PETER
—No irás a
la fiesta así que traje la fiesta hasta ti —gritó Nico, mientras se adentraba
en mi apartamento. Cuatro mujeres con risitas tontas lo siguieron hacia el
interior. Mierda.
Dejé caer mi
cerveza con fuerza sobre la mesada y lo miré a través de la barra.
—Te dije que
no estaba interesado.
Nico tenía
sus manos alrededor de una pelirroja y extendió su mano para tocar sus tetas.
—Pero mira estas bellezas. —Guiñó en mi dirección—. Son pequeñas chicas
traviesas de fraternidad. Nuestro tipo favorito.
Aquello era
repulsivo. Me alejé a regañadientes de la barra y señalé la puerta.
—Llévalas a
otro lugar, Nico. No estoy de humor.
Una rubia
caminó lentamente hacia mí y presionó sus enormes pechos falsos contra mi
brazo. —Ay, no seas tan malo. Puedo hacerte sentir mucho mejor. —Cuando su
brazo paseó sobre mi polla desinteresada y apretó, colapsé.
—Saca sus
MALDITOS traseros de mi apartamento. Ahora.
—Demonios, Peter.
Ya no eres divertido en absoluto.
No esperé a
que las llevara fuera. Me dirigí hecho una furia de regreso a mi habitación y
azoté la puerta, luego le puse seguro. Había conocido chicas como esas antes.
No tomaban un no por respuesta.
—¿Puedo al
menos utilizar la habitación de invitados? ¡Puedo encargarme de las cuatro por
mi cuenta! —gritó Nico.
—¡NO!
Escuché
quejidos mientras se fueron. Una vez que la puerta se cerró detrás de ellos, me
recosté en mi cama y cerré los ojos.
Lali. Dios, la extrañaba tanto. Me iba a dormir
pensando en ella y despertaba cada mañana con la realidad de que nunca la
sostendría de nuevo.
¿Creyó que
simplemente la abandoné? ¿Pensó que tomé lo que quería y me fui? Me dio su
virginidad y simplemente me fui. Mierda. ¿Cómo iba a vivir el resto de mi vida
sabiendo que creía que sólo la dejé? No me había llamado o enviado un mensaje.
Tal vez se sentía aliviada. Tal vez a la luz del día se dio cuenta de que había
cometido un error. Le había dicho que la amaba. No había sido capaz de
contenerlo. Aparte de Cande, nunca le había dicho a otra persona que la amaba.
Extendí el
brazo en busca de mi teléfono. Sé que Carlos me dijo que no la contactara pero
tenía que asegurarme de que estaba bien.
Yo:
Lo lamento. Tuve que irme. Sólo quería asegurarme de que te encuentras bien.
Dudé
si respondería. Pero tenía que intentarlo.
Lali:
También lo lamento.
¿Qué
significaba eso? ¿Lamentaba que me marché? ¿Lamentaba que su padre no me diera
ninguna opción? ¿Lamentaba haber tenido sexo conmigo?
Yo:
¿Por qué?
Lali:
Por todo.
Dejé
mi teléfono caer en la cama y cerré mis ojos contra el dolor.
***
—Sal
de esa habitación y trae tu trasero aquí —llamó Cande, desde mi sala de estar.
Necesitaba ocultar la llave extra en un mejor lugar.
Dando
vueltas sobre mi cama, me puse de pie y me arrastré hacia la cocina.
—¿Qué
estás haciendo aquí, Cande?
Cande
examinó mi apariencia y sacudió la cabeza. —Luces horrible. Necesitas tomar un
baño y afeitarte.
—Gracias.
Si eso es todo lo querías decirme, voy a regresar a la cama —gruñí.
—No,
no vas a hacerlo. Vine aquí porque necesitamos hablar.
Me
incliné contra la mesada y crucé los brazos sobre mi pecho.
—Habla —respondí.
Cande se levantó
para sentarse en la barra. —¿Por qué estás haciéndote esto? ¿Por qué te fuiste
si sólo ibas a perder el tiempo en tu apartamento?
Suspirando,
recorrí mis dedos a través de la cima de mi cabeza. —Te lo dije, Cande, su papá
me obligó.
—¿Cuándo
alguien alguna vez te ha obligado a TI a hacer algo? ¿Mmm? Porque el Peter que
he conocido toda mi vida hace lo que demonios le plazca y jode la reglas.
—Incluso si
me hubiera quedado, nunca me habría querido. No me quería para nada más que una
aventura de verano. Yo era su forma de seguir adelante.
Cande negó
con la cabeza. —No lo creo. La conocí. Vi la manera en que te miraba. No es el
tipo de chica que sólo tontea por diversión.
—Me rechazó,
Cande. Cuando fue necesario y tuvo que escoger entre su familia y amigos o yo,
lo eligió a ellos. Sí, perdoné eso y la acepté de nuevo, pero era
extremadamente persuasiva. Me rechazó una vez. Lo hará de nuevo. Cuando las
cosas se pongan difíciles, nunca seré yo a quien escoja.
—¿Y sabes
esto por que tomó una mala decisión? Estaba en un aprieto y entró en pánico, Peter.
Me alejé de
la mesada. No quería enojarme con Cande. Nuca había estado molesto con ella,
pero me llevaba el límite. No iba a ser capaz de controlar mis emociones en
cuento a esto.
—La. Amo
—dije, con duras palabras entrecortadas.
—Entonces
toma tu propio consejo. Dale. Una. Oportunidad.
Darle una
oportunidad. Le había dicho eso con respecto a Agus. Había estado preocupada de
que la abandonara algún día. Como yo, tenía miedo al rechazo. Le había dicho que
le diera a Agus una oportunidad.
—Sabía que
Agus te amaba —respondí.
Cande dio un
paso en mi dirección. —Y yo sé que alguien a quien le permitiste acercarse a ti
de la forma que se lo permitiste a Lali, no será capaz de NO amarte. Sería
imposible. No tienes idea de qué tan especial eres. Ves el lado malo. Siempre
has visto sólo lo malo. Pero yo veo lo bueno. Hay tanto que es bueno y
maravilloso sobre ti. Tú dejas que Lali vea eso. Nunca habías dejado a nadie
verlo, excepto a mí. Pero la dejaste a ella. Sé que no puede evitar amar lo que
vio.
Lágrimas se
derramaban por el rostro de Cande cuando terminó.
Cerré la
distancia entre nosotros y la atraje en un abrazo.
—Gracias —susurré, a medida que descansaba mi
mentón en la cima de su cabeza.
—No
me agradezcas. Sólo ve por ella
LALI
Di un paso
fuera del granero justo cuando la Sra. Elaine se acercó. No había estado
esperando por ella, pero eso no significaba nada. Solía pasarse para verme con
frecuencia. Con Vico en la escuela, probablemente sólo necesitaba hablar sobre
él.
—Seguro que
es bueno verte con esa guitarra de nuevo. —Sonrió brillantemente.
Caminé hacia
el porche, en su dirección, y abrí la puerta.
—Es
agradable tocarla otra vez. ¿Quieres entrar?
—Sí, quería
venir y hablarte por un rato.
Genial. Otra
charla de corazón. La última había causado un montón de dolor. Esta vez iba a
recordar que no era una niña que necesitaba orientación, sino una adulta que se
conocía a sí misma.
—Por
supuesto, acércate.
Dejé la
funda mi guitarra encima de la mesa y fui hasta la mesada para conseguir dos
vasos de té dulce. Elaine amaba el té helado dulce.
—Escuché de
tu papá que el chico que ayudaba en el granero se ha ido —dijo, detrás de mí.
Se me hizo un nudo en el estómago. No quería hablar acerca de Peter con ella.
No podía. Ella no entendía. Nadie lo hacía.
—Sí, se fue.
—Eso es
bueno. No era la clase de chico que necesitabas. Hay chicos tan bueno ahí
afuera. Chicos que serán buenos esposos y buenos hombres.
Si ella no
fuera la madre de Pablo y de Vico, y si no hubiera estado ahí para mí mientras
crecía, le habría mostrado la puerta. Le debía respeto por esas cosas y
morderme la lengua era lo mejor. Simplemente asentiría y me desharía de ella.
—Sabes, Benjamin
ha estado preguntando mucho por ti. Habla conmigo cuando Vico viene a casa.
Creo que está enamorado de ti. —Sonrió como si me acabase de confesar un gran
secreto. Era consciente de que le gustaba a Benjamin. No fue reservado sobre
eso. Los mensajes comenzaban a enfadarme. Le había pedido a Vico que le dijera
que se detuviera.
—Él va a
heredar toda la tierra y la compañía de construcción de su padre, sabes. Es un
gran partido.
También era
un niño de mamá que lloriqueaba cuando no conseguía lo que quería. Su pecho
también era esquelético y delgado. Una vez que habías tocado el increíble pecho
de Peter, no había lugar para menos.
—Mmm —respondí, bebiendo un gran trago de mi té. Por favor, permite que
esta conversación termine pronto.
—Recibiré
a Benjamin y a sus padres el fin de semana del Día del Trabajador. Vico también
estará en casa. Pensé que tal vez te gustaría venir y celebrar con nosotros.
Será lo mismo que hacemos cada año. Costillas a la barbacoa. Mi ensalada de
patatas que te encanta y cacerola de habichuelas.
—Um,
bueno, uh, gracias, Sra. Elaine, pero no estoy segura todavía de lo que papá
está planeado hacer y…
—Oh,
él también está invitado, por supuesto. No hemos tenido una reunión familiar en
unas vacaciones desde que Pablo falleció. Esto será bueno para todos nosotros.
Un
portazo y gritos interrumpieron nuestra conversación. Me puse de pie de un
salto y corrí hacia el porche. Papá bloqueaba mi vista. No podía ver a quién le
gritaba, pero conocía el coche que permanecía frente a él. Era de Peter. ¿Qué
hacía aquí?
—Oh
por Dios. ¿Qué está haciendo ese chico aquí? ¿Debería llamar a la policía?
—Shhh,
no. No llames a nadie —espeté, y regresé mi atención de nuevo al camino de
entrada.
—Te
dije que no volvieras por aquí, muchacho —rugió papá.
—No
debí haberme ido. Quiero hablar con Lali. Tú nunca deberías haberme dejado
marchar sin hablar con ella —respondió Peter.
¿Qué?
—Te
di una opción y escogiste tu carrera de béisbol sobre ella. Ningún chico lo
suficientemente bueno para mi chica escogería alguna cosa sobre ella.
Peter
azotó su puño contra el capó del coche. —No escogí nada sobre ella. Tú
amenazaste mi vida y mi educación. Nunca fue acerca del béisbol. ¡Al demonio el
béisbol!
—Entra
en el coche y vete. No vuelvas. Llamaré a la policía la próxima vez e irás a
prisión. No te metas conmigo. Yo protejo lo que es mío.
Los
ojos de Peter se movieron y nuestras miradas se conectaron. No entendí lo que
acababa de escuchar. No tenía idea de lo que sucedió entre mi papá y Peter. En
el momento no me importaba. Había conseguido mirarlo de nuevo. Estaba aquí y
podía verlo. No parecía un chico que quería dejarme.
—Te
amo, Lali Esposito. No importa lo que te han dicho o lo que piensas de mí. ¡Te
amo!
Todo y todos se desvanecieron. Peter gritaba para
que todo el mundo escuchara que me amaba. Incluso con mi papa vigilándolo de
cerca. No podía moverme. No sabía qué hacer. Me había abandonado. Sin decir una
palabra. Ahora regresó y decía que me amaba. ¿Cuál era la verdad? El amor
simplemente no huía sin ninguna explicación. Había roto mi corazón.
Peter se
giró para abrir la puerta de su coche y se metió dentro. Aturdida, lo observé
encender el coche y alejarse.
Lo
dejé ir. ¿Por qué le permití marcharse?
Ooohh q lo sigaa! Mass
ResponderEliminarOtroooo
ResponderEliminarmasssssssssssssss
ResponderEliminarY esta tonta se queda petrificada otra vez.
ResponderEliminarMaaass
ResponderEliminarMenudo padre,y la otra d celestina
ResponderEliminarAayy odio a la vieja forra de la madre de Pablo!. Y al padre de Lali peor!. Que asco me dan!
ResponderEliminarOtro por fa!.
Jenny
maaaaaaaas maaaaaaaaaas
ResponderEliminarAhhhhhh
ResponderEliminarVamos amo a Cande la forma en que le hablo y lo hizo recapacitar
Ayyy se enfrentó a Carlos vamos
Ay odio a la mama de Pablo quien se cree que es?!!
Nskskskkskaka noooooo corre Lali dile que lo amas
Más quiero saber que pasará!!!