jueves, 7 de agosto de 2014

Capitulo 4



PETER

Sabía lo suficiente sobre música country para saber que era la voz de George Strait cantando en los altavoces. La mano de Natie Pérez apretó la mía mientras caminaba a mi lado hacia la enorme fogata. La luz de la luna era la única luz en el bosque. La pequeña área estaba llena con caras desconocidas.
Un par de ellas no me importaría conocerlas un poco mejor. Una morena pequeña y coqueta me dio una sonrisa provocadora antes de presionar su gran busto contra el brazo del chico al que se agarraba.

Visualicé al resto de la multitud. Aun no estaba seguro de que haría algo con Natie Pérez esta noche. Podía cambiar de opinión. Tenía el presentimiento de que ella es del tipo de chica que no te puedes deshacer después de una noche de sexo. Había unas cuantas opciones aquí en la oscuridad. Mi mente fue a Lali y me pregunté si vendría. Probablemente este no era su tipo de escenario.

Dudaba que Lali Esposito fuera a fogatas en la noche. Pero maldición si la idea de tener su pequeño trasero pretencioso presionado contra un árbol no sonaba realmente bien. Podría ser una perra, pero era tan jodidamente sexy que no importaba. Tenía que seguir recordándome que se encontraba fuera de los límites. Ya tenía mucho con no agradarle a su papá como para obsesionarme con la idea de quitarle sus bragas.

—Déjame ir a traerte una cerveza —dijo Natie, recordándome que se encontraba a mi lado.

—Gracias —respondí, sonriéndole.

—Ahí vienen Vico y Lali, puedes hablar con ellos mientras no estoy. —Sonrió, después se giró para apresurarse hacia las largas hieleras acomodadas lo más lejos del fuego como fuera posible. Por supuesto, Lali se había presentado con el novio que no se adaptaba a ella. Necesitaba alguien quien pudiera enseñarle como soltarse. El buen Vico no era ese tipo.

—Hola, hombre. Natie te arrastró aquí, ¿verdad? —dijo Vico con un tono sorprendido mientras se detenía a mi lado.

—Sí. Pensé en comprobar la vida nocturna de este lugar —contesté, moviendo mi mirada de Vico a Lali. No me miraba, pero podía darme cuenta que intentaba fuertemente no hacerlo. Su rígida postura me dijo que estaba muy consciente de que la miraba. Maldición ¿Por qué eso me hacía malditamente feliz?

—Gracias por darnos las toallas húmedas. Fue muy amable —dije, sabiendo que ahora no sería capaz de ignorarme.

Tomó una respiración profunda que trató de ocultar, pero la miré con determinación. Después giró su mirada en mi dirección y fue como una jodida patada en el estómago cuando la luz del fuego iluminó su cara. He estado con muchas mujeres hermosas, pero nunca había sido afectado por sus miradas.

Había algo en sus ojos que me arrastraba. Quería hacer que la tristeza que trataba de ocultar se alejara. Lali Esposito estaba embrujada y mis tendencias provocativas habían sido desechadas.

—De nada —contestó en un tono cortante.

—Probablemente eran para Vico, pero él lo compartió y fue muy apreciado.

Un pequeño ceño arrugó su ceja. —Mandé dos ahí, ¿no? Uno para cada uno.

Ah, así que admitía que pensaba en mí también. Me gustaba eso.

—De verdad. Bueno, gracias. Tenía la impresión de que no me ayudarías si estuviera incendiándome.

La sorpresiva respuesta de Vico fue una risa fuerte que comenzaba a molestarme. Lo hacía constantemente.

—Mientras hagas el trabajo que mi papi tiene para ti y trabajes duro entonces estaré más que feliz de abastecerte con agua y toallas húmedas.

Su respuesta muy basada en los hechos. ¿Alguna vez se apasionaba o emocionaba por algo? Sería una lástima si era tan fría y controlada durante el sexo. Algo en sus ojos me dijo que se contenía. Había algo que me perdía.

Levantó la mano para poner un mechón detrás de su oreja y vi el brillo de un pequeño diamante en su mano izquierda. Lo miré mientras el entendimiento lentamente comenzaba a asentarse.

Lali estaba comprometida.

Las palabras me dejaron anonadado. El mundo girando un poco fuera de eje. Quité la mirada del anillo hacia Vico quien me miraba detenidamente. ¿Vico era su jodido prometido?

—Aquí tienes —dijo Natie Pérez mientras me daba una lata de cerveza. La tomé de su mano estirada y la abrí tomando un largo trago. Tenía que poner mi cabeza en orden. No había esperado esto. Vico y

Lali saliendo era mucho pero, ¿comprometidos? ¿Cómo demonios pasó eso?

—¿Quieres ir a nadar? —preguntó Natie dulcemente. Necesitaba recordar que estaba con ella. Necesitaba enfocarme en algo más que el anillo de diamante en la mano de Lali.

—Seguro —Logré contestar.

—Natie, no hagas eso. —La obvia desaprobación de Lali me sorprendió. ¿Qué demonios estaba mal con ir a nadar? ¿Estaba contra eso también?

—¿Por qué no? —dijo mientras comenzó a quitarse su blusa por encima de la cabeza. Guau.

—Entonces, ve a desnudarte en la oscuridad y no enfrente de todos. Especialmente de Vico. Lo harás sentir incómodo.

¿Desnudarse? ¿Íbamos a nadar desnudos?

—No es como si Vico no me hubiera visto desnuda, Lali.

¿Qué?

—No me quejo. Natie Pérez tiene unas buenas tetas —dijo Vico.

Salió de la nada. Repentinamente vi rojo.

Me estiré para agarrar a Vico del cuello y lo levanté. —Discúlpate, ahora maldito idiota.

La expresión de Vico con los ojos muy amplios me dijo que lo había asustado muchísimo pero no me importaba. Estaba comprometido. Con Lali. ¿Qué demonios hacía mirando las tetas de otra chica y hablando de lo bien que estaban en frente de ella? Idiota.

—Lo siento, Natie —graznó.

—¡No a ella, idiota! ¡Lali! Discúlpate. Con. Lali.

¿Por qué demonios sonaba tan confundido? ¿Era un tonto?

—Uh, lo siento Lali. No fue mi intención, uh, decir eso —dijo nerviosamente.

Sentí una mano en mí jalándome pero la sangre bombeando en mis oídos ahogaba todo lo demás. Giré mi mirada molesta de Vico para ver la expresión asustada de Lali mientras gritaba y jalaba mi brazo.

Enfocándome en sus palabras tomé una respiración profunda en un intento por calmarme.

—¡PARA! ¡PARA AHORA MISMO, PETER!

Lentamente, bajé a Vico y miré a Lali empujarme e ir preocupada sobre Vico como si fuera su maldita mamá.

—¿Estás bien? Está loco. ¿En qué pensaba el tío Mack al mandarlo aquí? Lo siento tanto, Vico.

Vico negó con la cabeza y gentilmente alejó sus manos. —Lali, estoy bien. No me hizo daño. Solo estaba ofendido por mi comentario y aparentemente pensó que lo estarías también.

Bueno, demonios sí. Cande hubiera matado a Agus con sus propias manos si dijera algo como eso sobre otra mujer. Lali no reaccionaba correctamente.

Estaba molesta conmigo. Conmigo. No con Vico.

—Porque está loco. Es un borracho y ha bebido demasiado.

Eso fue todo. —Discúlpame, Madre Teresa, pero esta es mi primera maldita cerveza en tres días y solo he bebido la mitad de ella. Esto no es estar borracho.

Abrió su boca para responder y la cerró de vuelta. Después se giró a Vico. —Vámonos. He tenido toda la diversión que puedo manejar por una noche.

Incapaz de controlar mi boca más tiempo tenía que comentar: —No sabes lo que es diversión, Lali Esposito, pero nena, podría mostrarte un mundo de diversión si te sueltas solo un poco.

Sus mejillas se sonrojaron de un rosa brillante, tensó su espalda antes de girarse y alejarse hacia la oscuridad. Vico negó con la cabeza y después la siguió. ¿Cómo es que yo era el chico malo aquí?

LALI

—¿Puedes creerlo? ¿Está loco? Quiero decir, solo te agarró y tú lo dejaste. Defiéndete, Vico. —Estaba furiosa y a lo mejor un poco excitada. Los brazos de Peter tenían algunos buenos músculos hinchados.

—Piensa que estamos comprometidos —contestó Vico.

Me congelé.

—¿Qué? —¿De dónde sacó la idea de que Vico y yo estábamos comprometidos?

Vico tomó mi mano izquierda y la levantó. —Usas un anillo de compromiso y el único chico con el que te ha visto soy yo. Es un error sin mala intención, Lali. Te defendía. Lo cual tengo que decir que no entendí al principio. Después caí en cuenta de que no se puso como un hombre de las cavernas posesivo por Natie Pérez si no que está enojado porque tu prometido había hecho un comentario sugestivo sobre otra mujer. Te defendió.

¿A mí?

Volví a reproducir en mi cabeza todo lo que acababa de pasar. Natie había estado a punto de desnudarse justo en frente de nosotros. No quería ver la mirada apreciativa de Peter sobre su cuerpo muy desnudo. Me molestó, mucho. Después Vico había hecho un comentario sobre sus buenas tetas. Lo cual sabía que de verdad le gustaban. Lo había mencionado más de una vez. Después…después Peter perdió el control.

Porque pensó que estoy comprometida con Vico. En una manera rara y escalofriante defendía mi honor. Era…dulce. Bueno, mierda. No necesitaba que hiciera cosas dulces por mí. Especialmente cosas raras, escalofriantes y dulces. Pudo haber herido a Vico.

—¿Lo entiendes ahora? —preguntó Vico, recordándome que se encontraba de pie en la oscuridad conmigo.

—Sí. Lo entiendo. Aunque no quiero que te haga daño si te ve con otra chica. Necesito aclarar esto.

Vico asintió. —Aprecio eso. Porque ese tipo es duro. No es un chico lindo y consentido. Me habría dado una paliza si pensaba que lo merecía.

—Está bien. Regresaré. Puedes quedarte o irte. Tomaré la camioneta de vuelta a casa después de hablar con él.

—¿Estás segura? Quiero decir, a lo mejor opta por no nadar desnudo con Natie y quiera pasar el rato contigo.

No. Peter a lo mejor no era completamente malo pero aun no era de una manera lo suficientemente bueno. Pablo nunca lo aprobaría.

—Solo hablaré con él unos minutos y después me iré.

Vico suspiró. —Sí, está bien.

Sabía que no lo entendía del todo. Caminé y le di un a rápido abrazo antes de girarme y dirigirme de vuelta al lago. El brillo del fuego hizo más fácil regresar. La multitud alrededor del fuego había disminuido y no veía a Peter por ni un lado. Eso significaba que se hallaba en el lago. A lo mejor…desnudo.

Peter a lo mejor no sea lo suficiente bueno para mí comparado con lo que tuve con Pablo pero aun podía apreciar la belleza de su cuerpo desnudo. Realmente nunca había visto el cuerpo de Pablo completamente desnudo. Nunca había visto a ni un tipo completamente desnudo.

Me dirigí hacia el lago quedándome fuera de la luz de la fogata, así nadie me vio ir ahí. No quería que la gente hiciera un gran alboroto sobre el hecho de que Lali Esposito iba ir al lago a nadar desnuda porque yo no lo haría. Ni siquiera de cerca.

Girando en un viejo roble, me detuve y lentamente miré por la esquina. Salpicaduras y risitas se estaban haciendo más fuertes desde el agua solo a unos metros lejos. ¿Estaba Peter ahí con Natie Pérez?

—¿Vienes, Peter? —La voz de Natie Pérez se hallaba cerca y me alejé más en las sombras.

Traté más fuerte de enfocar mis ojos en la oscuridad. Peter dio un paso fuera de la oscuridad. Se estiró y aventó sus pantalones de mezclilla en una rama baja. La luz de la luna golpeó la parte trasera de su cuerpo y me cubrí la boca para no hacer ni un sonido. Porque ¡DIOS MIO! Su trasero era increíble. Los músculos de su espalda se movieron mientras caminó hacia el agua. ¡Tenia músculos en su espalda!

—Iré si vienes y me atrapas —canturreó. Su parte delantera completamente desnuda de frente al lago para Natie y alguien más a quien le importara mirar.

No se avergonzaba para nada. Sabía que lo miraban y no le importaba. Por otro lado, cuando tu cuerpo lucia de esa manera no te importaría quien lo viera.


Natie Pérez caminó hacia él, las gotas de agua bajando por su estómago y pechos desnudos. Me negué a que mi mirada bajara más. Las manos de Peter se deslizaron sobre su cintura desnuda y bajó su boca a la de ella. Eso fue todo lo que pude manejar. Mi pecho tenía un dolor nuevo y extraño, mi estómago se sentía enfermo. Solo quería volver a casa. Aclararía las cosas con Peter Lanzani en otra ocasión.

5 comentarios:

  1. ok nos pusimos medias celosita che jajaj
    ++++
    @x_ferreyra7

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  2. ok, ok, lali esta celosa pero falta peter!! else tiene que poner celoso jaja
    seguila

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  3. Está celooosaaa!
    Seguila!
    Jenny

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  4. K aclare rapidito,K Natie ya lo es ,y Peter no se queda atrás

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