viernes, 18 de julio de 2014

Capitulo 9

Capitulo 9



La tarde en Central Park era hermosa. El sol brillaba bajo, manteniendo un poco de calor en el aire. Las puntas de las hojas comenzaban a cambiar, dejando saber a todos que el otoño se estaba aproximando. Los pájaros cantaban y las ardillas corrían a recoger provisiones para hacer sus nidos para el invierno.

—Quiero preguntarte algo —dijo Peter mientras lo miraba. Tomé el último mordisco de mi perro caliente y limpié mi boca.

—Adelante.

—Estuve pensando en nuestra reciente salida, y me pregunté si ¿estarías interesada en ser…? —Se detuvo.

—¿Ser? —Le hice señas para que continuara.

Aclaró su garganta y tomó una intensa respiración. —¿Estarías interesada en ser un acompañante?

Entrecerré los ojos. —¿Qué? No entiendo —suspiró pesadamente al comprender que yo no entendía lo que estaba tratando de decir.

—¿Estarías interesada en ser una persona que me acompañe a ciertas actividades, sin compromiso, y te pagaría por supuesto? —Estaba en medio de beber agua cuando la escupí.

—¿Qué? ¿Te refieres a un acompañante o prostituta? —Le grité.

—¡NO! ¡NO! No me refería a eso, Lali —Trató de explicar—. Me refería como una amiga —Le sonreí suavemente porque sé cuanto le costó decirlo.

—¿Te refieres a salir como amigos, como Candela y yo? —Pasó sus manos por su cabello lujoso. Suavemente toqué su brazo.

—Peter, si lo que querías era ser amigos, entonces todo lo que tenías que hacer era preguntar. De hecho, yo ya nos consideraba amigos, y no habrá dinero involucrado, tampoco —Frunció los labios y una pequeña sonrisa se le escapó.

—Hay una beneficencia a la que tengo que ir mañana en la noche. Es un acto de caridad, y tengo que estar ahí para representar a mi empresa, ¿te gustaría ir?

Mordí mi labio mientras dulcemente le sonreía. —Me encantaría ir — Sonrió de vuelta mientras nos levantábamos de la mesa y empezábamos hacer nuestro camino fuera de Central Park.

—Te recogeré a las seis en punto —dijo mirando directamente adelante.

Sonreí silenciosamente porque me sentía diferente cuando estaba con él. Me gustaba la sensación, pero también la odiaba, ya que sabía que nada podría pasar entre nosotros, y yo necesitaba ser extremadamente cuidadosa de que siguiéramos siendo amigos.

Justo mientras nos íbamos, escuché a alguien decir mi nombre. — ¿La? —Miré a un lado y el tiempo se detuvo mientras veía a Benjamin caminar hacia mí. Peter dejó de caminar cuando lo hice yo y miró hacia mí; él sabía que algo andaba mal.

—La, ¿cómo estás? —preguntó Benjamin en un todo confuso. Tomé una respiración profunda.

—Estoy genial, Benjamin, ¿Cómo estás tú? —Me las arreglé para sonreír.

Unos pasos detrás de él estaba parada una mujer con pelo negro azabache y tetas tan falsas, aposté que explotaría si las picara con mi dedo. Miré hacia ella mientras se follaba con los ojos a Peter.

—Estoy bien, ¿quién es este? —preguntó, apuntando a Peter.

—Oh, lo siento; este es mi amigo Peter Lanzani —Peter extendió su mano, y ambos la estrecharon. Mi estómago se revolvió y quería vomitar tan desesperadamente.

—La, te ves bien —Sonrió mientras me miraba de arriba abajo.

Fingí una sonrisa mientras la pequeña Barbie plástica de Benjamin venía caminando y se presentó a sí misma.

—Hola, soy Angela; ¿tú debes ser la ex de Benjamin?

Rodé los ojos —Sip, esa soy yo; la ex de Benjamin.

Ella no dejó de mirar a Peter y seducirlo con sus ojos. Me estaba poniendo incómoda. Prácticamente estaba salivando. Empujé a Benjamin a un lado.

—Domestica a tu perro, Benjamin; te está avergonzando.

Él me miró. —Angela, vámonos.

Miré a Peter que sonreía incesantemente a mí.

—¿Qué?

—Nada, eres tan…

—¿Tan qué, Peter? —pregunté.

—Eres tan llena de vida, pongámoslo de esa forma —Se rió. Negué con la cabeza mientras dejábamos Central Park.

Nico tenía la Limo estacionada y estaba esperando por Peter. — ¿Entrarás? —preguntó Peter mientras apuntaba al auto.

—No, caminaré —dije mientras empezaba a bajar por la calle.

—La, entra al auto —demandó. Sonreí porque era la primera vez que me llamaba La, lo cual era su modo de dejarme saber que éramos amigos. Mi espalda estaba hacia él mientras me alejaba caminando y saludaba.

—Adiós, Peter, nos vemos mañana.

Lo oí suspirar, y cerrar la puerta del auto. Caminé la mayor parte del camino con la limosina de Peter siguiéndome. Finalmente, giré en la esquina y me detuve. Él bajó la ventanilla.

—¿Estás lista para entrar ahora? —Sonrió.

Rodé mis ojos y abrí la puerta. Le di una palmadita en el brazo y le dije que se moviera más. Nico me miraba a través del espejo retrovisor y estaba riéndose suavemente. Llegamos a mi apartamento, y mientras me bajaba de la limosina, Peter me sorprendió agarrando suavemente mi mano.

—Gracias por ir mañana.

Arrugué la nariz y sonreí. —Para eso están los amigos.

Entré por la puerta y me apoyé contra ella deslizándome hacia abajo hasta que toqué el suelo. Ahuequé la cara entre las manos y pensé en el fuego que se encendió en mi cuerpo cuando me tocó. Estaba destinada a los problemas, y eso ya lo sabía.

4 comentarios:

  1. Q salame Benjamin! Maas

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  2. Ahhhhhhhhhhh!!!
    Jajajaja me mato el cómo una prostituta?! Jajaja
    Aghh que quiere Benjamin ahí!!!
    Que se quede con su barbie plástica!!!
    Jajajaja y ella hace lo que quiere!!!
    Ahhh hay química y ella ya la sintió!!
    Wiiii que pasará en la cena?!

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  3. Lali más emocionada d lo k pensaba.
    Jajajjajajajaja,Peter es insistente

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