miércoles, 2 de julio de 2014

Capitulo 20

Capitulo 20



Lali

—¿Estas llorando? —pregunta Eugenia sin compasión mientras atraviesa la puerta principal. Nico la sigue de cerca, pero se detiene al segundo en que sus ojos se encuentran con los míos.

No sé cuánto tiempo he estado sentada inmóvil en el sofá, pero todavía no es suficiente para absorber la realidad de lo que pasó. Todavía estoy esperando que esto sea un sueño. O una pesadilla. Así no es como se supone que resultaría.

—¿Lali? —dice Nico vacilante. Él sabe que algo está mal, porque estoy segura de que mis hinchados ojos inyectados en sangre claramente me delatan.

Intento formular una respuesta, pero no lo logro. Una parte de mi todavía siente que la situación de Peter y de Martina no es mía como para compartirla.

Por suerte, Nico no tiene que preguntarme qué pasa, porque estoy a salvo cuando Peter hace presencia. Irrumpe por la puerta principal, alejando de mí tanto la atención de Eugenia como la de Nico.

Se empuja entre los dos y se dirige directamente a su habitación. Abre la puerta, y luego sale a través del cuarto de baño segundos después. Mira a Nico y hace señas. Nico se encoge de hombros y le devuelve las señas, pero no puedo seguir su conversación.

Cuando Peter vuelve a responder, Nico me mira directamente. —¿Qué quiere decir? —me pregunta.

Me encojo de hombros. —No aprendí lenguaje de señas luego de la última vez que hablamos, Nico. ¿Cómo diablos voy a saberlo?

No sé de dónde viene mi sarcasmo injustificado, pero presiento que Nico había estado esperando por eso.

Niega con la cabeza. —¿Dónde está Martina, Lali? —Nico señala el mostrador, hacia la computadora de Peter—. Él dice que tenía su ordenador, por lo que tuvo que venir por aquí después de haber salido del hospital.

Miro a Peter para responderle, pero no puedo negar el hecho de los celos que están atravesándome viendo su reacción cuando se trata de Martina. —No sé a dónde fue. Todo lo que hizo fue entrar, dejar tu ordenador y agarrar sus cosas. Se fue hace media hora.

Nico le interpreta todo lo que te estoy diciendo a Peter. Cuando termina, Peter pasa la mano, frustrado, por su cabello, y luego da un paso hacia mí. Sus ojos están enojados y heridos, y comienza a mover sus manos con fuerza. Su obvio enojo me causa una mueca de dolor, pero su decepción hacía mí me llena de mi propia ira.

—Él quiere saber cómo pudiste simplemente dejarla ir —dice Nico.

Me paro inmediato y miro a Peter directamente a los ojos. —¿Qué esperabas que hiciera, Peter? ¿Encerrarla en el maldito armario? ¡No puedes estar enojado conmigo por esto! ¡No soy la que no elimino los mensajes que no me gustaría que alguien leyera!

No espero a que Nico terminara de hacerle señas a Peter. Camino hacía mi habitación, cierro la puerta detrás de mí, y luego caigo boca abajo en mi cama. 

Momentos más tarde, escucho la puerta de la habitación de Peter ser golpeada mientras también la cierra. Sin embargo, los sonidos no se detienen ahí. Oigo cosas rompiéndose contra las paredes de su dormitorio, una a una, mientras descarga su frustración contra cualquier objeto inanimado en su camino.

No escucho el golpe en mi puerta a través de los sonidos provenientes de la habitación de Peter. Luego se abre y Nico se desliza en el interior. Cierra la puerta e inclina la espalda contra ella. —¿Qué pasó? —pregunta.

Giro la cabeza para mirar en otra dirección. No quiero contestarle, y no quiero mirarlo, porque sé que cualquier cosa que le diga hará que se sienta decepcionado conmigo y Peter. No quiero que se sienta decepcionado de Peter.

—¿Estás bien? —Su voz está ahora más cerca. Se sienta en la cama a mi lado y coloca una mano en mi espalda. Su contacto tranquilizador hace que me rompa de nuevo mientras entierro la cara entre mis brazos. Me siento como si me estuviera ahogando, pero no tengo ningún problema con tomar aire.

—Dijiste algo sobre los mensajes de Peter. ¿Martina leyó algo que la molestó?

Giro la cabeza y lo miro. —Ve a preguntarle a Peter, Nico. No me corresponde decirte sobre los asuntos de Martina.

 Nico frunce los labios en una línea recta, asintiendo lentamente mientras piensa. —Como que creo que te corresponde, sin embargo, ¿no? ¿No tiene todo esto que ver contigo? Y no puedo preguntarle a Peter. Nunca lo había visto así antes y, francamente, estoy un poco asustado de él en este momento. Pero estoy preocupado por Martina y necesito que me digas lo que pasó para que pueda averiguar si hay algo que pueda hacer para ayudar

Cierro los ojos, preguntándome cómo puedo responder a la pregunta de Nico con una respuesta simplificada. Abro los ojos y lo miro de nuevo. —No te enojes con él, Nico. Lo único de Peter hizo mal fue no borrar algunos mensajes.

Nico inclina la cabeza y entorna los ojos, dudoso. —Si eso es lo único de Peter hizo mal, entonces, ¿por qué Martina lo está evitando? ¿Estás diciendo que los mensajes que ella leyó no estaban equivocados? ¿Qué lo que ha estado sucediendo entre ustedes dos no está mal?

No me gusta el tono condescendiente en su voz. Me siento en la cama y me deslizo hacia atrás, poniendo espacio entre los dos mientras respondo. —El hecho de que de Peter ha sido honesto en sus conversaciones conmigo no es lo que hizo mal. El hecho de que él siente algo por mí tampoco está mal, cuando sabes exactamente cuánto ha luchado contra esos sentimientos. La gente no puede controlar los asuntos del corazón, Nico. Sólo pueden controlar sus acciones, que es exactamente lo que Peter hizo. Él perdió el control una vez durante diez segundos, pero después de eso, cuando la tentación alzó su fea cabeza, caminó en dirección contraria. Lo único que Peter hizo mal fue no eliminar sus mensajes, porque al no hacerlo, no pudo proteger a Martina. No pudo protegerla de la cruda realidad de que las personas no pueden elegir de quiénes se enamoran. Sólo pueden elegir de quién seguir enamorados. —Levanto la vista hacia el techo y contengo las lágrimas—. Estaba eligiendo seguir enamorado de ella, Nico. ¿Por qué no puede ver eso? Esto va a matarlo mucho más de lo que está matándola a ella.

Caigo de nuevo en la cama y Nico permanece a mi lado, tranquilo y quieto.

Varios minutos pasan, luego se levanta y lentamente hace su camino hacia la puerta de mi dormitorio. —Te debo una disculpa —dice.

—¿Una disculpa por qué?

Deja caer su mirada al suelo y mueve sus pies. —No pensé que fueras lo suficientemente buena para él, Lali. —Devuelve lentamente su mirada hacia la mía—. Lo eres. Tú y Martina lo son. Este es el primer momento, desde que conozco a Peter, que no le envidio.

Sale de la habitación, de alguna manera, haciéndome sentir un poco mejor y mucho peor al mismo tiempo.

Permanezco inmóvil en la cama, esperando escuchar el sonido de la  ira de Peter, pero no es así. El apartamento está completamente tranquilo. La única cosa que cualquiera de nosotros puede escuchar es la ruptura prolongada del corazón de Martina.

Tomo mi móvil por primera vez desde que lo puse en silencio y veo que un nuevo mensaje de Peter, enviado hace unos pocos minutos.

Peter: He cambiado de opinión. Quiero que te vayas hoy.



Peter

Apilo algunas cosas en una bolsa, con la esperanza de que voy a necesitarlas una vez que llegue a su casa. No tengo ni idea de si Martina incluso me permitirá pasar a través de su puerta principal, pero lo único que puedo hacer ahora mismo es ser optimista, porque otra alternativa es inaceptable.

Simplemente lo es. Me niego a aceptar que esto es todo.

Sé que está herida y sé que me odia ahora, pero tiene que entender lo mucho que significa para mí, y que mis sentimientos por Lali nunca fueron intencionales.

Aprieto los puños de nuevo, preguntándome por qué diablos he tenido esas conversaciones con Lali en el primer lugar. O por qué no intenté eliminarlas.
Nunca pensé que Martina las leería. Supongo que en cierto modo, no me sentía culpable. La forma en que me he sentido hacia Lali no era algo que quería que sucediera, pero los sentimientos están ahí, y negarme a actuar sobre ellos desde nuestro beso me ha llevado mucho esfuerzo. De una extraña y sádica forma, he estado orgulloso de mí mismo por ser capaz de luchar de la manera en la que lo hice.

Pero Martina no verá ese lado, y lo entiendo totalmente. La conozco, y si leyó todos los mensajes, estará más molesta por la conexión que tengo con Lali que por el hecho de que la besé. Los sentimientos que tengo por Lali no son algo de lo que estoy seguro de hablar.

Agarro mi bolsa y mi teléfono, y me dirijo hacía la cocina para empacar mi portátil. Cuando llego al mostrador, noto un pedazo de papel que asoma por el ordenador. Encuentro una nota adhesiva pegada a la pantalla.

Peter,

Nunca fue mi intención leer tus cosas personales, pero al abrir tu portátil, todo estaba allí, delante de mí. Leí todo, y deseo nunca haberlo hecho. Por favor, dame tiempo para procesar todo antes de encontrarnos. Me pondré en contacto contigo cuando esté lista para hablar, en unos días.

Martina.

¿Unos días?

Dios, por favor no dejes que lo diga enserio. No hay manera de que mi corazón vaya a sobrevivir durante unos días. Tendré suerte si llego hasta el final del día de hoy sabiendo lo que le he hecho sentir.  

 Lanzo mi bolsa de nuevo hacia la puerta de mi habitación, ya que no lo necesitaré durante un tiempo. Me inclino hacia delante, derrotado y descanso mis codos en la barra, arrugando la nota en mi puño. Miro hacia abajo, al portátil ante mí.

Pedazo de mierda.

¿Por qué demonios no tengo una contraseña? ¿Por qué demonios no me lo lleve conmigo cuando salí del hospital? ¿Por qué no elimine todo? ¿Por qué demonios, incluso, le escribí todo eso a Lali, en primer lugar?

Nunca he odiado a un objeto inanimado tanto como odio este ordenador. Lo cierro con fuerza y dejo caer mi puño encima de él. Me gustaría poder oírlo romperse. Me gustaría poder escuchar el sonido que mi puño hace que cada vez que baja con potencia. Quiero oírlo ser aplastado bajo mi puño de la misma manera que mi corazón se siente aplastado dentro de mi pecho.

Me enderezo y recojo el portátil, luego lo bajo hacia la barra, golpeándolo. Veo a Nico salir de su habitación por el rabillo del ojo, pero estoy demasiado enojado para que me importe si estoy haciendo demasiado ruido. Sigo recogiendo el portátil y bajándolo contra la barra una y otra vez, pero no disminuye el odio que siento por él en lo más mínimo, y tampoco le hace suficiente daño a la carcasa. Nico camina hacia la cocina y se dirige a un armario. Mete la mano y agarra algo, luego se acerca a mí. Hago una pausa en mi ataque al ordenador y miro hacia arriba para ver lo que sostiene, un martillo. Lo tomo de buena gana, luego doy un paso atrás y bajo el martillo contra el portátil con todas mis fuerzas. Esta vez, puedo ver realmente las grietas aparecer con cada golpe.

Mucho mejor.

Golpeo una y otra vez, y veo como piezas vuelan en todas direcciones.
También estoy dejando una considerable cantidad de daño en la barra, debajo de mi portátil destrozado, pero no me importa una mierda. Las encimeras son reemplazables. Lo que este portátil destruido le hizo a Martina no lo es.

Cuando no hay mucho más del portátil por destruir, por fin dejo caer el martillo en la encimera. Estoy sin aliento. Me doy la vuelta y me deslizo hasta el suelo con la espalda apoyada en los armarios.

Nico camina a mí alrededor y se sienta en el suelo delante de mí, apoyando su espalda contra la pared detrás de él. —¿Te sientes mejor? —Hace señas.

Niego con la cabeza. No me siento mejor, me siento peor. Ahora sé que no es con el portátil con lo que estoy enojado. Es conmigo. Estoy enojado conmigo mismo.

—¿Hay algo que pueda hacer para ayudar?  

 Me planteo la pregunta. La única cosa en la que podría ayudarme es haciendo que Martina vuelva, para demostrarle que no hay nada entre Lali y yo. Para demostrarle que no tengo ninguno tipo de relación con Lali en absoluto. Eso es un poco duro con ella viviendo en el cuarto de al lado.

—¿Puedes ayudar a Lali a mudarse? —Gesticulo—. ¿Hoy?

Nico baja su barbilla por mi petición, mirándome con decepción. —¿Hoy? Su apartamento no estará listo hasta dentro de tres días. Además, necesita los muebles, los cuales los pedimos todos esta mañana y ni siquiera se los entregan hasta el día en el que se mude.

Tomo mi billetera y saco mi tarjeta de crédito. —Llévala a un hotel, entonces. Voy a pagar por su habitación hasta que el apartamento está listo. La necesito fuera en caso de que Martina vuelva. Ella no puede estar aquí.

Nico toma mi tarjeta y la mira fijamente durante varios segundos antes de llevar sus ojos hacia los míos. —Esta es una especie de movimiento de mierda considerando que es tu culpa. No esperes que sea yo quien le pida que se vaya. Le debes mucho.

Tengo que admitir, la reacción de Nico me sorprende. Ayer parecía odiar a Lali. Hoy él está actuando como si la protegiera. —Ya le dije que necesito que se vaya hoy. Hazme un favor y asegúrate de que se muda bien esta semana. Consíguele todo lo que necesite. Comestibles, mobiliario extra, lo que sea.

Estoy empezando a ponerme de pie cuando la puerta del cuarto de Lali se abre. Está saliendo de espaldas, tirando de sus dos maletas. Nico se apresura a ponerse de pie junto a mí, y tan pronto como se da la vuelta y encuentra mis ojos, se congela.

El sentimiento de culpa por lo que le estoy haciendo me golpea cuando veo las lágrimas en sus ojos. No se merece esto. No ha hecho nada para merecer todo por lo que la estoy haciendo pasar. La forma en que me hace sentir saber que le he hecho daño es exactamente por lo que necesito que se vaya, porque no debería importarme tanto.

Pero, lo hago. Dios, me importa mucho.

Rompo el contacto visual con ella y miro de nuevo a Nico. —Gracias por ayudarla —Hago señas. Me dirijo de nuevo a mi habitación, no queriendo ver a Lali salir por la puerta principal. No me puedo imaginar perderlas a ella y a Martina en el transcurso de unas pocas horas, pero está realmente sucediendo.

Nico agarra mi brazo mientras lo paso, obligándome a girar y mirarlo. —¿Ni siquiera vas a decirle adiós? —Gesticula.

—No puedo decirle adiós cuando realmente no quiero que se vaya.  


—Continúo hacia mi habitación, agradecido de no poder escuchar el sonido de la puerta cerrándose tras ella cuando se va. No sé si podría soportarlo.

Tomo el teléfono y me acuesto en mi cama. Encuentro el número de Martina y le envío un texto.

Yo: Te voy a dar todo el tiempo que necesites. Te quiero más de lo que crees. No voy a negar nada de lo que le dije a Lali, todo era verdad, especialmente las partes acerca de ti y cuánto te amo. Sé que estás herida, y sé que te traicioné, pero por favor, tienes que saber lo mucho que he luchado por ti. Por favor, no terminemos así.

Aprieto el botón de enviar y dejo el móvil en mi pecho.

Entonces, jodidamente lloro.

6 comentarios:

  1. Necesito el siguiente 🙏

    ResponderEliminar
  2. aaa subi otroo porfaaa
    @x_ferreyra07

    ResponderEliminar
  3. Cada vez más interesante esta nove!
    Que la sigas pronto!
    Flor..

    ResponderEliminar
  4. Quiero más caps,ya es una necesidad.
    K mal k hizo ,y hace todo Peter.
    No se merece a ninguna d las dos.
    Espero k Lali se mude a un lugar k ninguno sepa,aunque me temo k eso no sucederá.

    ResponderEliminar
  5. Ay dios que cap!!
    Que mal por todo lo que es pasando Lali porque ella también lucho mucho y no se dejó llevar cuando podemos podía hacer!!
    Que poca de Peter preg porque la dejo ir que quería que hiciera?!
    Ay noo en estos cap Peter es taaan egoísta!!
    Solo pienso en el y no en Lali !! En el daño que le está haciendo!!
    Quiero que te muestra hoy?! Que le pasa!!!
    Lo bueno que Nico la está ayudando y no está completamente sola!!
    Quiero que se vaya y no lo vea! Que Nico la siga ayudando y ella trate de seguir con su vida!!
    Que Peter se de cuenta de cuanto la ama y sea tarde ya!! Para que trate de luchar por ella!!!
    Que se vaya lejos y nunca la vea!!!
    Ayy como puede ir y escribir ese mensaje a Martina cuando acaba de aceptar que no quiere que Lali se vaya!!!?
    Más ya quiero otro!!

    ResponderEliminar