PETER
Sabía lo suficiente sobre música country para saber que era
la voz de George Strait cantando en los altavoces. La
mano de Natie Pérez apretó la mía mientras caminaba a mi lado hacia la enorme
fogata. La luz de la luna era la única luz en el bosque. La pequeña área estaba
llena con caras desconocidas.
Un par de ellas no me importaría conocerlas un poco mejor.
Una morena pequeña y coqueta me dio una sonrisa provocadora antes de presionar
su gran busto contra el brazo del chico al que se agarraba.
Visualicé al resto de la multitud. Aun no estaba seguro de
que haría algo con Natie Pérez esta noche. Podía cambiar de opinión. Tenía el
presentimiento de que ella es del tipo de chica que no te puedes deshacer
después de una noche de sexo. Había unas cuantas opciones aquí en la oscuridad.
Mi mente fue a Lali y me pregunté si vendría. Probablemente este no era su tipo
de escenario.
Dudaba que Lali Esposito fuera a fogatas en la noche. Pero
maldición si la idea de tener su pequeño trasero pretencioso presionado contra
un árbol no sonaba realmente bien. Podría ser una perra, pero era tan
jodidamente sexy que no importaba. Tenía que seguir recordándome que se
encontraba fuera de los límites. Ya tenía mucho con no agradarle a su papá como
para obsesionarme con la idea de quitarle sus bragas.
—Déjame ir a traerte una cerveza —dijo Natie, recordándome
que se encontraba a mi lado.
—Gracias —respondí, sonriéndole.
—Ahí vienen Vico y Lali, puedes hablar con ellos mientras no
estoy. —Sonrió, después se giró para apresurarse hacia las largas hieleras
acomodadas lo más lejos del fuego como fuera posible. Por supuesto, Lali se
había presentado con el novio que no se adaptaba a ella. Necesitaba alguien
quien pudiera enseñarle como soltarse. El buen Vico no era ese tipo.
—Hola, hombre. Natie te arrastró aquí, ¿verdad? —dijo Vico
con un tono sorprendido mientras se detenía a mi lado.
—Sí. Pensé en comprobar la
vida nocturna de este lugar —contesté, moviendo mi mirada de Vico a Lali. No me
miraba, pero podía darme cuenta que intentaba fuertemente no hacerlo. Su rígida
postura me dijo que estaba muy consciente de que la miraba. Maldición ¿Por qué
eso me hacía malditamente feliz?
—Gracias por darnos las toallas húmedas. Fue muy amable
—dije, sabiendo que ahora no sería capaz de ignorarme.
Tomó una respiración profunda que trató de ocultar, pero la
miré con determinación. Después giró su mirada en mi dirección y fue como una
jodida patada en el estómago cuando la luz del fuego iluminó su cara. He estado
con muchas mujeres hermosas, pero nunca había sido afectado por sus miradas.
Había algo en sus ojos que me arrastraba. Quería hacer que la
tristeza que trataba de ocultar se alejara. Lali Esposito estaba embrujada y
mis tendencias provocativas habían sido desechadas.
—De nada —contestó en un tono cortante.
—Probablemente eran para Vico, pero él lo compartió y fue muy
apreciado.
Un pequeño ceño arrugó su ceja. —Mandé dos ahí, ¿no? Uno para
cada uno.
Ah, así que admitía que pensaba en mí también. Me gustaba eso.
—De verdad. Bueno, gracias. Tenía la impresión de que no me
ayudarías si estuviera incendiándome.
La sorpresiva respuesta de Vico fue una risa fuerte que
comenzaba a molestarme. Lo hacía constantemente.
—Mientras hagas el trabajo que mi papi tiene para ti y
trabajes duro entonces estaré más que feliz de abastecerte con agua y toallas
húmedas.
Su respuesta muy basada en los hechos. ¿Alguna vez se
apasionaba o emocionaba por algo? Sería una lástima si era tan fría y
controlada durante el sexo. Algo en sus ojos me dijo que se contenía. Había
algo que me perdía.
Levantó la mano para poner un mechón detrás de su oreja y vi
el brillo de un pequeño diamante en su mano izquierda. Lo miré mientras el
entendimiento lentamente comenzaba a asentarse.
Lali estaba comprometida.
Las palabras me dejaron anonadado. El mundo girando un poco
fuera de eje. Quité la mirada del anillo hacia Vico quien me miraba
detenidamente. ¿Vico era su jodido prometido?
—Aquí tienes —dijo Natie Pérez mientras me daba una lata de
cerveza. La tomé de su mano estirada y la abrí tomando un largo trago. Tenía
que poner mi cabeza en orden. No había esperado esto. Vico y
Lali saliendo era mucho pero,
¿comprometidos? ¿Cómo demonios pasó eso?
—¿Quieres ir a nadar? —preguntó Natie dulcemente. Necesitaba
recordar que estaba con ella. Necesitaba enfocarme en algo más que el anillo de
diamante en la mano de Lali.
—Seguro —Logré contestar.
—Natie, no hagas eso. —La obvia desaprobación de Lali me
sorprendió. ¿Qué demonios estaba mal con ir a nadar? ¿Estaba contra eso
también?
—¿Por qué no? —dijo mientras comenzó a quitarse su blusa por
encima de la cabeza. Guau.
—Entonces, ve a desnudarte en la oscuridad y no enfrente de
todos. Especialmente de Vico. Lo harás sentir incómodo.
¿Desnudarse? ¿Íbamos a nadar desnudos?
—No es como si Vico no me hubiera visto desnuda, Lali.
¿Qué?
—No me quejo. Natie Pérez tiene unas buenas tetas —dijo Vico.
Salió de la nada. Repentinamente vi rojo.
Me estiré para agarrar a Vico del cuello y lo levanté.
—Discúlpate, ahora maldito idiota.
La expresión de Vico con los ojos muy amplios me dijo que lo
había asustado muchísimo pero no me importaba. Estaba comprometido. Con Lali.
¿Qué demonios hacía mirando las tetas de otra chica y hablando de lo bien que
estaban en frente de ella? Idiota.
—Lo siento, Natie —graznó.
—¡No a ella, idiota! ¡Lali! Discúlpate. Con. Lali.
¿Por qué demonios sonaba tan confundido? ¿Era un tonto?
—Uh, lo siento Lali. No fue mi intención, uh, decir eso —dijo
nerviosamente.
Sentí una mano en mí jalándome pero la sangre bombeando en
mis oídos ahogaba todo lo demás. Giré mi mirada molesta de Vico para ver la
expresión asustada de Lali mientras gritaba y jalaba mi brazo.
Enfocándome en sus palabras tomé una respiración profunda en
un intento por calmarme.
—¡PARA! ¡PARA AHORA MISMO, PETER!
Lentamente, bajé a Vico y miré a Lali empujarme e ir
preocupada sobre Vico como si fuera su maldita mamá.
—¿Estás bien? Está loco. ¿En
qué pensaba el tío Mack al mandarlo aquí? Lo siento tanto, Vico.
Vico negó con la cabeza y gentilmente alejó sus manos. —Lali,
estoy bien. No me hizo daño. Solo estaba ofendido por mi comentario y
aparentemente pensó que lo estarías también.
Bueno, demonios sí. Cande hubiera matado a Agus con sus
propias manos si dijera algo como eso sobre otra mujer. Lali no reaccionaba
correctamente.
Estaba molesta conmigo. Conmigo. No con Vico.
—Porque está loco. Es un borracho y ha bebido demasiado.
Eso fue todo. —Discúlpame, Madre Teresa, pero esta es mi
primera maldita cerveza en tres días y solo he bebido la mitad de ella. Esto no
es estar borracho.
Abrió su boca para responder y la cerró de vuelta. Después se
giró a Vico. —Vámonos. He tenido toda la diversión que puedo manejar por una
noche.
Incapaz de controlar mi boca más tiempo tenía que comentar:
—No sabes lo que es diversión, Lali Esposito, pero nena, podría mostrarte un
mundo de diversión si te sueltas solo un poco.
Sus mejillas se sonrojaron de un rosa brillante, tensó su
espalda antes de girarse y alejarse hacia la oscuridad. Vico negó con la cabeza
y después la siguió. ¿Cómo
es que yo era el chico malo aquí?
LALI
—¿Puedes creerlo? ¿Está loco? Quiero decir, solo te agarró y
tú lo dejaste. Defiéndete, Vico. —Estaba furiosa y a lo mejor un poco excitada.
Los brazos de Peter tenían algunos buenos músculos hinchados.
—Piensa que estamos comprometidos —contestó Vico.
Me congelé.
—¿Qué? —¿De dónde sacó la idea de que Vico y yo estábamos
comprometidos?
Vico tomó mi mano izquierda y la levantó. —Usas un anillo de
compromiso y el único chico con el que te ha visto soy yo. Es un error sin mala
intención, Lali. Te defendía. Lo cual tengo que decir que no entendí al
principio. Después caí en cuenta de que no se puso como un hombre de las
cavernas posesivo por Natie Pérez si no que está enojado porque tu prometido
había hecho un comentario sugestivo sobre otra mujer. Te defendió.
¿A mí?
Volví a reproducir en mi cabeza todo lo que acababa de pasar.
Natie había estado a punto de desnudarse justo en frente de nosotros. No quería
ver la mirada apreciativa de Peter sobre su cuerpo muy desnudo. Me molestó,
mucho. Después Vico había hecho un comentario sobre sus buenas tetas. Lo cual
sabía que de verdad le gustaban. Lo había mencionado más de una vez. Después…después
Peter perdió el control.
Porque pensó que estoy comprometida con Vico. En una manera
rara y escalofriante defendía mi honor. Era…dulce. Bueno, mierda. No necesitaba
que hiciera cosas dulces por mí. Especialmente cosas raras, escalofriantes y
dulces. Pudo haber herido a Vico.
—¿Lo entiendes ahora? —preguntó Vico, recordándome que se
encontraba de pie en la oscuridad conmigo.
—Sí. Lo entiendo. Aunque no quiero que te haga daño si te ve
con otra chica. Necesito aclarar esto.
Vico asintió. —Aprecio eso. Porque ese tipo es duro. No es un
chico lindo y consentido. Me habría dado una paliza si pensaba que lo merecía.
—Está bien. Regresaré. Puedes quedarte o irte. Tomaré la
camioneta de vuelta a casa después de hablar con él.
—¿Estás segura? Quiero decir, a lo mejor opta por no nadar
desnudo con Natie y quiera pasar el rato contigo.
No. Peter a lo mejor no era
completamente malo pero aun no era de una manera lo suficientemente bueno. Pablo
nunca lo aprobaría.
—Solo hablaré con él unos minutos y después me iré.
Vico suspiró. —Sí, está bien.
Sabía que no lo entendía del todo. Caminé y le di un a rápido
abrazo antes de girarme y dirigirme de vuelta al lago. El brillo del fuego hizo
más fácil regresar. La multitud alrededor del fuego había disminuido y no veía
a Peter por ni un lado. Eso significaba que se hallaba en el lago. A lo mejor…desnudo.
Peter a lo mejor no sea lo suficiente bueno para mí comparado
con lo que tuve con Pablo pero aun podía apreciar la belleza de su cuerpo
desnudo. Realmente nunca había visto el cuerpo de Pablo completamente
desnudo. Nunca había visto a ni un tipo completamente desnudo.
Me dirigí hacia el lago quedándome fuera de la luz de la
fogata, así nadie me vio ir ahí. No quería que la gente hiciera un gran
alboroto sobre el hecho de que Lali Esposito iba ir al lago a nadar desnuda
porque yo no lo haría. Ni siquiera de cerca.
Girando en un viejo roble, me detuve y lentamente miré por la
esquina. Salpicaduras y risitas se estaban haciendo más fuertes desde el agua
solo a unos metros lejos. ¿Estaba Peter ahí con Natie Pérez?
—¿Vienes, Peter? —La voz de Natie Pérez se hallaba cerca y me
alejé más en las sombras.
Traté más fuerte de enfocar mis ojos en la oscuridad. Peter
dio un paso fuera de la oscuridad. Se estiró y aventó sus pantalones de
mezclilla en una rama baja. La luz de la luna golpeó la parte trasera de su
cuerpo y me cubrí la boca para no hacer ni un sonido. Porque ¡DIOS MIO! Su
trasero era increíble. Los músculos de su espalda se movieron mientras caminó
hacia el agua. ¡Tenia músculos en su espalda!
—Iré si vienes y me atrapas —canturreó. Su parte delantera
completamente desnuda de frente al lago para Natie y alguien más a quien le
importara mirar.
No se avergonzaba para nada. Sabía que lo miraban y no le
importaba. Por otro lado, cuando tu cuerpo lucia de esa manera no te importaría
quien lo viera.
Natie
Pérez caminó hacia él, las gotas de agua bajando por su estómago y pechos
desnudos. Me negué a que mi mirada bajara más. Las manos de Peter se deslizaron
sobre su cintura desnuda y bajó su boca a la de ella. Eso fue todo lo que pude
manejar. Mi pecho tenía un dolor nuevo y extraño, mi estómago se sentía
enfermo. Solo quería volver a casa. Aclararía las cosas con Peter Lanzani en
otra ocasión.
Maass
ResponderEliminarok nos pusimos medias celosita che jajaj
ResponderEliminar++++
@x_ferreyra7
ok, ok, lali esta celosa pero falta peter!! else tiene que poner celoso jaja
ResponderEliminarseguila
Está celooosaaa!
ResponderEliminarSeguila!
Jenny
K aclare rapidito,K Natie ya lo es ,y Peter no se queda atrás
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