vacilante y dolida, pero al menos está enfrentándolo. Sé que esto es difícil para ella.

—¿Qué tal si dejamos de actuar como si no se nos permitiera ser nosotros mismos? —Hago señas—. Estos han sido los tres días más duros de mi vida, y no puedo pasar ni un segundo más sin tocarte.

No le doy la oportunidad de responder antes de que mis brazos se envuelvan alrededor de ella y la pongo contra mí. No se resiste. Sus brazos se envuelven firmemente alrededor de mí, y tan pronto como mi mejilla toca la cima de su cabeza, siento que comienza a llorar.

Esta es la Martina que necesito. La Martina vulnerable. La Martina que todavía me ama, a pesar de lo que le he hecho pasar.

La abrazo y la jalo al sofá, manteniéndola asegurada contra mí mientras estoy sentado con ella en mi regazo. Seguimos sosteniéndonos, ya que ninguno de nosotros sabe cómo empezar la conversación. Presiono un largo beso en su cabello.

Lo que no daría por ser sólo capaz de susurrar todas mis disculpas a su oído. La quiero tan cerca de mí como sea posible mientras le digo que lo siento mucho, pero no puedo hacer eso y hacer señas de todo lo que tengo que decir al mismo tiempo. Odio esos momentos en la vida donde daría cualquier cosa por ser capaz de comunicarme de la misma manera que muchos otros dan por sentado.

Lentamente levanta su rostro, y de mala gana retrocede. Mantiene sus palmas presionadas contra mi pecho y me mira directamente a los ojos.

—¿Estás enamorado de ella? —pregunta.

No hace señas a su pregunta, sólo habla. El hecho de que no haga señas me hace pensar que es demasiado difícil para ella siquiera preguntar. Tan difícil que tal vez no quiere saber la respuesta, por lo que en realidad no quería que entendiera la pregunta.

La entendí.

Agarro ambas manos presionadas contra mi pecho, y las levanto, besando cada una de sus palmas antes de liberarlas para responderle.

—Estoy enamorado de ti, Martina.

Su expresión es firme y controlada. —Eso no es lo que pregunté.

Aparto la mirada de ella, no queriendo que vea la lucha en mis ojos. Los cierro y me recuerdo que la mentira no nos llevará de regreso a donde necesitamos estar. Martina es inteligente. También merece la honestidad, que no es en absoluto lo que le he estado dando. Abro mis ojos y la miro. No le respondo con un sí ni con un no. Me encojo de hombros, porque sinceramente no sé si estoy enamorado de Lali. ¿Cómo podría estarlo cuando estoy enamorado de Martina? No debería ser posible para el corazón amar a más de una persona a la vez.

Desvía la mirada lejos y se escabulle de mi regazo. Se pone de pie y camina lentamente la longitud de la sala de estar y de regreso. Está pensando, así que le daré un momento. Sé que mi respuesta le ha hecho daño, pero sé que una mentira la habría lastimado aún más. Finalmente se vuelve hacia mí.

—Puedo pasar toda la noche haciéndote preguntas muy brutales, Peter. No quiero hacerlo. He tenido un montón de tiempo para pensar en esto, y tengo mucho que necesito decirte.

—Si las preguntas brutales te ayudan, entonces házmelas. Por favor. Hemos estado juntos por cinco años, y no puedo dejar que esto nos separe.

Niega con la cabeza, luego toma asiento en el sofá frente a mí. —No tengo que hacerte las preguntas, porque ya sé todas las respuestas. Sólo necesito hablar contigo acerca de hacia dónde vamos a partir de aquí.


Me inclino hacia delante, no me gusta a dónde va esto. No me gusta en absoluto. —Por lo menos, permíteme explicarme. No se puede llegar a una decisión acerca de lo que nos pasa sin escucharme primero.

Vuelve a negar, y mi corazón se aprieta. —Ya lo sé, Peter. Te conozco.
Conozco tu corazón. He leído tus conversaciones con Lali. Ya sé lo que vas a decirme. Vas a decirme lo mucho que me quieres. Cómo harías cualquier cosa por mí. Vas a pedir disculpas por desarrollar sentimientos por otra chica, a pesar de lo duro que has intentado evitar que eso suceda. Vas a decirme que me amas mucho más de lo que sé y cómo tu relación conmigo es mucho más importante para ti que tus sentimientos hacia Lali. Vas a decirme que harás cualquier cosa por mí y que sólo tengo que darte una oportunidad. Serás probablemente brutalmente honesto conmigo, también, y me dirás que tiene sentimientos por Lali, pero que no se comparan con los que sientes por mí.

Se pone de pie y se mueve para sentarse a mi lado en el sofá. Hay rastros de lágrimas en sus ojos, pero no está llorando. Me enfrenta y comienza a hacer señas de nuevo.

—¿Y sabes qué, Peter? Te creo. Y entiendo todo. De verdad. He leído sus conversaciones. Es como si yo estuviese allí, cernida a través de ustedes dos mientras luchaban contra lo que se desarrollaba. Me sigo diciendo que puedes alejarte por tu cuenta, pero no puedo parar. He leído esas conversaciones un millón de veces. Descifré cada palabra, cada frase, cada marca de puntuación. Quería encontrar el punto en sus conversaciones que demostrara tu deslealtad hacia mí. Quería encontrar el momento en que sus conversaciones se convirtieron en esa excusa despreciable para un hombre que admitía que lo que sentía por ella era puramente sexual. Dios, Peter. Quería tanto encontrar ese momento, pero no pude. Sé que la besaste, pero incluso el beso parecía excusable después de todo lo que discutieron al respecto. Soy tu novia, y hasta me puse a excusarlo.

»No estoy diciendo que lo que has hecho es fácilmente perdonable, por cualquier medio. Deberías haberte podido mover en el segundo en que te sentiste obligado a besarla. Infierno, nunca debiste haberle preguntado si quería mudarse si ya había la más mínima posibilidad de que te sintieras atraído por ella. Lo que hiciste estuvo mal en todos los sentidos de la palabra, pero lo que está realmente mal es te entiendo. Tal vez es porque te conozco demasiado bien, pero el hecho de que estás enamorado de Lali es obvio, y no puedo simplemente sentarme y compartir tu corazón con ella, Peter. No puedo hacerlo.

No, no, no, no, no. Rápidamente la atraigo hacia mí, queriendo confortarla para alejar el pánico que se está construyendo en mí.  


Puede tener el corazón roto. Incluso puede estar molesta o aterrorizada, pero no dejaré que esté de acuerdo. No puede estar bien con esto.

Las lágrimas comienzan a picar en mis ojos mientras la abrazo como si mis brazos pudieran de alguna manera convencerla de lo que siento. Estoy negando con mi cabeza, tratando de que no lleve esta conversación hacia donde me temo que se dirige.

Aprieto los labios contra los suyos en un intento de hacer que todo desaparezca. Sostengo su rostro entre las palmas de mis manos y trato desesperadamente de mostrarle lo que siento sin tener que separarme de ella.

Sus labios se apartan, y la beso, algo que he hecho regularmente durante más de cinco años, pero nunca con tanta convicción o miedo.

Su boca tiene sabor a lágrimas, y no estoy seguro de quién son, porque los dos estamos llorando. Empuja contra mi pecho, con ganas de hablar conmigo, pero no quiero que lo haga. No quiero ver que me diga cómo de bien están los sentimientos que tengo por Lali.

No están bien. No deben estar bien para nada.

Se sienta y me empuja lejos de ella, y luego se seca las lágrimas. Inclino mi codo en el sofá y me tapo la boca con mi mano temblorosa.

—Hay más. Hay mucho más que necesito decirte, y necesito que me des la oportunidad de hacerlo, ¿de acuerdo?

Simplemente asiento, cuando lo único que quiero es decirle que escucharla es lo último que mi corazón quiere hacer ahora mismo. Se acomoda y sube sus piernas al sofá. Envuelve los brazos alrededor de ellas y apoya la mejilla en su rodilla, mirando lejos de mí. Está quieta, en silencio y contemplando.

Soy una completa ruina mientras estoy sentado aquí, y espero.

Desenvuelve las manos de alrededor de sus piernas y levanta lentamente la cabeza para mirarme a los ojos. —¿Recuerdas el día que nos conocimos? —pregunta.

Hay una leve sonrisa en sus ojos, y mi pánico se alivia ligeramente ante lo agradable en su recuerdo. Asiento.

—Te noté primero, antes de notar a Nico. Cuando Nico se acercó a mí, yo esperaba que él se acercara a mí por ti. Recuerdo hacer contacto visual contigo sobre su hombro, porque quería sonreírte así tú sabrías que llamaste mi atención de la misma manera que tenía la tuya. Pero cuando me di cuenta de que Nico no se había acercado a mí por ti, me decepcioné. Había algo acerca de ti que me atraía de una manera que Nico no lo hacía, pero no parecías tener la misma reacción por mí.
Nico era lindo, así que accedí a salir con él, sobre todo porque ese día pensé que no estabas interesado en mí.

Cierro los ojos y me sumerjo en sus palabras por un momento. Nunca supe esto. No estoy seguro a este punto de querer saberlo. Después de varios momentos de tranquilidad, abro los ojos de mala gana y la dejo terminar.

—Para el poco tiempo que salí con Nico, tú y yo teníamos estas conversaciones breves y momentos de contacto con los ojos, que siempre parecían hacerte sentir incómodo, y sabía que eso te hacía sentir incómodo porque tenías sentimientos por mí. Pero tu lealtad a Nico era tan fuerte que no te permitías ir allí. Siempre he admirado eso de ti, porque sabía que nosotros dos hubiésemos funcionado bien. Para ser honestos, esperaba secretamente que traicionaras tu amistad y me besaras o algo, porque eras en todo lo que pensaba. Ni siquiera estoy segura de que estuviese con Nico por Nico. Creo que estuve con él por ti todo el tiempo.

»Luego, unas semanas después de que Nico y yo nos separamos, empecé a pensar que nunca volvería a verte, porque nunca fuiste a mí como yo esperaba que hicieras. La idea me aterrorizó, por lo que me presenté en tu apartamento un día. No te encontrabas ahí, pero Gaston sí. Creo que él sabía por qué estaba allí, así que me dijo que no me preocupara, que sólo tenía que darte tiempo. Me dijo sobre el trato que tú y Nico habían hecho y que tenías sentimientos por mí, pero no te sentías bien recurriendo a ellos aún. Incluso me mostró la fecha que marcaste con un círculo en el calendario. Nunca olvidaré la manera en la que me hizo sentir, y desde ese momento, conté los días hasta que apareciste en mi puerta.

Se seca una lágrima. Cierro brevemente los ojos y trato de mostrar un poco de respeto al no dejarme jalarla a mí otra vez, pero es tan difícil. Nunca supe que vino a buscarme. Gaston nunca me lo dijo, y ahora mismo, estoy luchando con el deseo de hacerle saber lo molesto que estoy por mantener en silencio esto, y lo mucho que lo quiero por informarle a Martina como me sentía.

—Me enamoré de ti durante ese año esperándote. Me enamoré de tu lealtad a Nico. Me enamoré de tu lealtad a mí. Me enamoré de tu paciencia y de tu fuerza de voluntad. Me enamoré del hecho de que no quisieras iniciar las cosas mal entre nosotros. Querías que todo fuese tan correcto como debería, así que esperaste un año entero. Créeme, Peter. Sé lo difícil que fue, porque estuve esperando junto contigo.

Levanto la mano y limpio una lágrima de su mejilla, luego la dejó terminar.

—Juré que no volvería a permitir que mi enfermedad interfiriera con nosotros. No dejaría que me impidiera enamorarme completamente de ti.
  
No la dejaría ser la excusa para alejarte. Eras tan inflexible que no te importó, y yo estaba tan desesperada por creerte. Los dos nos mentíamos a nosotros mismos. Creo que mi enfermedad es lo que más amas de mí.

Mi respiración se atasca en mi garganta. Esas palabras me duelen más que cualquier otra palabra. —¿Por qué dices algo así, Martina?

—Sé que suena absurdo porque no lo ves de esa forma. Es quien eres. Eres leal. Amas a la gente sin falla. Quieres cuidar de todos lo que te rodean, incluyéndome a mí, Gaston, Nico... Lali. Es simplemente lo que eres, y ver cómo Nico me trataba en aquel entonces te daba ganas de saltar y convertirte en mi héroe. No estoy diciendo que no me amas, porque sé que sí. Simplemente creo que me amas por el camino equivocado.

Tengo mi mano sobre mi frente y trato de exprimir el dolor. Mi cabeza no puede tomar otro segundo de escuchar lo increíblemente mal que ella está. —Martina, detente. Si estás a punto de utilizar tu enfermedad como una excusa para dejarme, no voy a escucharlo. No puedo. Estás hablando como si estuvieras a punto de darte por vencida con nosotros, y eso me asusta demasiado. No he venido aquí para que te rindas. Necesito que luches conmigo. Necesito que luches por nosotros.

Inclina la cabeza hacia un lado, lentamente agitándola en desacuerdo. —No debería tener que luchar por nosotros, Peter. Lucho cada maldito día de mi vida para poder sobrevivir. Debería ser capaz de deleitarme con nosotros, pero no puedo. Estoy constantemente viviendo con miedo de que voy a molestarte o hacerte enojar porque quieres formar tanto una burbuja protectora alrededor de mí. No quieres tomar riesgos o hacer cualquier cosa que me cause un ápice de estrés. No le ves el sentido a que me vaya a la universidad, porque ambos conocemos mi destino. No ves el momento en que tenga una carrera, porque crees que es mejor si sólo te ocupas de mí y lo tomo con calma. No entiendes mi anhelo de experimentar las cosas que le dan a la gente una descarga de adrenalina. Te enojas cuando traigo a colación la idea de viajar, porque no crees que sea seguro para mi salud. Te niegas a ir de gira con tu hermano, porque quieres ser el que cuide de mí cuando me enfermo. Renuncias a gran parte de tu vida para asegurarte de que no voy a tener que renunciar a nada de la mía, y a veces es demasiado sofocante.

¿Sofocante?

¿Soy sofocante?

Me pongo de pie y me paseo por la habitación durante unos instantes, tratando de respirar el aire que ella está golpeando tan repetidamente, de nuevo en mis pulmones. Cuando estoy lo suficientemente calmado como para responder, vuelvo al sofá y la enfrento otra vez.  


—No estoy tratando de sofocarte, Martina. Sólo quiero protegerte. No tenemos el lujo del tiempo como cualquier otra pareja. ¿Es malo que quiera prolongar lo que tenemos por el tiempo que nos sea posible?

—No, Peter. No está mal. Me encanta eso de ti, pero no lo amo para mí. Siempre se siente como si estuvieras tratando de ser mi salvavidas. No necesito un salvavidas, Peter. Necesito a alguien que esté dispuesto a verme pelear en el océano y luego me permita no ahogarme. Pero tú no serías capaz de dejarme cerca del océano. No es tu culpa que no me puedas dar eso.
Sé que es sólo una analogía, pero la está usando para dar excusas.

—Crees que eso es lo que quieres —señalo—. No lo es. No me puedes decir que preferirías estar con alguien que te permita arriesgar el tiempo que le queda de tenerte, a alguien que haría lo que fuera por prolongar su vida contigo.

Exhala. No puedo decir si está admitiendo que tengo razón o si está frustrada porque me equivoco. Me ve directamente a los ojos y se inclina hacia adelante, luego presiona brevemente sus labios con los míos. Tan pronto como levanto mis manos a su rostro, se vuelve a alejar.

—He sabido toda mi vida que puedo morir en cualquier momento. No sabes lo que es eso, Peter, pero quiero que trates de ponerte en mi lugar. Si supieras toda tu vida que te vas a morir en cualquier momento, ¿te parecería bien apenas vivir? ¿O vivirías lo mejor que pudieras? Porque tú quieres que apenas viva, Peter. No puedo hacer eso. Cuando me muera, necesito saber que hice todo lo que siempre he querido hacer, y he visto todo lo que siempre he querido ver, y he amado todo lo que quise amar. No puedo seguir apenas viviendo, y no es tu naturaleza pegarte a mi lado y ver que haga las cosas que todavía me quedan por hacer en mi vida.

»Te has pasado cinco años de tu vida amándome como nadie me ha querido. Mi amor ha correspondido el tuyo minuto a minuto. No quiero que dudes nunca eso. La gente toma mucho por sentado, y no quiero que sientas que te daba por sentado. Todo lo que haces por mí es mucho más de lo que merezco, y necesitas saber lo mucho que eso significa para mí. Pero hay momentos en que siento como si nuestra devoción del uno por el otro nos está atando. Manteniéndonos de realmente vivir. Los últimos días me han ayudado a darme cuenta de que todavía estoy contigo porque tengo miedo de romper tu corazón. Pero si no encuentro el valor para hacerlo, tengo miedo de seguir deteniéndote. Deteniéndome a mí misma. Siento que no puedo vivir la vida que quiero por miedo a herirte, y no puedes vivir la vida que quieres vivir, porque tu corazón es demasiado leal para tu propio bien. Por mucho que me duela admitirlo, creo que podría estar mejor sin ti. También pienso que tal vez algún día te darás cuenta de que estás mejor sin mí.

Mis codos se encuentran con mis rodillas mientras me inclino hacia adelante y me alejo de ella. No puedo verla decirme una palabra más. Cada cosa que dice no sólo rompe mi corazón, sino que se siente como si también estuviera rompiendo el corazón dentro de mi corazón.

Me duele mucho, y estoy tan jodidamente asustado, porque por un momento, empiezo a pensar que hay una posibilidad de que tenga razón.

Tal vez no me necesita.

Tal vez la estoy reteniendo.

Quizás no soy para ella el héroe que siempre he tratado de ser, porque en éste momento, me siento como si ella ni siquiera necesitara un héroe. ¿Por qué iba a hacerlo? Tiene a alguien mucho más fuerte de lo que nunca seré para ella. Se tiene a sí misma.

La comprensión de que yo no soy lo que necesita en su vida me consume, y mi arrepentimiento, la culpa y la vergüenza se pliegan sobre sí mismos, devorando completamente la fuerza que me queda.

Siento sus brazos envolviéndome y la jalo hacia mí, necesitando sentirla en mi contra. La amo tan condenadamente mucho, y todo lo que quiero ahora mismo es que lo sepa, incluso si no cambia nada. La aprieto contra mí y presiono mi frente con la suya, mientras ambos lloramos, aferrándonos el uno al otro con todo lo que nos queda. Las lágrimas corren por sus mejillas mientras se desliza en mi regazo.
Articula con la boca: “Te amo”, luego presiona sus labios con los míos. La pongo en mi pecho tan cerca como sea posible, sin tener que arrastrarme dentro de ella, que es exactamente lo que mi corazón está tratando de hacer.
Quiere incrustarse dentro de las paredes de su pecho, y nunca dejarla ir.

10 comentarios:

  1. massssssssss
    @x_ferreyra07

    ResponderEliminar
  2. nooo. quiero mas pobre lali.!! peter se va arrepentir

    ResponderEliminar
  3. Ahora q no vaya atras de lali xq la otra le corto el rostro..

    ResponderEliminar
  4. Pobre lalii, ojala q la tenga q remar maaal
    Maass

    ResponderEliminar
  5. Ahhhhhhhhhhh ahora entendi el pórque pensabas si poner a Martina como novia de Peter !!!
    OK tomen foto a esto que no lo diré jamás...
    Nah pero que plantada que es Martina, en vez de hacer un escándalo llorar y estar para abajo pensó en lo que es mejor para ambos!
    Y si ella no lo del amor no romper su corazón y el no la deja ser simplemente ella y que viva lo que quiere vivir!!!
    Simple estaban por costumbre y así!!!
    Ayy pobre Lali pero que bueno que Nico la yugo y no la dejo sola o irse con sus papas y así!!!
    Uhhhhh se que Peter buscará a Lali !!
    Pero espero y deseo se que es malo y así lo que diré pero quiero que sufra uno o 2 caps que no encuentre a Lali o que ella no quiera a hablar con el!
    Porque Peter fue muuuuy egoísta con ella no le importó un Carajo si sufrió o la firma en que se tuvo que ir, y si le importó algo nunca se lo hizo saber prefirió que sufriera a al decirle algo y perder a Martina!!!
    P. D creo que soy la única que comento mucho jajajajajjaja pero es que necesito decir todo lo que siento con el cap!!!

    ResponderEliminar
  6. me da mucha penaaaaaaaaaaaaaa lali y odioooooooooo a peterrrrrrrrrr. por cierto la novelaaaaaaaaa es lo massssssss me encantaaaaaaaaaa

    ResponderEliminar
  7. Que mal por Peter! Lo deja Martina y Lali quedo mal por todo!
    Espero el proximo!
    Flor..

    ResponderEliminar
  8. Espero el siguiente...

    ResponderEliminar
  9. No e dejaba comentar y se cortaba.
    Si k no le deja hacer nada ,y Martina tiene kpoder decidir x si misma y su calidad d vida k hacer ,y cuando.
    Aunque viendo las borracheras k se manda ,no parece muy cuerda con eso.

    ResponderEliminar