Capitulo 2
Los siguientes días no hice nada más que
quedarme en mis pijamas y concentrarme en terminar mis pinturas. Llamé al trabajo
y les dije que tenía gripe. Me dijeron que me tome el resto de la semana libre,
lo cual era algo con lo que no tenía problemas.
Estaba asustada de no poder costearlo,
pero necesitaba terminar mis pinturas y llevarlas a la galería de arte. No
habría sido buena compañía para nadie, de todos modos.
Hice mi tercera taza de café del día y
revisé mi teléfono para ver si tenía algún mensaje. Benjamin no había hecho
ningún intento de ponerse en contacto conmigo desde que se fue. ¿Cómo una
persona sólo olvida a alguien después de estar con ella por cuatro años? Un
incendio se agitó en mi sangre con sólo pensarlo. La forma en
la que veía las cosas tenía dos opciones; podía sentarme en mi pequeño
departamento y dejar que mi vida se extinga, o podía tragarme lo que
pasó y salir al mundo y vivir. Opté por salir y vivir. No estaba lista para
morir aún; habían muchas cosas que quería hacer.
Frenéticamente limpié mi apartamento, el
cual tenía sin limpiar mucho tiempo, y estaba avergonzada de que lo dejé así.
Tomé una bolsa de basura y comencé a lanzar todo lo que me recordaba a Benjamin.
Estaba determinada a librar este apartamento de
cualquier rastro de él. Para el momento en que había terminado, mi pequeño
hogar estaba prácticamente desnudo. Los estantes del librero que albergaba
fotografías de mí y Benjamin ahora estaban vacíos recordándome el vacío que sentía en mi corazón.
Finalmente me duché y me quedé frente al
espejo del baño, levanté la mano y limpié el vapor de agua que se formó sobre
él. Me miré por primera vez en días. Mis ojos de color
azul hielo, los que Benjamin solía decirme que le recordaban el mar, se veían
cansados con bolsas que se formaban debajo de ellos. Pasé un cepillo sobre mi
cabello rubio y largo, y luego puse espuma a través de él, para que se secara
en ondas. Me maquillé un poco para tratar de ocultar el hecho de que he estado deprimida y encerrada en mi apartamento por una semana. Me puse mis vaqueros favoritos
y me sorprendí de que me quedaban holgados en lugares en los que nunca lo
habían estado antes. Mi metro setenta y talla cuatro parecían haber disminuido
un poco desde la ruptura. Fui a través de mi armario por mi blusa rosa
favorita. Una vez que estaba lista, tomé una respiración profunda y llamé un
taxi. Era hora de salir al mundo y comenzar mi vida de nuevo.
Manny estacionó su taxi amarillo junto a
la acera de mi apartamento cuando salía. Viéndome luchando con tres pinturas
que estaba cargando, salió del taxi para ayudarme.
—Hola La, déjame ayudarte.
—Hola Manny, gracias —le sonreí.
Manny era mi taxista favorito, y lo
conozco desde que me mudé a Nueva York. Cuando llamo a un taxi,
siempre pido a Manny, algunas veces está disponible y otras veces no lo
está. Mide un metro con setenta y siete y tiene una estructura musculosa.
Siempre lleva su cabello negro en una cola de caballo, y sus ojos de color
marrón siempre brillan cuando le pregunto sobre sus hijos. Él era un
hombre de familia y una de las mejores personas que he conocido. Su taxi fue el
que nos recogió a Benjamin y a mí la primera vez que llegamos a Nueva York. Me
senté adelante con él para que mis pinturas pudieran estar cómodamente en la
parte trasera.
—¿Cómo está el Sr. Benjamin, La?
— Benjamin se mudó hace una semana Manny
—suspiré. La expresión en
su cara era de compasión.
—Lo siento mucho La, ¿estás bien? —Lo
miré, y una sonrisa suave
vino a mis labios.
—Estoy bien. Era un desastre la semana
pasada, pero ahora me estoy adaptando. —¿Realmente lo estaba
haciendo? ¿O sólo era una buena actriz?
Se estacionó al lado de la galería de
arte y me ayudó a sacar mis pinturas del taxi. Le pagué la tarifa y
le agradecí su ayuda.
—Si necesitas algo, llámame La y lo digo
en serio —me señaló mientras entraba en su taxi y lentamente
se alejaba.
Candela me vio desde la ventana de la
galería y vino a ayudarme a traer las pinturas. Llamó al propietario, Sal, y le
dijo que yo había llegado. Él vino de su oficina y me besó en ambas mejillas.
—Ah, déjame ver lo que tienes allí Lali —dijo
mientras tomaba las pinturas una por una y las recostaba
contra la pared.
Fui contratada para presentar tres
pinturas a su galería como una prueba. Una de las pinturas era un romanticismo
de un hombre y una mujer bailando bajo la luz de la luna rodeada de nubes. La
segunda pintura era de un jardín con una fuente rodeada de
flores hermosas. La última pintura era de una niña sentada en un campo de
flores con un vestido blanco mientras tres ángeles la miraban desde
el cielo. Las tres pinturas hablaban de algo sobre mí.
—Guau, Lali, estos son preciosos. Estoy
seguro de que no tendré ningún problema vendiéndolos —sonrió
Sal.
Me sentí un poco avergonzada porque esta
era la primera vez que iba a mostrar mi trabajo al mundo. Me guió hasta una
pequeña pared que estaba vacía.
—Aquí es donde tus pinturas serán
expuestas. Te llamaré tan pronto como una de ellas se venda. —Le agradecí
y tan pronto como se alejó, Candela comenzó a saltar batiendo
palmas.
—Salgamos y celebremos esta noche —chilló.
Salir era la última cosa en mi cabeza.
No estaba lista para hacer de chica soltera, saliendo de noche, pero
Candela era persistente, y sabía que no tenía oportunidad contra ella. Así que,
acepté con inseguridad.
Salí de la galería y comencé a caminar
por la calle. Busqué a través de mi bolso grande para encontrar mi teléfono que
sonaba. Lo tomé y miré el número familiar que encontró su camino hacia mi
teléfono un poco demasiado tarde. Presioné ignorar y decidí caminar las seis
cuadras a casa. No pasó mucho tiempo antes de que una alerta de un nuevo correo de voz se iluminara en mi teléfono. Para
el momento que llegué a casa, estaba agotada. Lancé mis llaves y bolso
en la mesa junto a la puerta y escuché el mensaje que permanecía
fastidiosamente en la pantalla.
—Hola Lali, es el Dr. Taub llamando.
Noté que has cancelado las últimas dos citas desde nuestra última
visita. Quiero asegurarme de que todavía vas a venir a verme. Es vital
que hablemos sobre esto. Puedo ayudarte Lali. Por favor llama a mi
oficina para hacer una cita lo antes posible. —Rodé mis ojos y negué con la
cabeza mientras presionaba el botón de borrar.
Entré en la habitación y decidí
acortarme por un rato mientras las seis cuadras hacían efecto en mí. Sólo había
dormido cerca de una hora cuando me desperté con el sonido de mi
teléfono.
Un doctor!!!
ResponderEliminarSkksksksks demasiada información en un cap!!!!
ResponderEliminarAyy que bueno que Lali decidió salir adelante !!!
Me imagine las pinturas super hermosas!!!
Jajajaja ay Cande super linda ella!!
Que pasará porque ocupa un doctor?!!
Que tiene que el cree que la puede ayudar?!!
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