viernes, 8 de agosto de 2014

Capitulo 8



PETER

—¿Qué demonios le hiciste a Lali? —pregunté mientras me subía en el asiento del pasajero del Volvo de Cande. Esperaba suavizar las cosas con Lali antes de irme ese día, pero se puso a la defensiva, por lo que mantuve mi distancia. No quería molestarla frente a Cande.

—Así que también lo notaste. Pensé que sólo estaba siendo paranoica. No tengo ni idea de qué hice para molestarla, pero tengo la impresión de que no le agradó que te trajera sábanas limpias y te hiciera la cama. —Cande me disparó una mirada de advertencia—. No has hecho nada con ella, ¿no, Peter? Está comprometida.

Apoyé la cabeza en el reposacabezas y suspiré. Casi me sentía como si estuviera traicionando a Lali por decirle a Cande la verdad. Pero, demonios, tenía que decírselo a alguien. Cande era la mejor amiga que tenía y era mujer. Tal vez podría ayudarme a resolver esto.

—No está exactamente comprometida —comencé.

—Sí, lo está. Vi el diamante en su mano izquierda.

—Sí, lo sé, pero el tipo que puso ese anillo en su mano fue asesinado en Bagdad hace dieciocho meses.

La brusca exhalación de Cande fue seguida por un—: Oh, Dios mío.

—El tipo con el que pensé que estaba comprometida es el gemelo de su prometido. Sólo son buenos amigos.

—Pero aún lleva el anillo —susurró Cande—. Es increíblemente triste. ¿Cuándo te lo dijo?

Me pregunté si alguna vez iba a decírmelo. La noche anterior, incluso a pesar de que hizo que huyera, fue un magnífico beso. Incluso antes del beso, estuvimos hablando y se rió. No sólo sonrió, sino que se rió.

—No me lo dijo. Fue Vico quien lo hizo.

—¿Vico? ¿El gemelo de su prometido?

—Sí.

—Qué trágico.

El dolor que apretaba mi pecho cuando me permitía pensar en Lali sufriendo volvió. —No es la perra que aparenta ser. Es realmente divertida si logras traspasar sus murallas.

Cande se aclaró la garganta y se removió en su asiento. —¿Lo lograste?

—Algo. Le hice sonreír y reír. Vico dijo que no la había visto sonreír desde el día antes de la muerte de Pablo.

Cande estiró la mano y palmeó mi rodilla. —Si es lo suficientemente inteligente como para verte, al auténtico tú, no al que eres con las mujeres con las que quieres acostarte, entonces es una mujer a tener en cuenta.

—No es porque quiera acostarme con ella —respondí, estirando la mano para apretar la suya.

—No, pero Peter, contigo siempre se trata de meterse en sus bragas al menos un poco. Pero creo que esta vez quieres más.

¿Quería más? ¿Era sólo porque era difícil? ¿O en realidad quería más?

—Sí, tienes razón. Meterme en sus bragas siempre ha sido mi prioridad.

Cande sacudió la cabeza y se rió. —Te he extrañado esta semana. Live Bay no es lo mismo sin ti. Incluso creo que Nico podría haber derramado una lágrima cuando no estuviste allí para cantar la parte de Picture de Kid Rock cuando la tocaron a través de los altavoces mientras la banda tomaba un descanso.

—¿Hizo de Sheryl Crow en la partes de Kid él sólo? —pregunté.

—Sí, desafortunadamente lo hizo. Se paró sobre la mesa con el cepillo de un extraño en la mano a modo de micrófono.

—Apuesto a que fue bastante divertido —respondí.

—O tan malo como una pesadilla. Depende de cómo lo veas.

***

El viaje de una hora con Agus fue más fácil esa vez. No estuvo enojado todo el viaje. Probablemente no había sido asesinado aún porque Cande lucía malditamente feliz. Después de dejarme, pensé en pasarme por la casa y hablar con Lali. La camioneta de su padre aún no se encontraba allí. Seguramente no se sorprendería al verme en su puerta a las nueve de la noche. O podría esperar a que ella viniera a mí.

Antes de que pudiera llegar al extremo más alejado de la casa, escuché la grava siendo aplastada en la entrada mientras un auto entraba. Girándome, me aseguré de que fuera Carlos. No quería que alguien entrara con Lali sola en la casa.

El asiento de pasajero de la camioneta de Vico se abrió y Lali se bajó de un salto.

—¡Peter está de vuelta! —farfulló felizmente. Su mano se aferraba a un lado de la puerta para estabilizarse.

—¡Lali! Maldita sea, te dije que me esperaras. Vas a caerte en la grava y a lastimarte. —Vico bordeó la parte delantera de la camioneta y rápidamente envolvió un brazo alrededor de la cintura de Lali.

—¿Está borracha? —le pregunté con asombro mientras me acercaba a la entrada, sin sentirme seguro de lo que veía.

—Más que borracha. Fue al maldito Honky Tonk con Natie Pérez. Nelly, la propietaria, me llamó hace casi una hora. Dijo que necesitaba ir a buscar a Lali. Natie Pérez se desmayó sobre la barra. Ya había llamado al papá de Natie.

—Fue divertido —dijo Lali con una desaliñada sonrisa, alejándose de los brazos de Vico para caer contra mi pecho. Envolví los brazos a su alrededor rápidamente para evitar que se cayera de rostro en la grava.

—Sí. Luces como si hubieras pasado un buen rato —respondí mientras ella deslizaba sus brazos hacia arriba y se aferraba a mi cuello con las manos.

—También deberías venir.

Asintiendo, levanté la mirada de su adorable y borracha expresión para mirar a Vico. Se encontraba de pie detrás de ella, esperando su próximo movimiento.

—Necesitamos llevarla a la cama. Su papá no llegará hasta mañana. Aún tiene un montón de personas en su campamento de caza.

—¿Debería quedarse sola en la casa en este estado? —pregunté mientras se reclinaba pesadamente contra mí.

—Probablemente no. —Vico deslizó una mano por su cabello y miró de regreso a su camioneta. Tenía otros planes. Podía notar que estaba esforzándose mucho por decidir qué era lo correcto.

—Tengo algunas cosas que empacar esta noche y mañana temprano tengo que ir a revisar el apartamento al que nos mudaremos con mi primo este otoño. ¿Crees que podrías cuidarla?

Así que Vico se sentía listo para seguir con su vida. ¿Ya se lo dijo a Lali? ¿Ese era el por qué se emborrachó completamente?

—Sí. Ve. Estaremos bien.

La indecisión en su rostro mientras estudiaba la parte trasera de la cabeza de Lali me hizo pensar que, después de todo, podría quedarse para cuidarla. Entendía ese tipo de vena protectora. La tenía con Cande. Lali descansó su cabeza contra mi pecho.

—¿Estás bien con ello, Lali? —preguntó Vico.

—Mmh —respondió, luego comenzó a olfatear mi camisa.

Vico sacudió la cabeza, y luego me miró de nuevo. —Está tratando con la vida. Tiene que seguir adelante sin Pablo y sólo ahora comienza a darse cuenta de eso. Se bueno con ella.

—Por supuesto —respondí y besé la parte superior de su cabello con olor a cigarrillo. No era algo que alguna vez hubiera esperado oler en Lali Esposito.

Vico me estudió por un momento, luego, con un rápido asentimiento, se volvió y se dirigió a su camioneta. Esperé hasta que saliera de la entrada antes de mover a Lali.

—Necesito llevarte a la cama, cariño. ¿Quieres que te levante o puedes caminar? ¿Necesitas vomitar?

Lali soltó risitas contra mi pecho e inclinó la cabeza hacia atrás para sonreírme soñolientamente. —Llévame a tu cama —dijo, arrastrando las palabras.

—Esa es una mala idea, hermosa. Ya verás que cuando estés sobria, mi cama será el último lugar en el que querrás estar.

Sacudió la cabeza y se paró de puntillas para presionar un beso con sabor a tequila en mi boca.

—Quiero dormir en tu cama, pur favor. —Se las arregló para no soltar las palabras de corrido esa vez.

¿Cómo se suponía que le dijera que no cuando actuaba toda dulce y juguetona? Estaba más que ebria, pero era una ebria linda.

—¿Sólo dormir? —pregunté.

—Sólo dormir.

Me arrodillé y deslicé un brazo por debajo de sus rodillas, luego la acuné contra mi pecho y la llevé al granero. Ese probablemente no era mi momento más inteligente, pero no iba a renunciar a la que podría ser mi única oportunidad de dormir toda la noche con Lali Esposito en mis brazos.

LALI

—No te duermas aún. Necesitas beber agua y tomar esta aspirina antes. —La voz de Peter era incluso más sexy cuando actuaba todo autoritario.

Me reí y lo miré fijamente mientras se cernía sobre mí. Su cama era linda y suave, y sólo quería cerrar los ojos. Pero ¿cómo se suponía que una chica ignorara las órdenes de un tipo que lucía así? Estiré el brazo en el aire. —Levántame —le dije. Peter sonrió y se estiró hacia mi mano, que desafortunadamente se sentía demasiado entumecida como para que disfrutara totalmente de su toque.

Una vez que me hubo sentado en el borde de la cama, se arrodilló frente a mí hasta que nos hallábamos con los ojos al mismo nivel. El vaso con agua por el que corrió a la casa se encontraba en una mano y las blanquecinas pastillas que odiaba en la otra.

—¿Puedo sólo beber el agua? —pregunté, frunciendo el ceño hacia las pastillas. Odiaba tragarlas. Lo hacía si tenía que hacerlo, pero odiaba el sabor que dejaban en mi garganta y cómo se sentía mientras bajaban.

—Si no tomas la aspirina vas a tener un dolor de cabeza horrible por la mañana. Bébete todo el vaso con agua y toma la pastilla.

Su voz sonaba toda profunda e hipnótica. Me preguntaba si me hablaría mientras dormía. Tendría que pedirle eso. Pero primero, necesitaba beber el agua.

—Odio tragar pastillas —gruñí, estirándome para coger el vaso con agua.

La sonrisa de Peter reapareció, y estiró una mano para meter algo de cabello detrás de mi oreja. Traté de meter ese cabello detrás de mi oreja antes, pero no podía hacer que mi mano cooperara. Seguía sin encontrar mi oreja.

—Puedes hacerlo. Estoy aquí por si me necesitas. Incluso sostendré tu mano. Por favor, Lali, sólo toma la pastilla.

Sus ojos eran demasiado ridículamente lindos como para pertenecerle a un chico. Especialmente un chico con abdominales como los suyos, y tal espalda… Oh, me encantaba esa espalda.

—No es justo que tus pestañas sean tan largas y onduladas. Las chicas gastan un montón de tiempo y dinero tratando de conseguir pestañas como las tuyas.

Peter se rió, estirando una mano para pasar el pulgar bajo mi ojo izquierdo. —Sí, bueno, mis pestañas no se comparan a tus ojos. Son jodidamente increíbles.

Oh. Guau.

—Desearía no haber huido anoche —admití mientras continuaba tocando mi mejilla, luego mi mandíbula.

—Fue bueno que lo hicieras. Estaba a punto de perder el control. —Su voz había bajado hasta un ronco susurro que me hizo temblar.

—Tal vez quería que lo perdieras.

La sonrisa de Peter volvió. —Estás borracha, Lali. Puedo asegurarte que la Lali sobria no querría que perdiera el control. Ella quiere que mantenga la distancia.

¿Era cierto? No, no lo era. La Lali sobria sólo se sentía determinada a vivir por sus propias reglas.

—Bébete el agua. —Peter acercó el vaso a mi boca.

Tomé un pequeño sorbo y el frío del agua en mi boca se sintió refrescante. No me di cuenta de lo seca que tenía la boca. Ya había tomado unos cuantos tragos largos cuando Peter estiró el brazo y alejó el vaso de mí.

—Ahora toma la aspirina —ordenó, acercándome la pastilla. Abrí obedientemente la boca y la puso en mi lengua. Acercó el agua a mis labios de nuevo y tragué la píldora con facilidad. Ni siquiera la sentí en mi garganta. Tal vez sólo debería emborracharme cada vez que estuviera enferma y necesitara tomar pastillas. Tal vez sólo necesitaba que Peter me las diera.

—Buena chica —dijo cuando me terminé el resto del agua—. Ahora acuéstate, pero pega ese lindo trasero a la pared. También tengo que entrar en la cama.

Observando sus amplios hombros y sus largas piernas comencé a preguntarme si iba a ser posible. En serio no quería dormir en la casa esa noche. Quería estar con Peter. Pero, ¿qué pasa si hacía que no descansara bien?

—Haré que lo logremos. Sucede que sé cómo dormir en una con una chica de forma cómoda —me aseguró. Retrocedí hasta que todo mi costado izquierdo tocaba la pared—. Ahora ponte de lado.

Hice lo que dijo. Luego la cama se hundió con su peso y se deslizó detrás de mí. Un cálido brazo se envolvió alrededor de mi estómago mientras se acomodaba contra mi espalda. Era lindo. Realmente lindo.

—¿Peter?

—¿Sí?


Quería sentirlo cerca. Ya no quería que hubiera mentiras entre nosotros. Pero el pensamiento de decir el nombre de Pablo mientras estaba borracha y acurrucada contra Peter parecía incorrecto. No podía hacerlo. Así que, en su lugar, cerré los ojos.

5 comentarios:

  1. seguilaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

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  2. Ahhhhhhhhhhh
    Uhh Lali creo que esta celosa de Cande!
    Me encanta la amistad de Cande y Peter!
    Lali borracha ?!
    Ay nooo me. Mata lo tierna que es!
    Ay mi vida Peter le da las pastillas!
    Que pasará cuando se despierte

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  3. X fin se da Lali una oportunidad d volver a vivir.

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