PETER
Lali me
despertó una hora antes del amanecer, besando mi pecho y deslizando su mano
arriba y abajo de mi muy despierta polla.
—Mmm —gemí,
alcanzándola para empujarla más cerca, y así poder presionar sus labios
maravillosamente hinchados contra los míos—. Esta es la forma de despertar
—susurré antes de deslizar mi lengua dentro de su boca ansiosa.
Lali puso su
pierna por encima de mis caderas y se sentó a horcajadas.
—¿Qué estás
haciendo, nena? —pregunté mientras se inclinaba hasta que la cabeza de mi pene
la penetraba—. ¡Guau! Espera. —Busqué el condón extra que había dejado en la
mesita la noche anterior, sólo por si acaso—. Tenemos que usar esto.
—¿Puedo
hacerlo? —preguntó con una maliciosa sonrisa en su rostro.
—Oh, sí —contesté, entregándole
el pequeño paquete.
Lo
abrió con los dientes, lo cual fue increíblemente sexy. Luego, lo deslizó
lentamente haciendo que mi polla se sacudiera ansiosa bajo su toque. Una vez
que lo puso firmemente en su lugar, se sentó y se hundió en un sólo golpe.
Ambos gritamos y nos estremecimos al unísono.
Observé
con asombro mientras Lali abría los ojos lentamente y bajaba la mirada hacia mí
con placer puro brillando en ellos. Nunca me cansaría de esto. De ella.
Nunca tendría suficiente. Agarré su cintura y la guié mientras me cabalgaba,
conduciéndonos más y más cerca al borde.
Justo antes de que me perdiera dentro de ella, mi
boca se abrió y no pude contener las palabras martilleando en mi cabeza con
cada latido de mi corazón.
—Te amo.
Cuando salí
de la ducha, mis sábanas no estaban. Si no hubiera disparado mi carga sobre
ellas, hubiera querido quedármelas. Olían a sexo y a Lali. Agarré una toalla y
me sequé el cabello. Luego, la envolví alrededor de mi cintura.
Había estado
preocupado por haber lastimado a Lali, pero maldita sea si ella no me había
dejado adolorido.
Después de anoche,
Lali me poseía. Empujé lejos el temor que vino con ese conocimiento. Antes,
pensaba que me había roto, pero ahora ella tenía el poder de destruirme
totalmente. El sexo siempre había sido una liberación para mí. Lo que habíamos
hecho era mucho más que eso.
Un fuerte
golpe en la puerta del granero me sacó de mis pensamientos felices.
—¿Sí?
—grité.
La puerta se
abrió y Carlos irrumpió en el interior con rostro asesino. No me tomó mucho
darme cuenta de que yo era el único a quien quería matar. De alguna manera, él
sabía.
Señaló con
el dedo mi cara. —Tocaste algo que no tenías derecho a tocar, chico. Ella no es
una de tus putas. Es una buena chica que ha tenido un año magnífico. Debería
poner una bala en tu cabeza y enterrarte en el patio —vociferó y sacudió su
dedo en mi dirección—. Pero no lo haré. Llamé a Mack. Le he dicho que
trabajaste duro aquí este verano y que deberías ser absuelto del asunto de
conducir en estado de ebriedad y permitirte volver al equipo. No le dije que
has estado aporreando a mi pequeña. Tomó toda mi fuerza de voluntad no tomar el
arma y venir a volarte tus jodidas pelotas cuando llegué para ver a Lali
saliendo de aquí al amanecer, ¡con los brazos llenos de TUS SÁBANAS!
¿Había visto
a Lali? ¿Se encontraba bien? ¿Por qué no me había llamado o enviado un mensaje
para avisarme?
—Harás tus
maletas, irás a ese pequeño auto tuyo y te marcharás. No le dirás adiós. Ni
siquiera la mirarás. Si siquiera parpadeas en su dirección, me aseguraré de que
lo pierdas todo. Sé todo sobre tu situación. Quieres un futuro, así que no
puedes perder tu educación. Si quieres mantenerla, entonces te irás. No te
engañes, muchacho, si piensas que puedes elegir a mi hija en su lugar, nunca la
tendrás. Iré por el arma y le pondré fin de esa forma. ¿Me escuchaste?
¿Quería que
me alejara de ella? ¿Cómo diablos se suponía que me alejara de ella? No podía
dejarla.
—No la
dejaré.
—Al diablo
que no lo harás. Nunca la tendrás. Puedo tomar el teléfono justo ahora y
quitarte tu mundo.
El béisbol
era la única manera en la que podría conseguir una educación universitaria. No
tendría otra oportunidad. Estaría trabajando en un bar cualquiera, ganando un
salario mínimo y propinas por el resto de mi vida. Lali merecía más que eso.
Merecía un hombre que pudiera hacerse cargo de ella.
Pero mierda si iba a dejarla. No
podía hacer eso. Puede que no sea lo suficientemente bueno para ella, pero iba
a tratar con todas mis fuerzas para ser digno.
—No
puedo lastimarla y no la dejaré.
—Ya
la has lastimado, muchacho. Ya lo hiciste. Se encontraba inestable y te
aprovechaste de eso. Lali nunca se casaría con alguien como tú. Amaba a Pablo Martinez.
Lo adoraba. Nunca será feliz hasta que encuentre a otro Pablo. Ambos sabemos
que nunca vas a cumplir con esos estándares. Para Lali sólo eres una manera de
expresarse. No significas nada para ella, muchacho. Ahora, haz tus maletas y
vete antes de que cambie de opinión.
Carlos
dio un portazo al salir.
Me
hundí en la cama y dejé caer mi cabeza en mis manos. ¿CASARSE? Joder,
¿qué quiso decir con casarse? No podía casarme. Lali nunca pensaría en mí de
esa manera. No era el tipo de hombre con el que a una chica le gustaría
casarse. Él tenía razón. Era el lado emocionante de Lali. Nunca me había dicho
que me amaba. Nunca había dicho algo de un por siempre. Nunca estaría a la
altura de Pablo, y Lali quería otro Pablo. Merecía otro Pablo. Cuando Lali
había decidido casarse, había ido en busca de alguien sin un pasado jodido y un
registro criminal.
La
noche anterior le había hecho el amor a una mujer por primera y última vez.
Había sido increíble y tenía un recuerdo que le daría forma al resto de mi
vida. Lali consiguió su probada del lado salvaje. Había seguido adelante lo
suficientemente pronto. No era como si estuviera rompiéndole el corazón. Pero,
maldita sea, estaba arrancando el mío de mi pecho.
Con
mi bolsa de lona llena, me dirigí a mi coche. No miré a ninguna otra parte más
que al frente. No sería capaz de irme si la veía. Puede que no me amara, pero
yo la amaba tanto que no importaría. Cuanto más me acercaba a mi auto sin que
ella saliera gritando mi nombre, más sentía que algo dentro de mí moría.
Abriendo
la puerta del coche, lancé mi bolsa en el interior y salí de la calzada por
última vez. Dejando atrás mi corazón.
LALI
¿Dónde se
encontraba? Después de haber tomado una ducha, tomado un extra cuidado en fijar
mi maquillaje y escoger un atuendo que volvería loco a Peter, bajé para
prepararle un bocadillo.
Su coche ya
no estaba. Salí y miré alrededor, buscándolo. Mi corazón comenzó a acelerarse
mientras el miedo se instalaba. ¿Había pasado algo? ¿Se encontraba bien? ¿Se
había metido en problemas por conducir anoche? Corrí hacia el granero y entré
en el cuarto de atrás. Se hallaba vacío. Sin signos de que Peter hubiera estado
allí.
Me di la
vuelta y encontré a mi padre de pie en la puerta.
—¿Qué estás
haciendo, Lali?
Ya no me
importaba. Papá podría superarlo. Tenía veinte años. —Estoy buscando a Peter
—contesté, desafiándolo a preguntarme por qué.
—Se fue.
Mi corazón
se detuvo.
—¿De qué
hablas? —¿Había necesitado devolver su auto? ¿Tenía una práctica?
—Mack quería
que volviera. Dijo que había cumplido su condena y podía regresar a casa. Salió
corriendo de aquí como si no pudiera esperar para marcharse.
No. No. Peter
no saldría corriendo. No se iría sin decirme cuándo me volvería a ver de nuevo.
Mi teléfono. ¿Me había llamado?
Pasé
empujando a papá, y corrí hacia la casa. Tenía que conseguir mi teléfono. Lo
había dejado cargando en mi habitación. Tal vez estaba en silencio y me había
perdido su llamada. Eso tenía que ser, porque Peter no me dejaría. No después
de anoche. No lo haría. La última vez cuando se había puesto el condón y
corrido dentro de mí, me había dicho que me amaba.
Él no me
dejaría.
No había
llamadas en mi teléfono. Ni mensajes. Nada.
Peter se
había ido sin decir nada.
¿Por qué?
¿Qué había hecho mal? ¿Había sido sólo sexo para él? ¿Habían sido todas esas
dulces palabras algo que le decía a cada chica cuando tenía sexo? Dios, no.
Lancé mi teléfono al suelo y dejé que el dolor me invadiera. Le había dado mi
corazón a alguien que no lo quería. Incluso sabiendo eso, no me arrepentía.
Sólo quería que me quisiera. Sólo quería que él también me amara.
***
Tomé mi guitarra y me dirigí al granero. Era mi
rutina diaria. Papá se hallaba molesto por ello, pero le dije que me dejara
sola y permitiera que me encargara de esto de la manera que yo quisiera. Ya no
era inocente y llena de sueños y fantasías. Todo eso murió con Pablo. Entendí
que el dolor era real y a veces las cosas no duran. A veces, simplemente tienes
que disfrutarlo mientras dure y apreciarlo cuando se haya ido.
Abriendo la
puerta de la habitación de Peter, me senté en la cama y puse la guitarra en mi
regazo. Me había escondido de mi música cuando había perdido a Pablo. La
necesitaba ahora. Había tanto que necesitaba expresar y ésta era la única
manera en la que sabía cómo hacerlo. Abrí el cuaderno nuevo que compré y las
palabras en las que había estado trabajando cubrieron la primera página. Empecé
a tocar la melodía que escuché en mi cabeza y anoté las que funcionaban mejor.
Mi tiempo
con Peter no era algo que hubiera querido olvidar. Quería cada emoción por
escrito. La forma en que se sintió enamorarse. Perderse en alguien. Esos eran
momentos que siempre mantendría cerca.
Pablo
siempre había estado en mi vida. Realmente no recuerdo enamorarme de él. Sólo
siempre lo amé. Era seguro. Se encontraba ahí para mí y lo sabía. Éramos una
parte del otro.
Peter era
tan diferente. Me había enseñado cómo se sentía querer, necesitar, entregarse,
perderse. Me alentó a dejar atrás mis inseguridades y ser yo misma. Peter era
libre y salvaje. Era como un hermoso pájaro que nunca podría tener.
Las palabras
brotaron de mí e ignoré las lágrimas que corrían por mi rostro.
Oh q idiota el padre! Un maricon mass
ResponderEliminarMas
ResponderEliminarPobresss mass
ResponderEliminarseguilaaaaaa
ResponderEliminarK bruto Carlos,es k ni se da cuenta del cambio d Lali.
ResponderEliminarCuando ella se vaya a la Universidad,Hará lo k le venga en gana.
Espero k se encuentren pronto.
Peter se tiene en muy baja estima,no debería estar cometiendo el mismo error d antes,largarse sin siquiera una nota ,o un mensaje.
Otro!!
ResponderEliminarAyyyy lpmmmm!!
ResponderEliminarMaasss
Nahhh que idiota el papa de Lali!!!!
ResponderEliminarPorque no piensa en Lali en la que ella quiere?!
Como sabe que es lo que Lali desea
Aparte le miente en la cara ahhhhh
Ojala y Lali hable con Peter