martes, 15 de julio de 2014

Capitulo 2

Capitulo 2


Los siguientes días no hice nada más que quedarme en mis pijamas y concentrarme en terminar mis pinturas. Llamé al trabajo y les dije que tenía gripe. Me dijeron que me tome el resto de la semana libre, lo cual era algo con lo que no tenía problemas.

Estaba asustada de no poder costearlo, pero necesitaba terminar mis pinturas y llevarlas a la galería de arte. No habría sido buena compañía para nadie, de todos modos.

Hice mi tercera taza de café del día y revisé mi teléfono para ver si tenía algún mensaje. Benjamin no había hecho ningún intento de ponerse en contacto conmigo desde que se fue. ¿Cómo una persona sólo olvida a alguien después de estar con ella por cuatro años? Un incendio se agitó en mi sangre con sólo pensarlo. La forma en la que veía las cosas tenía dos opciones; podía sentarme en mi pequeño departamento y dejar que mi vida se extinga, o podía tragarme lo que pasó y salir al mundo y vivir. Opté por salir y vivir. No estaba lista para morir aún; habían muchas cosas que quería hacer.

Frenéticamente limpié mi apartamento, el cual tenía sin limpiar mucho tiempo, y estaba avergonzada de que lo dejé así. Tomé una bolsa de basura y comencé a lanzar todo lo que me recordaba a Benjamin. Estaba determinada a librar este apartamento de cualquier rastro de él. Para el momento en que había terminado, mi pequeño hogar estaba prácticamente desnudo. Los estantes del librero que albergaba fotografías de mí y Benjamin ahora estaban vacíos recordándome el vacío que sentía en mi corazón.

Finalmente me duché y me quedé frente al espejo del baño, levanté la mano y limpié el vapor de agua que se formó sobre él. Me miré por primera vez en días. Mis ojos de color azul hielo, los que Benjamin solía decirme que le recordaban el mar, se veían cansados con bolsas que se formaban debajo de ellos. Pasé un cepillo sobre mi cabello rubio y largo, y luego puse espuma a través de él, para que se secara en ondas. Me maquillé un poco para tratar de ocultar el hecho de que he estado deprimida y encerrada en mi apartamento por una semana. Me puse mis vaqueros favoritos y me sorprendí de que me quedaban holgados en lugares en los que nunca lo habían estado antes. Mi metro setenta y talla cuatro parecían haber disminuido un poco desde la ruptura. Fui a través de mi armario por mi blusa rosa favorita. Una vez que estaba lista, tomé una respiración profunda y llamé un taxi. Era hora de salir al mundo y comenzar mi vida de nuevo.

Manny estacionó su taxi amarillo junto a la acera de mi apartamento cuando salía. Viéndome luchando con tres pinturas que estaba cargando, salió del taxi para ayudarme.

—Hola La, déjame ayudarte.

—Hola Manny, gracias —le sonreí.

Manny era mi taxista favorito, y lo conozco desde que me mudé a Nueva York. Cuando llamo a un taxi, siempre pido a Manny, algunas veces está disponible y otras veces no lo está. Mide un metro con setenta y siete y tiene una estructura musculosa. Siempre lleva su cabello negro en una cola de caballo, y sus ojos de color marrón siempre brillan cuando le pregunto sobre sus hijos. Él era un hombre de familia y una de las mejores personas que he conocido. Su taxi fue el que nos recogió a Benjamin y a mí la primera vez que llegamos a Nueva York. Me senté adelante con él para que mis pinturas pudieran estar cómodamente en la parte trasera.

—¿Cómo está el Sr. Benjamin, La?

— Benjamin se mudó hace una semana Manny —suspiré. La expresión en
su cara era de compasión.

—Lo siento mucho La, ¿estás bien? —Lo miré, y una sonrisa suave
vino a mis labios.

—Estoy bien. Era un desastre la semana pasada, pero ahora me estoy adaptando. —¿Realmente lo estaba haciendo? ¿O sólo era una buena actriz?

Se estacionó al lado de la galería de arte y me ayudó a sacar mis pinturas del taxi. Le pagué la tarifa y le agradecí su ayuda.

—Si necesitas algo, llámame La y lo digo en serio —me señaló mientras entraba en su taxi y lentamente se alejaba.

Candela me vio desde la ventana de la galería y vino a ayudarme a traer las pinturas. Llamó al propietario, Sal, y le dijo que yo había llegado. Él vino de su oficina y me besó en ambas mejillas.

—Ah, déjame ver lo que tienes allí Lali —dijo mientras tomaba las pinturas una por una y las recostaba contra la pared.

Fui contratada para presentar tres pinturas a su galería como una prueba. Una de las pinturas era un romanticismo de un hombre y una mujer bailando bajo la luz de la luna rodeada de nubes. La segunda pintura era de un jardín con una fuente rodeada de flores hermosas. La última pintura era de una niña sentada en un campo de flores con un vestido blanco mientras tres ángeles la miraban desde el cielo. Las tres pinturas hablaban de algo sobre mí.

—Guau, Lali, estos son preciosos. Estoy seguro de que no tendré ningún problema vendiéndolos —sonrió Sal.

Me sentí un poco avergonzada porque esta era la primera vez que iba a mostrar mi trabajo al mundo. Me guió hasta una pequeña pared que estaba vacía.

—Aquí es donde tus pinturas serán expuestas. Te llamaré tan pronto como una de ellas se venda. —Le agradecí y tan pronto como se alejó, Candela comenzó a saltar batiendo palmas.

—Salgamos y celebremos esta noche —chilló.

Salir era la última cosa en mi cabeza. No estaba lista para hacer de chica soltera, saliendo de noche, pero Candela era persistente, y sabía que no tenía oportunidad contra ella. Así que, acepté con inseguridad.

Salí de la galería y comencé a caminar por la calle. Busqué a través de mi bolso grande para encontrar mi teléfono que sonaba. Lo tomé y miré el número familiar que encontró su camino hacia mi teléfono un poco demasiado tarde. Presioné ignorar y decidí caminar las seis cuadras a casa. No pasó mucho tiempo antes de que una alerta de un nuevo correo de voz se iluminara en mi teléfono. Para el momento que llegué a casa, estaba agotada. Lancé mis llaves y bolso en la mesa junto a la puerta y escuché el mensaje que permanecía fastidiosamente en la pantalla.

—Hola Lali, es el Dr. Taub llamando. Noté que has cancelado las últimas dos citas desde nuestra última visita. Quiero asegurarme de que todavía vas a venir a verme. Es vital que hablemos sobre esto. Puedo ayudarte Lali. Por favor llama a mi oficina para hacer una cita lo antes posible. —Rodé mis ojos y negué con la cabeza mientras presionaba el botón de borrar.

Entré en la habitación y decidí acortarme por un rato mientras las seis cuadras hacían efecto en mí. Sólo había dormido cerca de una hora cuando me desperté con el sonido de mi teléfono.


2 comentarios:

  1. Skksksksks demasiada información en un cap!!!!
    Ayy que bueno que Lali decidió salir adelante !!!
    Me imagine las pinturas super hermosas!!!
    Jajajaja ay Cande super linda ella!!
    Que pasará porque ocupa un doctor?!!
    Que tiene que el cree que la puede ayudar?!!
    Más me gusta

    ResponderEliminar