PETER
Seis años antes…
Todo es mejor ahora que tengo a Martina.
Quedarme dormido es mejor sabiendo que Martina duerme justo al otro
lado del pasillo.
Despertarse es mucho mejor sabiendo que Martina se está
despertando al otro lado del pasillo.
Ir a la escuela es mejor, ahora que vamos juntos.
—Hay que faltar hoy —Le digo a Martina cuando aparcamos en el estacionamiento
de la escuela.
Estoy seguro de que saltarse clases es incluso mejor con Martina.
—¿Qué pasa si nos atrapan?
No suena como si realmente le preocupara que nos atraparan.
—Espero que nos atrapen —digo—. Eso significaría que
estaremos castigados. Juntos. En la misma casa.
Mis palabras hacen a Martina sonreír. Se estira en el asiento y desliza
su mano en mi cuello. Amo cuando hace eso.
—Estar castigada contigo suena muy divertido. Hay que hacerlo —Se endereza
y me da un simple y rápido toque en los labios.
Los besos simples son mejores cuando vienen de Martina.
—Haces que todo sea mejor —digo—. Mi vida. Es mejor contigo en
ella.
Mis palabras hacen sonreír a Martina otra vez. Martina no lo sabe,
pero cada palabra que hablo es dicha por esa sola razón. Para hacerla sonreír.
Salgo del estacionamiento y le digo a Martina que vamos a la playa.
Dice que quiere su traje de baño, así que vamos a casa primero, por nuestros
trajes de baño. También empacamos el almuerzo y una toalla.
Vamos a la playa.
Martina quiere broncearse mientras lee.
Yo quiero ver a Martina broncearse mientras lee.
Está recostada en su estómago, apoyada en sus codos. Descanso la cabeza
en mis brazos y la miro.
Mis ojos siguen las curvas de sus hombros… la oscilación de su
espalda… la manera en que sus rodillas están dobladas y sus piernas están levantadas
en el aire con los pies cruzados en los tobillos.
Martina está feliz.
Hago a Martina feliz.
Hago la vida de Martina mejor.
Su vida es mejor conmigo en ella.
—Martina —susurro.
Pone su marca páginas dentro del libro y lo cierra, pero no me
mira.
—Quiero que sepas algo.
Asiente, pero cierra sus ojos como si quisiera enfocarse en mi voz
y en nada más.
—Cuando mi mamá murió, dejé de creer en Dios.
Descansa la cabeza en sus brazos y mantiene los ojos cerrados.
—No creía que Dios hiciera que alguien tuviera que atravesar ese dolor
físico. No creía que Dios fuera capaz de hacer a alguien pasar por algo tan
feo.
Lágrimas caen de los ojos cerrados de Martina.
—Pero cuando te conocí, y cada día desde entonces, me he preguntado
cómo puede siquiera haber alguien tan hermoso si no existiera un Dios.
Me he preguntado cómo alguien puede hacerme tan increíblemente feliz
si Dios no existiera. Y he comprendido… justo ahora…. que Dios nos da lo feo
para que no tomemos las cosas hermosas de la vida a la ligera.
Mis palabras no hicieron a Martina sonreír.
Mis palabras hicieron que Martina frunciera el ceño.
Mis palabras hicieron a Martina llorar.
—Peter —susurra.
Dice mi nombre tan calladamente, como si no quisiera que la oyera.
Me mira, y puedo ver que este momento no es uno de los más hermosos
para ella. No como lo es para mí.
—Peter… tengo un retraso.
perra!!!!! jajaja aghh la odio ,vamos lali saca a esa perra jaaj XD
ResponderEliminarSEGUILA
la detestoooooooooo jajaa ,continuala !
ResponderEliminarTonta ,solo sabe sonreir,y encima toma sol leyendo ,y cuando Peter le dice algo profundo ,ella le suelta semejante bomba,ya podría haber hablado antes.
ResponderEliminarNo ooooooo la PUTA MADRE!!!!!
ResponderEliminarMe estas jodiendo!!!
Ahhhhhhhhhhh Martina vete a no se marte!!!
Que no se cuida o que?! A pero muy buena para andar ahí aghhhh
Snsjskksksksk
P. D perdón estaba super enojada ganas de ir y no se jajajajja sorry