Capitulo 9
La tarde en Central Park era hermosa. El
sol brillaba bajo, manteniendo un poco de calor en el aire. Las puntas de las
hojas comenzaban a cambiar, dejando saber a todos que el otoño se estaba
aproximando. Los pájaros cantaban y las ardillas corrían a recoger provisiones
para hacer sus nidos para el invierno.
—Quiero preguntarte algo —dijo Peter
mientras lo miraba. Tomé el último mordisco de mi perro caliente y limpié mi
boca.
—Adelante.
—Estuve pensando en nuestra reciente
salida, y me pregunté si ¿estarías interesada en ser…? —Se detuvo.
—¿Ser? —Le hice señas para que
continuara.
Aclaró su garganta y tomó una intensa
respiración. —¿Estarías interesada en ser un acompañante?
Entrecerré los ojos. —¿Qué? No entiendo
—suspiró pesadamente al comprender que yo no entendía lo que estaba tratando de
decir.
—¿Estarías interesada en ser una persona
que me acompañe a ciertas actividades, sin compromiso, y te pagaría por
supuesto? —Estaba en medio de beber agua cuando la escupí.
—¿Qué? ¿Te refieres a un acompañante o
prostituta? —Le grité.
—¡NO! ¡NO! No me refería a eso, Lali
—Trató de explicar—. Me refería como una amiga —Le sonreí suavemente porque sé
cuanto le costó decirlo.
—¿Te refieres a salir como amigos, como
Candela y yo? —Pasó sus manos por su cabello lujoso. Suavemente toqué su brazo.
—Peter, si lo que querías era ser
amigos, entonces todo lo que tenías que hacer era preguntar. De hecho, yo ya
nos consideraba amigos, y no habrá dinero involucrado, tampoco —Frunció los
labios y una pequeña sonrisa se le escapó.
—Hay una beneficencia a la que tengo que
ir mañana en la noche. Es un acto de caridad, y tengo que estar ahí para
representar a mi empresa, ¿te gustaría ir?
Mordí mi labio mientras dulcemente le
sonreía. —Me encantaría ir — Sonrió de vuelta mientras nos levantábamos de la
mesa y empezábamos hacer nuestro camino fuera de Central Park.
—Te recogeré a las seis en punto —dijo
mirando directamente adelante.
Sonreí silenciosamente porque me sentía
diferente cuando estaba con él. Me gustaba la sensación, pero también la
odiaba, ya que sabía que nada podría pasar entre
nosotros, y yo necesitaba ser extremadamente cuidadosa de que siguiéramos
siendo amigos.
Justo mientras nos íbamos, escuché a
alguien decir mi nombre. — ¿La? —Miré a un lado y el tiempo se
detuvo mientras veía a Benjamin caminar hacia mí. Peter dejó de caminar cuando
lo hice yo y miró hacia mí; él sabía que algo andaba mal.
—La, ¿cómo estás? —preguntó Benjamin en
un todo confuso. Tomé una respiración profunda.
—Estoy genial, Benjamin, ¿Cómo estás tú?
—Me las arreglé para sonreír.
Unos pasos detrás de él estaba parada
una mujer con pelo negro azabache y tetas tan falsas, aposté que explotaría si
las picara con mi dedo. Miré hacia ella mientras se
follaba con los ojos a Peter.
—Estoy bien, ¿quién es este? —preguntó,
apuntando a Peter.
—Oh, lo siento; este es mi amigo Peter
Lanzani —Peter extendió su mano, y ambos la estrecharon. Mi
estómago se revolvió y quería vomitar tan desesperadamente.
—La, te ves bien —Sonrió mientras me miraba
de arriba abajo.
Fingí una sonrisa mientras la pequeña Barbie
plástica de Benjamin venía caminando y se presentó a sí misma.
—Hola, soy Angela; ¿tú debes ser la ex
de Benjamin?
Rodé los ojos —Sip, esa soy yo; la ex de
Benjamin.
Ella no dejó de mirar a Peter y seducirlo
con sus ojos. Me estaba poniendo incómoda. Prácticamente estaba salivando.
Empujé a Benjamin a un lado.
—Domestica a tu perro, Benjamin; te está
avergonzando.
Él me miró. —Angela, vámonos.
Miré a Peter que sonreía incesantemente
a mí.
—¿Qué?
—Nada, eres tan…
—¿Tan qué, Peter? —pregunté.
—Eres tan llena de vida, pongámoslo de
esa forma —Se rió. Negué con la cabeza mientras dejábamos Central Park.
Nico tenía la Limo estacionada y estaba
esperando por Peter. — ¿Entrarás? —preguntó Peter mientras apuntaba al auto.
—No, caminaré —dije mientras empezaba a
bajar por la calle.
—La, entra al auto —demandó. Sonreí
porque era la primera vez que me llamaba La, lo cual era su modo de dejarme
saber que éramos amigos. Mi espalda estaba hacia él mientras me alejaba
caminando y saludaba.
—Adiós, Peter, nos vemos mañana.
Lo oí suspirar, y cerrar la puerta del
auto. Caminé la mayor parte del camino con la limosina de Peter siguiéndome.
Finalmente, giré en la esquina y me detuve. Él bajó la ventanilla.
—¿Estás lista para entrar ahora?
—Sonrió.
Rodé mis ojos y abrí la puerta. Le di
una palmadita en el brazo y le dije que se moviera más. Nico me miraba a través
del espejo retrovisor y estaba riéndose suavemente. Llegamos a mi apartamento,
y mientras me bajaba de la limosina, Peter me sorprendió agarrando suavemente
mi mano.
—Gracias por ir mañana.
Arrugué la nariz y sonreí. —Para eso
están los amigos.
Entré por la puerta y me apoyé contra
ella deslizándome hacia abajo hasta que toqué el suelo. Ahuequé la cara entre
las manos y pensé en el fuego que se encendió en mi cuerpo cuando me tocó.
Estaba destinada a los problemas, y eso ya lo sabía.
Q salame Benjamin! Maas
ResponderEliminarmasssssssssss
ResponderEliminarAhhhhhhhhhhh!!!
ResponderEliminarJajajaja me mato el cómo una prostituta?! Jajaja
Aghh que quiere Benjamin ahí!!!
Que se quede con su barbie plástica!!!
Jajajaja y ella hace lo que quiere!!!
Ahhh hay química y ella ya la sintió!!
Wiiii que pasará en la cena?!
Lali más emocionada d lo k pensaba.
ResponderEliminarJajajjajajajaja,Peter es insistente