lunes, 11 de agosto de 2014

Capitulo 11



PETER

Se había ido por tres días. Tres días muy largos. Cuando me desperté y encontré una carta que había dejado al lado de mi cama, había esperado que fuera una carta sexy dejándome saber cuándo volvería a estar a solas con ella otra vez. En cambio era una carta diciéndome que Vico la venía a recoger para llevarla a visitar a su familia en Luisiana y que ella estaría de regreso en un par de días.

Había estado ansioso desde que se marchó. Sabía que él le estaba contando sobre sus planes y esto me estaba poniendo nervioso como el demonio. No me gustaba pensaren ella estando fuera en algún lado y enojada. Recordarme a mí mismo que Vico sabía lidiar con sus emociones era duro.

Cande estaría aquí en la mañana y no quería irme sin ver a Lali primero. No disfrutaría de mi día libre sin saber si ella estaba bien. ¿Cómo no tenía su maldito número telefónico? Me había acostado toda la noche con ella en mis brazos y le había dado un orgasmo en el lago. Normalmente no planeaba ver a una chica otra vez, así que nunca pedía sus números telefónicos a menos que supieran el marcador. Lali no caía en ninguna de esas categorías. Ella era… más. Necesitaba su maldito número de teléfono.

Salí de la ducha y envolví una toalla alrededor de mi cintura. Tal vez podría llamar a Cande y ver si quería hacer algo por aquí durante unas pocas horas. No tenía que ir a revisar mi apartamento. La idea de salir con Nico y recoger unas chicas en la playa ya no tenía el mismo atractivo. Lali Esposito estaba jodiendo con mi cabeza.

Cogí mi teléfono y presioné el número de marcación rápida de Cande.

—¿Peter?

—Seh, ¿todo bien?

Larissa chilló en el fondo y empezó a aplaudir mientras gritaba mi nombre.

—Alguien quiere hablar contigo, espera.

Sonriendo, esperé por la pequeña voz de Larissa. No la había visto desde que vine aquí. Larissa era la sobrina de Cande. Hasta que el padre de Larissa decidió convertirse en parte de su vida, yo ayudaba a Cande a cuidar de Larissa mientras que su madre hacia otras cosas. A veces parecía que Larissa era de Cande. Sin embargo, las cosas cambiaron una vez que el prometido de Cande, Agus Sierra, entró en su vida. Ahora Larissa solo venía a visitar a Cande cuando Cande lo pedía.

—Hola, Peter —dijo Larissa en el teléfono.

—Hola, bebita. ¿Te diviertes con Cande?

—¡Sí! Abus también está aquí —gritó en el teléfono. Ella no había descubierto todavía que podía hablar normalmente por teléfono.

—Entonces apuesto a que tienes todo tipo de atención. ¿Cómo están todas tus princesas?

—¡Tengo una nueva! Abuss me compó a Media. Su cabello es como el de Cande.

No tenía ni idea de lo que significaba, pero no iba a decirle eso.

—Tendrás que mostrármela la próxima vez que te vea.

Cande comenzó a hablar y Larissa me dijo—: Chao.

—¿Entendiste esa cosa cobre el cabello nuevo de la princesa? —preguntó Cande con una voz divertida.

—Nop.

—No pensé que lo harías. Disney tiene una nueva princesa. Su nombre es Mérida y tiene el cabello largo, rojo y rizado. Es mucho más enredado que el mío, pero Agus está divirtiéndose bastante con esto. Le ha comprado varias cosas de Mérida a Larissa y la llama Princesa Cande en lugar de Mérida.

La felicidad en su voz hacía que todo lo que era incorrecto se sintiera correcto. Ella había tenido una vida de mierda. Ahora las cosas habían cambiado y Cande finalmente había encontrado un descanso.

—No puedo esperar para ver a esta nueva princesa pelirroja.

—Hmmm, pero eso no es por lo que estás llamando. ¿Qué pasa?

—Necesito… —Me giré para ver a Lali parada en la puerta con una expresión extraña—. Eh, déjame llamarte luego. —Finalicé la llamada y caminé hacia Lali para tomar su mano y tirar de ella para poder cerrar la puerta.

—Oye, has vuelto.

Me miró fijamente con una suavidad que no esperaba. —¿Acabo de escucharte hablar con una niña sobre sus princesas?

¿Cuánto tiempo había estado parada allí?

—Sip, era la sobrina de Cande, Larissa.

—¿Y hablas por teléfono con ella sobre sus muñecas? En serio no te conozco en absoluto, Peter Lanzani.

Extendí la mano y agarré uno de sus largos rizos, enredándolo alrededor de mi dedo. Solo necesitaba tocarla de alguna manera. —Has vuelto —repetí.

Trató de sonreír y falló. Pude ver el pequeño temblor en su labio inferior.

—¿Qué pasa? —pregunté, sabiendo que esto era sobre Vico.

Una pequeña lágrima escapó y rápidamente la quité con el dedo.

—Vico se muda. Lo necesita. Lo quiero para él. Quiero decir, él necesita vivir su vida. —Tragó con fuerza y apretó los párpados—. Sabía que se estaba mudando antes de que me lo dijera. Sólo que ver su apartamento y su nueva vida fue mucho para asimilar. Me alegro por él, pero lo voy a extrañar. Estaré perdida sin él.

Tiré de ella hacia mis brazos y enterró su cara en mi hombro. Las cálidas lágrimas salpicaron mi piel y cada gota me rompió el corazón. Arreglaría esto si supiera cómo. Solo que no sabía qué hacer para que pudiera ser mejor. Vico era su red de seguridad.

—Es sólo que —sollozó—, está avanzando. Está olvidando. —Se calló a sí misma y se apartó de mí. Pude ver el dolor en sus ojos y el deseo de contarme sobre Pablo. Quería que lo hiciera. Quería ser capaz de hablar con ella sobre esto. Odiaba que se sintiera como si solo tuviera a Vico para desahogarse.

—¿Qué es lo que está olvidando, Lali? —pregunté. Había evitado decir nada más sobre el hecho de que se había quitado su anillo de compromiso. Me estaba esforzando tanto para evitar que huyera de mí, pero ahora necesitaba más.

—El pasado —respondió finalmente. Dando la vuelta alcanzó el pomo de la puerta. Mierda. Iba a escapar.

—No lo hagas —le rogué—. Quédate. Habla conmigo.

No se dio la vuelta. En su lugar, abrió la puerta y salió.

LALI

Peter no había regresado hasta después de la medianoche del domingo. La única razón por la que supe esto era porque la última vez que vi el reloj junto a mi cama decía que eran las 12:05 a.m. Poco después, me había dormido.

Cuando me levanté el lunes por la mañana, Peter ya estaba afuera con las vacas. Papi lo tenía etiquetando a las que iba a enviar al corral. Había salido hacia el lago esperando que viniera a buscarme, pero después de tres horas me di cuenta de que lo había empujado demasiado lejos.

Había sido abierto conmigo desde el principio. No se había contenido ninguna de las veces en que le pregunté algo. Conocía mucho más acerca de él de lo que él sabía sobre mí. Eso era mi culpa. ¿Cómo le podía hablar sobre Pablo? ¿Cómo explicarle a otro chico que perder a Pablo me rompió? ¿Cómo lidiar con la lástima en los ojos de Peter cuando me mirara? Simplemente no creía poder manejarlo. Vico estaba avanzando pero yo no podía.

Había vuelto a llevarle a Peter una toalla y un termo de manera anónima. Obviamente no quería verme. Me había alejado de él cuando me pidió que no me marchara. El sonido de la súplica en su voz asolaba mis sueños.

No era el rudo playboy egoísta que esperaba cuando lo conocí. Peter era gentil cuando necesitaba serlo. La forma en que su voz se volvió tan dulce cuando habló con la niña por teléfono, y la forma en que me tomó voluntariamente en sus brazos sin dudarlo para consolarme cuando se dio cuenta de que estaba molesta lo probaban.

Cuando notó que mi anillo había desaparecido me preguntó al respecto; lo ignoré y lo distraje. En ese entonces no presionó por más al respecto. Peter había soportado mucho de mi parte; ya había tenido suficiente.

Subí las piernas para envolver los brazos a su alrededor y descansar la barbilla en las rodillas. Me había vuelto tan patética en los últimos días, tratando de obtener un vistazo de Peter, que pasé más tiempo en la mecedora del porche que en cualquier otro lugar.

La grava crujió y vi el pequeño convertible rojo de Natie Pérez detenerse en la entrada. Se había mantenido alejada más tiempo del que esperaba. Habíamos hablado muy poco sobre Peter antes de que empezáramos a beber tragos de tequila la noche que salimos.

Hoy sus botas eran de color manzana de caramelo. Casi una perfecta combinación con su auto. Probablemente sabía esto cuando las compró. Conociendo a Natie, seguro que pidió llevar una bota fuera para comparar colores y así obtener el adecuado.

—Bueno, mírate aquí sentada en la mecedora como una señora de sesenta años —bromeó Natie mientras se pavoneaba a través del portal y subía las escaleras.

—Es un buen lugar —respondí, uno en donde podía obtener vistazos de Peter.

Natie Pérez frunció sus labios rojos, también una maldita combinación con sus botas, y analizó el patio. —No veo a tu malote ayudante en ningún lugar —gorjeó.

—Sabes que su nombre es Peter —espeté.

Natie giró su mirada hacia mí. —Oooooh, irritable. ¿Qué? ¿Ahora tienes debilidad por el sexy residente?

—No es tan mal tipo, después de todo. No se aprovechó de ti, ¿cierto?

Natie resopló y luego se encogió de hombros como si no le importara. —Creo que probablemente es uno de esos tipos buenísimos pero muy gays. Normalmente cuando un hombre es así de guapo es demasiado bueno para ser verdad. Mi suposición es que tiene un compañero igual de hermoso en casa. No me malinterpretes, no soy una homofóbica. Creo que sería algo bien caliente que ver. Pero es una lástima que tal perfección no batee en el equipo adecuado.

Solo acusó a Peter de ser gay porque no la folló justo después de conocerla. Quería gritarle lo poco gay que era Peter pero me controlé.

—He visto a la chica de su vida. No es gay —le informé. No tenía que saber que Candela estaba comprometida con alguien más.

Natie frunció el ceño. —¿Tiene una novia?

Técnicamente, sí. Tenía una chica que era su amiga. —Han crecido juntos. Han estado juntos por años.

Natie puso una cara triste y me di cuenta de lo que había dicho. Ella estaba pensando en Pablo y en mí. Esta era la compasión que no quería ver en la cara de Peter. Tenía suficiente compasión de los demás. Vico fue el único que no me compadeció. Estuvo a mi lado y lloró conmigo, pero nunca sintió lástima por mí.

—Vico se va a LSU en otoño —solté, necesitando decírselo a alguien y necesitando cambiar de tema. No estaba de humor para discutir de Pablo con ella.

—Oh, vaya. —Natie estaba observándome muy de cerca. Esperaba que me viniera abajo y llorara. Ya lo había hecho. Durante dos días completos había llorado cada vez que pensaba en él siguiendo adelante. Estaba harta de las lágrimas. No eran lágrimas de tristeza por haber perdido a Vico. Eran lágrimas de tristeza porque había encontrado una manera de seguir adelante y yo todavía estaba atascada, incapaz de moverme más allá de Pablo.

—Así que, ¿cuándo lo averiguaste?

—La semana pasada. Me llevó a ver su nueva casa. Está arrendando un apartamento de Jefferson Parrish con su primo. Se va definitivamente el próximo mes. Necesita encontrar un empleo y acomodarse antes de empezar la escuela.

—¿Van a estar bien separados?

Lo que quería decir era si yo iba a estar bien sin él. Todo el mundo parecía entender que Vico estaba listo para seguir con su vida.

—Estaremos bien. Vico necesita vivir.

Natie asintió. —Sí, lo necesita —se calló—. Y tú también.

Desearía saber cómo.

El estruendo de un camión nos interrumpió y Natie se giró desde su posición en la barandilla para ver a Peter caminar por el pastizal.

—Dios, espero que esté sin camisa —susurró.

Yo estaba de acuerdo con ese deseo.

Cuando se bajó del camión, miró en nuestra dirección, pero rápidamente apartó la mirada y entró en el granero. Estaba usando una camisa blanca que parecía demasiado pequeña. Me preguntaba si estaba usándola porque tenía su piercing puesto.

—Iré a hablar con él. Ya vengo —anunció Natie mientras saltaba de la barandilla y comenzaba a bajar las escaleras.


¿Qué pasa si se estaba cambiando? ¿Qué pasa si ella veía su tetilla perforada? No quería que lo viera. Era mi secreto. Abrí la boca para decir cualquier cosa y detenerla, pero no tenía una excusa salvo el no querer compartirlo. ¿Cuán ridículo era eso? Observé impotente mientras Natie Pérez se pavoneaba por el patio hacia las puertas del granero. Aparte de correr detrás de ella y lanzarla al suelo, no podía hacer nada al respecto. 

7 comentarios:

  1. Jajjajajajajajaja,si pudiera lali mataría a Natie allí mismo ,Peter es suyo,le pertenece.

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  2. me encantaaaaa la novelaaaaaa es buenisimaaaaaaaaaaaaaa masssssss

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  3. Jajaa amo a Lali celosa!
    Seguila por fa!
    Jenny

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  4. Uhhhhh y si Peter es super paciente esperando nuestro Lali le cuente sobre Pablo
    Jajajajajjaja ella lo busca
    Jaja me mata Lali celosa

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